Diario del Cautiverio
Martín Elviro Berdeguer nació en Salorino (Cáceres) el 27 de septiembre de 1899. Ingresó en la academia de infantería el 1 de septiembre de 1914, obteniendo el empleo de alférez el 25 de septiembre de 1917 y el de teniente el 25 de junio de 1919. Tras servir en el regimiento Melilla 59 fue destinado a las Tropas de Policía Indígena de Melilla. El 22 de julio de 1921 fue apresado permaneciendo cautivo hasta el 27 de enero de 1923. Posteriormente ingresó en el cuerpo de Aviación y obtuvo el título de piloto aviador. Se retiró del ejército siendo coronel
El diario esta disponible en la Causa Contra el Mando. Expediente 51.17 folios 4590-4850. Se puede consultar en: Expediente 51.17
Martín Elviro Berdeguer |
MEMORIA – DIARIO
CAUTIVERIO DESDE EL 22 DE JULIO 1921 HASTA EL 27 ENERO 1923 QUE LLEVABA DURANTE EL MISMO EL TENIENTE DE INFANTERÍA QUE PRESTÓ SUS SERVICIOS EN LA 15ª MÍA DE POLICÍA INDÍGENA DE MELILLA MARTÍN ELVIRO BERDEGUER
Julio del 1921
El día 22 se efectuó la retirada de Buimeyán a Annual cumpliendo orden superior. Fuimos duramente atacados durante el camino, efectuándose el choque contra fuerzas enemigas numerosísimas al llegar a unos ciento cincuenta metros de Annual y dar vistas a este campamento que estaba ardiendo y saqueándolo la kabila, pues la columna ya se había marchado; caí prisionero después de hacer uso de mis armas, las cuales me fueron arrebatadas por tres indígenas; me condujeron hacia la posición de Talilit y, aprovechando un descuido de los guardianes, me fugué. Apenas me hube separado unos seiscientos metros de ellos advirtieron mi fuga, me tirotearon y persiguieron, consiguiendo despistarlos por conocer bien el terreno, no así ellos, que me pareció pertenecían a la zona francesa o a alguna kabila próxima a ella.
Como había observado que Talilit e Izumar estaban ardiendo lo mismo que Annual, marché hacia el río Salah con objeto de continuar por el curso del mismo durante la noche, toda vez que de día se hacía imposible caminar pues hubiese sido descubierto. En unión de tres soldados que encontré desarmados, permanecimos ocultos en unas huertas hasta la noche.
Ni con las penalidades del cautiverio he sufrido tanto como aquella tarde por la impresión que me causó ver incendiado Annual, Izumar y Talilit, sin poder alcanzar lo que habría ocurrido, creyendo que la columna de Annual se habría marchado a las posiciones del macizo montañoso de B. Ulixek para que el enemigo no cortara las comunicaciones con las posiciones de retaguardia, hecho inminente una vez perdido Igueriben, que era la llave de las comunicaciones, y así lo comprendieron los indígenas, que se limitaron a atacarla con ímpetu, pues esta posición les impedía internarse, con peligro de serles cortada la retirada.
Como suponía que Sidi Dris continuaría sin ser evacuada, emprendimos la marcha hacia allí siguiendo el curso del citado río; al llegar a una distancia aproximada de cinco kilómetros, oímos intenso tiroteo en ella, lo cual me indicaba que era atacada por el enemigo. Como el continuar la marcha hubiese sido caer otra vez en su poder, decidí variar la dirección y seguir hacia la posición de Afrau, que, aunque no sabía con certeza su situación -por no haber ido nunca por tierra- suponía la dirección probable en que la encontraría. Nos internamos en el macizo montañoso de B. Ulixek, y a la mitad de distancia aproximadamente de Mehayast y la costa, debido a lo accidentado del terreno, sin darme cuenta que me desviaba de la dirección que pensaba seguir, nos aproximamos a esta posición extenuados de hambre y cansancio. Amaneció sin haber conseguido llegar a la divisoria, como era mi propósito para desde allí poder orientarme durante el día; al amanecer nos dimos cuenta de que nos encontrábamos en una hoyada próxima a la divisoria y rodeada de casas; comimos unas cebolletas que había en una huerta, y nos ocultamos lo mejor que pudimos para continuar por la noche. Fuimos descubiertos poco después, y conducidos entre gran número de indígenas a uno de los poblados próximos, en donde nos dieron, sin pedirlo, un trozo de pan, una cebolla y un poco de agua para los cuatro; uno de los indígenas que sabía algunas palabras de español, mezclándolas con otras de chelja, nos dice: “Todos los españoles se han marchado, mira Mehayast morir lo mismo todas las posiciones -fue nombrando todas las que había en B. Ulixek- Dar Drius igual, solo quedar español en B. Said”. Cuando me dice esto, creo que aún hay remedio, y seguramente desembarcarán allí los primeros refuerzos que supongo vendrán de la zona occidental o de España; el mismo indígena continúa: “español todo marchar, y nosotros coger las posiciones después”. Es decir, que la columna de Annual, que yo creí estaría en estas montañas, no está; pregunto por ellas y me dice: “Marchar todo a Melilla”. No pudo ser, pienso, si es cierto que Beni-Said no ha sido evacuado, supongo que la columna podría quedarse en Drius y Ben Tieb, teniendo apoblados sus flancos por Beni Said y Zoco Telatza.
Nos encierran en una habitación que es una cuadra, en donde permanecemos hasta el día 25 del mismo mes sin más alimento que una torta de cebada, una cebolla y un jarro de agua para los cuatro. Fuimos trasladados a Annual en este día; allí había prisioneros, y me dicen que algunos oficiales de mi posición están prisioneros en Amesauro; el Maalem me saluda y se muestra compasivo: “Pobrecito, pobrecito, cómo estar. Paciencia, esto arreglar enseguida y marchar a España”. Sin contestar a mis preguntas me dice: “Ven”, me lleva adonde hay un grupo de indígenas entre los que se encuentra el que ellos llaman sultán, que es Sidi Mohan Abd-el-Krim el Jatabi, el cual se adelanta al verme; sus primeras frases son de consuelo y alabanza. La entrevista dura poco por mis contestaciones lacónicas a sus preguntas; termina diciéndome: “Mañana será Ud. trasladado a Amesauro, en donde hay varios compañeros suyos”. Solicito quedarme con la tropa allí, pues considero necesaria la presencia de un oficial, y me contesta: “No es posible”. Resisto la tentación de preguntarle la posición a que pertenecían esos oficiales, pero lo dejo para averiguarlo entre los soldados, quienes me dicen que son los capitanes Sres. Sánchez Canaluche y Santo.
Comemos rancho que han confeccionado con lo sobrante del campamento de Annual. Las tiendas de campaña medio útiles están colocadas junto a las huertas entre los restos de la posición de Annual y el río que pasa por el poblado del mismo nombre.
Hay un hedor insoportable por los cadáveres insepultos desde el día 22, existiendo algunos en el mismo río cuya agua bebemos. Veo a S. Mohan y le pregunto si estará mucho tiempo la tropa en Annual. Me contesta que no tiene decidido nada aún, y le digo que dados sus sentimientos de humanidad y por lo peligroso de estar los cadáveres insepultos, permita que los soldados que no están enfermos ni heridos procedan a su enterramiento, y que facilite los útiles necesarios, exponiéndole nuevamente mis deseos de permanecer con la tropa durante unos días. Me contesta que al día siguiente se empezará, y da los picos y palas necesarios, pero que yo tengo que ir a Amesauro por la mañana. En vista de esta contestación, hablo a las clases y les digo que no pudiendo estar con ellos para ayudarles en tan santa tarea, espero lo verifiquen con el mismo celo que si estuviera presente. Me preparan una cama con una colchoneta y una manta en la misma tienda que la tropa, y me previenen que está prohibido separarse de la misma. Nos levantamos al amanecer y puedo lavarme en el río, desde donde oigo tocar llamada y veo marchar hacia el campamento a los soldados. Pregunto quién ha ordenado tocar y para qué. Me contesta un sargento que es para formar la tropa y por orden de Abd-el-Krim (S. Mohan). Marcho hacia allá, y veo que hay formado un grupo; aprovechando que no hay indígenas próximos le hablo en términos parecidos a los siguientes: “Espero de vosotros soportéis el cautiverio dignamente, prestando la obediencia debida a las clases para no dar lugar nunca a la intervención de los moros. Tened presente que representamos a nuestra Patria, y de nuestro comportamiento depende el concepto que formen de España que, como supongo, desearéis quede a la altura debida, sintiendo infinito no poder estar con vosotros, porque esta mañana marcharé a Amesauro en contra de mi voluntad.” A las clases les digo es necesario hagan una lista por cuerpos, y una vez hecha procuren conseguir de S. Mohan su envío a Melilla, bien por tierra, bien por la isla de Alhucemas.
Al poco rato aparece S. Mohan quien dice que “se dediquen a enterrar los cadáveres con los útiles que les entregará un moro (cuyo nombre no recuerdo) y por grupos pequeños al mando de las clases”. Empiezan los trabajos en los que no toman parte los heridos ni los enfermos, y a mí me dice que dentro de un momento marcharé a Amesauro. Insisto nuevamente en mis deseos de permanecer con la tropa, pero es inútil, tengo que marchar. Al poco se presenta un moro con dos caballos, y me dice: “Este para Ud.” Me señala un penco -que calculé no podría conmigo- con un balazo que le atraviesa las dos patas; lleva encima una montura de oficial, cuyos faldones han sido cortados, sin estribos, una cuerda por cincha y otra por brida; el suyo presenta mejor aspecto, con montura de Regulares; ambos sin duda procedentes del Desastre. Emprendemos la marcha acompañados de dos harqueños a pie, y durante el trayecto nos encontramos a un moro que fue oficial de la 15ª Mía en donde yo prestaba mis servicios; muy sonriente se me aproxima y me tiende la mano; debió conocer en mi mirada lo que mis labios no pronunciaron, retiró la mano, y me dice: “Capitán está en Amesauro”. Mirando un poco lejos, sonrío y le digo: “Ya estás de paisano. ¿A dónde vas?”. Me contesta: “A llevar una carta de Abd-el-Krim a la gente de B. Said, después marcharé a casa”, y [añade] que le han quitado la pistola. Le digo: “Puesto que gozas de libertad debes presentarte enseguida, y si yo algún día consigo la libertad, diré tu buen comportamiento”, puesto que si le hubiera dicho mi pensamiento, no conseguiría lo que quizá tampoco consiga así, pero al menos tengo la conciencia tranquila de haber hecho lo que podía para entregarlo. Mi acompañante, que durante el trayecto recorrido solo había hablado en Chelja con los dos de a pie, se impacienta al ver que se prolonga la conversación, y me dice: “teniente marchar, si no llegamos tarde”, el ex oficial se despide diciéndome: “Adiós, teniente, tenga Ud. paciencia, poca suerte”. Le contesto: “Adiós, y preséntate, que cuando pueda diré tu buen comportamiento”. Reanudamos la marcha, y para cerciorarme de si mi acompañante de a caballo sabe español y se ha dado cuenta de la conversación, le pregunto si sabe español, y me dice: “Un poquito”; [pregunto] cómo se llama, y me dice: “Cibera”. Como me parece que no es B. urriaguelí ni tensamaní, le pregunto también de dónde es; me dice: “De Bocoia, ¿usted ha oído hablar de mí? Yo he estado mucho tiempo en Melilla, España y Gibraltar, pero yo no puedo ir porque cogieron un barco mío con contrabando”. Aunque apenas conozco su nombre, y sí lo que al moro le agrada la adulación, le digo que he oído mucho su nombre, que en Melilla le conocen muchos. Le abordo resueltamente y le pregunto si se ha enterado de lo que me ha dicho el moro con quien hablé antes; me dice que no, que estaba hablando mientras tanto con los de a pie, y así era efectivamente. Menos mal que mi indiscreción hablando en alto no fue oída.
Próximamente a mediodía llegamos a Amesauro, y cuál no sería mi alegría al encontrarme cinco oficiales. Nos dimos un fuerte abrazo, saltándosenos las lágrimas; eran el capitán Sr. Sánchez Canaluche, mi capitán don Luis Salto, capitán Sr. Rey, teniente señor Villegas y alférez señor Casado. Creían que yo había sido muerto. Me dicen que son bien tratados, y por las noches duermen con ellos Mohamed (hermano de S. Mohan), Pajarito y otros cuantos moros. Desde la casa veo lejos al jefe de aquel poblado Hach Amar Buzian que se había internado en nuestra zona cuando la harca ocupó este poblado; se pasea cabizbajo por la azotea de su casa; una de las veces mira hacia nosotros, nos reconoce, y su fisonomía se convierte en risueña, pero nada más, y acto seguido desaparece. Sospecho vendrá a vernos, pero transcurre el día y no se presenta; por la noche llega Mohamed con su acompañamiento, el cual, en español, nos saluda. Se dedica a escribir cartas hasta la hora de cenar, que creímos no llegaría, pues el dueño de la casa en donde nos alojamos se resiste a darnos comida, y da lugar a una gran discusión entre ellos. Mohamed dice que es gente muy mala esta, y merece que los fusilen. Claro, como que seguramente les exigirán, siguiendo su costumbre, la comida gratis. Le pregunto si conoce al jefe de este poblado Hach Buzian, y dice: “Es un sinvergüenza que fue amigo de España hasta la retirada de Annual, y le hemos castigado con una fuerte multa.” Ahora me explico por qué no ha venido a vernos; si hace tal cosa, creerían que sigue siendo amigo de España, y para no exponerse a su furia le conviene, por lo menos, no demostrar su simpatía hacia nosotros.
Al día siguiente 27 a media mañana emprendemos la marcha a Axdir en caballos que creemos que no podrían resistir el peso de una persona; el que no está cojo está ciego; las monturas son restos. Nos acompaña Mehamed con un grupo de urriagueles, habiendo antes recibido una escuela por conducto de su hermano S. Mohan, diciendo que: “no puede venir a despedirnos y su hermano nos acompañará a su casa en Axdir, en donde seremos tratados como caballeros en lo que se pueda”.
Rebasado monte Abarrán, hicimos alto en una casa a unos dos mil metros próximamente de distancia a él en línea recta, teniendo delante una profunda vaguada. La casa está situada al S.O. de monte Abarrán. Nos explica la toma de la posición que se colocó allí el día uno de junio: “Teníamos harka de B. Urriaguel en Yub-el-Kama (lugar situado a unos cuatro mil metros en línea recta en la contra pendiente de otro monte al S. de Abarrán y próximo a su cima, separados ambos montes por un ancho valle, pero unidos por occidente por la cadena montañosa que forma una especie de anfiteatro). “La noche del día anterior al uno de junio nos avisaron en Axdir de la ocupación al día siguiente de monte Abarrán por vuestras tropas. Se hicieron las señales de alarma, y salió mi tío Abd-es-Selam para acá inmediatamente, como los contingentes, todos de Beni Urriaguel, iban acudiendo sucesivamente. Marchó a Yub-el-Kama y mandó que la harka que allí había con los que habían llegado marchase inmediatamente a la pendiente S.O. de monte Abarrán, permaneciendo ocultos en las casas que en la misma había hasta que recibieran el oportuno aviso. Mi tío, un poco a la derecha de donde estamos nosotros (estamos colocados frente a Abarrán, y nos señala una casa, no muy lejos) colocó a gente en la parte alta para avisar a los que llegasen, que aprovechando los arbustos y accidentado del terreno se aproximasen adonde estaba él, pero sin descubrirse. Mi tío tenía intención de atacaros por sorpresa a mediodía, y cuando la fuerza estuviera comenzada, pues por los numerosos arbustos que hay en la pendiente S.O. de Abarrán y por la inclinación de la misma, el grupo que estaba en ella a unos cuatrocientos metros de la cima no sería descubierto hasta llegar arriba. No fueron vistos por la fuerza que protegía los trabajos de la posición ninguno de ambos grupos; dicha fuerza de protección se retiró antes de la hora que mi tío creía sería la de la comida; en vista de esto se descubrió poco después el grupo en el que estaba él con una ametralladora (cuya procedencia no explica). Hostilizaron a la posición, la cual rompió el fuego de cañón contra ellos, sin ver al grupo que aprovechándose de la maleza ascendía a cubierto hacia ella, y según lo contaron los que tomaron parte en el ataque, no fueron descubiertos hasta cuando unos cuantos cortaban la alambrada. En aquel momento, dando gritos atravesaron la alambrada y saltando el parapeto irrumpieron en el campamento. Sin duda sorprendidos por lo inesperado del ataque, casi todos los indígenas que lo guarnecían huyeron por el lado contrario, y como tenían que saltar la alambrada, daba esto lugar a una detención que unido al desorden contribuyó a que hicieran muchas bajas, muriendo todos los oficiales y parte de los soldados que en unión de escaso número de indígenas ofrecieron resistencia. En el momento en que mi tío se apercibió de la entrada de la harka en el campamento, avanzó rápidamente con el otro grupo para tratar de salvar la vida a los que pudiera, pero cuando llegó solo había muertos; todos los heridos que no habían podido escapar habían sido rematados por esta gente salvaje.”
Este es el relato que yo creo más aproximado a la realidad de lo sucedido el día uno de junio. Mientras comemos unos huevos cocidos con mucho aceite, pan y té, le preguntamos si la harka amiga de Tensamán que iba con la columna y cooperó con las fuerzas españolas a la protección de la posición de monte Abarrán tomó parte con ellos; dijo que: “la harka de Tensamán que había estado con la policía no contribuyó para nada a la toma de monte Abarrán por los urriagueles, pues se marchó con las tropas de policía, con quienes había estado todo el tiempo.”
Debido a las malas cabalgaduras que llevamos no pudimos llegar a Axdir hasta las 24; tardamos unas 14 horas aproximadamente, pudiendo haber empleado unas seis horas, como nos dijo Mehamed que tardaríamos.
Nos presentó a su tío Abd-es-Selam; nos alojaron en una habitación interior al estilo del país y nos sirvieron una espléndida cena. La guardia estaba en la habitación contigua.
Terminada la cena sostuvimos una interesante conversación con Mehamed, iniciada por nosotros y sostenida principalmente por el que fue mi capitán don Luis Salto, con intención de poder averiguar algo sobre el pasado. La conversación duró hasta las 2 y media o las tres, y aunque no pudimos tomar nota, procuraré escribir lo más exactamente posible lo que nos dijo Mehamed.
Su ideal es constituir un estado independiente con su gobierno y ejército, y una vez realizado presentarse a la Sociedad de las Naciones para que le reconozcan como tal, dando así la sensación al mundo de que la zona que corresponde a España está civilizada y no necesita el protectorado de ninguna nación.
Aprovechando el fanatismo y espíritu independiente del musulmán -y en un grado mucho más superior en las kabilas del Rif- empezó la campaña en 1916 su padre Sidi Abd-el-Krim el Jatabi, y cuando murió a consecuencia de una insolación que tomó mandando la harka el día que nuestras tropas tomaron Tafersit, continuaron la campaña él y su hermano Mehamed, en unión de su tío Abd-es-Selam y su principal objetivo era atraerse a los morabos para con este auxiliar tan eficaz predicar la guerra santa –me dice la forma que se los atrajeron.
Los morabos la efectuaron excitando el odio de los rifeños a España, diciéndoles que no respetábamos su religión, propiedades, ni mujeres, y alegaban como prueba que las kabilas de la zona sometida estaban prontas a unirse a las no sometidas para, cuando llegase el Gran Día, arrojar a los españoles hasta los límites de Melilla, pues ellos no querían que entrasen en esta plaza para evitar la intervención de las demás naciones si aquello se realizaba, y trataban de convencer a los indígenas de que si entraban en Melilla vendrían España, Francia, Inglaterra y muchas naciones y arrasarían todo el Rif, mientras que si se contenían no lo harían y serían reconocidos como un estado independiente. Enviaron cartas a las kabilas de la zona sometida en las que se excitaba su fanatismo y hacían resaltar las ventajas que tendrían si se marchaban los españoles; para ello les recomendaban que propagaran la idea procurando no exteriorizarla para evitar que los españoles se apercibieran; que cuando la harka tomase los campamentos de Igueriben, Annual, Talilit y Sidi Dris, cada kabila se dedicase a cercar los campamentos de su jurisdicción impidiendo se efectuasen los convoyes, y con esto solamente se rendirían por hambre y sed. Estas cartas, dice Mohamed que las mandaron poco después de la pérdida de monte Abarrán, y hacían resaltar esta victoria diciéndoles que lo mismo harían con los demás campamentos.
Encontraron gran resistencia en las kabilas sometidas, y contados y escasísimos jefes prometieron ayudarles. La más reacia era la gente del pueblo, y si no hubiera sido por la evacuación de Annual y la retirada a Dar Drius de las tropas, no consiguen nada, y aunque tomaron Igueriben, la harka estaba ya desilusionada, cansada y sin municiones; se les hubiese marchado la gente con la misma facilidad con que habían acudido al llamamiento que hicieron pregonando el triunfo conseguido en monte Abarrán.
Vista su franqueza contándonos sus propósitos y los medios que emplearon para ello, se los rebatimos diciéndole que el ideal que nos dice no lo verán realizado ni él ni sus hijos, y siendo él rifeño, y por consiguiente mejor conocedor que nosotros de la idiosincrasia del mismo, trate de poner en práctica ese ideal que es imposible lo realice porque carece de medios -dinero principalmente- además del espíritu independiente del indígena, pues los jefes de cada kabila no permitirían la jefatura de otro indígena que les impediría cometer abusos y arbitrariedades para que otro lo hiciera llevándose el producto de los impuestos, multas y razias; y como él mismo nos ha dicho, las kabilas que han sido sometidas han podido apreciar los beneficios del protectorado.” Nos ataja y dice que: “se han cometido muchos abusos y la gente está descontenta pues España no ha hecho nada beneficioso.” Se le refuta esto diciéndole que muy poco enterado está de la acción española o quiere darse por enterado, pues debe saber que se han reconstruido morabos y zanjas, que se fomentaba la enseñanza, que se respetaba la religión, que se administraba verdadera justicia pues la de los indígenas no podía ser peor ni más inmoral, pues los kadies absolvían a los que más dinero o regalos les hacían, dando esta lugar a la intervención de los capitanes de mía, destituyendo a muchos de ellos por su inmoralidad; las mujeres se respetaban y eran ellas las que no respetaban a los españoles, teniendo que tomar medidas en los campamentos para no dejarles aproximarse y vender sus cuerpos a los soldados y policías por un pedazo de pan o unas cuantas monedas de cobre. En algunas kabilas, al ser ocupadas por nuestras tropas nos hemos encontrado casas públicas de mujeres, a las que acudían solo indígenas, siendo cerradas, arrojadas de la demarcación y [hecha] severa amonestación al jefe del poblado. En el de Ait Taya –próximo al campamento de Sidi Dris- había una mujer de B. Urriaguel que se dedicaba a tan bajo comercio, e inmediatamente que tuvimos noticias fue expulsada. Los primeros que no respetan a las mujeres son los indígenas como él lo sabe perfectamente. En estos años anteriores que hubo mucha hambre entre los indígenas, se confeccionaban ranchos en los campamentos que se repartían gratuitamente a los necesitados, y lo mismo ocurría en Melilla. Además, el pueblo con el protectorado no sufría los abusos de sus jefes, y contentos aquellos, [como] él mismo nos lo ha dicho pues encontraron enorme resistencia al levantamiento, y seguramente los escasos partidarios serían algunos jefes de kabila deseosos de volver a los tiempos pasados de rapiña y crímenes.
