domingo, 12 de diciembre de 2010

Alcántara 14. 1ª parte.Oficiales del Regimiento de Cazadores.

Oficiales del regimiento de Cazadores de Alcántara. 14º de Caballería

Al frente de aquellos más de mil hombres se hallaba Francisco Manella Corrales, nacido en Cádiz el 1 de marzo de 1870. El 22 de julio era el jefe de la circunscripción de Annual donde había relevado días antes al coronel Arguelles. El mando del regimiento recayó en su segundo jefe, Fernando Primo de Rivera Orbaneja. Los dos murieron en combate y ambos fueron enterrados en el frente. Tiempo después Primo de Rivera pudo ser trasladado y enterrado dignamente y con todos los honores en Madrid. Al coronel Manella oficialmente no le encontraron aunque es más que probable que sus restos no identificados pudieran ser enterrados en una fosa común junto a cientos de soldados que le acompañaron en sus últimos días en Annual. Sin embargo su mujer si recibió una carta del sargento Vasallo donde le aseguraba que fue identificado y enterrado en Annual junto a otros oficiales. En la carta se le comunicaba a la viuda que fue enterrado en Annual en una fosa próxima a la del capitán Salafranca, muerto en Abarran y que debió de ser uno de los primeros moradores de aquel camposanto. También escribe Vasallo que junto a él se hallaban el comandante Benítez, el capitán de la Paz, y los tenientes Bustamante, Nogues y Escrig. Hay que aclarar que la localización de los restos de los oficiales se realizó en lugares diferentes. Los primeros se hallaron en las proximidades de Igueriben. Obra en mi poder la carta del prisionero Julián Sosa dirigida a la madre de dos oficiales muertos en combate, en la que se describe que junto a otros compañeros dan sepultura a los oficiales de Igueriben. Para facilitar su reconocimiento depositaron junto al cuerpo una lata de conserva con un papel en su interior donde se indicaba el nombre del finado. Al teniente Escrig lo encontraron un año después de su muerte en Buymeyan. Vasallo así lo comunicó a su padre, José Escrig Llopis en junio de 1922. Los restos, sólo huesos, fueron introducidos en una cajita y trasladados hasta el cementerio del campamento de Annual. El sargento dice textualmente que junto a su hijo se hallaba enterrado el coronel Manella, que había sido identificado y que el lugar de enterramiento se hallaba a cien metros de la posición. Por lo tanto es más que probable que los restos del jefe de Alcántara fueran localizados posiblemente en el Izzumar. No resultaba difícil reconocer el cuerpo de un coronel de caballería. En diciembre de 1922 se le concedió a su viuda, María Duquesne Montalvo, una pensión anual de 12000 pesetas, a cobrar desde agosto de 1921 al haber sido dado por desaparecido su marido. No fue el único caso en el que no se localizaron los restos a pesar de haber sido reconocidos. En la misma carta que el sargento le dirige a esa madre que ha perdido dos hijos, le informa que también han encontrado el cadáver del segundo y que ha sido enterrado en las proximidades de Intermedia. Creo que en este caso el suboficial mintió de manera piadosa ya que no aportaba detalles del lugar en concreto ni se adjuntaba un plano del enterramiento. El caso es que a pesar de las precisas indicaciones sobre Manella su cuerpo no fue localizado cuando se desenterraron al resto de oficiales citados por Vasallo. Finalmente, en mayo de 1928 se le remitió a su viuda un certificado de desaparecido firmado por el general Antonio Losada. Los sucesos de julio rebosan incógnitas irresolubles y una de ellas era saber que fue del cuerpo de Francisco Manella Corrales.

Francisco Manella Corrales 1871-1921


De los tres comandantes presentes en el estado de fuerzas del regimiento el 1 de julio de 1921 ninguno se hallaba junto al teniente coronel Primo de Rivera el 21 de julio. Tomás Berrocoso Planas (24-05-1871) era el jefe del primer grupo de escuadrones. Gozaba de licencia por enfermo al padecer paludismo y recibía tratamiento médico. Al enterarse de la complicada situación, se reintegró junto a otros compañeros de su regimiento y se puso al frente de sus escuadrones. La noche del 22 la pasó en Drius, donde al día siguiente al producirse la retirada ordenada por el general Navarro, se le encomienda el mando de varias compañías de infantería ante la falta de jefes para mandarlas. Así consiguió llegar hasta Arruit donde dirigiría un sector de la defensa y en ella moriría tras producirse la capitulación. Al año siguiente y aún sin haber sido dado por desaparecido oficialmente ascendió a teniente coronel. José Gómez Zaragoza se hallaba de permiso y al igual que otros muchos oficiales, al enterarse de las adversas noticias regresó voluntariamente a Melilla en el mismo barco en que volvía el capitán Fernández Tejedo. Era jefe del 2º grupo de escuadrones y participó en las cargas del Igan, así como en el repliegue a Tistutin, Batel y posteriormente a Monte Arruit donde se puso al frente de unidades de infantería. Fue uno de los pocos oficiales que escaparon con vida a la matanza de Arruit y corrió la misma suerte que el general Navarro, siendo trasladado a Axdir hasta febrero de 1923. Ascendió a teniente coronel el 17 de marzo de 1927 y posteriormente se retiró acogiéndose a las reformas de Azaña. Santos del Campo Criado (01-04-1872) era el comandante Mayor y ocupaba su destino en la plaza. Tras la muerte de sus superiores se convirtió accidentalmente en el jefe del regimiento hasta que fue designado el coronel Fernández Pérez. Ascendió a teniente coronel en 1922 y falleció en noviembre de 1923.