También propagaban que, una vez arrojados los españoles hasta Melilla, serían explotadas las minas, a cuyo efecto dejarían penetrar a un reducido número de extranjeros para dirigir los trabajos, no permitiendo la entrada a ninguna fuerza armada, quedando así todas las ganancias a favor de los moros, pero antes de llegar el Gran Día era necesario que reconocieran como sultán a Mohan, y formaran un ejército para así tener el apoyo de una entidad (la palabra usada en los pregones era “compañía”), la cual les daría dinero, armas y municiones, pero antes tenían que contribuir todos comprando armas y pagando un impuesto cada habitante en relación a sus bienes, que serviría para el mantenimiento de la Mehalla.”
Es de notar que en esos pregones ya no dan el nombre de harca sino Mehalla, y el procedimiento que tienen de convencer a los indígenas para que paguen tributos.
Insistimos en que no conseguirán lo que se proponen pues es contrario a la manera de ser del rifeño, que nunca se ha sometido al sultán, y ahora quieren que su hermano sea reconocido como tal; “por lo pronto todavía no lo han reconocido a pesar del triunfo que actualmente habéis obtenido y hecho creer que ha sido alcanzado por el talento de tu hermano; y no lo conseguiréis, pues las kabilas que hoy están sometidas, como sabes muy bien, lo hacen por verse obligadas. A medida que nuestras fuerzas avancen se someterán nuevamente al protectorado, y los mismos que hoy os alaban, incluso urriaguelís, el día de mañana serán los primeros en contribuir a vuestro derrumbamiento, y se cumplirá el refrán “cría cuervos y te sacarán los ojos”. Mucho mejor será para vosotros someteros a España y terminar de una vez esta vida constante de guerra que no tiene nada de positivo ni para vosotros, ni para España, mientras que sometiéndoos seréis bien considerados, continuaréis de jefes de B. Urriaguel, y con nuestro protectorado conseguiréis todos esos ideales de engrandecimiento del país que ahora, y mientras seáis rebeldes, no lo podréis realizar vosotros solos pues carecéis de lo más natural entre los naturales. Tú, una vez sometido puedes terminar tu carrera en Madrid y dirigir esos trabajos que tratáis de encomendar a extranjeros, pues mientras seáis rebeldes, nadie viene a estos territorios, pues como tú sabes muy bien, se convertirían en cautivos para sacar dinero de su rescate, si no les cuesta la vida sin que vosotros podáis impedirlo.”
Nos contesta convencido de que no conseguirá el Ideal si España continúa, pero que España, con la derrota sufrida, abandonará Marruecos y se quedará solamente con las plazas españolas del litoral, y no podrá avanzar, pues las fuerzas que llegan de España vienen sin instrucción, teniendo que dedicarse a efectuar ejercicios de tiro en las provincias de Melilla.
Le decimos que España no abandona Marruecos pues es mandataria de otras naciones europeas, y “desea protegeros porque si no lo hace ella, vendrá otra nación. Por lo tanto, si solo contáis con el abandono, no conseguiréis nada positivo, solamente la enemistad de España y de las demás naciones, las cuales vendrán por las armas si no pueden hacerlo pacíficamente como son sus deseos, pues considerándoos como hermanos a quienes tratan de educar para que estéis a la altura de las naciones civilizadas, prefiere que reine la amistad y la paz. Si ahora España avanza haciendo la guerra es en justo castigo a las kabilas sometidas por su mal comportamiento, lo mismo que hacéis vosotros, para hacerles comprender que tiene poder suficiente para castigarlos, pues las tropas españolas están muy bien instruidas para llegar adonde quieran”.
Se despide hasta el día siguiente, no sin antes insistir en [que] lo que deben hacer es corresponder a los deseos amistosos de España para evitar la guerra que es perjudicial para todos, y haciéndolo ahora conseguirán más ventajas que después, y nuestros deseos son de verlo pronto en Madrid continuando su carrera, y el engrandecimiento de esta kabila explotando sus riquezas.
Durante la conversación ha permanecido en la habitación algunos ratos su tío Abd-es-Selam, pero sin tomar parte en ella.
Al día siguiente nos sirven para desayuno café con leche y manteca excelente del país; nos dice Mehamed que seremos trasladados a otra casa suya cercana a esta (unos 80 metros), que será habilitada para vivienda nuestra y de la guardia, ésta –según nos dice- es para protegernos por temor de que algún fanático, deseando vengarse de alguna muerte de su familia causada por nuestras tropas, cometa cualquier barbaridad, teniendo nosotros libertad para ir y venir de una casa a otra.
Se habló otra vez de lo pasado, y nos dijo que “la campaña que hicieron por su naturaleza religiosa, se llevó con gran reserva; su hermano S. Mohan para excitar más a los indígenas de la zona no sometida hacía resaltar que España no pagaba a sus servidores, pues habiendo estado él a su servicio de Kadi Koda en la Oficina Central de Asuntos Indígenas tuvo en pago la prisión, y por consiguiente nada bueno podía esperarse de una nación que obraba así con sus servidores, y les hacía creer que los de la zona sometida estaban prontos a sublevarse al primer aviso.”
Le contestamos que no obstante esa gran reserva, tuvimos conocimiento de ello, no debiéndole extrañar pues demasiado bien sabe que el indígena traiciona por cualquier insignificancia o conveniencia, así como también de que mandó cartas a la zona sometida; y respecto del mal comportamiento de España con su hermano, no era cierto lo que aquél decía, pues mejor que nosotros sabe él las causas que motivaron la detención y el buen trato que recibió durante la misma; y si alguien no se portó bien fue su hermano. Tampoco es cierto que las kabilas de la zona sometida estuviesen dispuestas para el levantamiento, pues él mismo (Mehamed) nos ha dicho todo lo contrario.
Nos dice que “muchos oficiales de policía cometían abusos de autoridad con los indígenas”, y nos cita a un capitán. Le contestamos que “debe saber que el gobierno castiga a los que faltan a su obligación, y respecto de ese capitán, si tienen buenos confidentes, estará enterado de lo que le ha ocurrido, y si lo ignora carece de buenos informadores o no son ciertas las barbaridades que nos ha dicho fueron cometidas por el referido capitán, pues hubiese llegado hasta ellos inmediatamente la noticia de lo ocurrido, precisamente por la importancia de los hechos que se le atribuyen.”
Próximamente a mediodía nos acompaña a la casa designada para alojamiento nuestro y de la guardia; tiene dos habitaciones pequeñas, un sotechado delante de ella y un corral, y es de construcción reciente. Llevan muebles de su casa: dos camas europeas de sábanas y colchas, lavabo, dos mesas, tintero, alfombra, esteras y dos sillas. Colocamos las dos camas en una habitación en donde dormiremos cuatro oficiales, y las alfombras y esteras en la otra, para dormir los otros tres oficiales; la guardia se coloca en el sotechado. Nos entrega dos prismáticos y ofrece mandarnos algunos libros que tiene para que nos entretengamos, y que podemos escribir a la isla pidiendo lo que nos haga falta y él no pueda facilitarnos por carecer de ello, pues desea que seamos tratados como huéspedes.
En días sucesivos nos entrega algunos libros; la guardia se porta bien con nosotros, guardándonos toda clase de consideraciones. Mehamed casi todos los días va a tomar té con nosotros después de comer. La comida confeccionada en su casa consiste en desayuno: café con leche y manteca (no de la calidad del primer día); comida y cena: judías, gallinas o borrego, y en un solo plato en cada comida, al estilo del país. De la isla nos han mandado platos y cucharas. La guardia come lo mismo pero después que nos hemos servido nosotros, por no permitirlo ni Mehamed ni ella, pues desde el primer día que le ofrecimos se sirvieran primero, no aceptaron.
El médico, Sr. Vázquez, salía con frecuencia a visitar enfermos, pero siempre acompañado de los indígenas que venían a solicitarlo de Mehamed.
Los guardianes sostenían conversaciones con nosotros, y especialmente el llamado Mohan Haddú -conocido entre los naturales por el apodo la señora Torbellino, de la fracción de Marabten- en las cuales decían algo de interés, exponiendo a continuación lo de importancia y obtenido en días sucesivos: “Repetidas veces ha venido un barco que anclaba detrás del Morro, oculto de las vistas de la isla de Alhucemas, siendo la última vez el día veintiuno de julio del año actual -1921-; de él desembarcaba gente europea que conferenciaba con la familia Abd-el-Krim; el que posee la familia de Abd-el-Krim -y con el que éste ha comprado no solo las minas de Beni Urriaguel, sino también las de B. Tuzin y Tensamán- es procedente de una compañía, este dinero lo ha repartido la familia Abd-el-Krim a manos llenas, comprando a los morabos para dar a la campaña un aspecto religioso, siendo español todo el dinero; que han enviado varios correos a Tánger para ponerse en comunicación con el gobierno francés; después de los sucesos han recibido una carta del gobierno francés (no dice la procedencia ni el conducto) diciéndoles que se detengan y no avancen más, y posteriormente otra recibida cuando S. Mohan estaba en B. Said aproximadamente a primeros de agosto diciendo que pueden hacer el comercio con ellos libremente.”
La llegada de ese barco, la entrada de dinero y la venida de gente europea ¿tiene alguna relación con la noticia publicada por el periódico ABC en el mes de junio o julio próximo pasado -1921-, en la que se decía que había llegado a Alhucemas un moro y un periodista en un bote, y que desde allí marcharon a Cabo Kilates, o son independientes ambos sucesos?
Esto ocurrió antes de los sucesos de julio, pues estando en la oficina de Buimeyán, llegó a nuestro conocimiento por buenos confidentes, que en Cabo Kilates había desembarcado y marchado enseguida un español, pero no pudimos averiguar más.
Mehamed en Amesauro hizo también manifestaciones al oficial de Regimiento Ceriñola Don Luis Casado Escudero el día que cayó prisionero, y por el tiempo transcurrido dicho oficial no recuerda los detalles, y en rasgos generales las manifestaciones fueron encaminadas a decirle que: “España no entendía el problema de Marruecos, pues a Beni Urriaguel se hubiese ido por un millón de pesetas en cuanto se hubiese negociado con él y con su hermano; los españoles no llegarían nunca por la fuerza, pues necesitan mover grandes columnas con muchos elementos, mientras el moro, con un fusil, cartuchos y una torta de cebada ponía en jaque a todas esas grandes columnas, y no las dejaban en paz un momento; por otra parte, les preocupan mucho las bajas porque enseguida se armaba algazara en Barcelona, y hasta revolución, mientras que a nosotros, mil bárbaros (frases textuales) más o menos nos tiene sin cuidado. La fantasía del general Silvestre lo ha echado todo a perder, no haciendo caso de mi hermano y de mí, como le dijimos en una carta aconsejándole: -que no avanzara aún a Abarrán, porque todavía era prematuro, y después, de acuerdo con nosotros, lo hubiera hecho con más garantía de éxito-. Igual pecado cometió el general Silvestre blasonando[1] en la isla de Alhucemas -de tener que venir a caballo a Beni Urriaguel en el primer viaje-. Tanto a mí como a mi hermano S. Mohan y demás jefes nos había sorprendido notablemente la retirada porque no había razón para ello, ya que el enemigo no era numeroso y los ataques aún no habían puesto en peligro, ni mucho menos, a la posición de Annual; el tiroteo de la noche anterior había sido escaso por hallarse la gente entretenida aún con la caída de Igueriben. También dijo Mehamed que su insistencia en atacar Igueriben era para demostrar al general Silvestre que tenían suficiente poderío para tomar cualquier posición, pensando haber cesado en los ataques después de haberse perdido aquella posición, sin atacar siquiera a Annual.”
También le enseñó una carta de Melilla con membrete “Setolazar” -sin que pueda recordar quién era el firmante- donde le decían a Mehamed que tuviera calma y fuese amigo de España, para que pudieran prosperar sus proposiciones mineras.
Casi todas estas manifestaciones fueron posteriormente reiteradas por el mismo Mehamed a los oficiales que primero estuvimos en Axdir.
Septiembre de 1921
Días 1 al 11.- Continuamos lo mismo, reinando optimismo por haber dicho Idris que la marcha es cuestión de poco tiempo, y a insistencia nuestra sobre la fecha, dijo el día 2 o 3 que “para el día 15”. La mayoría lo creen, pero unos cuantos opinamos que tardaremos mucho tiempo, y yo calculo que tardaremos un minum de dos años, creyendo también mi capitán don Luis Salto, y el comandante Sr. Villar que tardaremos bastante tiempo en salir.
Día 12.- El capitán Sr. Sainz recibe dos cartas del capitán señor Soler, diciéndole que “dentro de cuatro o cinco días estaremos en la isla” y que se alegraría que con las medicinas y noticias que manda se mejorasen los enfermos. Estas noticias enviadas por el referido capitán de la Oficina Indígena de la isla han contribuido a que no sea tan pesimista, pero continúo muy escamado porque ha llegado un barco de guerra y nos dicen que ha venido en él Idris, y al no venir enseguida supongo es porque no tiene muy buenas noticias, pues si así fuera vendría inmediatamente.
Día 13.- Viene Idris y se muestra muy reservado, lo cual no me agrada. Nos dice que durante la travesía recogió por la radio la noticia de la toma del Zoco Arbaa por nuestras tropas, y que a la isla han llegado dos oficiales de la Brigada Disciplinaria para despachar los vales que hacemos aquí pidiendo artículos; síntoma de alargamiento me parece esto pues si el rescate fuese en tan pocos días, como dijo Idris, no haría falta vinieran esos oficiales.
Por la guardia nos enteramos de que nuestras tropas avanzaron hacia Nador, desalojando a los moros de las trincheras y pozos de tirador, que después se rehicieron los moros, y contuvieron el avance. No creo que contuvieran el avance de nuestras tropas, pues a pesar de la moral elevadísima que tengan ahora, los indígenas habrán sufrido algunas derrotas serias por el empuje de nuestras tropas que estarán sedientas de venganza y aún no se les habrá pasado, y además porque el moro rara vez espera el combate cuerpo a cuerpo, pues lo característico de pelear del moro es la guerrilla pequeña, y mucha movilidad, procurando tener la retirada cubierta. Supongo que habrá sido que al ocupar cualquier posición nuestras tropas, la vanguardia haya cesado el avance cuando ya se considere protegida la posición, y entonces será cuando hayan dejado de huir los moros, pudiendo rehacerse, pero nada más.
Días 14 y 15.- Se reciben envíos del Sol: tabaco, coñac y vino, lo cual indica que nuestros hermanos se acuerdan de nosotros. No saben ellos la alegría que recibimos, para saberlo es necesario estar como estamos nosotros.
Día 16.- El guardián Abd-el-Krim nos dice que está arreglado el canje devolviendo a los prisioneros moros las cantidades intervenidas a los procedentes de Argelia; que diariamente mueren unos cincuenta indígenas en la guerra, entre las kabilas de B. Urriaguel, Tensamán, B. Said y B. Ulixek. De los primeros serán muy pocos, pues no se meten en el fregado más que muy raras veces, lo que hacen es obligar a las cuatro kabilas a combatir en primera línea, y ellos se limitan a excitarles y amenazarles la retaguardia, caso de que no resistan, además de las multas y razias si no les obedecen.
Idris se marcha muy molesto porque dice que en Melilla lo estropean todo, y no me agrada esto pues el rescate no es para el día 16, como dije a primeros de mes, y me parece que pasarán muchos días 15, y continuaremos aquí.
Día 17 al 19.- No dejan pasear más que al general, coronel y teniente coronel. Los moros están de mal humor; ha llegado una gasolinera a Alhucemas, y en ella ha venido Idris, pues ha mandado un recado al teniente Civantos.
El guardián [de] Abd-el-Krim ha pedido el reloj al comandante Sanz, y no lo ha devuelto; mala cosa es, pues como empiece esta gente a hacer de las suyas, vamos a tener muchos disgustos. Ha venido un barco de guerra ¿por qué viene Idris en la gasolinera, y poco después llega un barco de guerra? En cuanto anochece, el teniente médico Sr. Vázquez aprovecha un descuido de la guardia, y se fuga.
Día 21.- Próximamente a las 21 pregunta la guardia a voces: “!Vázquez!,! Vázquez!, ¡Vazquéz!”. Al no contestar nos pasan lista por posiciones, y dicen que el general, el coronel, el capitán Sánchez Canaluche y el teniente Civantos son responsables; cada uno de los suyos.
El general es llamado por S. Mohan y le pregunta si Vázquez sabe nadar. El general sabe que nada muy bien, y con objeto de no dar lugar con su contestación a que lo persigan y puedan cogerle aún, lo hace diciendo que ignora si sabe nadar. Ayer se marchó el barco de guerra. Nos dicen que han venido a la isla el coronel Patsot y tres moros, uno de estos de Tensamán, y suponemos sea Abd-er-Rahaman B.S. Abd-er-Resak. ¿Qué comisión es esta estando ya Idris en representación del Alto Comisario? Si son independientes no me agrada nada, pues indica que han surgido dificultades para las cuales Idris no está autorizado, o no puede resolverlas; y si no es así y trabajan independientemente, peor aún, pues no habiendo unidad es muy difícil la concordia e idéntica apreciación en los asuntos, y como consecuencia vendrá el alargamiento para la resolución de este problema. Han devuelto el reloj al comandante Sr. Sanz, menos mal.
Día 22.- El general habla con S. Mohan, el cual niega permiso para pasear a los oficiales; únicamente le dijo que había precauciones contra otro y podían pasear el general y el coronel. También le dice S. Mohan que el general y teniente Civantos escriban a la isla diciendo que venga Vázquez, a lo cual se niega rotundamente el general; que han traído varios prisioneros procedentes de la toma de Nador. Se reciben cartas de la isla; en una se dice paciencia, y en otra que tengamos paciencia pues se han roto las negociaciones. Quizás la fuga del teniente Sr. Vázquez haya sido el pretexto, pero supongo hay algún otro motivo mucho más importante, y si a S. Mohan le conviniera que continuaran las negociaciones, no las rompería por su iniciativa y por tan fútil motivo ¿será alguna maniobra de Idris para hacer fracasar al coronel Sr. Patsot y quedarse otra vez solo?
Nos hacen salir a hacer nuestras necesidades uno a uno. La guardia nos cuenta que quieren canjear al médico Sr. Vázquez por las mujeres y niños prisioneros que dicen han traído de Nador a Annual; que los moros han cogido 12 mujeres y niños en el Hipódromo de Melilla. Creo que S. Mohan haya propuesto el canje a la isla, pero nada conseguirá; no creo lo de las mujeres y niños cogidos en el Hipódromo.
Día 23.- Siguen la vigilancia y las molestias. La comida: unos 100 huevos para todo el día, y poca agua. Nos visitó Idris y se despidió para Melilla. Dieron correo por la noche.
Día 24.- Llegó un torpedero a la isla, y el vapor correo marchó por la noche. La comida fueron 100 huevos, y por la noche dieron carne en la cena.
Día 25.- Hay temporal. La situación, igual. El capitán Sr. Hernández, gravísimo, teniendo que velarle por turno entre todos.
Día 26.- Se recibieron encargos. Negaron el permiso para que viniese un sacerdote al capitán Sr. Hernández; llegó un vapor al oscurecer y marchó en la misma noche.
Día 30.- No nos han traído correo de la isla.
Octubre de 1921
Día 1.- Después de muchas idas y venidas autorizaron para que se llevaran al capitán Sr. Hernández a la isla; iba en estado agónico. S. Mehamed nos dijo era ya cosa de pocos días nuestra estancia aquí y que telegrafiásemos para que no nos manden nada. Nos dicen que el capitán Sr. Hernández murió ayer tarde.
Día 3.- Estamos incomunicados por la mañana con la isla; por la tarde han traído cartas. Dicen que nos vamos en cinco días.
Día 4.- Hay mucha enfermería como en días anteriores. Se reciben cartas y telegramas.
Día 5.- Viene Idris y nos repite lo de siempre: que nos vamos pronto, para alrededor del 12 al 14 estaremos en Melilla. Él marcha mañana.
Día 12.- En esta fecha alguno creyó estar en casa como dijo Idris. Continuamos sin correo. Dicen que hace 3 días estuvo Idris hablando con S. Abd-es-Selam en Sidi Dris.
Día 13.- Llegó el cañonero y nos han dado cartas.
Día 14.- Esta mañana la guardia se ha percatado que el comandante Sr. Sanz Gracia se ha fugado en la noche pasada. Vino Idris y marchó enseguida. No han dado nada para comer, y nos han prohibido el paseo. Nos dicen que después de las 22:00 no permiten salgamos de los cuartos y tiendas al corral ni para hacer nuestras necesidades, bajo amenaza de recibir un tiro el que salga.
Día 15.- Todo igual que ayer, de rigor. No hay comunicación con la isla. No dan más que leña y un litro de aceite para la comida.
Día 16.- No han traído el correo nuestro, y nos dicen no nos traerán correo ni encargos de la Isla, quedando desde luego incomunicados. Nos dieron huevos por la mañana, café y azúcar. Pajarito vino, y nos ha dicho que Idris está enfermo en la isla y que había sido llamado por S. Abd-es-Selam para mañana.
Día 17.- Amanece con mucho viento del Este; suponemos que no traerán el pan de la isla, y que Idris no vendrá. Han dado pan, unos 16 kilos de patatas y 100 huevos para comer. Se nos permite pasear y se suavizan las asperezas.
Día 21.- Sabemos que Idris está gravemente enfermo en la isla, lo cual es una gran contrariedad. Nos dan telegramas. Anoche llegaron tres vapores que volvieron a marchar.
Día 24.- Siguen llegando envíos de las familias; para todos llegó un cajón con una caja de bombones, tabaco y libros con una carta de una niña llamada Piedad… que ignoramos quién pueda ser.
Día 27.- Hace un gran día. No nos han traído agua, y son las 13:30, y por fin traen cuba y media para beber y guisar. Se le comunicó al general, y no se ha conseguido nada.
Día 28.- Nos traen un donativo de 4 barriles de vino de Jérez de la casa Domecq. No nos han dado nada para comer, y en vista de ello se hace una colecta, y cada uno da lo que puede para hacer una paella; pan no dieron porque dicen se cayó al mar.
Noviembre de 1921
Día 1.- Han dado para comer solamente 62 huevos y unos 16 kilos de patatas, y nada para condimentarlas; de agua tres viajes de cuba y media para todo. A las cinco de la tarde nos han dado correo.
Día 2.- El general trató de ver a S. Abd-es-Selam, y este se negó a recibirlo so pretexto de que está enfermo (no es cierto). A las once aún no han traído el agua; a las 12.30 se consigue que vaya un soldado con un mulo para traer agua, primera vez que esto ocurre.
Día 10.- Nos dicen que Abd-el-Krim ha sufrido una derrota, y que ha sido abandonado por su gente, y viene mañana. Nos mandan aguardiente y agua de donativo.
Día 11.- Estando el teniente Sr. Martínez Vivancos en el barranco haciendo sus necesidades, le dispararon un tiro; luego tirotearon la casa. Se cree sea alguno de la montaña.
Día 13.- Ayer nos dieron correo, pero hoy no. Fiesta de 1º de año musulmán.
Día 15.- Nos han dado paquetes llegados de Melilla con capotes, pero no las cartas. Ha llegado Abd-el-Krim con jefes de diferentes kabilas, entre ellos Kadur N´Amar, Amar-Boaza, de Beni Said. Ordenó se nos quitaran los capotes de abrigo; la guardia -fusil en mano y pistola montados- nos obliga a entregarlos, así como algunos otros objetos, amenazando con pegarnos un tiro si no se hace. No han dado nada para comer.
Día 16.- Siguen sin darnos el correo; dicen es como represalia por la fuga del comandante Sr. Sanz, de la cual Abd-el-Krim no tenía noticias y ayer se enteró. Hace tres días no llevan el correo nuestro a la isla. Al capitán Sr. Sainz le han quitado la máquina fotográfica, y a otro las linternas que tenía. Ha venido un barco por la noche que se cree sea un cañonero.
Día 17.- Nos piden el correo, cosa hecha por primera vez. No sabemos a qué se debe, si será al recado que dice mandó ayer el coronel señor Civantos preguntando por qué no se mandaba. Han dado para comer leña y dos kilos y medio de judías; a las once nos trajeron agua con la cual se pudo hacer la comida a las 16:00.
Día 18.- Llegó el vapor correo y vino Idris. Nos trajo cartas ocultas que entregó sin que lo viera la guardia. Siguen sin darnos el correo; para comer han dado 18 kilos de patatas. Desde hoy no dejan tampoco pasear ni salir del patio al general, coronel y tenientes coroneles. Desde anoche nos prohíben salir después de las ocho para nada. Idris nos dijo que hoy nos darían los capotes y el correo, y no han dado nada.
Día 19.- Llegan algunos encargos de la isla, los cuales son abiertos por la guardia fuera de la casa, sin que lo vea ningún prisionero. Ha venido Idris; no ha arreglado el asunto del correo, que ayer dijo procuraría solucionarlo. Dice que el general Berenguer se niega a dar dinero por el rescate. Aparece muy disgustado contra el general Berenguer, a quien censura. El Alto Comisario ha sido llamado por el gobierno, y este le ha avisado de que no vaya por Málaga, pues allí hay organizada una manifestación en contra suya. Traía una carta de una comisión de señoras, esposas y madres de prisioneros de Melilla, dirigida a S. Mohan, en la cual, apelando a sus sentimientos humanitarios, le rogaban dijera con toda claridad qué era lo que pedía por los prisioneros; y otra de un tal señor Hernández, redactor del periódico madrileño La Libertad. Idris escribió en presencia nuestra una carta a las señoras, diciéndoles que S. Mohan Abd-el-Krim solo exigía por nuestro rescate cuatro millones y los prisioneros moros. Además escribió otra carta contestando al Sr. Hernández diciéndole que con aquella fecha contestaba a las señoras, que él solo pedía cuatro millones y los prisioneros moros. Estas cartas las escribió sin firma, porque lo haría S. Mohan, y además puso en ellas una especie de certificación en que nosotros (dos oficiales cualesquiera) garantizábamos que la firma que precedía era la auténtica de S. Mohan Abd-el-Krim. Se le hizo ver que ningún oficial podía certificar la firma sin ver al propio S. Mohan hacerla. Se llevó las dos cartas, y dijo que serían llamados dos oficiales cuando las firmase S. Mohan. No me explico la enemistad ahora de Idris contra el Alto Comisario cuando tan agradecido le tiene que estar por cosas anteriores, únicamente puede ser que, si es cierto lo que ha dicho de que no quiere dar dinero por el rescate, haya echado por tierra su comisión en el negocio.
El guardián Amegar ha recibido del capitán Bascones un billete de 50 pesetas para cambiarlo, y le ha dicho que se le ha perdido. Anochecido quitan los relojes y, dado el espíritu observador del rifeño, saben quiénes quieren. El capitán Sr. Salto lo ha mandado esta mañana a la isla por conducto de Idris y sin que lo sepa la guardia; al pedírselo el guardia Amegar así se lo dice; no le cree; le apunta con el fusil montado, y le dice: “Dame el reloj, si no tener que pasarlo mal”. El capitán Sr. Salto le contesta tranquilamente que le ha dicho la verdad y puede atestiguarlo Idris cuando venga; parece que se conforma. Diariamente nos traen de la casa velas para la noche. Al principio la guardia nos pedía media vela; después una; hoy ya, dos; y dentro de poco se quedarán todas.
Para evitar precisamente lo de las 50 pesetas de hoy, nunca he pedido dinero a la isla, únicamente artículos para comer, pues conozco a los moros y sé que si no es hoy, será mañana cuando empiecen a hacer de las suyas, y el mejor medio de evitarlo y no excitar su codicia es no tener nada que pueda llamarles la atención. El guardián Amegar ha dicho al general que Idris ha reñido con S. Mohan. Si es cierto, estamos bien; ni el coronel Sr. Patsot, ni Idris ¡lo que me temía! Comida: sopa de arroz y cocido muy malo; cena: café con leche condensada.
Día 20.- Se ha presentado un soldado que viene de Annual, y dice que lo traía un jefe de Beni Urriaguel para entregarlo a la isla, pero que en el camino se han encontrado a S. Mohan, y le ha hecho que lo traiga aquí. Dice] que en Annual no hay guardias; la gente de los poblados próximos se porta bien con ellos; los jefes les dicen que si el canje no se hace el día primero, los entregan a todos; y que S. Mohan les ha dicho que será cuestión de pocos días; que en Annual han muerto algunos soldados de fiebre, y en uno de los convoyes, hace poco tiempo llegaron dos latas con gasolina a Annual, y no sabe adónde han ido, pero que lo han visto los soldados ¿Qué latas son ésas? Debe ser con conocimiento del jefe u oficial que vaya encargado de los convoyes, pero me parece algo extraño.
Han pedido nuevamente de malas formas los relojes al capitán Sr. Salto y teniente Sr. Villegas, que son a quienes han visto que tenían relojes y ayer ya no los tenían; intervino el general, y afortunadamente no pasó nada, y parece se convencieron de que no los tenían.
El otro día dijo Idris que el Alto Comisario no autoriza las gestiones particulares para el rescate de individuos aislados, lo cual me agrada, pues si se hiciera así, sería darle a S. Mohan facilidades para continuar su obra, por consiguiente creo que a los ingenieros no los rescatan.
Próximamente a mediodía nos llevan a la casa de S. Mohan, a una habitación situada en un corral; en un extremo de la misma a 17 -entre jefes y oficiales- y en otra habitación contigua, al general y coronel; a los demás los hacen dormir en dos habitaciones en donde antes estábamos, y quedan distribuidos a [razón de] 16 y 14 en cada una. Nuestra habitación ha sido una cuadra y desde hace 6 o 7 días han estado unos soldados sacando estiércol y echando tierra en el techo; estamos apretadísimos durmiendo en las colchonetas que mandó Intendencia, pero teniendo que reducirlas hasta la mitad. Nos cierran la puerta con una cuerda por fuera, y nos prohíben que salgamos para nada. No me gusta esta vueltecita más al tornillo ¡si al menos fuera la última! Las dimensiones son aproximadamente ocho metros de longitud, dos treinta de anchura, y dos veinte de altura. Comida: judías con arroz y un poco de chorizo; cena: café con leche condensada.
Día 21.- El capitán Sr. Ozaeta recibe una carta sin firmar de Idris, por conducto de Pajarito, diciéndole que la carta de S. Mohan ha sufrido algunas variaciones, éste ha marchado sin firmar, y que se legalice la firma aun cuando no lo haga en nuestra presencia, y que se le mande relación de domicilios para telegrafiar a nuestras casas. Pajarito, no obstante lo que dice Idris, no ha traído la carta para hacerlo. No comprendo este enredo ¿de Idris o de S. Mohan? Quizás de ambos. Para legalizar la firma de S. Mohan no se debe hacer como no lo haga a presencia del que sea, y este limitarse a poner debajo que “ha firmado en su presencia”, pues otra cosa es exponerse a un serio disgusto y puede hacerse un mal servicio.
Pajarito manda recado para que se pida a la isla por medio de un vale -que lo suele firmar el capitán Sr. Ozaeta- velas, café, azúcar, aceite y otras cuantas cosas más para nosotros. No dan nada para comer, hemos podido hacer arroz con un poco de chorizo de lo que se ha ahorrado estos días, y para cenar, sopas de ajo con cinco panecillos que han dado los que comen menos.
Día 22.- Han venido tres soldados que estaban trabajando haciendo casas en Yebel Haman, y cuentan que los ha traído S. Mohan, el cual les ha dicho que los oficiales están aquí muy bien pues tienen hasta periódico; que no se hace el rescate porque el gobierno no quiere, que España no tiene cura y es preciso que cambie el régimen. Claro que a él le conviene el cambio de régimen, es decir la república, para al menos probar si consigue algo, pues ahora parece ser que le van a dar en los nudillos. Comida: arroz con aceite solamente, y no hay cena. El general comía con todos los jefes al venir a esta casa, no podían cenar reunidos más que el general, el coronel, el teniente coronel Pérez Ortiz, comandantes Gómez y Villar. Estas noches pasadas, no obstante la prohibición que hizo el guardián, Mohan Haddú permitía que fuesen un momento los tres jefes de esta habitación a la contigua del general y coronel, pero esta noche como no ha habido cena se lo ha prohibido al comandante Villar, y dice que desde mañana ya no irán los otros dos.
Día 23.- Como durante la noche estamos todos los oficiales encerrados en las tres habitaciones y la tropa en una tienda, quedando sin poder vigilar los escasos víveres que tenemos, al llevarnos a la otra casa nos encontramos que la guardia ha cogido el pan que había para hoy, y a un soldado que traía dos pilones de azúcar que le habían dado en la casa para nosotros, le han quitado uno. Comida: judías con un poco de aceite que han dado en la casa, y nada para cenar; de agua solamente han traído dos cántaros morunos.
El guardián B. Al-lús ha dicho que S. Mohan dice que si no nos llevan pronto, nos pondrá a la barra, que esto es una barra sujeta a la pared, en donde nos sujetarían con una cadena por los pies. La guardia de la otra casa se ha pasado la noche cantando el Maaruf (canto guerrero), y los oficiales han oído pronunciar los nombres: Salto, Elviro en Buimeyán, Villar en Abarrán. Nada me agrada que nuestros nombres figuren en estos cánticos, pues indica una amenaza poco seria; ya veremos si solamente es alarma. El guardián Amegar al pasarnos la lista de hoy lo hace nombrándonos solamente por el apellido con objeto de mortificarnos, pero por mi parte no me mortifican, pues las cosas son según de quién vienen; de un salvaje no se puede esperar más que una salvajada; además que si nos considerásemos ofendidos es peor, pues es lo que buscan, y apareciendo indiferentes se percatan de que no han conseguido nada. Este mismo individuo ha dicho que lo que pasa es porque en Melilla se trata mal a los prisioneros, porque el Gobierno no les ha entregado la familia del kaid Meheyud y porque no ha contestado a S. Mohan cuando éste ha pedido la relación de los indígenas presos de Beni Urriaguel; y que ya no había correo. El señor coronel le dice que si no hay correo no se podrán enterar en Melilla de esto, y contesta que hablará con S. Mohan para que lo llame y le hable. Esta gente lo que desea es que lloremos a Melilla nuestra situación, y no creo que lo consigan, pues no lo haremos, al menos yo, aun cuando nos cueste la vida, y creo que debe hacerse oficialmente nada más para que lo sepan las autoridades y no lo califiquen de llantos, sino porque considero que deben estar al corriente de todo cuanto nos suceda aquí, para el día de mañana obrar en consecuencia. A poco de encerrarnos, el guardián Mohan Haddú abrió la puerta y llamó afuera al intérprete preguntándole por qué quería ver el coronel a S. Mohan. Se lo explica y vuelve al poco rato diciendo que mañana lo verá.
Día 24.- Piden que se haga un vale a la isla por artículos para nosotros. Se hace y se entrega, poniendo en morse algo para la isla, que ignoro lo que será. Comida: arroz con un poco de tocino, y nada para cenar. Se ha tenido que hacer la comida con las tablas de dos cajones, porque no han dado leña. Llega de la isla un cajón con tomate, algo de café, tocino, ajo, patatas, cebollas y pimentón. Nos enteramos de que ha venido Idris con encargos; éstos los entregan registrándolos antes sin que lo presenciemos, e Idris solamente en un momento que vio al general le dijo: “Mal, muy mal”, no dejándole hablar con ninguno de nosotros. ¿Será que ya no hay negociaciones?
Próximamente a las 20:00 abren la puerta, y un guardián dice: “Salto, sal”. Así lo hace enseguida sin decirnos nada, y cierran inmediatamente. Nos quedamos un poco sorprendidos, y yo creo que será que aún esté aquí Idris y haya dicho algo del reloj y no coincidente lo lleven a presencia de S. Abd-es-Selam y de Idris para aclarar lo que haya. A medida que pasa el tiempo nos intranquilizamos; la guardia permanece silenciosa y nada alarmante notamos, lo que hace que no aumente nuestra intranquilidad, pero muy recelosos pues esta gente puede haberle dado algún castigo serio.
Día 25.- Nos llevan a la otra casa con grandes precauciones y nos pasan la lista ordinaria. En el momento de entrar, un soldado que sale nos dice: “Han matado al capitán Salto”, causándonos la impresión que es de suponer, pero todavía no lo creíamos. Después de pasada la lista, el general pregunta a Amegar lo que ha pasado con el capitán Sr. Salto, y le dice que lo ha matado él porque quiso escaparse, y que S. Abd-es-Selam le llamará a él y al coronel. Nos enteramos por el corneta Pedro, de Ceriñola, que un rato antes de amanecer le llamaron en unión de otros para recoger el cuerpo del capitán Sr. Salto; que conservaba el abrigo puesto, y tenía tres heridas de bala: una en el pecho, otra en las piernas y otra en la cabeza. Estaba ya frío, y lo enterraron a la derecha del camino por donde van los soldados por agua salada. Un soldado nos cuenta que vio venir a Pajarito muy contento con unos papeles en la mano. Le dijo que venía muy contento, contestándole: “Más contentos os pondréis vosotros”.
Las palabras de ayer de Idris al general: “Mal, muy mal” me supongo tendrán relación con lo sucedido anoche. ¿Lo sabía Idris? ¿Es que negó el capitán Salto le entregara el reloj para llevárselo a la isla? No comprendo el motivo de esta triste desgracia. ¿Ha sido venganza personal de Amegar o por orden de S. Mohan? Es un misterio que solo ellos saben y sobre el que Idris podrá dar alguna luz. Estoy apenadísimo pues el capitán Sr. Salto fue destinado a la 15ª Mía de policía de guarnición en Tensamán, a mediados de junio último, en donde yo prestaba mis servicios; era de gran carácter en su trato oficial, y trabajador por excelencia. Lo demuestra el [hecho de] que estábamos trabajando desde las seis de la mañana hasta las doce o doce y media de la noche la mayoría de los días desde su incorporación hasta el día 22 de julio en que caímos prisioneros, sin poder descansar durante el día por el excesivo trabajo que teníamos. ¡Triste es que después de trabajar con tanto entusiasmo muera uno sin provecho para la Patria! Tengo también muy presente el canto de hace pocas noches del Maarud por la guardia de la otra casa, y de los nombres que pronunciaban; así se lo digo al comandante Sr. Villar, y que estemos preparados, pues si esto es orden de los jefes y no una venganza personal, me temo sigamos el mismo camino no solamente nosotros dos, sino también alguno más de la policía.
Comida: arroz con tocino, y nada para cenar. De la isla han llegado algunos alimentos. Cuando vamos a la otra casa, la guardia hace el servicio desde el tejado, poniéndose así a salvo de cualquier intentona por parte nuestra. Por la noche el guardián Mohan Haddú abre la puerta y llama al intérprete, con quien habla un rato, cerrando otra vez enseguida. Dice que no hay nada de particular. Casi todos creen con esto que cesarán las represalias, yo continúo muy escamado y así se lo digo al comandante Sr. Villar, quien llama aparte al intérprete y le pregunta lo que hay. Dice que la guardia está alarmada por los corrillos que hemos tenido hoy en el patio de la otra casa, y las conversaciones (que no oían), y que no hay nada bueno; que en Madrid ha habido una manifestación en la que han sido heridos el Sr. La Cierva y el presidente del Consejo de S.M. el Rey. No creo esto, y supongo será una combinación de S. Mohan para hacer creer a esta gente lo que más le convenga.
Día 26.- Un soldado ha hablado con un moro, que por las señas que nos da es el kaid Bu-Kaddur de Amesauro-Tensamán, quien le preguntó por el comandante Villar, capitán Salto y teniente Elviro, todos de la policía, los dos últimos de Buimeyán. El soldado le contó lo ocurrido con el capitán Salto, pareciendo sentir la desgracia Bu-Kaddur. Fakir Hamed, que estaba presente durante la conversación, dijo al soldado que estuvieran tranquilos, pues ya no les pasa nada a los oficiales, ni encierran a los soldados. Veremos si es así, y al preguntar el kaid Bu-Kaddur por el capitán Salto e ignorar lo sucedido, me indica que ha sido obra de Amegar o de S. Mohan (de acuerdo con su tío) única y exclusivamente, pues si hubiese sido una imposición de los indígenas, hubiera sido un fusilamiento como lo hacen ellos, de día y con gran concurrencia de gente. El guardián Mesaud ha dicho a un oficial, al parecer en broma, que tienen que morir 18 oficiales más. Quizá por de pronto sea una broma, pero quizás también haya oído hablar de algo en la casa. Comida: patatas con chorizo.
Día 27.- No nos dan nada de agua, teniendo que comer dos chorizos fritos cada uno. A los soldados no los dejan estar con nosotros, y tenemos que hacer nosotros mismos la comida incluso para la tropa, haciendo de cocinero el comandante Sr. Villar. Nos exigen entreguemos los pocos cuchillos que hay para comer, navajas pequeñas, abrelatas y todo cuanto sea de hierro, amenazando con una paliza y el calabozo al que después se le encuentre algo (más calabozo que tenemos no será). Permanecemos en la otra casa poco tiempo: desde las 9:00 hasta las 16:00 en que somos encerrados. Vemos venir el correo de occidente.
Día 28.- También estamos poco tiempo en la otra casa. Comida: sopas de ajo y patatas y chorizo. Además de esta comida que es para todos, los soldados, un chorizo; los oficiales no tienen este aumento, lo cual está bien pues ellos trabajan. Dicen que Pajarito fue ayer a la isla y ha pernoctado allí.
Día 29.- Nos abren y llevan a la otra casa a las 10:00 próximamente. Vemos un barco de guerra junto a la isla. Nos enteramos que anoche Amegar habló con dos oficiales de los que están en la otra casa, y les dijo que se ofrecía para llevar correo a la isla, por dinero, pues tenía lástima de nosotros -¡Es muy compasivo!-, pero que no se podía traer nada de la isla, únicamente algo para el teniente Sr. Civantos; una combinación del pollo para sacar dinero sin compromiso alguno puesto que seguramente ni llevaría las cartas a la isla, y no podríamos averiguarlo, al no recibir contestación. Comida: arroz con chorizo, y además un chorizo a cada soldado.
Día 30.- Anoche entró el guardián Mohan Haddú en la habitación y dijo que han matado el día 21 en Madrid al general Berenguer y La Cierva; que el barco de guerra que vimos por la mañana es para el convoy a Sidi Dris; que ha venido a la isla la mujer del capitán Salto y escribió pidiendo el cadáver; que si damos dinero tendríamos más libertad, quizás algo de paseo al aire libre y la puerta de la habitación abierta gran rato durante la noche; que nuestras tropas han tomado Ras Medua, y que han desertado unos 300 individuos del Tercio con caballos y mulos por Beni-Bu-Yahi y los indígenas de esta kabila se apoderaron de todo lo que llevaban. La noticia de la muerte del general Berenguer y Sr. La Cierva no deben ser ciertas, lo que pasa será que estos tienen muchos deseos de que mueran, o que S. Mohan ha hecho circular la noticia para fines suyos; y la deserción la considero fantástica y la dicen seguramente para mortificarnos.
Las peticiones de dinero de estos dos guardianes son sumamente peligrosas, pues si hoy se dedican a hacerlo por llevar cartas y darnos algo de libertad, mañana será por el agua, por dejarnos hacer la comida, etc., etc., y después quizás por conservarnos la vida. Así que no pediremos un céntimo ni aun cuando amenacen con matar a alguno, pues es el mejor medio de evitar males mayores.
Nos llevan a la otra casa a la misma hora. Comemos patatas con chorizo, y a la tropa uno más por individuo. Nos encierran a las 16:00 próximamente, y nos encontramos que el agujero que hay encima de la puerta, y que mide unos 10 por 15 centímetros, lo han tapado, privándonos así de la única ventilación que teníamos. Sospecho sea para hacer más presión por la petición de dinero, pues Amegar ha dicho a uno de los oficiales de la otra casa que los de esta tenemos que pedir a la isla cinco duros cada uno por llevar cartas allí, y le hemos contestado que no tenemos dinero, ni en la isla lo dan. Al guardián Ben-Al-lus se le ha entregado una carta para que la lleve secretamente a la isla, pero ignoro lo que se dice en ella.
Diciembre de 1921
Día 1.- Anoche dijo el general en alta voz desde su cuarto (para que lo oyéramos): “Ha venido un barco de guerra” y hoy se ha confirmado por el guardián Hossain, este habla con el general y comandante Sr. Canaluche diciéndoles que España trabaja mucho para rescatarnos, que ahora es de veras, no como antes que nos lo decían por decirlo. Nos llevan a la otra casa a eso de las 11:00, encerrándonos como siempre. El alférez señor Maroto dice delante de todo el mundo “en las islas hay 30.000 duros para rescatar al capitán Sr. Aguirre y a todos los ingenieros”. El guardián Mohan Haddú entra en la habitación por la noche, y dice que le extraña no le hayamos hecho algún regalo; que Idris no viene por habérselo prohibido S. Mohan ahora, pero volverá; que la otra noche cambió al general 20 duros, el cual no le dio ni uno. El guardián Hossain ha confirmado esta mañana la muerte del Alto Comisario. Comida: judías con poco chorizo.