Oficiales de Alcántara 14 en 1920

Siete capitanes tomaron parte en las diferentes cargas y en la defensa de las posiciones. José del Castillo Ochoa se hallaba al frente del 3er escuadrón hasta poco antes de los sucesos de julio cuando fue destinado al grupo de Regulares de Larache. Como aún se encontraba esos días en Melilla fue uno de los oficiales que de manera voluntaria se incorporó al frente. Primo de Rivera le nombró su ayudante accidental aunque no pudo ejercer más allá del 23 de julio al resultar gravemente herido en el Igan. Castillo recibió un balazo que le atravesó de lado a lado la nalga izquierda provocando afectación de la arteria femoral. Falleció dos días después y fue enterrado en la Plaza. Había nacido el 17 de marzo de 1883 y había ingresado en la academia en septiembre de 1900. Era capitán desde noviembre de 1916. Lejos del Igan y junto a su coronel, se hallaba el Alavés Ramón Arce, ayudante del regimiento. Era compañero de promoción de Castillo y habían conseguido el empleo de capitán el mismo año. Arce fue dado por desaparecido y su cuerpo nunca fue encontrado aunque existen referencias acerca de su muerte en el desfiladero del Izumar luchando brazo con brazo junto a Francisco Manella. Se había casado tan sólo dos años antes de fallecer en combate. El único capitán superviviente fue Ricardo Chicote Arcos jefe del 5º escuadrón. En el transcurso de las cargas en el Igan padeció una dura caída que le condujo el mismo día al hospital. Tras recuperarse de sus heridas pudo prestar declaración ante Picasso y posteriormente ante el juez instructor en el juicio contradictorio para conceder la Laureada a Primo de Rivera. Ascendió a comandante en 1930 y se retiró un año después con motivo de las reformas de Azaña. Tras la guerra civil regresó al servicio en la escala complementaria con el empleo de teniente coronel. Falleció en Barcelona el 14 de abril de 1956 siendo coronel. Estaba casado con Julia Alfaro hermana del comandante de Regulares de Melilla, en 1921, Ramón Alfaro Páramo.
Mauro Fernández Tejedo era además de un veterano capitán, un experto jinete. Participó en numerosas competiciones y ganó entre otros trofeos la Copa de España en 1915 a lomos de Boquerón. Había nacido el 9 de abril de 1874 y era capitán desde mayo de 1914. En julio de 1921 estaba al frente del 4º escuadrón, aunque debido al periodo estival se hallaba de vacaciones en Sevilla junto a su familia. Al enterarse de los sucesivos fracasos de los convoyes a Igueriben embarcó solo en dirección a Melilla donde pudo llegar el 21, poco después de la caída de la posición que defendían los hombres de Benítez. Desde Arruit pudo incorporarse a Zeluán donde participó en la defensa hasta el 3 de agosto donde desapareció tras la fallida evacuación de la posición. 


Capitán Mauro Fernández Tejedo y Boquerón
En la Alcazaba también se distinguieron otros dos capitanes de Alcántara. Arturo Ballenilla Espinal nacido en julio de 1880 y con antigüedad en el empleo desde el 14 de julio de 1914. En 1901 tradujo del inglés la importante obra sobre “Principios de Doma y Equitación” de James Fillies, considerada aún hoy en día un libro de culto entre los profesionales del caballo. En 1913 siendo 1er teniente de Alcántara participó en la campaña del Kert recibiendo por ello dos cruces rojas. Ascendió a capitán en julio de 1915 y en aquellos días de julio mandaba el 1er escuadrón. En la defensa de Zeluán participaron 10 oficiales y 125 de tropa. Muy pocos de ellos pudieron alcanzar la relativa seguridad de La Plaza. El jefe del 2º escuadrón era Jacinto Fraile Rodriguez(23-02-1880) que tras el repliegue a Tistutin alcanzó la Alcazaba junto al teniente Bravo y el alférez Sousa al mando del escuadrón provisional formado tras las cargas del Igan. El 28 de julio, al frente de una menguada sección, se encargó de intentar hacer llegar un convoy de aprovisionamiento a los defensores del aeródromo. Poco después de abandonar el recinto amurallado recibió un disparo que le causó la muerte en el acto. En ese fallido socorro al aeródromo obtuvo años después la Laureada a título póstumo el soldado de aviación Francisco Martínez Puche. Tras la reconquista de Arruit se pudieron reconocer los cadáveres de bastantes oficiales, entre ellos el de Jacinto Fraile, que fue enterrado en Melilla.