Día 2.- Nos sacan a la misma hora que ayer. Por el cocinero Martínez nos enteramos que Amegar le ha dicho: “Da el café enseguida a los oficiales, y la comida a las dos horas”. Me figuro se adelanta hoy la hora del encierro debido sin duda a la llegada ayer de S. Mohan. Nos encierran a eso de las 15:00, y el guardián Mohan Haddú con el intérprete le dice que diga al coronel que no puede salir a nada hasta mañana a las 11:00. S. Mohan ha estado gran rato con la guardia, lo cual no me gusta pues creo que nada bueno puede salir.
Nos enteramos por la tropa que un sargento indígena que fue de regulares ha dicho a un soldado que nos vamos para el día 12; que él tenía su familia en Melilla y ha venido aquí a esperarla.
El general se entera de lo que dijo anoche el guardián Mohan Haddú; llama al intérprete para que le diga que no le había dado nada porque los veinte duros no son todos suyos, que él no tiene dinero pero le dará el duro. Esto tiene sus ventajas e inconvenientes, pero creo tiene más inconvenientes pues es acostumbrarles mal, y si se presenta otra ocasión, pedirá más. Lo mejor sería no cambiar nada, pues se corre el peligro de que se queden con todo.
El guardián Mohan Haddú entra en la habitación a eso de las 20:00 y dice: “Nadie sabe nada más que Abd-es-Selam, S. Mohan y S. Mehamed, que son tres personas distintas pero solo una”; que el Gobierno ha ofrecido en Gomara ciento veinte mil duros por S. Mehamed; el Gobierno no contestó a S. Mohan cuando pidió la relación de los moros, que vendrían estos a un punto y se haría el canje de las mujeres de Annual por las familias de los moros que están en Melilla. Por esto vinieron las represalias, y debemos la vida a S. Mohan, porque los moros decían: “Nada de dinero, hay que matar a todos los enemigos.”
Deduzco que S. Mohan necesita o quiere dinero para sus fines, y que algunos jefes más exaltados -o que les conviene aparecer como tales- no quieren dinero, aunque también pudiera ser que S. Mohan les haya probado para ver sus intenciones, saber a qué atenerse el día de mañana y obrar en consecuencia para que su prestigio no decaiga.
Comida: garbanzos con bacalao.
Día 3.- Nos abren a eso de las 11:00. Nos dice el guardián Mohan Haddú que podemos escribir a Melilla diciendo lo que queramos y entreguemos las cartas abiertas. El general y coronel han tenido una conferencia con S. Mohan, diciéndoles éste que todo lo que había pasado y pasará, son represalias por el comportamiento de los españoles con los prisioneros moros en Melilla y desatenciones del Gobierno en las relaciones con ellos, pues desde Annual mandó los heridos más graves, y ni siquiera le dieron las gracias. El general le dice que aunque se trate mal a los prisioneros en Melilla, está seguro de no haber llegado a la muerte. Contesta S. Mohan que al capitán Salto le mataron por intentar fugarse, y al decirle el general que para qué lo sacaron a aquella hora contestó que “no estaba él aquí”. También se desprende de todo lo que hablaron que no son ciertas las muertes del general Berenguer y Sr. La Cierva; que el general Berenguer quería el canje, pero el Sr. La Cierva, no; S. Abd-es-Selam dio mil quinientas pesetas al general para que comiéramos, pues las habían mandado de la isla; el general le dijo que era mejor se quedara con ellas y nos diera comida. Me parece perjudicial envíen dinero y víveres para nosotros, y creo que quien tiene los prisioneros debe mantenerlos, pues si no resulta que en vez de serles gravosos, les somos beneficiosos, y se retrasaría el canje o rescate todo lo que quieran o les convenga; tiene esto un inconveniente, que es el que pasamos mucha hambre, pero sería por poco tiempo pues como valemos dinero procurarían entregarnos, y al mismo tiempo creo que puede España aprovecharse de nosotros y conseguir la sumisión u ocupación de esta kabila sin temer a que nos maten a todos, pues considero que ellos no se resignan a perder nuestro importe; si acaso habría algunas víctimas, pero ¿qué sería esto comparado con la ocupación de B. Urriaguel y terminado el problema marroquí? Porque creo que esto es el foco, y mientras no se ocupe no se termina; lo que hace falta es decisión, pese a quien pese; por nosotros no hay inconveniente ninguno, sino al contrario, muy contentos de que el sacrificio de nuestras vidas sea provechoso para España.
Creo que el general ha estado acertadísimo en no coger las 1500 pesetas, pues hubieran subido enormemente el precio de los artículos, nos las hubieran quitado, y además es un peligro para nosotros el tener dinero.
S. Mohan ha dicho al corneta Pedro de Ceriñola que todo estaba arreglado, pero los de la montaña exigieron que fueran también entregados los moros condenados a presidio (por delitos comunes) no prisioneros de guerra, y él no tenía más remedio que pedirlos.
Si esto es cierto, me agrada en extremo esta imposición de los de la montaña, pues indica que su prestigio disminuye, y por lo tanto prepara el terreno para poder dar el golpe definitivo. El habernos autorizado a escribir me figuro que es para ver si nuestras cartas hacen presión en España, y como espero que no den el resultado que espera, temo haya represalias en gordo.
Me entero de que Amegar ha dicho al capitán Sr. Canaluche que las negociaciones para el rescate particular del capitán Correa, teniente Troncoso, alférez Maroto y paisano Pajarera, no siguen adelante. Si es cierto, creo que sea el Gobierno quien no quiere se haga, pues a S. Mohan le conviene, toda vez que es un ingreso el que tiene y no disminuiría en nada el precio del conjunto, aunque también pudiera ocurrir que siendo tan desconfiados los moros unos de otros, si S. Mohan se lo ha comunicado, se hayan negado por temor a que no les dé la parte correspondiente o vean en ello alguna otra combinación.
Próximamente a las 20 entra en la habitación el guardián Mohan Haddú, y dice que S. Mohan ha estado duro con el general en la entrevista preguntándole por qué no escribía.
Comida: arroz con tocino. Hemos estado en la otra casa unas tres horas. A poco de llegar allí Amegar dijo: “La comida enseguida, pues dentro de una hora hay que marchar”.
Día 4.- Nos abren a eso de las 11, llevándonos a la otra casa. Después de la lista de la mañana hemos sufrido un registro, incluso el general, coronel y tenientes coroneles, así como las habitaciones. Durante él, como es natural, tomaron toda clase de precauciones.
El capitán Aguirre ha hablado con S. Mohan a quien indicó la “conveniencia del rescate por cuerpos”. Agradándole la cuestión le pidió nuestras cartas para sabienda[2] de España poder escribir con más conocimiento de causa. S. Mohan dijo que había leído las cartas de ayer y le habían gustado; que también ha leído las cartas que hay para nosotros y una vez estuvieran clasificadas nos las entregaría; que dentro de dos o tres días le llamaría para el asunto de los ingenieros: si el asunto de todos los prisioneros va bien no hay que hablar de ello, pero si no se hace el rescate en general se hará el suyo; que el Gobierno no hace caso de nosotros y comprende que somos los menos culpables, pero no tienen más remedio que hacernos pasar penalidades. Esto último me indica que es una disculpa para con nosotros por su proceder, y si se ve obligado a ello puede ser por dos cosas: una, presión en España; otra, que sea presión a él de los indígenas. El primer caso lo desecho porque creo que sabe muy bien que nosotros siempre somos dinero, y porque si España no consideró conveniente el rescate, por ahora no se hace, así creo que España necesita avanzar mucho más, llegar hasta los límites de B. Urriaguel y entonces hacer el rescate, con las ventajas o consecuencias a que dé lugar. Creo será el segundo caso, y esa presión sea debida a los ofrecimientos de dinero que tienen hechos los indígenas.
El rescate de los ingenieros comprueba también esto, pues se deduce necesita dinero y no tiene dónde sacarlo. El general redacta dos oficiales; uno para el Alto Comisario, y otro para el comandante general, dándoles cuenta de que “el capitán Salto fue sacado de aquel sitio inmundo en que se encontraba para ser ejecutado, según dijeron, porque quiso fugarse”.
Han traídos dos damajuanas de agua sucísima para todos, y esto porque se pidió para hacer la comida, yendo por ella dos soldados. Tuvo que hacerse café con ella, porque no se podía beber.
Comida: arroz con un kilo de tocino y unos cuarenta chorizos. Nos encierran a eso de las dieciséis.
Día 5.- Esta mañana apareció el barco en la isla. Ha hablado el capitán Ozaeta con S. Mohan, haciendo una exposición de lo del capitán Aguirre, conveniencia de que exista correo y otras varias cosas más. S. Mohan le escuchó atentamente, pero nada más. Anoche habló S. Abd-es-Selam con el general y el coronel, diciéndoles secamente que nunca serán amigos nuestros y que aquí no hay más rey que el gatillo.
Mucho quieren decir estas palabras en él que es quien dirige todo el cotarro y el que indica la política a seguir, acatándole sus dos sobrinos; los tres unidos la desarrollan, y nos indica la política a seguir por nosotros aquí, que es la misma que ellos siguen.
Dominar por el fusil castigando con fuertes multas y razias a todos los que no la acatan o desobedecen por el terror y la severidad, halagándoles al mismo tiempo con beneficiosas promesas para el porvenir, aunque esto último sabe muy bien el moro que no lo cumplirán, y aparentan creerlo por el temor de las represalias. Esto es, descrito a la ligera, el procedimiento que tienen todos los jefes de kabila para dominar. Nosotros, país civilizado y siendo nuestra misión protectora, debemos aprovechar a nuestro favor los deseos de la gente del pueblo cansada del yugo opresor de sus jefes, para lo cual la política a seguir hoy día allí creo debe ser publicar en los zocos el perdón sin condiciones de todos los indígenas pertenecientes a la zona sometida, y para conseguirlo no castigar a ningún indígena por ahora, aun cuando se sepa su traidor proceder, limitándonos únicamente a tomar buena nota de ello. Una vez conseguido esto, proceder al desarme rápido y efectivo (en unas horas en todo el territorio ocupado a la vez) aun cuando para ello se abone cierta cantidad por cada fusil útil. Respecto de la zona no sometida, ir avanzando militarmente al mismo tiempo que se les ofrecen condiciones ventajosas; pero estos avances, efectuarlos con dureza cuando presenten resistencia; hacer rápidamente poblados en primera línea, y ocupar posiciones que eficazmente les defienda de las incursiones de la harka, habiéndolos hecho con anterioridad a retaguardia, agrupando los hoy dispersos, creando poblaciones grandes y tomando las medidas de seguridad convenientes, exigiendo como primera condición para la sumisión la entrega de todo el armamento, aun cuando, como digo anteriormente, sea necesario comprarlo. Siguiendo este procedimiento, me parece que se hará la ocupación total y rápidamente, y más ahora que según se deduce de lo poco que sabemos, este triunvirato carece de dinero para poder contrarrestar nuestra acción. También es necesario que de los prisioneros no se ocupe la prensa ni la opinión, y por un solo conducto -el oficial- se haga saber a estos que se da cierta cantidad por los prisioneros, asignando un valor a cada individuo, para así evitar nuevas represalias -o al menos disminuirlas-, cantidad de la que pueden disponer cuando nos entreguen a todos y se sometan, pues no se le admite la entrega por individuos aislados ni por grupos: todos o ninguno de los que tienen en su poder, ni valemos nada como no sea con la sumisión. Y por último no enviarnos dinero ni comestibles, cerrando el comercio con la isla, impedir el contrabando marítimo y la pesca; y respecto al contrabando y comercio con el interior: que nuestra vecina nación, y amiga, ponga en práctica sus buenas palabras, de común acuerdo y acción combinada en Marruecos, prestándonos mutua ayuda. Esta es a grandes rasgos la política a seguir por España. Claro es que además es necesaria la acertada intervención de todos los elementos indispensables para conseguir un feliz y pronto resultado, no olvidando dar al moro la sensación de fortaleza y organización efectiva, pues así aumentará nuestro prestigio.
Permanecemos en la otra casa unas cuatro horas. Al encerrarnos nos dice el guardián Mohan Haddú que quizás venga S. Mohan a hablar con nosotros para que escribamos unas cartas a España diciendo se debe abandonar el problema de Marruecos por lo mucho que nos cuesta en dinero y hombres. No creo que S. Mohan venga a proponernos tal disparate, pues debe saber que España está aquí en virtud de un tratado internacional y nuestras cartas nada pueden influir, si acaso, puede que sea una maniobra política suya, que habrá dicho a algunos de los suyos: que nos va a obligar a escribir esas cartas para hacer presión al Gobierno, y así les da coba y aparece como opuesto a la sumisión del Mahzen.
Por un periódico del día 18 del pasado nos enteramos de que se ocupó el Uixan. Comida: arroz con tocino y dieciocho chorizos. Han entregado cuarenta y ocho botellas de agua mineral.
Día 6.- Se ha marchado el barco. Permanecemos en la otra casa unas tres horas; no hemos desayunado, han traído el café a la hora de la comida y se hizo poco después, pero nuestros guardianes no dejaron que lo tomáramos porque tenían prisa en encerrarnos. Nos han entregado cartas y por ellas sabemos que somos discutidos y por algunos atacados.
Ayer vinieron unos desertores del Tercio hablando muy mal de los españoles, diciendo que en vez de cuatro pesetas y pico a que tienen derecho, no recibían más que una peseta cincuenta céntimos. Comida: arroz con tocino y unos 30 chorizos.
Día 7.- Nos enteramos de que en el último correo vinieron a la isla familias de moros, causando alegría en muchos pues creen próxima la libertad. Yo no lo creo pues si así fuera hubieran traído a todos los prisioneros, y no a las familias solamente.
El capitán Sr. Ozaeta ha hablado con S. Mohan y parece ser que estuvo con él atento. Le hizo presente las deficiencias de la comida, agua, pan, leña y le pidió correo diario. Se manifestó sorprendido por tales deficiencias, y del correo diario dijo sonriendo “Bueno” (me parece que no lo concederá). Estaba con él el moro Cibera de Bocoya, que también se mostró sorprendido al expresar el capitán las deficiencias, y dijo que todo está arreglado y que en la isla hay varios prisioneros moros. Si tiene mucho interés, que escriba él a España, que medios tiene sobrados, pero como siempre no da la cara. De ser cierto que quiere todos los prisioneros moros, me supongo será porque así consigue un triunfo ante los suyos y al mismo tiempo, teniendo en su poder los prisioneros de otras kabilas, le sirven para hacer presión sobre ellas y tenerlas de su parte, aunque también pudiera ser al mismo tiempo que esa exigencia a España sea un pretexto para disculparse ante los suyos de su fracaso al no conseguirlo, de lo cual estará seguro pues sabe muy bien que España no puede acceder a entregarle los presos por delitos comunes, y menos aún de todas las kabilas de la zona oriental, pues al mismo tiempo sería darle un arma contra nosotros.
Sabemos que está por aquí Kadur Naamar, el de Beni Said. Comida: arroz con un kilo próximamente de tocino.
Día 8.- Día de la Purísima Concepción. Hacemos la misma vida que los días anteriores. Para comer tenemos media ración de arroz con un kilo aproximadamente de tocino; el agua escasa, y solo nos quedan judías, garbanzos y aceite.
Un prisionero recibe una carta de su padre, que está en la isla, diciéndole que “nadie hace nada por nosotros”. Esto me agrada, y más aún si a ello se une lo que expuse días anteriores, pues con que se ocupe el Gobierno es bastante.
Amaneció un barco de guerra en la isla. Se ha visto al moro Hassan B. el Mezabet y al de la zona francesa.
Como después de encerrados no nos permiten evacuar fuera, el que está necesitado tiene que hacerlo en una lata dentro de la habitación y, como es natural, sufrir todos los olores durante el tiempo que estamos encerrados.
El último día que S. Mohan habló con el capitán Sr. Ozaeta, se extrañó de que no nos lavásemos, y les preguntó a los soldados por qué no traen agua. Esto indica que seguramente ignora la situación de la guardia, o aparenta ignorarla.
Nos dicen que con las mil quinientas pesetas que mandaron de la isla para comer nosotros comprarían patatas y huevos, y aún no hemos visto nada.
Día 9.- Nos abren y llevan a la otra casa más temprano; a las nueve y media próximamente. Hay por aquí varios jefes cuyos nombres son: Mohan, Akarkas (tensamaní), S. Dadi, Haddu, el de la zona francesa, Hassan B. el Mezabet, Kadur Naamar y otros.
Por falta de leña no pueden cocerse garbanzos y judías, teniendo que comer 72 hombres (oficiales y tropa) café con dos botes y medio de leche condensada y pan frito; llegó el día que no comemos, y creo que habrá otros que comamos menos.
Próximamente a las 19:00 fue llegado por S. Mohan y conducido como siempre por la guardia a su presencia el capitán Ozaeta y, enterado de la comida de hoy, le dijo que mañana nos traerían comida; que no sabe nada de lo que pensaba España; que España no debe seguir aquí pues ellos se defenderán siempre, ya sea contra ella o contra cualquier otra nación que viniera; que sintió lo de Igueriben. El capitán señor Ozaeta le dijo que cumplieron con su deber, y contestó “¿por qué no hizo lo mismo el general Silvestre defendiéndose de Annual?”. [Dijo también] que somos de la misma sangre y nos debíamos haber portado como hermanos mayores, y no lo hemos hecho así ni lo hacemos, pues ahora plagamos el campo de fuertes guarniciones llevándolo todo a sangre y fuego; que él ofreció al general Silvestre negociar para entrar aquí en paz y no quiso, prefiriendo entrar por la fuerza; que la esposa del general Navarro a su llegada a Melilla de Madrid, se puso al frente de una manifestación quemando tiendas de moros y muriendo dos de ellos. El capitán Ozaeta le preguntó si vendría pronto Idris; dijo que no, pero que espera pronto noticias, y todo es cuestión de la entrega de todos los prisioneros moros de Ceuta, Tetuán y Melilla.
Esta entrevista la considero importante por las manifestaciones de S. Mohan, y de ella deduzco que ni sabía la escasa comida, ni se daba por enterado, y hoy ya no ha tenido más remedio; que su prestigio disminuye a medida que avanzan nuestras fuerzas y siente infinito volver a ser lo que era, y le considero capaz de alguna represalia fuerte para tratar de impedirlo; que una de las armas que emplea en contra nuestra es convencer a los indígenas del mal comportamiento de España con ellos, y más ahora por los avances militares de nuestras tropas, y como ejemplo el comportamiento de la esposa del general Navarro (lo cual no creo) en esa manifestación que dice ha habido en Melilla, y al mismo tiempo ensalza su poderío con la derrota del general Silvestre y excita a los indígenas de otras kabilas para que no le abandonen ante el empuje victorioso de nuestras tropas.
Día 10.- Por Taf-Taf -que es el moro de la aduana de la playa- nos enteramos que han traído a este punto para trabajar cuarenta y seis soldados de Annual. Me figuro será para hacer trincheras, y al mismo tiempo tenerlos en su kabila y sucesivamente traer los demás por temor a que los indígenas de Tensamán y B. Ulixek les hagan traición.
Comida: sopa de ajo, teniendo que dar entre todos 18 panes, y un huevo para cada uno de 92 que nos han dado.
Día 11.- La misma vida que días anteriores. Nos han dado 100 huevos, un puñado de patatas y algo de leña, comiendo las patatas guisadas y haciendo tortilla francesa con todos los huevos para 75 hombres.
Un sargento y el cabo Pichoto, escribiente de la policía, nos han saludado y dicho este último que habían recibido malas impresiones al llegar aquí; que han venido de Annual unos 40 hombres, que están en la playa y aún no saben para qué han venido; que según los indígenas España ha entregado 9 mujeres que había en la isla y quedan allí 2 hombres. S. Abd-es-Selam dijo a los soldados que cuando vieran venir tres barcos nos marcharíamos. Esto me parece es con objeto de evitar las fugas, dada la proximidad de la isla. Fakir Hamed dijo a los soldados que antes no había querido decir nada, pero que ahora va bien el asunto. Entre los soldados vienen uno o dos ingenieros, y pudiera ocurrir que los hayan traído a propósito para tenerlos en condiciones de enviarlos si el rescate del capitán Aguirre y los ingenieros se efectúa.
El guardián Mohan Haddú dice al intérprete que está aquí Idris y “esta noche o mañana vendrá con S. Mohan a veros”; que nuestro asunto está terminado y poco a poco nos darán más libertad. Con este motivo reina gran optimismo en algunos; yo continúo opinando que tardaremos mucho tiempo en ser rescatados. Al amanecer estaba un barco de guerra anclado junto a la isla.
Día 12.- La comida: garbanzos duros porque no dejan traer agua de la kabila, con la única con que pueden cocerse. Han dado 100 huevos, patatas y leña como ayer. Continúa el barco de guerra, y el correo llegó ayer tarde después de encerrarnos.
Después de comer, S. Abd-es-Selam llamó al capitán Ozaeta y le preguntó qué era aquello de Solución Morse que figuraba en el vale de los artículos que firmó el capitán Ozaeta para que los mandaran a la isla; que nuestro asunto se resolverá aun en contra del Sr. La Cierva; le entregó telegramas y cartas, entre estas una del general Berenguer para el general Navarro, diciéndole que estaba en la isla el Sr. Fernández Almeida de la Cruz Roja, delegado del Gobierno y del Alto Comisario, para abastecimiento, correspondencia y rescate, a quien puede comunicar sus instrucciones: que España piensa en nosotros, se compadece de nuestra triste situación, y espera vernos pronto. Con estas noticias hay gran optimismo, pero creo que a España no le conviene ahora hacer el rescate sin ninguna otra ventaja, toda vez que el triunvirato exige condiciones o es necesario que sufra derrotas y conseguir la sumisión de todas las kabilas próximas, para entonces ser España la que las imponga. Me agrada que el Sr. Almeida sea delegado del Gobierno y del Alto Comisario, pues así es con una sola persona con quien tiene que entenderse esta gente, aunque creo S. Mohan tampoco dará la cara, y también creo que siendo estos los que imponen condiciones, serán tales que España no podrá acceder y tendremos una ruptura, hasta que se vean obligados a transigir por lo que los nuestros quieran y se den cuenta de que si no acceden, pierden todo.
Día 13.- El teniente Sr. Casado ha recibido una carta con un recorte de periódico en que se dice que las condiciones de S. Mohan son: 1ª- Cuatro millones; 2ª- Indemnización de los daños causados en la guerra o reconstrucción por brazos españoles; 3ª- Que garantice Francia el pago; 4ª- Reconocimiento de la independencia de B. Urriaguel; 5ª- Devolución de prisioneros. S. Mohan puso una nota en la carta diciendo que no son ciertas las condiciones, únicamente la 1ª y la 5ª, que no odia a España y sí los procedimientos. Así se ve el hombre político, pues aun cuando nos odie a muerte, no lo dice a nosotros. El capitán Sr. Aguirre se queda enfermo en la habitación mientras nosotros estamos en la otra casa; entra a verlo Idris un momento, y le dice que le dé cartas si quiere enviarlas; que estas gentes le han hecho pasar muy malos ratos pero ahora va la cosa muy bien y dentro de tres días se marcharán los ingenieros, pero es conveniente no hablar nada. Si llega a efectuarse lo considero perjudicial, y sería tanto como acceder a las peticiones de S. Mohan y considero que España es mucho para transigir con él, aparte de esto que el importe lo emplearía, como es natural, a su favor.
Comida: judías con tocino. No hay desayuno.
Día 25.- Nos abren a eso de las 13:00, comiendo solamente café con leche condensada y enseguida nos encierran. A eso de las 20:00 próximamente nos dan un pliego de papel de barba diciéndonos que firmemos; así lo hacemos por si acaso es para acreditar nuestra existencia, pero sospechando sea algún ardid. Empezamos a hacerlo muy arriba para que no se pueda escribir nada antes de las firmas. Sospecho que la comida de hoy es por ser navidad, pues hace unos días preguntaron cuándo era nuestra fiesta y hubo inocentes que se lo dijeron, por consiguiente me temo haya mal comportamiento a partir de hoy, pues nos dijo el guardián Mohan Haddú que S. Abd-es-Selam le había dicho que se marcharía pues no quería ser el encargado de las represalias. Hay que tener en cuenta que este individuo es cuñado suyo, y por lo tanto de su confianza.
Día 27.- Idris ha dado a un soldado varias cartas recomendándole el secreto. No sé qué secreto será, pues vienen censuradas de la casa; supongo será para que la guardia no se entere -lo cual me agrada nada- y por tanto no deben ir las negociaciones tan bien como dicen, y si así fuera, anteayer hubiéramos comido algo mejor.
Llegan grandes envíos de la isla; chorizos, quesos, jamones, una vaca etc, etc. Comida: carne abundante con patatas.
Día 28.- Idris escribió al general diciéndole que nosotros legalicemos la carta de S. Mohan a la libertad, diciendo que las condiciones que exigen para el rescate son los cuatro millones y los prisioneros moros, y que escribamos diciendo su conducta (de Idris). Como no nos consta que esto sea cierto, se dijo aproximadamente que el día 13 del actual S. Mohan dijo al comandante señor Gómez Zaragoza y tenientes Bellón, Villegas y Casado, que solo pedía cuatro millones y los prisioneros moros, y referente a la conducta de Idris, que se había portado bien con nosotros y las familias, ignorando su conducta en lo relativo al rescate. Idris asegura que esto es cuestión de ocho días. Creo que serán muchos más, pues las dos peticiones anteriores me parecen muy mala cosa. El capitán señor Aguirre fue llamado y le dijeron que su asunto está terminado, esperando para efectuarlo solamente la contestación de S. Mohan.
El guardián Amegar ha dicho al capitán señor Canaluche que S. Mohan viene de muy mal humor por los avances de nuestras tropas, dispuesto a encadenarnos, y que él dispone de medios para evitarlo pero es necesario que cada uno haga un vale de cincuenta pesetas para que ejerza su influencia un individuo que tiene mucho ascendiente sobre S. Mohan.
Creo que S. Mohan esté muy enfadado por los avances de nuestras tropas, y no me coge de sorpresa, sorpresa sería si no le importara, pero no creo que venga dispuesto a encadenarnos, no porque no tenga ganas, sino porque lo considere poco bobo para tomar esa medida, y Amegar quiere aprovecharse de ese mal humor, toda vez que esperaba alguna represalia. Si S. Abd-es-Selam o S. Mohan están dispuestos a hacerlo, lo harán, y si es de Amegar solamente, no lo hará, pues aunque son de la familia los teme mucho; también pudiera ocurrir que esa medida sea con objeto de hacer presión en España y por este procedimiento conseguir que el Gobierno ceda algo, pero está engañado, pues un gobierno, ni por esto, ni porque nos mate a todos debe ceder a nada si así conviene a España, y esto es de lo que hace falta se convenza toda este gente. Como Idris ha descendido de categoría, -antes era intermediario entre el Alto Comisario y estos, y ahora lo es entre el Sr. Almeida (delegado del Gobierno del Alto Comisario) y los mismos- y teniendo en cuenta que es moro ya que nuestro rescate sería para él un negocio ¿tendrá interés en que fracase el Sr. Almeida?
Día 30.- Al salir para la otra casa vemos a Idris en la puerta con S. Abd-es-Selam, y aquel solo nos dijo: “Hoy viene Almeida”.
Para comer han dado en la casa muy poca cantidad de aceite, unos 5 kilos de patatas, y niegan la leña, habiendo visto nosotros hace pocos días mucha cantidad de ella. Comida: costillas de vaca con medio jamón y patatas cocidas. El guardián B. Al-lus pide separadamente a varios que le hagan un vale por una cartera de costado para traerla de la isla y, como es natural, se la han negado. Con la ropa que hace poco mandaron de la isla para la tropa, han obligado a que se vista a seis soldados desertores de la legión francesa, y además que se les dé comida.
Las peticiones de B. Al-lus y Amegar no me agradan, y me hacen sospechar que en breve haya acontecimientos y que, de ser cierto el mal humor de S. Mohan, sean desagradables, pues teniendo en cuenta su soberbia, le considero capaz de hacer cualquier barbaridad con alguno o algunos de nosotros, pero no con todos, pues aun cuando quisiera, no le dejarían los suyos porque perderían dinero.
Siguen mandando más víveres de la isla; jamones, chorizos, quesos, etc, etc.
Día 31.- Estamos en la otra casa muy poco tiempo, encerrándonos enseguida que comemos. Han dado en la casa 100 huevos, unos 5 kilos de patatas y aceite. El agua muy escasa, y como no llegaba para la comida y beber, permitieron que fueran unos soldados a la ckabila por ella, y como había tan poca, la mitad era cieno y con muchos renacuajos.
Comida: jamón, cocido y tortilla de patatas a un huevo por cada una.
Enero de 1922
Día 1.- Han dado 98 huevos, la misma cantidad de aceite y un poco de leña. Comida: tortilla francesa a uno y medio huevo por cada uno y un jamón frito en trozos para todos. Nos enteramos que Idris está aquí. A eso de las 21:00 entra el guardián Mohan Haddú en nuestra habitación con varias cartas y telegramas para el capitán Sr. Aguirre (que tiene su hermano en la isla y consigue enviarlas a fuerza de dinero), el capitán Sr. La Rocha (recomendado del Sr. Almeida), teniente Nieto (que estuvo su padre en la isla y lo dejó recomendado) y teniente Civantos (hijo del coronel Sr. Civantos). El hermano del capitán Sr. Aguirre le dice que espera abrazarle dentro de dos días. El guardián dice que Pajarito ha ido a poner una aduana en el Muluya. Me parece raro esto teniendo en nuestro poder Batel y Zaio, ya será cualquier otra cosa. Anoche el teniente Gómez preguntó a Amegar si nos vamos en un plazo de dos días, y contestó: “Sí, dos días o dos años”.
Día 2.- Comida: sopa de pan y tortilla de patata a un huevo por cada uno. Desde hace unos días hacen traer a la tropa agua salada del río para lavarnos, lo cual me indica que a pesar de ese malhumor de S. Mohan que nos dijo Amegar y de la amenaza de encadenarnos, tienen esperanzas en las negociaciones, o que S. Mohan les ha hecho creer que el rescate es asunto independiente de los avances y quizás que el Gobierno haya cedido algo -lo cual no me agrada- y tiene que obrar con mucho tiento porque esta gente es insaciable: cuanto más se les da más quieren, y hasta pueden tomarlo como una debilidad del Gobierno y un triunfo de S. Mohan, aumentando así su prestigio, y atrayéndose más partidarios al olor del dinero si ven un probable triunfo.
Hemos recibido quince cajitas aquí y nueve en la playa, de 200 que como regalo ha enviado la Excma. Sra. Marquesa de Barbará.
Día 3.- Han dado en la casa 100 huevos, unos 8 kilos de patatas, aceite, café y agua salada en abundancia, y poca dulce. En las cartas que recibió el capitán Sr. Aguirre le daban noticia de haber dado a luz su esposa una niña, y suponiendo haya más correspondencia, le escribió anoche una carta a S. Abd-es-Selam dándole las gracias por haberle enviado los telegramas y cartas con noticias de su mujer e hijos, y que no pudiendo convidar a los compañeros como él sabe que hay esa costumbre en España, le ruega que nos mande el correo por ser el mejor convite. Al salir de la habitación para ir a la otra casa nos entregan algunos telegramas y pocas cartas. Ha venido un barco de guerra que todavía continúa anclado cuando nos encierran.
El capitán Sr. Canaluche nos dice que Amegar le ha dicho que el capitán Sr. Ozaeta vea si hay contestación de la isla, porque S. Abd-es-Selam nos va a entregar un paquete de cartas sin abrir, que urge, pues Bu-Kaddur (no sé quién será pues no creo probable sea el de Tensamán) ha entregado ya las cadenas a S. Mohan.
Comida de sopa de pan y revuelto de patatas con huevo, a uno a cada uno.
Día 4.- Han dado unos seis kilos de patatas y aceite; el sobrante diario de huevos lo guarda el sargento Alegría, y hoy dice que le han quitado los guardianes 25. Hay escasez de agua pues de tres cargas que han traído se ha quedado la guardia con una. Se ha hecho la comida consistente en sopa preparada y tortillas a dos tercios de huevo por cada uno, y solamente han podido coger agua para beber unos 20. No me agrada la razia de los huevos, no por la cantidad sino por lo que significa; es el principio de mayores razias. Amegar vuelve a insistir al capitán Sr. Ozaeta sobre los valores de las 50 pesetas, este escribe una carta a la isla con conocimiento del general, y en morse se dice algo que ignoro lo que será.
Día 5.- Hacemos la misma vida que días anteriores. Al ir a la otra casa nos encontramos allí un cuarto de funa pequeña (de la que Amegar se ha quedado con lo que le ha parecido conveniente) patatas, aceite y 3 leños. Como no hay agua no puede hacerse el desayuno. Después de mucha insistencia con la guardia, conseguimos que vayan unos soldados por agua a la kabila para hacer la comida: guisado de carne con patatas y un poco de jamón.
Nos dicen que Idris está aquí. Un moro de Frajama ha dicho a varios soldados que nuestras tropas están desde hace días en las casas de Bu-Rahail y seguramente hoy habrán llegado a Dar Drius; que nuestras tropas no admiten presentaciones y él viene para irse con nosotros. Pues me parece que para rato va, teniendo en cuenta que las noticias que tenemos de los avances son: la ocupación de Tikermun hacia el 20 del pasado y por la izquierda nada más que la del Zaio. Me parece un poco aventurada la ocupación de Dar Drius sin ocupar Sbusfáá, Laarar, Ain-Mesaudo y sin estar también en el Guerrnao, a menos que a Dar Drius haya ido una columna muy fuerte, dada la gran cantidad de tropas que hay en la zona oriental.
Próximamente a las 20 entró en nuestra habitación el guardián Mohan Haddú y dijo que S. Abd-es-Selam e Idris están viendo las cartas, que viene pronto S. Mohan, y que S. Mehamed está al llegar y viene a descansar. ¿A qué obedece el que Idris esté censurando las cartas con S. Abd-es-Selam? Aumenta mi sospecha de que esté a dos cosas, pero nada puedo probar aún.
En las cartas que se recibieron el último día, una de fecha 18 del XII, se decía que la comisión que fue a visitar al Sr. La Cierva no salió contenta de la entrevista, que todo el mundo está de nuestra parte menos el Gobierno, y que los compañeros no nos ayudan. En otra se decía que se marcha (del destino actual) por hacer algo. Si el Gobierno hace todo esto será porque lo considera conveniente, y yo creo que cuanto más gente se vengue de nosotros es más perjudicial, tanto para los intereses de España aquí como para nosotros, pues es elevar el valor de la mercancía (inconscientemente) y quizás dar lugar, si no a nuevas exigencias de S. Mohan, a no ceder en las actuales con las cuales España no debe transigir, por lo menos actualmente, por las razones que ya quedan expuestas anteriormente.
Día 6.- Nos llevan a la otra casa igual que en días anteriores. Nos dan 98 huevos (la guardia habrá quitado ya 10), aceite y patatas, sin leña; de la isla han mandado patas de cerdo y bacalao. Estando encerrados nos entregan correo, y algunos reciben buenas noticias; a uno le dicen que “Francia interviene”; y están censuradas por los moros, y en algunas escribe un poco Idris. El general nos dice que preparemos cartas y telegramas para mañana temprano. Comida: guisado de patatas con jamón y medio.
Día 7.- Próximamente a las 8:00 entran en nuestra habitación por el correo. El guardián nos dice que ha recibido carta del Sr. Almeida en la que le dice: “Supóngole enterado de las buenas noticias y pido a Dios me dé fuerzas para continuar”. Esto no me agrada nada, y a pesar de las “buenas noticias” aumenta mi pesimismo contribuyendo a ello el que Idris no venga a vernos o no le dejen.
Al llegar a la otra casa nos dicen que España no se fía de los moros, y exige que los prisioneros (nosotros) sean entregados a Francia, ¿Será posible que nuestros buenos vecinos nos presten su ayuda?
Han mandado de la isla manos de cerdo, dulce, papel de escribir y otras cosas; en la casa han dado patatas y aceite y un cuarto de jamón. Comida: guisado de carne con patatas y bacalao frito.
Día 8.- Nos enteramos de que un moro ha dicho a un soldado que todo está arreglado para dentro de siete días (muy pronto me parece); y S. Abd-es-Selam ha hablado un momento con nosotros y nos ha dicho que está todo arreglado para enseguida. ¡Camelo! Y después habló con el capitán Sr. Aguirre, a quien le dijo que por su parte ya se había hecho lo de los ingenieros, pero que es necesaria la presencia de S. Mohan. Han dado en la casa 92 huevos, leña, aceite y patatas. Comida: sopa preparada y tortilla de patatas. Han venido el barco correo y uno de guerra.
Día 9.- De la isla han mandado sardinas, jabón, tabaco y otras cosas. En la casa han dado 100 huevos (quedándose la guardia con 10), patatas y aceite; nada de leña. Amegar nos dice que ocultemos las velas que mandan de la isla para que la casa continúe dándonos más. Me extrañó esta amabilidad de Amegar, y no sé a qué atribuirla. En muchos reina gran optimismo comentándose un telegrama oficial del Heraldo en el que se dice que “el rey está esperando el aviso de nuestra salida para ir a Melilla con su casa militar”. Me parece esto algo fantástico.
Día 10.- Nos abren y llevan a la otra casa muy tarde. Según dicen, es porque ha venido S. Mohan ¡Malo! El capitán Sr. Canaluche cuenta la entrevista que tuvo con Idris en la que le dijo este que al principio el Gobierno no había querido que volviéramos a España pues entre nosotros hay algunos que saben mucho; que el culpable de nuestra situación y de las referidas aquí es el general ¿Qué general?; y que el Gobierno ahora está dispuesto a rescatarnos pues todo lo que sabíamos se ha hecho público por unos documentos que se han encontrado y que aclaran muchas cosas.
También se dice que el Sr. Almeida viene a la playa para conferenciar con S. Mohan para tratar de la forma en que se ha de efectuar el canje.
Mucho me temo que estos no quieran ahora pues es suficiente el que el Gobierno acceda para que, impulsados por su avaricia nunca satisfecha, exijan algo más, y las declaraciones de Idris B. Said me desorientan. ¿Es que se ha enemistado con el general Berenguer por la intervención del señor Almeida? ¿Por qué nos dice que el Gobierno no ha querido rescatarnos y ahora sí? Ya veremos si puedo averiguar algo más pues Idris es moro y además diplomático por excelencia ¿Qué juego es este? ¿Podré averiguarlo algún día? Yo creo que no. En la casa han dado 94 huevos, patatas y aceite, y han traído algunas cosas de la isla. Comida: manos de cerdo con patatas y chorizo.
Día 11.- Próximamente a las 11:00 abren la puerta y desde ella, sin entrar por no permitírselo la guardia, nos saluda un sargento de artillería, que muy excitado y con mucho recelo y frases entrecortadas, nos pregunta si está en la habitación el capitán Sr. Álvarez Griñón, que es su capitán, y dice que se ofreció voluntario para arreglar cañones para evitar vinieran otros en los que no tenían confianza, bueno…. pues mucha suerte. Cierran la puerta inmediatamente. Me ha producido muy mal efecto, y algo pasa que este sargento debe saber y nosotros ignoramos; por la forma de hablar nada bueno. Poco después de esto nos abren la puerta y nos llevan al barranco a hacer nuestras necesidades pasando por delante de la otra casa adonde vamos todos los días, sin dejarnos entrar. Nos meten mucha prisa y regresamos inmediatamente, siendo encerrados. Nos sienta esto muy mal, y al menos yo preveo que algo grave pasa en la otra casa. Al ir, Amegar dijo a uno de los oficiales que mirara al frente y no a los lados; y al regresar el general se dirigió a Amegar para hablarle con intención de preguntarle lo que pasaba, y éste le dijo hoscamente: “Atrás. No hablar conmigo”. Próximamente a las 14:00 nos entraron en la habitación un trozo de tortilla de patatas y un poco de jamón frito y café, cerrando enseguida. Poco después, un guardián abre la puerta y llama al intérprete diciéndole que S. Mohan y el guardián Mohan Haddú están en el Zoco Arbaa y S. Abd-es-Selam en la playa, y le pide 30 duros para comprar un fusil. El intérprete le dijo que no nos mandan dinero de la isla. Este síntoma de petición no me agrada, y como esta gente se suelte el pelo tendremos muchos disgustos pues sé lo que son. A eso de las 20:00 abrió la puerta el guardián Mohan Haddú y dijo al intérprete que dijera al general y al coronel que salieran un momento al sotechado; salieron y entonces les dijo que vinieran a nuestra habitación. No hicieron más que entrar y cerraron la puerta diciendo que se quedaban aquí ya con los demás. Esto es otro jarro de agua fría que nos echan, y demuestra que no es cosa de la guardia sino de la casa. Les preguntamos al general y al coronel si saben el porqué de esto, y dicen que no, y anoche a esta hora estuvo Idris con ellos y le dijo al general que pusiera telegrama a su casa y escribiera al Sr. Almeida sus impresiones. Y así lo hizo. Yo no hubiera enviado las impresiones por conducto de Idris pues he llegado a desconfiar de él. Se llama la guardia para que dejen traer siquiera la ropa y los pocos efectos que han dejado en la otra habitación; abren y dejan salir al intérprete a quien permiten coger solamente la ropa de cama, no dejándole traer las cartas y algunos papeles que el general se dejó allí creyendo que salían para hablar con S. Abd-es-Selam o S. Mohan y volverían enseguida.
A eso de las 21:00 parece ser que se han oído algunos disparos de cañón lejanos; no son de la isla, pues se hubiesen oído mucho mejor por su proximidad.
Día 12.- Próximamente a las 12:00 abren un poco la puerta, y dicen que salga uno para hacer sus necesidades; cuando regrese, otro, y así sucesivamente. Sale uno, y me sospecho sea porque haya poca guardia y no se atreva sacarnos a todos juntos; regresa y sale otro, yendo siempre acompañados por un guardián. Le preguntamos con ansiedad si ha visto a los de la otra casa, y dice que no, que le ha acompañado un guardián y ha visto muchos indígenas en este patio, y lo mismo dicen los demás. Salgo yo, y al llegar al centro del patio me detiene el guardián que me acompaña, el cual habla el cheljo con otros indígenas que están en sotechado y en la habitación contigua, a quienes no puedo distinguir por la oscuridad que allí hay; me figuro que esta conversación es porque el guardián esté ya cansado de salir y pide relevo, pero o no es esto o no lo consigue de los demás porque me acompaña el mismo. No veo a nadie en el campo, y mientras permanezco fuera estoy muy escamado y así lo digo al entrar en la habitación y contar, como todos, mis impresiones. Salen sucesivamente otros cuantos y llega el turno al comandante Sr. Villar; apenas sale de la puerta del corral, viene un guardián arrimado a la pared y rápidamente cierra la puerta con candado, pero nos da tiempo a los que estamos frente a la puerta para ver que salen muchos indígenas corriendo con armamento, lo mismo que el resto de la guardia. Se me ocurre una idea macabra por todo esto, pero no me atrevo a exponerla ¡Quiera Dios que no se realice! Todos permanecemos silenciosos y emocionados hasta que pasado un rato y no regresar el comandante Villar uno se decide a decir que estará haciendo la comida (pues desde hace una temporada es él el que la hace) y todos, para desechar el pensamiento que nos domina, asentimos. A eso de las tres de la tarde abrieron la puerta para entrar la comida (tortilla de patatas) y un soldado al cual no le dejaron hablar con nosotros; nos la dio, marchándose y cerrando enseguida. Al momento se llamó al intérprete por orden del general para averiguar lo que había, preguntó si venía el comandante Villar para reservarle su parte de comida o lo hacía en la otra casa. El guardián, que había llegado junto a la puerta sin abrirla, no contestó. Al poco rato se volvió a llamar otra vez, se percibió un cuchicheo entre la guardia, y uno contestó que no venía a comer. Sospechamos todos lo ocurrido. Nadie habló hasta la noche.