Capitán Jacinto Fraile Rodríguez y Zeluán

Al capitán Julián Triana Blasco le correspondió la dura tarea de defender la puerta de entrada al infierno de Arruit. Allí se emplearon los últimos cazadores que se salvaron de las cargas y fueron emplazadas las dos maquinas que se salvaron durante el repliegue. En la defensa de Arruit murieron en combate 24 cazadores y otros 48 resultaron heridos. Fruto de las enfermedades producidas por las duras condiciones de la defensa murieron 32 hombres. Queda constancia que Julián Triana luchó hasta el último día y su numerosa familia tuvo la fortuna de poder enterrarlo dignamente cuando se recuperó la posición. El 29 de octubre su cadáver fue reconocido entre las ruinas de aquella maldita puerta que le tocó defender. Entonces todos pudieron ser conscientes de la dureza del encargo que le ordenó Navarro al ver como quedó el arco de entrada. Había nacido en septiembre de 1874 y era capitán desde diciembre de 1911.


Capitán Julián Triana Blasco y la puerta de Arruit.

En Melilla y con destino se hallaban cuatro capitanes. Adolfo Madariaga Mariscal, que continuó en la unidad hasta su ascenso a comandante en 1923. Fue uno de los integrantes de la comisión del regimiento que asistió al entierro de Primo de Rivera. Murió el 1 de junio de 1927 dejando viuda y tres hijos. Adolfo, el mayor, era en 1935 mecánico de aviación destinado en la base militar del Prat de Llobregat. El 30 de septiembre el avión que tripulaba el subteniente Rufino Núñez se estrelló en las Ramblas de la capital Condal quedando testimonio gráfico del mismo gracias al fotógrafo Agustín Centelles. Aunque parezca mentira ningún peatón resultó lesionado, peor suerte corrieron los dos aviadores que resultaron gravemente heridos.
Juan Villasán García (08-03-1882) es un personaje del que se conocen pocos datos pero que muchos hemos visto en las fotografías que acompañaban el artículo de Luis Miguel Francisco sobre Primo de Rivera. Años antes siendo 1er teniente de Villarobledo tomó parte en la campaña del Kert. Tras su ascenso a capitán  es destinado al Alcántara donde permanecerá varios años. En 1923 actuó como abogado defensor en los consejos de guerra que se siguieron contra dos oficiales. En el mes de marzo defendió al comandante Manuel Llamas Martín, que fue jefe accidental del grupo de Regulares. En aquel proceso ejerció de fiscal el teniente coronel Miaja y de ponente el auditor Avelino Bonal. Llamas fue condenado a tres años de reclusión y encarcelado en el fuerte de María Cristina. La sentencia fue enviada al Consejo Supremo de Marina y Guerra que elevó la pena hasta los doce años. Manuel Llamas no cumplió la dura condena ya que falleció en la prisión el 9 de noviembre de 1923. Ese día se iniciaron en Melilla los trabajos para exhumar y trasladar a la península al teniente coronel Primo de Rivera. Llamas fue el primer habitante del recién construido panteón de Regulares de Melilla. Mejor suerte tuvo el otro acusado defendido por Villasán, José Creus Moscoso, capitán de San Fernando. En este caso el fiscal fue el comandante Mariano Usera y el capitán Creus fue absuelto. Villasán también actuó como juez instructor en el expediente previo para la concesión de la laureada al teniente coronel Primo y fue uno de los asistentes a su tercer entierro en Madrid. Ascendió a Comandante el 4 de septiembre de 1925 y en julio de 1936 se hallaba destinado en Melilla donde se negó a sublevarse siendo fusilado el 27 de julio por sus propios compañeros.
Capitán Juan Villasán García