Día 13.- Muy temprano sentimos que nos destapan el tragaluz de encima de la puerta; nos piden un jamón que tenemos para la comida. A las doce abre y llaman al capitán Sr. Ozaeta. Era S. Mohan Abd-el-Krim que le espera fuera. Le ha dicho : “Las negociaciones están rotas por completo, pues vuestro Gobierno parece así como si tuviera interés en que no salgan Uds. de aquí”. [También le ha dicho ] que estando en negociaciones han seguido los avances, las tropas están en Dar Drius, y allí se han fusilado a los prisioneros, asesinado a mujeres y niños, y ese proceder ha sido la causa de que la gente de la montaña viniese en queja y pidiendo represalias, las cuales ha tenido que tomar; que él es contrario a esos procedimientos, que aquí nosotros estamos bien tratados, en cambio a los prisioneros en Melilla se les trataba mal; que podíamos escribir, y así se hizo al Sr. Fernández Almeida, diciéndole lo ocurrido. A las dos nos traen la comida: tortilla de patatas, jamón crudo y café. Nos han tenido la puerta abierta una hora y hemos salido a las necesidades de tres en tres. Por uno de los soldados sabemos que al comandante Sr. Villar lo fusilaron entre 14 o 16 en el barranco, y lo han enterrado al lado del capitán Sr. Salto. Esta noche nos han dado vela y nos han traído 23 cajetillas de cigarrillos. Ha llamado Mohan Haddú al intérprete y le ha dicho que lo ocurrido al comandante Sr. Villar ha sido dispuesto por S. Mohan Abd-el-Krim porque [se] lo han reclamado porque entre Nador y Segangan, uno -más que coronel- yendo en auto mató de un tiro de pistola a un moro por la indignación que tenía por lo que había visto en el campo; que el Gobierno se comprometió de palabra con él a no rebasar el Kert hasta dentro de quince años y que no había cumplido su palabra pues cuando había venido de Annual, para la entrega nuestra, se enteró por el camino de la ocupación de Drius y eso le hizo romper las negociaciones. Otra de las cosas que le ha dicho fue que los Beni Buyahi en su huida se internaron en la zona francesa, siendo echados de allí por los franceses, y que en vista de eso Abd-el-Krim ordenó salir cien hombres para establecer una aduana y que fue bien acogido pues los franceses dijeron que eran amigos de Beni Urriaguel y dieron orden de no molestarlos; que estas represalias no quedarán aquí, y no serán solo los dos que han desaparecido; que de noche no se toque la puerta pues al que lo haga le dará cuatro tiros. Se lamentan de que el general no escribe a nadie.
Día 14.- Igual que ayer nos abren la puerta a las doce, nos traen una botella de agua por persona y salimos en grupos a hacer nuestras necesidades. A las dos traen correo y la comida: un huevo duro, patatas con morcilla y café. Nos dan unos cajones, donativo de un señor de la isla, compuesto de dulces, turrones, polvorones, sobrasada, cabeza de jabalí y queso. Durante la comida y la salida nos han dejado la puerta abierta. Se han puesto oficios al Alto Comisario dando cuenta de la muerte del comandante Villar y las conferencias habidas con el capitán Sr. Ozaeta e intérprete Rueda. Nos dicen no escribamos hasta que no reciban la contestación de Melilla, lo que indica han hecho proposiciones de algo. Llama el guardián Mohan Haddú y le dice que está muy apenado de la situación nuestra, que para mañana nos dará una buena noticia; [que] el general y el coronel irán otra vez al cuarto contiguo, y que si algo de lo que en él dejaron les falta se lo digan; [que] cuando llegaron los primeros oficiales prisioneros se les dio camas, colchones y muebles, y hubiesen querido que todos estuvieran igual pero era imposible; que la ropa del comandante Sr. Villar la pedía porque los tres guardianes moros no tenían para acostarse; que había venido la contestación de Melilla e iríamos a comer a la otra casa como antes; que ya no pasaría nada, y pronto nos iríamos; que el señor Almeida se fue muy enfadado y que volverá otra vez enseguida.
Día 15.- A las nueve y media nos traen café. A continuación se lee la misa como domingo, saliendo después todos al barranco. Han llamado a Rueda y dicho que Almeida está en la isla. Traen la comida: arroz y café, y nos dejan la puerta abierta, pero no nos han traído agua y ha habido nuevo intento de sableo. Entra el guardián Mohan Haddú a revistar el local como todas las noches, habla con Rueda y le dice: “Lo bueno o malo que pase es obra de Dios, debiendo esperar lo que él quiera”, y que hay telegramas en casa de Abd-es-Selam. No dieron velas.
Día 16.- No han abierto la puerta hasta las 13:00, y nos sacan al barranco. Al volver nos encierran y observamos nos han robado a casi todos lo poco que tenemos. A las 14:00 traen la comida: patatas con longaniza y café. Nos dieron el pan dejando la puerta abierta hasta las 15:00 próximamente. Nos dicen pidamos dinero, y se les dice no podemos ni la isla manda nada. No dan vela.
Día 17.- Como ayer nos abren a las 13:00. Al regresar del barranco dejan abierta la puerta hasta después de comer. No nos dan pan, pues no vino a causa del temporal. La comida fue patatas con manos de cerdo y café. Estamos sin agua, pues no nos han dado nada hoy, ni vela. Acabamos la novena del Carmen.
Día 18.- Nos han dado siete botellas de agua para todos, y a las 14:00 cuando nos han traído la comida -arroz con bacalao- nos han sacado al barranco. Además nos han dado un huevo duro y café. Hubo correo.
Día 19.- A las 9:00 nos entraron el café; a las 13:00 nos sacaron al barranco. Sabemos que el Sr. Almeida llegó hoy a la isla y se reanudan las negociaciones. Han dado agua. Llegó el torpedero. A las 14:00 nos abren y traen la comida: un huevo, judías con manos de cerdo y café. El torpedero ha marchado a las 17:00. Nos han dado un saco con dos trozos de jamón y latas de conserva; pedimos un abrelatas de los que nos han quitado y nos lo niegan. No dan vela.
Día 20.- A media mañana tiran por el tragaluz una carta para el capitán Sr. Aguirre y un telegrama para el general. Nos sacan a las 13:00. Traen la comida: un huevo, patatas con manos de cerdo, y café. Después de comer nos cierran la puerta. Se lee una carta del soldado Aparicio en que cuenta lo ocurrido el día 12. Dice que los encerraron en la otra casa formándolos a los soldados y diciéndoles que los matarían si salían del patio o nos hablaban a los oficiales; que a poco se oyeron tres disparos y seguidamente una descarga hacia el barranco; salió la guardia quedando dos con ellos, entró luego Amegar y llamó a ocho soldados y salió con ellos, los cuales vieron era para enterrar al comandante Sr. Villar que tenía un tiro en el tobillo, otro en el lado derecho del pecho, otro con entrada por la nuca y salida por el pómulo izquierdo deshaciéndole la cara por completo, además de 14 o 16 balazos por el cuerpo; que se le enterró junto al capitán Sr. Salto; que la tropa y paisanos de Annual han sido distribuidos entre Yebel-Kama, Sidi Dris y Kilates; que Abd-es-Selam les ha dicho no teman nada por ellos ni por nosotros, pues lo ocurrido no se repetirá; que eso fue por lo de Abarrán; que ahora se ocupan de nuestro rescate los gordos, y que era cuestión de días; que S, Mohan salió con harka para hacer la última tentativa, y saliera o no victorioso todo acabaría; que han llevado a la playa una tienda y dos alfombras, además de la cama en que durmió el señor coronel al principio de llegar aquí; que S. Mohan dio orden a la guardia de la playa para que si veían acercarse algún bote con gente por la noche, no hicieran fuego aunque desembarcaran. Han seguido las razias del cuarto; a todos nos han dejado lo puesto, y al general le han quitado la colcha que tenía para taparse. Entraron a pedir a Rueda unas alpargatas, este les dijo no tenía, y entonces le pidieron les diese unas botas más que había colgadas; Rueda dijo no eran de él y que no las daba, que si las quería se las llevase, a lo que dijo “No, cogerlas no”.
Día 21.- Nos traen café y una carta con muchas noticias: que Amegar y S. Mohan Haddú con parte de las dos guardias han marchado a Gomara por S. Mehamed; que anteayer pasó una harka de 150 a 200 hombres para Annual que hace dos días está ardiendo a causa del bombardeo de los aeroplanos; que S. Abd-es-Selam habló el otro día en la playa con el Sr. Almeida y acto seguido marchó el torpedero para Melilla; que les han quitado a los de la otra casa las alpargatas, petacas, y que tengamos cuidado con el dinero; que en la playa han puesto otra tienda. Nos sacan a las 13:00, y al volver hemos visto siguen los robos: a unos el jabón, a otros el calzado, yo me quedé sin las botas que pidieron ayer. Traen la comida y agua, ésta es un huevo, arroz con bacalao y café. A las 15:00 nos encierran. Son las 19:00 y aún no nos han dado vela. A las 21:00 se abrió la puerta y entraron tres nuevos guardianes; nos han dado tabaco y vela; nos dicen que no nos pasará nada y que pronto marcharemos, dentro de 15 o 20 días; que S. Mehamed nos había hecho 300 prisioneros en un convoy.
Día 22.- Durante la noche hemos tenido pegado a la puerta cantando a uno de los guardianes nuevos, diciendo: “Marchar, abrir la puerta, matar jefe, que salir dentro de 8 días”. Hacemos mil comentarios. A las 9:00 nos traen el café y nos piden dinero para leña. Se hace un vale por víveres a la isla. Salimos al barranco a las 13:00, y a las 14:00 traen la comida: sopa de pan, huevo duro, patatas con manos de cerdo y café. A las 14.30 próximamente nos cierran la puerta, abriendo a las 15:00, que es cuando nos han traído el café de la comida, y nos dan cartas, recibiendo un paquete con tabaco que manda del Villamil el capitán Sr. La Rocha. Dicen que Abd-es-Selam está en la playa conferenciando con el Sr. Almeida. Veremos el resultado, si es cierto. Nos han dicho es gobierno Romanones, y por las cartas vemos es Maura.
Día 23.- Vienen de la otra casa por dinero para leña que han traído dos moras, y se les dice que no lo hay. Llaman al capitán Sr. Ozaeta; es Abd-es-Selam para que le escriba unas cartas, antes le manda venga a tomar café que acaban de traer. Vuelven a llamarlo; ha escrito al capitán Sr. Aguilar para decirle que desde luego se reanudará el cambio de mercancías pues no sabía cómo era eso de que no acudieran a la playa con mercancías los indígenas. Seguramente que lo sabe muy bien, pero le conviene aparentar ignorarlo. Del asunto nuestro dijo que hoy llegaban a Yebel-Kama los prisioneros de Annual, y que así se lo decía en carta a Almeida para que no lleven convoy a Sidi Dris; que estaba arreglando la entrevista con Almeida. Respecto a nuestra situación, que ordenaría nos tuvieran la puerta abierta y que nos dejaran salir a comer al corral. Nos dan tres latas de calamares pequeñas. Después de volver del barranco a la una nos traen la comida: 2 huevos duros, patatas con manos de cerdo y café. Nos encerraron pronto, nos dan permiso para poner telegramas. Llegan Amegar y Mohan Haddú, este último, de muy mal talante, le ha dicho a Rueda que nos han hecho 300 prisioneros y cogido 80 cargas de municiones de un convoy entre Tistutin y Dar Azugag que atacaron 1800 moros. Llama otra vez a Rueda y le pregunta qué hemos decidido respecto a su petición del otro día, que él no nos tenía mejor porque no quería, pues tiene atribuciones para hacer lo que quiera; que si Abd-es-Selam leyó las cartas que se han cruzado entre la otra casa y nosotros, y se sonrió, lo cual nos demuestra que se hace solidario del desvalijamiento de que somos víctimas.
Día 24.- Nos traen el café. Salimos a las 12:00; al volver nos dejan la puerta abierta. Han cerrado un poco más tarde que otros días. Nos han dado una vela. La comida de hoy ha sido: 1 huevo, arroz con bacalao o chorizo y café. El intérprete Sr. Rueda habla con el guardián Mohan Haddú y da noticias estupendas: que “hay listas de los que irán desapareciendo y se exigirán cantidades a algunos”.
Día 25.- Preguntan temprano si tenemos agua; nos traen café y dejan abierta la puerta un rato. Viene el guardián Mohan Haddú y dice se va al Zoco y que anoche llegó S. Mohan. Nos da 313 cajetillas de cigarrillos para repartir entre todos, y envíos de la plaza para el general y capitán Sr. Aguirre, y nos cierran. A las doce nos sacan al barranco; hay vapor en la isla. El día ha sido espantoso. Estamos amenazados como el reo en capilla, según las entrevistas de Mohan Haddú con el capitán Sr. Aguirre, que nos exige un vale de 2500 pesetas por conservar la vida; de no acceder dice iremos cayendo uno a uno. Supongo es una estratagema para sacarnos dinero. La comida fue un pan, guisado de patatas con manos de cerdo y café; no nos dan agua. Vino Mohan Haddú y dijo había que escribir tres pidiendo las 2500 pesetas; designó al teniente Sánchez Ocaña, al general, y el otro que se ofreció fue el teniente Casado.
Día 26.- Esta mañana, según ofreció Mohan Haddú, abrió temprano y nos dijo sacásemos toda la ropa para que la tropa nos limpiase el cuarto. Se hizo así. Mientras estos limpiaban ofreció té al coronel, al general y Rueda, y a los demás nos calentó agua para que hiciéramos té o café el que quisiera, pues hoy no nos han traído el café; que podemos escribir si queremos. S. Mohan está en la otra casa, llama al sargento griego desertor de la legión, y le dice marcharán mañana a la isla los desertores de la zona francesa. Nos llevan al barranco y al volver nos cierran pues S. Mohan tiene que recibir gente. A las 14:00 nos abren y traen la comida: patatas con bacalao y café. Dan telegramas y dicen que han hecho correo, lo darán cuando lo censuren. A las 16:00 próximamente nos cierran, dan una vela. Se empieza un triduo a la Virgen del Carmen.
Día 27.- Abren y traen el café a las 9:00. Dejan la puerta abierta toda la mañana y nos sacan a las 12:00. Comida: arroz con bacalao. Concluido el comer vuelven a cerrar y traen agua. Ha venido el médico Sr. Serrano, y nos dijo se iba S. Mohan y cuando viniese su hermano S. Mehamed nos sacarían del cautiverio. Nos dan velas.
Día 28.- Han abierto a las doce y salimos a las trece. Traen la comida: patatas con manos de cerdo, un huevo duro y café. Durante toda la mañana han estado contando cartuchos en el cuarto de al lado; tienen buen número de ellos. Nos cierran la puerta por la tarde y nos dan dos velas. Entra Mohan Haddú y nos dice que estábamos abandonados por los nuestros, que escribiésemos a la familia haciéndoselo ver, y al Sr. Almeida diciéndole quitase la venda pues le tenían engañado.
Día 29.- Abren a las 10:00. S. Mohan llama al capitán Sr. Ozaeta y le dice que estamos abandonados, que nuestro Gobierno faltó a lo pactado pues dijo suspendería los avances en el Kert y no lo ha hecho así, que él tiene establecida una línea fuerte de defensa; que con lo ocurrido todo ha cambiado, lo de menos son ya los millones y prisioneros; que hasta ahora nos trató con consideración, pero ya no responde de nuestra seguridad; que Almeida estaba en Madrid y que Aguilar era el encargado de continuar las negociaciones en su ausencia, que escribiésemos en ese sentido. Se ha escrito y luego no ha querido las cartas, sin duda por no ser en el sentido que él quería. Nos ofreció el correo para cuando Abd-es-Selam subiera de la playa, pero no nos lo ha dado. La puerta ha estado abierta hasta las 17:00. Comida: arroz y tortilla de patatas. Nos enteramos que anteayer vino más gente nuestra a la playa. Han dado velas.
Día 30.- Abren temprano. Llaman al capitán Ozaeta para escribir una carta para el capitán Sr. Aguilar. El guardián Mohan Haddú nos dice le entreguemos las cartas, no admitiendo más que una de cada uno, menos el coronel que no la tenía escrita y el general que dijo ya había escrito otra en que pedía las 2500 pesetas. Vuelve para decirnos que a S. Mohan no le han satisfecho del todo las cosas que decimos, que quiere aconsejemos al Gobierno abandone la empresa de Marruecos. Le decimos por el intérprete Sr. Rueda que eso no podíamos hacerlo, con lo cual se enfadó. Traen la comida: bacalao con patatas, un huevo duro y café. Entre la comida y el café nos tuvieron encerrados y concluido el reparto de este nos cierran. A las 18:00 viene con las velas y se sienta para hablar. Dice: “S. Mohan va a pedir a las Naciones la independencia del Rif; España no cumplió ni cumple el acta de Algeciras, apoderándose de todo; ellos se comprometerán a hacer escuelas, carreteras, ferrocarriles, fábricas, etc; nuestras tropas están en Drius habiendo retirado la artillería de grueso calibre; ellos tienen una fuerte línea para oponerse a nuestro avance y S. Mohan cree no se conformará se queden los nuestros en Drius. Del rescate, a ellos no les importan los presos de Melilla pues no son de guerra, que de serlo tendrían interés por ellos, pero como era gente que había ido a Melilla por su gusto, que sufrieran las consecuencias; nosotros se conoce que no le importamos al Gobierno nuestro nada, cuando no da hasta los dientes por nosotros, y andar a tiros y al mismo tiempo pedir nuestro rescate era no querer obrar con nobleza; ni Berenguer ni Sanjurjo atienden a razones.”
Se marcha muy amigo nuestro. Esta mañana estuvo Fakir Hamed y dijo muchas cosas por el estilo de las dichas por Mohan Haddú: que Almeida estaba en Melilla e Idris no venía porque le daba vergüenza, según carta escrita a ellos en la que les dice que hasta que no sea para la solución definitiva, no vienen; que ellos contestaron no temiese venir puesto que él había sido engañado por Berenguer como ellos. El general le dijo a Mohan Haddú que debía tener una conferencia con S. Abd-es-Selam, pues este había dicho la quería celebrar con el general, capitán Ozaeta y el intérprete, a lo que contestó que mañana sería pues hoy no pudo ser por haber tenido mucha gente y además temía hablar con el general porque chilla por todo y se enfada.
Día 31.- Esta mañana abren temprano y nos dan el correo retrasado. Después de volver del barranco salió el general para hablar con S. Abd-es-Selam como quedó ayer. Estando en el barranco vimos a los de la otra casa que subían del río, adonde fueron a lavarse. Todos estaban de muy mal color y nos causaron en general mala impresión. No nos dejaron hablarles. Hace poco ha venido el capitán Sr. Canaluche para hablar con Abd-es-Selam, pues le llamó este; le dijo lamentaba nuestra situación y daría órdenes para aliviarla, sobre todo en lo referente a las puertas; le dijo también del general que de haber observado otra táctica con él hubiesen sido amigos. En la entrevista con el general le dijo que ellos pretendían que si España había de cumplir el acta de Algeciras tenían que cambiar de procedimientos, pues sus deseos eran que fuese un protectorado impuesto con la paz, y no con la fuerza; que sus deseos eran que estando España aquí no intervinieran las armas nada más que cuando ellos lo necesitasen, que ellos garantizarían la seguridad de todo español o extranjero que deseara internarse o establecerse con objeto de implantar industrias, explotar minas, etc; que se construirían carreteras, ferrocarriles, fábricas, etc, que esto se lo hiciera presente al Gobierno, y nosotros a los amigos o familiares que tuviesen influencia con el Gobierno. El general le hizo ver lo inútil de lo segundo y que lo primero podía hacerlo en otra forma: que S. Abd-es-Selam le escriba todo eso al Alto Comisario y él (el general) se lo mandaría. Quedó conforme con ello. Vino Mohan Haddú, y dice que escribamos una carta a un político haciéndole saber todo esto, y esa carta firmada por nosotros acompañará a una de S. Abd-es-Selam en la cual expone sus pretensiones.
El teniente Sr. Casado escribe a su tío: Queridísimo tío: En mi poder ha sido hoy su carta del 7 del actual a la cual me apresuro a contestar para que sepa que continúo en estas tierras en regular estado de salud, pues estos días he tenido una picadura en la muñeca izquierda la cual debido a las malas condiciones higiénicas en que vivimos, se infectó, y tuvieron que sajarme empleando para ello una hoja Gillette de una máquina de afeitar y como única medicina irrigaciones externas de permanganato, pues se carece aquí de elementos de todo género; no obstante, gracias al simpático médico Serrano que está aquí también prisionero, que con su hábil pericia ha sabido suplir la carencia de instrumental y medicamentos, ya estoy casi bien y no ha habido complicación alguna. Del estado general de salud me encuentro perfectamente, no obstante las penalidades por las cuales atravesamos. Continuamos encerrados 19 horas diarias en locales incapaces para alojar a la mitad de los que en ellos vivimos. De sus condiciones higiénicas podrá ud. juzgar sabiendo que uno de ellos fue anteriormente cuadra y no tiene ventana alguna para su ventilación. Con relación a la comida puede hacer comentarios a la vista de los siguientes suculentos menús. Día 1 de diciembre. Desayuno: café con dos botes de leche condensada para 75 hombres; comida: alubias con un poco de chorizo; nada para cenar (el desayuno es el mismo todos los días, excepto alguno en que, por falta de agua como hoy, ha ocurrido no lo tomamos). Día 2. Comida única: arroz con tocino. Día 3. Comida única: garbanzos con bacalao. Día 4. Comida única: arroz con un kilo de tocino y 30 chorizos. Día 5. Comida única con un kilo de tocino. Día 6. No hubo desayuno; arroz con un kilo de tocino y 30 chorizos. Día 7. Comida única: arroz con un kilo de tocino. Día 8. Arroz blanco y 18 latas de tomate con un kilo de tocino. Día 9. Comida única: café con dos botes de leche condensada (seguimos siendo 75 hombres). Día 10. Sopa de ajo y un huevo a cada uno. Día 11. Pocas patatas guisadas y 100 huevos en tortilla francesa. Día 12. Comida única: garbanzos (no cocidos, por la mala calidad del agua) y un huevo a cada uno. Día 13. Comida única: alubias con tocino y un huevo en tortilla francesa. Recibo en su carta un pequeño recorte (que por el tipo de letra parece ser de El Sol, y en el cual bajo el título de “Las condiciones que exigen los moros” se manifiesta que según uno de los ministros, las pedidas por nuestro rescate son 1ª entrega de cuatro millones de pesetas, 2ª indemnización de los daños causados o reconstrucción por los brazos españoles de todo lo destruido, 3ª garantía por Francia de la entrega de esos millones, 4ª reconocimiento de la independencia de Beni Urriaguel, y 5ª que España entregue todos los prisioneros moros que en su poder tiene. Pues bien, su carta al ser censurada por Sidi Mohamed Abd-el-Krim, fue por él leída, y me mandó llamar en unión de los señores comandante de caballería Gómez Zaragoza, capitán de artillería Vellón, y teniente Villegas para entregarnos varias cartas, y una vez en su presencia me manifestó que no es cierto que él exija dichas cinco condiciones, y que únicamente pide la primera y la quinta, o sea los cuatro millones de pesetas, y la entrega de los prisioneros moros que en poder de España hay, siendo completamente falsas las otras. Con relación a los párrafos de su carta en que me habla de un gran mitin a favor de nuestra libertad, así como declaraciones de un ministro que dice no nos ha abandonado ni un momento, me dijo leyese unos renglones que en la parte en blanco de su carta había trazados, al efecto lo hice, y vi con letra clara y escritura fresca (lo cual me induce a creer fue él quien lo escribió) los siguientes renglones: Vuestro Gobierno os engaña y engaña al pueblo miserablemente. Hoy sabrán oficialmente por mí la verdad. Yo no odio al pueblo español, y sí odio a los procedimientos –vale-M. Y en otro lado: Como está engañado tu tío pero a estas horas ya estará desengañado, pues no hay más que dos únicas condiciones, las subrayadas – El censor-. Como verá, su carta fue el motivo por el cual yo he oído de labios de Sidi Mohamed Abd-el-Krim manifestaciones que al igual que yo verá son claras y terminantes y si, como creo, las toman en consideración, la solución de este enojoso asunto será rápida, con lo cual terminarán nuestros sufrimientos morales, que son mucho mayores que los materiales. Ya creo hay en Alhucemas una sección de la Cruz Roja trabajando el rescate, con lo cual creo no tardará en llegar el dichoso día en que pueda abrazarles.- Su sobrino que les quiere y no les olvida y abraza.- Luis Casado Escudero.- Rubricado.- Es copia”. Se llevan telegramas y cartas a la isla.
Febrero de 1922
Día 1.- Abren a las 12:00 después de llamar para salir al barranco. Al regresar traen la comida: un huevo duro, patatas con chorizo. Después de comer nos entregaron los envíos de algunos. La puerta la han cerrado oscurecido, después de darnos dos velas.
Día 2.- Abren a las 8:00; a las 12:00 salimos, y a las 13:00 traen la comida: carne con patatas y café. Al oscurecer cierran y dan dos velas. Entra Mohan Haddú para traer un telegrama al capitán Sr. Sainz, emprende conversación con Rueda, y dice que por su independencia morirán todos antes que perderla, y la matanza sería mayor que la de Annual; que S. Abd-es-Selam iba a llamar a Ozaeta esta noche. Al irse le dijo una cosa a Rueda, el cual no la dijo, pero indicó afectaba al general, coronel y capitán Aguirre. Algo se trae entre manos, veremos por dónde sale.
Día 3.- Abren a las 9:00; vamos al río para lavarnos y lavar la ropa. Por fin salió lo que anoche dijo a Rueda al marcharse: pedía cinco carteras de las que ellos usan. A las 14.30 regresamos del río y traen la comida: un huevo y arroz. Cierran a las 18:00 y nos dan dos velas. A las 19:00 abren y nos traen el agua y telegramas. Ha llegado el vapor correo.
Ayer [a la] mañana vino el sargento Basallo; nos dijo estaba en Yub-el-Kama; que S. Mohan estaba en Sidi Dris; que en el traslado de Annual a Yub-el-Kama habían pasado muchas fatigas y trabajos, pues se llevaron todo el material; iban 56 camillas, y al llegar murió un soldado; que habían querido vender las mujeres de los españoles cautivos, que él había tenido que dar por ellas 1500 pesetas; que estaban bien y trabajaban mucho con la gente.
Día 4.- Abren a las 8:00 y traen café. La comida muy escasa: patatas con chorizo. Por la tarde vino Fakir-Hamed y estuvo gran rato. Dijo que la isla tenía incomunicados a los seis griegos desertores que se marcharon ayer. Sigue el vapor correo en la isla. No nos han dado el correo.
Día 5.- Abren a las 8:00, llama Abd-es-Selam al capitán Sr. Ozaeta para darle la carta al tío de Casado. Escribimos, telegrafiamos y nos dan telegramas. A las 13:00 viene la comida: pan duro y arroz con chorizo. Antes de encerrarnos salió el capitán Sr. Aguirre y nos dijo había cuatro barcos fondeados en la isla y llegaban dos más de la parte del Peñón. Hay temporal de Poniente.
Día 6.- Sigue el temporal. Abren temprano; salen el capitán Aguirre y el teniente Casado para hablar con S. Abd-es-Selam. Dicen que no nos quieren sacar de aquí, que de la isla no quieren recibir ni dar el correo, “escribe una carta para mandarla con la del tío de Casado”. Salimos a las 12:00; traen para comer arroz y chorizo y un pan duro. Al oscurecer dan dos velas y cierran. Siguen en la isla los cinco vapores pesqueros.
Día 7.- Seguimos igual que ayer en todo. La comida fue un pan duro y patatas con bacalao. Más tarde nos han traído café y dos velas. Cierran oscurecido.
Día 8.- Anoche, después de que nos encerraron, entró Mohan Haddú y nos dijo: “Han traído a la playa 200 mulos cargados de municiones de cañón. Los cañones de la playa en el castillo no son para tirar a la isla, sino para oponerse a un desembarco”.
Abren como ayer y cuando salimos vimos a los de la otra casa que subían del río, dejando saludarnos. Han comprado hoy más cartuchos. La comida fue pan duro y arroz con bacalao. Temprano llamaron al capitán Sr. Ozaeta y le dieron una carta del capitán Sr. Aguilar para que se la leyera pues no la entienden bien. En ella le pregunta si nos pueden mandar correo, a lo que han contestado que sí, y si se les manda el que aquí hay nuestro detenido. El correo no lo han dado, aunque lo ofrecieron, solamente telegramas por la tarde. Ha entrado esta noche Mohan Haddú y estuvo más de dos horas de conversación; los temas de siempre: que si el Gobierno, etc… Habló del funcionamiento de los Zocos, aduana y de la de aquí que recauda solo en derechos por huevos más de 12 500 pesetas pues vienen a salir por término medio 5000 huevos diarios; de las operaciones que todo estaba tranquilo, que tenían una fuerte línea, y que en Sidi Dris ponían hoy una harka para evitar sorpresas por ese lado; que S. Mohan y S. Mehamed quieren a España, y no duda que algún día llegarán a ser buenos amigos.
Día 9.- Abren temprano y salimos; al volver nos traen el café. El general recibe cartas del capitán Sr. Aguilar preguntando por qué no escribe. S. Abd-es-Selam ofrece darnos el correo, pero no lo da; el Sr. Almeida está en Melilla y le esperan en Melilla. Dice se han escapado 22 soldados que había en Kilates. Para comer, igual que ayer y café. Cierran a la misma hora.
Día 10.- Abren como todos los días, entra Mohan Haddú para decirnos que se marcha hasta el domingo a su casa. El día amanece con temporal fuerte del noroeste. Salimos temprano y al volver nos dan café. La comida fue patatas con bacalao y café. Nos dan cartas y telegramas. Habló el capitán Sr. Ozaeta con S. Abd-es-Selam y no le dijo nada de particular, luego llamó al capitán Sr. Aguirre con el que estuvo gran rato de conversación en su casa: le preguntó sobre nuestra religión y ellos la encontraron muy parecida a la suya y que era todo muy bonito; luego hablaron de Astronomía. Le mandan al capitán Sr. Aguirre un cajón que debió llegar en Pascua y está todo estropeado. Dicen viene el miércoles S. Mohan. No nos dan agua.
Día 11.- Sigue el temporal; nos abren como ayer y salimos a las 11:00. Nos traen agua abundante, la comida sin pan; arroz con bacalao y café. Nos dan 5 velas y cierran al oscurecer.
Día 12.- Abren como todos los días y nos traen café. Se llevan el correo. La comida ha sido judías con arroz y patatas, huevo duro y café. Nos han dado 100 cajetillas de cigarrillos; mandan de la isla cerillas, papel de escribir, fumar, chorizos, leche, así como varios envíos, pero no nos han entregado nada.
Día 13.- Abren temprano y nos entregan tabaco y demás cosas que nos faltaban. Traen el café y después salimos. Traen envíos al general Arjona. La comida fue huevos duros, patatas con bacalao y café. S. Abd-es-Selam llamó al capitán Sr. Ozaeta que escriba. Viene Mohan Haddú y dice que de Yub-el-Kama se han escapado 8 soldados con 2 moros en un bote y van a venir a la playa todos los prisioneros que están en Yub-el-Kama. Se lleva telegramas. Nos cierran al oscurecer.
Día 14.- Abren temprano, nos traen el café y salimos como todos los días. Dice Mohan Haddú que ya no hay guerra, que en Drius no hay apenas fuerzas. Han llegado a la isla un coronel, varios jefes más y 32 oficiales; esto lo dijo S. Abd-es-Selam al general. Mohan Haddú dice que las operaciones quedan en suspenso hasta que no se haga el canje, que Abd-es-Selam está escamado con la venida de esos oficiales a la isla; que ahora van a poner una harka en la bahía. Mañana viene una comisión de la Cruz Roja pata tratar de nuestra salida. Ha llegado el vapor correo. Le han traído envíos al capitán Sr. Aguirre. Dicen viene mucho correo y envíos en el vapor. La comida ha sido arroz con judías y carne, huevos duros y café. Nos cierran al oscurecer.
Día 15.- Amanece lloviendo. Abren como todos los días. Traen el café y después salimos. Está el vapor en la isla. Nos traen la comida: arroz con chorizos y huevos. Fakir Hamed nos dice que dentro de pocos días nos vamos. En carta que le escriben a un oficial desde la isla, su cuñado le dice que nos vamos enseguida, que viene una comisión de la Cruz Roja para hacer el rescate. No nos han dado el correo ni los envíos. Hoy hemos estado sin agua.
Día 16.- Abren muy temprano y traen un cajón para el coronel. Nos dicen hay otros que nos entregarán, así como el correo. Fakir Hamed da al general tres buñuelos del país, este los reparte. Hoy no nos han dado el café de la mañana. Sacamos las mantas al patio para sacudirlas. Traen la comida: huevos duros, patatas con chorizo y café. Nos entregan correo, Mohan Haddú pide se escriba al capitán Sr. Aguilar para preguntar por qué no vienen los vales que se mandan a la isla y cómo no han llegado a su destino las tres cartas del 26 de enero en que se pedían las 2500 pesetas. Nos dejan poner telegramas. Nos traen dos velas chicas y ofrecen traernos una vela más. Cerraron oscurecido.
Día 17.- Abren temprano; nos traen agua; salimos a las 10. Los de la otra casa nos dicen que Tánger es nuestro, según carta que ha recibido de un oficial. El capitán Sr. Aguirre sale para dirigir las obras de una alberca de 200 400 litros. Nos traen la comida: arroz con chorizo incomible. Dicen viene mañana S. Mehamed; que con el Sr. Almeida viene el coronel Sr. Civantos. Nos dan tres velas.
Día 18.- Abren igual que ayer; traen desayuno de café. Salimos como todos los días. La comida fue huevos, arroz con patatas y café. Nos entregan envíos de las familias. De la isla mandan cerillas, tabaco, velas y papel de escribir. Cierran igual que ayer.
Día 19.- Abren temprano, llaman al capitán Sr. Ozaeta y le entregan envíos para varios, además una carta del capitán Sr. Aguilar para el señor coronel. Salimos a la hora de todos los días. Se llevan correo. La comida: arroz con chorizo, huevos y café. De la otra casa nos dicen que mañana viene S. Mohan, o quizás esta noche. Traen correo, pero no nos lo han dado. Llegó el vapor correo. Cierran al oscurecer; a las 21:00 abren y entra Mohan Haddú, nos dice que acaba de llegar S. Mohan, que en la isla ya tienen noticia de que llegaba hoy o mañana. ¿Qué pasará? Esperaré más.
Día 20.- Abren a las 9:00, y al salir hemos visto que han puesto dos tiendas en la playa: una en la desembocadura del barranco donde vamos a lavarnos algunas veces, y otra frente al poblado de Zuani. Nos tienen encerrados en el cuarto sin dejarnos salir. Traen la comida: arroz con pescado, huevos y café. El vapor correo sigue en la isla. Ha venido esta tarde Pajarito. Han traído envíos y encargos de los pedidos a la isla. Han mandado de esta 30 sábanas. No nos han dado el correo. Cuando oscureció, antes de cerrar, vino Mohan Haddú y nos dijo que Pajarito fue con otros dos moros a París para tratar con Francia; que España reclamó para que los detuviesen y que Francia se negó, por lo cual España le recordó lo que hizo cuando la guerra con la harka de Abd-el-Malik, y que hay tirantez entre las dos naciones; que en Barcelona había revueltas, y que España tenía en Francia muchos espías; que con los cuatro millones han comprado aeroplanos; que viene S. Mehamed para hacer el canje, y están esperando venga Musida.
Día 21.- Hoy abrieron más tarde, nos dieron agua. No dejan salir del cuarto; nos dicen llega S. Mehamed. Traen la comida: arroz con patatas y chorizo, café. Después de comer dicen que si queremos salir a dar un paseo al barranco. Salimos y volvemos a la hora con flores y ramos silvestres, después de habernos hecho lavar un poco. Ha llegado S. Mehamed. Se entroniza al Sagrado Corazón de Jesús aprovechando los arbustos que hemos traído; el acto ha sido hermoso y emocionante. Estuvo esta mañana Pajarito a saludarnos y no dijo nada de particular.
Día 22.- Han abierto a las 9:00. Vienen dos soldados de la playa, y dicen: “Se fue el vapor y han marchado en él, así como en el anterior, muchas mujeres y niños de la isla; los moros han trasladado a las lomas detrás del poblado de Zuani tres cañones, y uno a la playa, y han retirado de la misma 38 ametralladoras que está arreglando un moro procedente de Regulares; el día de retirada de Dar Drius mató una granada lanzada por los nuestros al avanzar a unos soldados que iban en un carro con municiones y varios moros para Annual”. Salimos a la hora de ayer. Se escribe un recordatorio para las Srtas. de Alós de Barcelona por la iniciativa que estas han tenido de que entronicemos el Sagrado Corazón de Jesús. La comida igual que ayer, y cierran al oscurecer. Entra Mohan Haddú y dice que no llegó Almeida por estar la mar mala, que si mejora vendrá mañana, que los moros que hoy han venido por aquí son unos 70, en su mayoría de Beni Urriaguel. Se marcha y al poco rato vuelve a entrar con otro moro y nos dice que acaban de llegar varios montañeses, y vuelve a repetir que hoy no ha venido el Sr. Almeida por el mal estado del mar, pero se sabe que mañana viene; que ellos desean la paz y tranquilidad más que nosotros. El compañero dice que si creemos que nuestro Gobierno se entenderá ahora con ellos; se preguntan cómo el Gobierno no se preocupa de tener a 46 jefes y oficiales sin sacarlos de la prisión, que ellos en su caso harían lo indecible, que un jefe vale por mil soldados, que ellos (los moros) sin jefe no sirven para nada; muerto el jefe la tropa se desmoraliza, y que jefes que cayeron peleando no debían haberlos dejado aquí sino libertarlos, y luego avanzar si querían; que el culpable de nuestra estancia aquí tanto tiempo es el general Berenguer, que es mala persona igual que el general Silvestre; el general Aizpuru era bueno, y el general Jordana soberbio; que el origen del Desastre es la entrevista del general Silvestre con los jefes pensionados de Beni Urriaguel en la cual les dijo que “la visita ahora era por mar, la próxima sería por tierra a caballo y por las buenas o por las malas, que España no les daría ni una peseta; él había sido herido 22 veces y tenía el presentimiento de que había de matar un hombre por cada muerto que le hicieran; que en Beni Urriaguel no había hombres sino mujeres”; y el general Marina era bueno y sabía política, pero el general Silvestre, no; que las trincheras que tienen arten de Imfantarás (no sabemos qué nombre es este) a Midar; que Kandussi está en poder de ellos, y construyen trincheras hacia nuestras tropas, y esperan volver a coger más prisioneros; que nosotros cuando volvamos a Melilla no vayamos más a la guerra; que ellos prefieren morir defendiéndose a ser dominados por nosotros, y piden a Dios venga Almeida y lo arregle todo pues ellos quieren la tranquilidad y no la guerra que nada bueno trae, y desean vivir tranquilos en sus casas. Al intérprete Sr. Rueda le dice que nos diga estemos tranquilos, que esto se acaba ya, y nos pide no hagamos la tontería de escapar pues se complicaría la cosa, y nos desea mucho bien; que la forma de gobierno que tienen nombrado son 10 kadies, tienen ministros que se reunirán en una casa grande que van a hacer, el kadi manda 1200 hombres; que de noche se hacen trincheras en la playa, los ministros vigilan esos trabajos y al que se duerme le imponen 50 duros de multa; que tienen dos líneas de trincheras para oponerse a nuestro avance, las de la playa serán defendidas por un kadi con cien hombres y cuatro ametralladoras; que S. Mohan es el emperador y Beni Said forma parte de la unión de las kabilas.
Día 23.- Abren a las 9:00 y traen agua. A las 14:00 la comida: arroz con costilla salada. Por la noche entra Fakir Hamed y nos trae el correo para que cojamos nuestras cartas y devolvamos las de la otra casa; se reciben noticias para todos los gustos. Cierran como todos los días, y no nos dan vela. Recibimos de la isla envíos y encargos: ropa, víveres, etc. Vuelve Fakir y dice: “Hubo carta del Gobierno diciendo que ya no hay operaciones”, que S. Mohan está en la playa y va al Zoco mañana para regresar las defensas de la misma y ver la gente, pues saben que España pretende desembarcar en Alhucemas; que ellos están dispuestos a acceder a nuestra marcha, y así será si el Gobierno se aviene a ello; que antes nos saque de aquí y luego obre como quiera, que el general Berenguer sigue la misma marcha que el sultán, que no le importan sus prisioneros, obre muy de ligero, y si con política se hubiese tratado de nuestro rescate, otra cosa sería; que ellos desean el bien nuestro y tratan de que estemos bien. S. Mohan ha sido llamado por un jefe de la montaña, y van a poner gente en todo el litoral en número de 1200 hombres solamente para esta bahía; que la kabila se opone a que vayan moros a la isla, pero no a comerciar con huevos, este está algo retraído a causa de la actitud de España; que como anteayer han llamado en los zocos a la gente para que venga a guardar la playa. Entra Mohan Haddú y dice que todas las kabilas M´Talza, Beni Said, Tensamán, Beni Urriaguel y otras dan 200 hombres cada una, menos Beni Urriaguel que da mil para guardar las costas; que mañana llega una harka para la defensa de la playa y demostrar al Gobierno que son hombres y están dispuestos a la lucha cuerpo a cuerpo, y aunque ellos son partidarios de la paz irán a la guerra; que a nuestro Gobierno le ha sentado mal el viaje de Pajarito a París; que desde el miércoles se construyen trincheras en toda la bahía desde cabo Kilates hasta el Morro; nos pregunta qué nos dicen nuestras familias en las cartas, y qué sabemos de la conferencia de Pizarra; dice que nos callamos lo que sabemos y que lo tratado fue que el Alto Comisario dijo vendría a sacarnos por la fuerza, que entre las cartas de los oficiales hay tres en las que se dice que este mes se va a hacer el desembarco en Alhucemas, que el capitán Aguilar obra mal, pues no deja pasar nada y rompe las cartas.
Día 24.- Llegó el torpedero y suponemos que en él viene el Sr. Almeida. Abrieron tarde y salimos a las 11:00. La comida fue arroz con carne. Nos cierran al oscurecer y no dan velas. Entra Mohan Haddú y dice: “Se fue el barco que vino a traer pliego y a un delegado de Almeida. Este vendrá mañana. Ha llegado S. Mehamed”. Parece que no está muy satisfecho.
Día 25.- Al salir nos enteramos de que a los de la otra casa los tienen encerrados. Preguntan los soldados qué hay de cierto sobre lo que les ha dicho Mohan Haddú de que nos iban a internar unos 10 kilómetros. No han dado para comer nada más que leña. Al oscurecer S. Mehamed llama al capitán Sr. Aguirre y le dice que el asunto está arreglado, si no ocurrían nuevos tropiezos, para mañana tenía una entrevista con el capitán Sr. Aguilar, pues este se la había pedido para tratar del canje de los prisioneros, y que Almeida vendría dentro de 3 o 4 días; que él tenía aquí su rescate particular, pero que siendo la salida de todos para dentro de 8 días, podía esperar, que es enemigo de lo que ha ocurrido aquí en su ausencia, y que el Gobierno no quiere entenderse con ellos pues siempre lo ha demostrado.
Día 26.- Abren muy tarde y la comida fue como estos días: arroz y judías. En la playa hay gran número de moros junto a las tiendas de campaña y aquí en la casa hay también gran concurrencia. Cierran ya de noche y tampoco nos dan vela. A las 24:00 entró uno de los guardianes, y después de mucha conversación sin importancia, nos pide unos vales para traer unas cuantas carteras de las que ellos usan; se le negó.
Día 27.- Salimos cerca de las 12:00. Ha venido el sargento Basallo y nos dice han sido trasladados de Yub-el-Kama a unos 8 kilómetros hacia aquí; están muy mal alojados pues están hacinados en 4 tiendas; pasan de 40 los enfermos que hay, en su mayoría del tifus; han fallecido 47, y la gente está en los huesos; pagan cincuenta pesetas por la kabila que habitan, y 130 por las velas que gastan al mes; solicitó venir con la tropa a la playa y se lo han concedido. Respecto a los trabajos de defensa que tienen los moros, dice que hay 24 cañones distribuidos en la playa y series de trincheras en la orilla del mar. Comida: arroz con bacalao. Traen algunas cartas. Nos cierran ya de noche, y tampoco dan vela. Entra Mohan Haddú y trae un telegrama para el general del Sr. Almeida diciendo “tiene buenas impresiones”, y entrega dos cartas más.
Día 28.- Abren temprano y al salir nos encontramos con los de la otra casa. No nos permiten acercarnos a ellos. Tienen el aspecto de pordioseros hambrientos. Al regresar nos encontramos en la puerta de esta casa a S. Mehamed, el cual saludó a todos dándoles la mano, y muy expresivamente al general. Con él iban el Mizian y Kadur N´Amar. Dicen que S. Mohan ha hablado con el capitán Sr. Canaluche y le dijo era inhumana la forma en que España pensaba venir aquí. A las 16:00 han traído arroz solo y café para comer. Siguen sin darnos correo.
Marzo de 1922
Día 1.- Abren temprano y traen agua. Salimos, y al volver viene el médico Sr. Serrano con nosotros y nos dice que en la entrevista de S. Mohan dijo había recibido una carta del Gobierno; que sus términos le molestaron, pero como comprendía que nosotros no teníamos la culpa de todo lo que ocurría, no tomaba medidas como las anteriores; que ya quería le dejasen descansar pues estaba muy cansado de esto. Para la comida dieron patatas que se comieron con arroz y luego café. Nos dan tres velas y cierran de noche. Abren, entra Mohan Haddú y emprende la conversación diciendo que el Gobierno anda engañado, hace como el gorrión con el cepo, que anda dando vueltas creyendo que aquí no hay más que riqueza y que se va a llevar chasco, que es un alcahuete; que aquí cuando el Gobierno era amigo le costaban los fusiles 500 pesetas, y ahora 150 pesetas; que ahora tienen cañones y municiones abundantes, que ellos puede no sepan apreciar el bien que con esto les hace, pero que ahora “estar más amigos”, que aquí hay muchos moros que nos iban a internar, pero que si viene Almeida y se arregla no será así. En la isla hay muchos cañones y municiones, que no se puede andar por ella y han echado a todos los comerciantes de allí; que Almeida ha escrito a S. Mohan diciendo que el Gobierno acepta todas las condiciones.