En la guerra se vieron implicados varios supervivientes de manera fatídica. Al capitán Ernesto Gómez García lo fusilaron en Madrid siendo comandante, empleo al que había llegado en noviembre de 1924. Posteriormente había continuado en el protectorado como juez de causas de la circunscripción del Rif, fue uno de los ejecutados en las sacas de Paracuellos. Otro represaliado durante la guerra fue el teniente Rafael Carrasco Egaña, que en julio de 1921 ejercía de secretario del coronel Manella. Carrasco se incorporó al frente junto a tres compañeros el 23 aunque a diferencia de los otros solo permaneció en el frente unas horas ese día. En mayo de 1922 ingresó en la guardia civil y durante algún tiempo en la guardia colonial de Guinea en la etapa en la que ocupó el cargo de gobernador Miguel Núñez de Prado. Ascendió a capitán y en 1934 era el jefe de la 2ª compañía de la guardia civil en Vilanova i la Geltrú. Durante los sucesos revolucionarios se destacó a la hora de reprimir manifestaciones y se comportó con dureza ante los huelguistas que nunca olvidaron al capitán Carrasco. En 1936 fue destinado al tercio de Granada al mando de la 3ª compañía en Loja. Parece ser que antes del alzamiento ya se hallaba comprometido para volver a su antiguo destino en el Garraf para ponerse al frente de la sublevación. Utilizando su amistad con el capitán Mariano Sola Ruíz consiguió que se le permitiera pernoctar y esconderse en el cuartel desde donde dirigiría la sublevación. El 19 de julio consiguió ocupar varios puntos estratégicos de la ciudad pero el alzamiento no cuajó y fue detenido junto a capitán de carabineros Francisco Bernabeu Arcos y el jefe de la policía local José Perich. Fue trasladado a Barcelona y encarcelado en el Uruguay de donde fue sacado y juzgado el 2 de octubre. La condena a muerte se cumplió al día siguiente en el campo de la Bota, en la actual playa de la Marbella. Cuentan que a su ejecución asistieron muchos “vilanovins” ansiosos de venganza tras los sucesos de 1934. Dramático final el de los hermanos Carrasco Egaña.
Luís Martín Galindo del escuadrón de ametralladoras participó en la defensa de Zeluán que dirigía el capitán Carrasco. Tras la capitulación permaneció varios días prisionero pero fue liberado y llegó a Melilla el 10 de agosto. Continuó su carrera militar y ascendió a capitán el 26 de agosto de 1924. Fue como su padre, el coronel Pedro Martín Fernández, profesor de la academia y en esa situación le sorprendió la guerra civil. Martín decide encerrarse en el Alcázar junto a su mujer Francisca Morales Moreno de Alcántara (hija del coronel Gabriel Morales Mendicutia), sus hijos Mª Luisa, Mª Carmen, Antonio y la joven sirvienta Manuela Gómez Aguado. En aquellos días de asedio coincidió con el comandante Luís Araujo, uno de los cuatro hijos del coronel Silverio Araujo. Tras ser liberado Toledo se le conceden tres meses de permiso para recuperar la salud perdida durante el sitio. Ya con el grado de comandante, es destinado al frente de Madrid aunque sin haber podido recuperarse por completo de sus dolencias. Falleció en febrero de 1938, fue laureado a título colectivo y como defensor del Alcázar fue enterrado en la cripta del mismo. El alavés Fernando Vea Murguia (Murguia 1895-Zaragoza 1990) fue herido de gravedad el 23 en el Igan y pudo ser evacuado junto a otros oficiales en uno de los últimos convoyes de heridos que pudieron llegar a Melilla. Recuperado de sus heridas continuó en el regimiento hasta su ascenso a capitán el 7 de julio de 1923. Aunque ya no pertenecía a la unidad asistió al entierro de Primo de Rivera.
Otro de los supervivientes que tuvo un acentuado comportamiento durante la guerra fue Julián Troncoso Sagredo. Prisionero en Axdir hasta el 28 de enero de 1923. Hasta entonces no pudo conocer a sus gemelos fruto del matrimonio con Elena Cadena Iraizoz. Durante el cautiverio se destacó en las labores humanitarias y sustituyó al teniente médico Serrano al morir este. Asciende a capitán días antes que su compañero de promoción Martín Galindo. Durante la República fue uno de los más destacados miembros de la UME fundada en 1933. El 18 de julio se hallaba destinado en Zaragoza y participó activamente en la sublevación siendo herido en un brazo en una refriega en las cercanías del cuartel de Castillejos. A partir de este momento Troncoso inicia una destacada actividad en los servicios de información del ejército de Franco. Fue nombrado Jefe del SIFNE (Servicio de Información de la frontera Noroeste De España) creado por el catalán Josep Bertrán Musitu y que contaba con el apoyo de destacados catalanistas como Francesc Cambó o Carles Sentís, veterano periodista que aun vive y conoció a Troncoso y a varios miembros de su equipo. Durante el tiempo que permaneció al frente de la frontera creó una unidad tipo comando que se especializó en sabotajes en territorio francés contra objetivos relacionados con el gobierno de la República. Entre sus éxitos se cuenta el poder hacerse con una avioneta de Air Pyrenees que cubría el trayecto entre Burdeos y Bilbao y en donde viajaba el consejero de Sanidad del gobierno Vasco, Alfredo Espinosa Uribe (hermano del laureado teniente del tercio). Espinosa fue detenido, juzgado, condenado a muerte y ejecutado. Algunas de las acciones les salieron bien y consiguieron hacerse con varios barcos, sin embargo en septiembre de 1937, intentaron la captura del submarino C2 amarrado en el puerto de Brest y los planes no salieron como estaban previstos. Un miembro del comando murió en el asalto y otros fueron detenidos y encarcelados. Troncoso a pesar de haber escapado vuelve a Francia y se entrega a las autoridades que lo internan hasta marzo del año siguiente. 

Derecha, Julián Troncoso Sagredo durante la guerra civil

Tras su liberación abandona las labores de información y es habilitado como teniente coronel y destinado a la 63 División que se hallaba al mando del coronel Tella Cantos. Al finalizar la contienda pierde la habilitación de teniente coronel y vuelve a ingresar en la escala de comandantes, hasta su ascenso por antigüedad en 1943. En octubre de 1937 fue el primer presidente de la Federación Española de futbol en la España de Franco y ocupó el cargo durante dos años. Anteriormente había sido directivo del Zaragoza y un experto jinete. Finalizó su carrera militar en activo como coronel, empleo al que llegó en 1952. Tras su pase a la reserva en 1959 ocupó la presidencia del sindicato nacional de transportes y en 1963 fue designado procurador en Cortes.
El último teniente que escapó con vida fue Francisco Bravo Serrano del 4º escuadrón y que pudo huir tras la liberación de la Alcazaba. Pudo llegar a Melilla el 4 de agosto junto a varios soldados de su regimiento en el que continuó hasta 1923. Ascendió a capitán de la escala de Reserva el 18 de febrero de 1929. La mortalidad entre los tenientes fue proporcional a la de los cazadores. De los once tenientes que quedaban para el campo murieron en combate siete.


Teniente Francisco Bravo Serrano


Dos de ellos pertenecían a la escala de Reserva. El valenciano Francisco Climent Pérez era el oficial de su empleo más antiguo, era teniente desde el 22 de agosto de 1915. Había ingresado como soldado en diciembre de 1892. Pertenecía al 3er escuadrón y fue dado por desaparecido en la evacuación de Arruit. Su compañero de escala Victoriano Pua Elvira había nacido el 21 de mayo de 1883 y consiguió ascender a teniente el 31 de agosto de 1918. Formaba parte del 5º escuadrón que mandaba Ricardo Chicote y tomó parte en todas las cargas y repliegues hasta su llegada a Monte Arruit donde murió en combate. El 28 de octubre tras la reconquista del averno de Arruit se reconoció su cadáver junto al del capellán Campoy. Fue enterrado en el Panteón de Héroes, justo al lado del veterinario Vidal Platón Bueno.
También fue reconocido en el mismo mes el cuerpo del teniente José Manterola Ramírez, de Cartagena, del que también se pudo recuperar la silla que montaba en aquellas cargas en el Igan. En mayo de 1926 recién reconquistado Annual se instruyó juicio contradictorio para concederle la Laureada aunque no prosperó la propuesta. Aquel día varios oficiales supervivientes del desastre pisaron de nuevo el lugar donde todo empezó. Acompañaban al coronel Pozas el comandante Cebollino y los capitanes Jiménez Ortoneda y Rodríguez Fonseca. José Arcos Cuadra nació en Hernani el 1 de octubre de 1893, era hijo del conocido pintor y retratista Santiago Arcos y Ugalde (1852-1912) y de Concepción Cuadra Viteri. Ingresó en la academia el 7 de julio de 1914 y era teniente desde junio de 1919 ocupando el segundo lugar de su promoción. Se incorporó al regimiento poco antes del desastre, procedente de Ceuta del 28º Regimiento de Cazadores de Vitoria. Anteriormente había servido en la escolta Real. Se le destinó al 4º escuadrón y fue dado por desaparecido tras la frustrada salida de Arruit. Otro recién llegado al regimiento en 1921 fue Román del Campo Cantalapiedra que hasta la fecha servía en el regimiento de Lanceros de la Reina que mandaba el coronel Queipo de Llano y que tenía su acuartelamiento en Alcalá de Henares. Del Campo era teniente desde junio de 1917 y se le destinó al 5º. Fue uno de oficiales que fueron dados por desaparecidos tras la evacuación de Zeluán. Hubiera cumplido 26 años el 11 de agosto. En 1936 sus dos hermanos, Mariano (comandante de Ingenieros) y Fernando fueron fusilados en Paracuellos por milicias republicanas. Gerardo García Castaños se incorporó al regimiento en mayo procedente del grupo de regulares de Ceuta y era hijo del entonces teniente coronel de León 38, Carlos García Castaños. De su escuadrón, el tercero, no se salvó ningún oficial. Gerardo fue dado por desaparecido en Arruit y su cadáver nunca apareció siendo uno de los trece oficiales del regimiento oficialmente desaparecidos en septiembre de 1922. Recientemente leí una interesante guía del Somatén coordinada por su hermano Isidoro, oficial de Administración Militar. Otro miembro del ejército de desaparecidos fue Ramón León Font de Mora, nacido en Valencia el 10 de noviembre de 1894. Pertenecía a la XXI promoción que ingresó en 1914 y era teniente desde septiembre de 1919. Fue uno de los doce oficiales del regimiento que murieron en Arruit. Servía en el 4º escuadrón.
En la plaza y con destino quedaron siete u ocho tenientes según las fuentes. Herido en el hospital, Alfredo Corbalán Reina (Villanueva de la Serena 03-02-1896), que fue hospitalizado poco antes de la aniquilación del regimiento. En agosto de 1912 siendo un joven cadete de 1er curso y durante una visita a la comandancia de Melilla sufrió una dura caída al engancharse su caballo con los raíles del ferrocarril. Fue trasladado con urgencia a Nador donde su familia residente en Melilla le pudo trasladar en el tren minero hasta la plaza. El accidente le produjo un grave traumatismo craneoencefálico que le costó perder un curso entero en su formación. En 1922 fue instructor del regimiento en el proceso que se siguió contra el presunto desertor Blas Murguito Martínez. Ascendió a capitán en marzo de 1925 y permaneció varios años en el grupo de Regulares de Melilla. En esa situación le sorprendió la sublevación y al mando de su escuadrón de Regulares se sumó a los alzados en armas.
Los restantes a pesar de no haber participado en las cargas tuvieron tiempo de demostrar su valor en combate. Narciso Pérez de Guzmán el Bueno resultó herido el 8 de enero de 1922 en otra carga protagonizada por el regimiento en Al Lal Hariga. En ella tomaron parte los escuadrones de los capitanes Cesar Balmorí y Tomás Liniers que resultaron heridos. Pérez de Guzmán falleció en Melilla al día siguiente a consecuencia de las graves heridas. Curiosamente fue el único oficial del que tenemos testimonio gráfico de cuerpo presente y amortajado. Era hijo del Conde de Torre Arias, que se desplazó hasta Melilla para conducir y enterrar él a su hijo en Madrid. Otro aristócrata presente en el regimiento era Vicente Calderón y Montero Ríos, duque de San Juan. Al margen de la milicia desarrolló una rápida carrera política que le llevo a ser diputado a Cortes en 1923. En febrero de  1927 siendo capitán, falleció de manera prematura en Reus a los treinta y cinco años. La guerra civil también se llevó por delante al extremeño teniente Leopoldo Nieto Martín Romo, que ocupaba el puesto de jefe local de la Falange en Don Benito. Fue fusilado por milicias republicanas el 11 de agosto de 1936. Su compañero en la escala de Reserva Joaquín Jiménez Moreno ascendió a capitán en 1923 y abandono Marruecos para convertirse en delegado gubernativo de Villar del Arzobispo en Valencia. Los restantes tenientes eran José Ginés Cortés y Francisco Silió Galán. El primero se hallaba destinado en 1936 en Barcelona siendo capitán y parece ser que intentó incorporarse al bando nacional aunque desapareció en el intento sin que quede claro cual fue su final. Silió se unió a la sublevación y alcanzó el grado de coronel. Anteriormente siendo teniente coronel ejerció de ayudante del general Solchaga. Era hijo del Ministro de Instrucción pública y Bellas Arte Cesar Silió Cortes que formaba parte del gabinete de Sánchez Guerra en 1921.


Traslado del cuerpo del teniente Narciso Pérez de Guzmán el Bueno Salabert

Juan Maroto y Pérez del Pulgar fue el único alférez que esquivó a la muerte . Había nacido en Madrid el 4 de julio de 1896 y era hijo de los Marqueses de Santo Domingo. Ingresó en la recién creada escala de complemento (heredera de la escala de Reserva Gratuita de 1911). En julio de 1922 se hallaba al frente de la sección del 2º escuadrón que participó en la defensa del aeródromo de Zeluán. Tras la capitulación fue hecho prisionero y trasladado junto a algunos de sus hombres a Axdir. Ascendió a teniente en 1923 y en noviembre asistió al entierro de Primo de Rivera siendo el encargado de portar el estandarte del regimiento. Gentilhombre de cámara de Alfonso XIII, Cruz de María Cristina y medalla de sufrimientos por la Patria. En agosto de 1925 se casó con Agustina Von Nagel y dos años después ascendió a capitán, siendo el más joven de su escala que conseguía tal empleo. Su hermana, María Eulalia, se casó con un compañero de aquellas jornadas de julio. El teniente de Regulares Ramón Carvajal Colón, al que años después se le autorizó a permutar el orden de sus apellidos. El matrimonio tuvo cuatro hijos, el segundo Cristóbal Colon de Carvajal Maroto Vicealmirante de la armada fue asesinado por ETA en febrero de 1986. Juan Maroto falleció en marzo de 1977. El título de Marqués de Santo Domingo se trasmitió a su hija Agustina nacida en 1928.
Luís Cistué Castro nació en Barbastro el 25 de abril de 1898. Era hijo de Teótimo Cistué Escudero y de María Castro Santoyo, Barones de la Menglana. En el transcurso de las cargas en el Igan fue gravemente herido en el pecho. Al ser advertido de ello, el teniente coronel Primo de Rivera envío a cinco cazadores para que lo retiraran del frente. Cistué se negó a ser evacuado y sin dar tiempo a sus hombres a poder ayudarle se disparó un tiro en la cabeza que le causó la muerte. Carmelo Lapeña y Benito Gómez comprobaron que había fallecido e informaron al jefe del regimiento. Pertenecía al 4º escuadrón del que ningún oficial escapó con vida.

Juan Maroto Pérez del Pulgar y Agustina Von Nagel
 
Ángel Calderón Gaztelu era el oficial más joven del regimiento, había nacido en Pamplona el 10 de octubre de 1900. Eran sus padres el coronel Vicente Calderón Ozores y Concepción Gaztelu Maritorena. Ingresó en la academia en 1916 y en julio servía en el 3er escuadrón. Participó en las primeras cargas y el 23 fue enviado a Zeluán en donde moriría tras ser evacuada la posición el 3 de agosto. Su madre recibiría en noviembre de 1927 la medalla de sufrimientos por la Patria. No fue el único tributo que pagó la familia ya que durante la guerra civil dos hermanos de Ángel murieron en combate siendo capitanes de aviación. José fue abatido a bordo de su JU 52 en la batalla del Jarama y condecorado a título póstumo con la Cruz Laureada de San Fernando y Luís que falleció en Agoncillo (Logroño) el 24 de julio de 1936 junto al también capitán Miguel Rubio Larrañaga al explotar en el aterrizaje una bomba que había quedado enganchada al fuselaje. En 1940 la madre de los capitanes Gaztelu volvía a recibir otra medalla de sufrimientos. Tress medallas, tres hijos muertos, triste consuelo para aquella madre.
Ángel Calderón Gaztelu


Compañero de promoción y sección de Calderón durante la etapa en la academia era Rafael Sousa Sousa nacido el 28 de julio de 1898 y perteneciente al 2º escuadrón. Consiguió llegar hasta Zeluán junto al capitán Ballenilla y el teniente Martín Galindo. El miércoles 28 de julio celebró su vigésimo tercer cumpleaños entre los muros de la Alcazaba que a la postre fue el último, ya que falleció tras la caída de posición. Su vida hubiera podido cambiar si hubiese aprobado el ingreso en la academia de artillería un año antes de hacerlo en la de caballería.
El cuarto componente de la XXIII promoción de la academia de caballería era Fernando Díaz de la Guardia Velázquez que pertenecía al 1er escuadrón. Tomó parte en todas las cargas desde el primer momento y fue gravemente herido en el vientre el 23 de julio en el Igan. Parece ser que falleció cerca de Tistutin a consecuencia de las heridas y fue enterrado en una casa próxima a la estación y que servía de depósito de esparto. Testigo de ello fue el soldado Lucas Martín que se hallaba con él cuando murió y le dio sepultura. Lucas fue dado por desaparecido, pero antes de su desconocido final informó a su compañero Florentino Barrientos Estopiñan del lugar en donde se hallaba enterrado Díaz de La Guardia. Florentino fue hecho prisionero y permaneció en cautividad hasta su liberación el 9 de diciembre del mismo año. Parece ser que a pesar de las indicaciones del soldado Estopiñán no se pudo recuperar el cadáver del alférez, ya que su nombre apareció entre las bajas oficiales por desaparición un año después de su muerte.
Muchos años después, en 1966, y coincidiendo con el L aniversario del ingreso en la academia, los compañeros de armas aun vivos celebraron una misa en Valladolid en recuerdo de los caídos en combate y fallecidos. La esquela que publicó ABC incluía cuarenta nombres. Los miembros de la XXIII promoción ingresaron el verano de 1916. Componían el curso tres secciones que sumaban un total de 72 cadetes. La 1ª aportaba a la esquela diez nombres, 8 la segunda y 10 la tercera. El resto de oficiales que se citaban habían ingresado en julio de 1920. Al margen de los cuatro citados, la promoción aportó a la letal estadística del desastre a Fernando Tomasetti Caritat y Urbano Prieto García.
 
Alférez Fernando Díaz de la Guardia Velázquez


Sin pertenecer al arma de caballería también pereció el capellán 2º José Campoy Irigoyen, quien se había incorporado poco antes de julio sustituyendo al del mismo empleo Lucio Rosado González. El páter falleció tras la capitulación de Arruit, un día después de cumplir veintisiete años. Los veterinarios terceros Vidal Platón Bueno y Eduardo Caballero Morales son también parte de la historia de las cargas de Alcántara y supieron cambiar el fusil por su instrumental quirúrgico. Igual que ellos se comportó el teniente médico Modesto García Martínez que desapareció en la retirada de Tistutin al infierno de Arruit. Días antes también falleció en combate su hermano Víctor, capitán médico, ambos habían nacido en Filipinas y habían cursado la carrera de medicina en Madrid. Modesto llevaba tan sólo un año en Melilla mientras que Víctor ya se había especializado en oftalmología y prestaba sus servicios adscrito a la comandancia general para las necesidades y contingencias del servicio. Annual es un pozo inagotable de tristes historias de hermanos. En la actualidad una calle de Melilla lleva el nombre del capitán Víctor García Martínez.


Eduardo Caballero Morales, Vidal Platón Bueno y José Campoy Irigoyen

"HOEC NUBILA TOLLUNT OBSTANTIA SICUT SOL"


Anuario militar de 1922. Regimiento de Alcántara 14



02-06-2012. Cruz laureada colectiva


Bibliografía
A Los héroes del regimiento de cazadores de Alcántara, 14º de caballería, como tributo de honor por su glorioso sacrificio. Memorial de caballería 1923. Páginas 339-365.
Antonio Bellido Andreu. El Alcántara en la retirada de Annual. Adalid 2006
Relación nominal de los señores jefes, oficiales, asimilados, clases e individuos de tropa del expresado, desaparecidos o muertos en los sucesos ocurridos en este territorio en los meses de julio y agosto de 1921 y de los presentados. Información del regimiento Alcántara 14. Melilla Imprenta la española. 1921.
Al servicio del Extranjero. Historia del servicio vasco de información. Juan Carlos Jiménez de Aberásturi y Rafael Moreno Izquierdo. Antonio Machado Libros. 2009
El empleo de la caballería en África. Tomás García Figueras. 1921
Expediente Picasso. Información gubernativa. Madrid
Las Imágenes del desastre. Antonio Carrasco García. Almena 2005.
Un guardia civil en la selva. Gustau Nerín. Ariel 2008
El cost humà de la guerra c¡vil a Vilanova i la Geltrú. Francesc X. Puig Rovira
Luis Miguel Francisco. Morir en Monte Arruit. Ediciones Quiron
España en sus Héroes. Coronel Garate Córdoba. Omnigraf 1969
Juan Pando Despierto. Historia secreta de Annual. Temas de hoy 1999.
Augusto Vivero. El derrumbamiento. Madrid 1922
César Vidal. Paracuellos-Katyn. Un ensayo sobre el genocidio de la izquierda.
Caballeros Laureados de San Fernando. Miguel Ballenilla y García de Gamarra. Asociación de estudios Melillenses 1999.
Hemeroteca digital La Vanguardia. 1900-1980
Hemeroteca digital ABC 1910-1980
Hemeroteca La Correspondencia de España. 1910-1922
Hoja matriz de servicios de Julián Troncoso Sagredo. Archivo histórico militar de Segovia.
Anuarios militares de 1910-1920-1921-1922 y 1930. 


Advertencia Legal

Estimado lector, esta obra es fruto de una ardua labor de investigación. El contenido publicado está protegido por el Derecho de autor.
Los textos, fotografías y contenido en general publicados en este blog han sido respetuosos con los derechos de autor, citando la fuente original de donde proceden documentos y fotografías. Este blog no tiene ánimo ni finalidad lucrativa.

La reproducción y puesta a disposición de este trabajo, en todo o en parte, es completamente libre, EXCEPTO PARA USOS DIRECTA O INDIRECTAMENTE COMERCIALES, PROMOCIONALES O DE LOS QUE DE CUALQUIER MODO SE OBTENGA UN RENDIMIENTO O COMPENSACIÓN ECONÓMICAMENTE CUANTIFICABLE, AÚN CUANDO NO SE DERIVE DIRECTAMENTE DE LOS CONTENIDOS UTILIZADOS.

LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DEL CONTENIDO DE ESTE BLOG DEBERÁ LLEVAR INCORPORADA UNA REFERENCIA A: Javier Sánchez Regaña

ASÍ COMO A LOS AUTORES O PROPIETARIOS DE LOS ARCHIVOS REFERENCIADOS EN EL CASO DE REPRODUCCIÓN DE FOTOGRAFÍAS Y DOCUMENTOS.

QUEDA ABSOLUTAMENTE PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN CON FINES LUCRATIVOS DE LAS FOTOGRAFÍAS PERTENECIENTES A LOS ARCHIVOS CITADOS EN ESTE BLOG, SALVO AUTORIZACIÓN EXPRESA DE SUS RESPECTIVOS PROPIETARIOS, CITADOS EN ESTE BLOG.