Día 2.- Abren temprano y traen un paquete con medallas, escapularios y estampas al capitán Sr. Ozaeta con papel de escribir. Salimos como todos los días; al volver preguntaron si queríamos ir al barranco donde fuimos días pasados, Rueda dijo que sí y allí estuvimos hasta las 14:00 removiendo la tierra, pues tienen toda sembrada de frutales, y los de la otra casa y hoy nosotros les hemos cavado la tierra. A las 15:00 traen la comida: arroz y patatas, que es todo lo que nos dan; esta es la comida que hacemos en 24 horas, pues de cenar, nada porque no nos mandan nada de lo que pedimos para ello a la plaza. Nos dan velas y cierran al oscurecer. Esta mañana vino el sargento Navarro y dos soldados, dijeron estaban muy bien en la playa, que Pajarito les dijo nos íbamos, desde luego, que habían celebrado conferencia con un representante del Sr. Almeida S. Mehamed y Pajarito; que pasado mañana vienen los enfermos de la columna de Basallo, y que han mandado para ellos 10 camillas. La vigilancia nocturna en la playa es muchísima pues temen una sorpresa de nuestra parte. En conversación de Rueda con los guardianes dijeron que España se estaba proponiendo que ellos se apoderasen de Melilla, que lo harían pero que no sería para echarnos de ella sino para ellos gobernarla y nosotros vivir allí como ahora. Entró Mohan Haddú y después de no decir nada de particular acabó pidiendo los vales para las carteras; al general 2, coronel 2, Aguirre 1, Casado 1. Ofreció nos daría el correo pues hoy se lo pidió a S. Mohan, y le dijo este que mañana se lo daría. No cenamos.
Día 3.- Abren temprano y traen agua faltando para algunos. Salimos como todos los días. No nos han dado el correo, en cambio le dieron al capitán Sr. Aguirre un envío raziado. La comida: arroz con judías y patatas con café. Al caer la tarde nos dicen llega un barco de guerra. ¿Será Almeida? No cenamos, ni dan velas, y nos cierran de noche.
Día 4.- Abren temprano, entra Mohan Haddú y dice a Rueda estrechándole la mano como señal de decir la verdad que llegó Almeida y que mañana o pasado nos vamos; que el Gobierno había aceptado las condiciones, y que aunque no había aceptado la primera que era abandonar la zona, ellos estaban conformes. Al salir vimos que se fue el barco, luego hemos sabido que se fue enseguida. No hemos visto variación en nada con otros días. No nos han dado más que patatas para comer, y la comida fue: café de desayuno, y arroz y patatas en la comida y un pan, faltando para dos. El correo siguen sin darlo. Cierran como todos los días y no nos dan velas.
Día 5.- Llaman temprano y piden cerillas, luego un poco más tarde abren y traen el agua. Salimos como todos los días y no hay nada nuevo como no sea lo que dice el sargento Navarro: que se han celebrado conferencias y que aquí está Idris. Traen la comida, la misma que ayer. Después de comer llaman al general y coronel a conferenciar con S. Mehamed Abd-el-Krim. Dura bastante esta conferencia, al regreso de ella dice que estamos como siempre, que nuestro Gobierno les da 243 prisioneros moros, pero que ninguno es de esta kabila sino de las ya sometidas y algunos Beni Said y Tensamán, que les dieron un plazo de 48 horas para contestarle al Sr. Almeida si estaban conformes a lo cual hoy contestan preguntando cómo han excluido a los Beni Urriaguel. No sabemos más pues nada más han dicho, pero es creencia de todos que hay algo más que no nos han dicho. Nos cierran al oscurecer y no nos dan velas. De la isla se reciben nueve cajas de latas de judías con cerdo, nos dan seis para distribuir. No cenamos.
Día 6.- De lo que anoche decía que no habían dicho al general y coronel resulta que el señor Almeida pide entenderse en las conferencias con S. Mehamed por conocer este el idioma español y conocer las costumbres; que referente a las listas dijo las repasaría al decirle el coronel que le pareció extraño no viniesen en ella incluidos los Beni Urriaguel. Esta mañana ha bajado la tropa para armar tiendas pues esperan a los Yub-el-Kama. Han marchado acompañados de gran séquito los hermanos. Abd-es-Selam llama al capitán Sr. Ozaeta para que escriba al capitán Sr. Aguilar diciendo que en vista de que nuestra estancia se prolonga, mande dinero para atender a nuestras necesidades pues realmente carecemos de los más indispensables. Pedimos salir al barranco y no nos dejan. Pasada una hora se insiste pues hay quien no puede soportar más, y en vista de ello nos encierran pues nos hemos quedado a merced de dos de estos sinvergüenzas que abundan en nuestra guardia. Hoy abrieron más tarde, nos han traído café y piden demos algo, para comer no tenemos nada y se dispone que se abran latas de judías de las recibidas ayer. Traen la comida y nos sacan al barranco. Al volver comemos las latas que no tienen nada de apetitosas. Cae enfermo el teniente Dalias con fiebre alta. Cierran oscurecido y nos dan una vela. La tropa fue a la playa para subir un cañón al castillo. Hoy han hecho fuego de cañón por la derecha de donde estamos.
Día 7.- Abren para darnos agua, salimos al barranco y nos enteramos que los de la otra casa están haciendo un camino. Traen café para desayuno y para la comida arroz y judías, y café. S. Mohan llama al capitán Sr. Ozaeta, le habla y encarga escriba a la isla pidiendo víveres para seis meses pues en vista de que le amenazan con invadir esto, nos van a internar pues dice que no quiere nos ocurra nada que pueda dar pretexto a España de que ellos son incivilizados y hacer el fuego a Berenguer; que le han negado la entrega de los Beni Urriaguel, y que eso no pueden ellos consentirlo, que estuviésemos tranquilos pues solo los que por enfermedad faltasen serían las víctimas y que eso Dios era el que lo tendría dispuesto; que escriban hoy a la isla diciendo que no dejarán en lo sucesivo que venga más que el vapor correo, que barco de guerra que se acerque rompen el fuego desde las baterías. Cierran de noche y nos dan una vela.
Día 8.- Abren para que salga el capitán Sr. Aguirre y dejan abierto ya. Salimos como todos los días. A los de la otra casa se los llevaron al trabajo de caminos. Escribe el capitán Sr. Aguilar contestando al capitán Sr. Ozaeta; dice que el Gobierno ha concedido cosas increíbles de que llegase a ellas, y que respecto al asunto de los Beni Urriaguel, que él escribió a S. Mehamed diciéndole que si tenía interés por algunos Beni Urriaguel lo dijese, pues creía conseguir del Gobierno poderlos ceder, y que aún estaba esperando la contestación. Con lo cual se demuestra que estos mienten. S. Mehamed concede una entrevista al general que ahora se está celebrando. Fakir Hamed trae dos velas y nos dice va todo mejorando ¡Dios lo haga! Cierran oscurecido. Sigue sin llegar el vapor correo. Hemos pasado el día sin agua; a última hora han venido los soldados y nos han subido agua clara. Para comer no han dado nada. La comida: judías de latas. De la conferencia del general con los dos hermanos se deduce que están sin atreverse a hacer nada, que han querido orientarse. El general les ha hecho ver las ventajas de la terminación de este asunto, y los inconvenientes; han decidido aceptar el ofrecimiento del capitán Sr. Aguilar al capitán Sr. Ozaeta, y creemos eso es buen síntoma; que el Sr. Almeida les escribió dos cartas rompiendo las negociaciones: una y otra haciéndoles responsables a ellos de nuestras vidas; dicen que ellos quieren a España, y que están seguros de que las demás naciones desean nos destruyamos y luego ellos apoderarse de todo, en particular Francia.
Día 9.- Abren muy temprano y nos traen café. Salimos como todos los días y vemos que hay mucha gente en los alrededores de la casa. Los de la otra casa han ido a trabajar como ayer. Traen la comida; el pan como ayer no es duro. La comida: judías de las latas y arroz, huevo y café. Viene el médico de la playa donde bajó pues ayer murieron dos soldados y nos dice han llegado los de Yub-el-Kama que esta noche quedan a la intemperie.
Día 10.- Han abierto muy temprano y está lloviendo. Salimos al barranco. Estamos sin saber nada, esto nos tiene preocupados. No han dado nada para comer, ni agua. La comida fueron las famosas judías con arroz, la trajeron después de las 4 de la tarde. Cierran oscurecido y dan una vela. Estamos llenos de goteras.
Día 11.- Abrieron al hacerse de día, vinieron a buscar cajones pues no había leña en la casa. Dicen han marchado al interior los que estaban en la playa. Nos traen agua, dos botellas para cada uno. La comida fue temprano y lo mismo que ayer, sin café. Nos cierran oscurecido y no dan vela. Seguimos sin saber nada; el vapor tampoco ha venido esta mañana. Se empieza a rezar una estación en sustitución de la novena a S. José que no tenemos; hoy llevamos la del Carmen en la del tercer día.
Día 12.- Abren temprano y Fakir Hamed se lleva unos vales nuestros por artículos a la isla, que ayer dijeron podíamos hacer. La comida ha sido arroz con patatas y un pan; de agua, dos botellas. Durante el día, como los anteriores, mucho conferenciante con S. Mohan, muchas entradas y salidas de cartas. Al oscurecer, el capitán Sr. Sainz dice que asegura haber visto por la parte de Cabo Kilates dos fogonazos; los moros miran hacia allí, entra un soldado nuestro y dice han traído un confidente preso. Hoy llegó un vapor, no sabemos si será el correo. Dicen han tomado los nuestros Tafersit, y que han cogido un cupo de moros ¡12 000! No parece sea cierto.
Día 13.- Abren temprano. Habla Fakir Hamed con el general; dice que anoche vino un barco de guerra y se volvió a ir. El confidente es un moro llegado de Melilla en el vapor de ayer; está preso. Dijo no había leña ni nada para comer. Nos traen seis botellas de alcohol y una cajita con escapularios y medallas. Nos traen café y después salimos. Está aún el vapor en la isla. Esta tarde nos han traído la comida: judías de lata y café. Esta tarde marchó S. Mohan con todo su cortejo, y dicen fue al monte. Ha venido al oscurecer. Nos cierran oscurecido y nos dan una vela. Noticias, ningunas. Seguimos en la mayor de las ignorancias, pues no nos entregan correo ni nos dejan escribir. Hoy nos han entregado 14 botellas de Rioja y 13 de vino dulce que venían aseguradas al coronel Sr. Araujo. S. Ocaña está malo.
Día 14.- Abren como todos los días y nos traen café y varias cartas. Nos traen envíos de la isla y algunos encargos de la familia. Cayó el Gobierno entrando S. Guerra. La comida: judías de lata y un huevo, café. Esta tarde Abd-es-Selam recibió a 31 individuos que vinieron; esta mañana había mucha gente. Cierran oscurecido y no dan vela.
Día 15.- Abren temprano, traen café. S. Mehamed marchó a Gomara y S. Mohan con Abd-es-Selam ha ido a felicitar a un pariente que ha tenido un hijo. La comida fue sopa y cocido, café. Esta tarde dicen llegó un barco de guerra. Cierran algo más temprano y nos dan una vela. Hoy no se ha visto casi ninguna gente.
Día 16.- Abren temprano y avisan que después del desayuno vamos a ir a trabajar. Volvimos a la hora de comer. La comida: judías de lata y café. Hemos sabido que S. Mohan está en donde la tropa y que hay muchos enfermos, habiendo muerto un soldado. Nos cierran oscurecido y no nos dan vela.
Día 17.- Abren temprano y salimos como todos los días. Ha llegado S. Mohan y tiene mucha gente durante todo el día. Esta tarde llamó al capitán Sr. Ozaeta y le preguntó si creía que los nuestros tirarían en bombardeo sobre las casas donde estuviésemos sabiendo que estábamos. Este contestó que no creía tiraran a sabiendas, pero que los aeroplanos tiran y dan 200 ms, a lo mejor, más allá de donde quieren. Le dijo que había cambio de gobierno, y qué tal era Sánchez Guerra y el nuevo ministro de la guerra, a lo que contestó que el primero era la primera vez presidente y que el segundo era un general prestigioso de gran carácter, que era capitán general de Cataluña. Dijo aún no sabía si nos llevaría de aquí; que pidiese para Abd-es-Selam 1500 pesetas para dar de comer a la tropa y 2 latas de aceite; que diésemos nota a la plaza del número que éramos para el pan, pues no alcanza con el que mandan. Hoy tuvieron gran bronca el emperador y unos que vinieron de Tafersit. Nos cerraron al oscurecer y no nos dan vela. Al capitán Sr. Ozaeta le dijo que mañana se volverían a ver. Hemos mandado telegramas a la isla.
Día 18.- Esta mañana a las 7:00 empezamos a oír cañoneo, el cual fue aumentando en intensidad llegando a contar unos 45 o 50 disparos. Entonces llamó S. Mohan y nos dijo muy nervioso había mucho pero que no tuviésemos miedo. Siguió el cañoneo haciéndose perceptibles las explosiones cerca de la casa, y entonces nos sacaron y llevaron a cubierto de la isla, al barranco, donde encontramos a los de la otra casa trabajando en el camino. Allí nos tuvieron hasta las 16.30 o 17:00. A la una próximamente cesó el cañoneo; S. Mohan presenció la hazaña desde una loma fuera del alcance de la isla. Fueron llegando muchos moros. A las 14:00 nos trajeron café y vinieron a las casas a buscar comestibles. Consecuencias del bombardeo de la isla, no sabemos; dicen han puesto bastantes proyectiles en ella y el vapor correo que fue -sobre el que rompieron fuego- se fue a pique; por parte de los moros creo que dos piezas desmontadas. Y de los nuestros nada, sin ver un barco ni un aeroplano ¿en qué consistirá esto? En el momento de salir nos encontramos en el corral a S. Abd-es-Selam, a quien pregunta el general: “¿Qué pasa? ¿Qué es ese cañoneo?” Contesta: “No sé, la isla que ha empezado a tirar”, y después nos enteramos que han sido ellos los que han empezado pues fue una sorpresa que tenían preparada al barco correo. Por Quilates y playa hay muchas hogueras. Nos encierran al oscurecer y dan vela.
Día 19.- Abren antes de salir el sol. A las 7.30 -serían- empezó el cañoneo con menos intensidad que ayer y duración de una hora larga. Según los ordenanzas estos pusieron casi todos los disparos en la isla, y esta hizo muy buenos blancos en la batería del Morro. La batería del castillo de la playa no ha hecho fuego, lo que hace creer que está fuera de combate. Salimos como todos los días al barranco después del bombardeo. El guardián Mohan Haddú nos trae unas latas de espárragos que dicen ha traído el mar a la playa, y después unas cajas de chorizos. Para comer nos mandaron de la otra casa arroz y una lata de judías. Después de comer volvió a empezar el cañoneo cayendo algunos balines en nuestro patio. Esta tarde llegó un emisario de Beni Said, el cual dijo habíamos tenido un gran combate en un ataque a Tuguntz, y que habíamos tenido muchas bajas y perdido 3 tanques. Trajo como trofeo un banderín triangular amarillo en varilla de hierro, una gorra de paño, de uso de los mecánicos, y una plancha de latón con instrucciones para el manejo de los tanques. S. Mohan Haddú nos dice que esta noche van a ir en lanchas con protección de sacos terreros para atacar al barco que ha llegado al oscurecer. Ha estado a la vista casi toda la tarde; al oscurecer han tirado tres cañonazos con piezas que habían dejado apuntadas. Ha habido gran número de hogueras en todo el sector de Quilates; esta mañana se oía cañoneo al otro lado del mismo. Esta noche nos han encerrado oscurecido, y después nos han traído pan de trigo, y dicen que mañana nos lo darán para la hora de comer. Repite Mohan Haddú lo de siempre: que estamos seguros, pues ellos han comprendido el juego del Gobierno, y que no será y no moriremos ninguno.
Día 20.- Abren al hacerse de día y dicen nos vayamos levantando; al poco tiempo nos casaron y llevaron al barranco del otro día. Eran el España y otro que venía de proa y no podíamos distinguir cuál era. Una vez en el barranco nos enteramos que eran el ya dicho y el Carlos V, los cuales al romper el fuego el Morro, contestaron empezando un violento cañoneo sobre el mismo y sobre el frente de las playas durando unas tres horas y media. Durante el día han tirado de ambas partes hasta el oscurecer. Hemos comido un chorizo y pan de los moros; queda en la bahía el acorazado. Cierran de noche y nos dan vela. S. Abd-es-Selam habló con el teniente Sr. Casado y le preguntó cómo estábamos; este contestó que bien, y como insistiera sobre qué pensábamos, le dijo que nos disgustaba lo que ocurría, pero que no temíamos a nada. S. Abd-es-Selam dijo que sí, era lamentable lo que ocurría; ese gasto se podía emplear aquí en cosas más provechosas, y que no tuviésemos cuidado pues estamos seguros, y esto se arreglará otra vez.
Día 21.- Abren algo más tarde y empezó el cañoneo aunque menos intenso. Por la tarde continuó, y los barcos se fueron. Comida: arroz y judías de lata con pan de moros. Los soldados estuvieron por la tarde trasladando unas piezas a la playa entre el Guis y el Nekor; hay una batería de tres piezas, una de cada clase, y protegida por parapetos de sacos terreros; también estuvieron hasta las 5:00 de la mañana en el Morro arreglando los parapetos, los cuales había deshecho nuestra artillería.
Día 22.- Abrieron temprano, y empezó el cañoneo como en días anteriores. Por la tarde el de la isla fue sobre la meseta que tenemos enfrente de la casa.
Día 23.- Abren más tarde, y sigue el mal tiempo. Nos dicen los soldados que vienen por las botellas para el agua, que tratan los moros de enviar a uno de los extranjeros desertores a la plaza para pedir víveres. La comida igual que ayer. Esta tarde han traído la noticia de que el Peñón de Vélez lo han abandonado los españoles, viniendo dos barcos de guerra para llevarse los habitantes. Hoy ha habido gran rato de cañoneo entre la isla y el campo. Ha venido de Bocoya S. Mehamed. Llueve y anoche nevó muchísimo en la montaña. Cierran oscurecido y dan una vela.
Día 24.- Abren como todos los días y nos traen 8 panes para los de esta habitación. Hay cañoneo ayer y sobre el mismo punto. Para la comida nos dieron arroz, patatas y huevos. Vino S. Mohan, hay mucha gente y corrillos por los alrededores de la casa, durando hasta bien entrada la noche. Noticias: que han cogido prisioneras a las fuerzas de Drius y los traerán mañana; que nuestra artillería les ha causado cinco indígenas muertos en sus baterías. Observamos que las piezas del campo apenas tiran. Hoy no nos han dado agua. Cierran al oscurecer, y una vela.
Día 25.- Abren tarde. Hay mucha gente; un moro trae a vender a la casa restos de piezas de artillerías, entre ellos un cierre por el que le dan 5 o 6 duros. S. Mohan marchó al frente de Drius. Sabemos que nuestra tropa tomó Tuguntz. Al principio y al fin de esta tarde ha habido cañoneo. Llegó el prisionero que decían, y resulta ser un paisano. No le han dejado comunicar con nosotros y lo han echado. Hoy no dieron nada para comer, solo 8 panes. Cierran oscurecido, y dan una vela. La tropa ha estado todo el día fuera, dicen que subiendo un cañón al Morro.
Día 26.- Abren como ayer; vienen algunos soldados y nos dicen que han ido ayer a la kabila en donde están los otros soldados para llevar un cañón de los que están en el Morro, para que desde allí lo lleven ellos al frente del Peñón. Dicen que hay unos cien soldados enfermos, de ellos 40 graves y ayer murió uno; que el día que bajaron del monte quedaron retrasados un enfermo y 4 más que lo llevaban, los cuales fueron asesinados al pasar por el poblado que hay en la desembocadura del río Guis para robarles unas 40 pesetas que llevaban; que S. Mohan le dijo al sargento Basallo no dijera nada a las autoridades españolas, pues él los castigaría poniéndoles una fuerte multa, desde que fueron hechos prisioneros van muertos unos 85; hoy marchó S. Mehamed ignorando adónde. Dice el morito que está aquí prisionero que a S. Mohan se lo han llevado, pues la gente que vino el otro día venía por él. También dicen que los moros han escrito a la plaza pidiendo víveres para nosotros y diciendo que cuando los manden a la isla pongan bandera blanca, pero no les han contestado lo cual nos parece bien. Hoy dieron, como de costumbre, pan, huevos y patatas. Nos cierran oscurecido, y nos dan una vela. Entra Mohan Haddú y, como siempre, coloca el disco: que están sorprendidos del abandono en que el Gobierno nos tiene, el cual es un perro y otras lindezas por el estilo; pregunta qué dirá España al saber el hundimiento del barco, ellos sacarán lo que puedan de él y lo destruirán después y antes que nosotros lo salvemos; llevaba artillería y municiones para el Peñón de Vélez, a la playa vienen muchas como procedentes del mismo; ahora S. Mohan ha ido a Beni Said, y en un plazo de dos meses acabará esto, bien para unos o para otros; ahora cree que el Gobierno se va a llevar chasco pues lo van a hacer correr hasta Melilla y la isla será de ellos; que si hubiesen sabido cuando el desastre el poco aprecio que de nosotros tiene el Gobierno, en vez de cogernos prisioneros nos hubiesen matado, pero que ahora volveríamos todos a nuestras casas; que los españoles tratan a los indígenas como si fuesen mujerzuelas, llamándoles moritos en vez de moros y que pronto verán cómo son hombres.
Día 27.- Abren temprano, nos traen agua y pan para cada uno. Para la comida dieron huevos y patatas. Esta tarde llega S. Mehamed con otros varios; dicen viene de Annual adonde le llamó su hermano. También dicen que en Annual andan los moros a tiros por estar divididos, que Afrau está en poder de España y Beni Said es partidaria de la rendición. Cierran como todos los días y nos dan una vela.
Día 28.- Abren temprano y nos dicen que S. Mehamed se va a Tetuán. Nos dan naranjas y tienen todo el día gran amabilidad con nosotros, permitiéndonos asomar a ver los efectos del cañoneo que hay por la tarde. Para comer nos han dado carne y patatas. Permiten que los soldados vayan en busca de tres bocoyes de vino procedentes del naufragio, de los cuales nos han traído un garrafón. Dicen que al reclamar el sargento Basallo a S. Mohan por la muerte de los cinco soldados que asesinaron en la playa, le contestó que quién le garantizaba su vida a él. Sospechamos que a la carta pidiendo víveres han contestado y enviado algún dinero, pues desde esta fecha nos dan algo para comer. Cierran oscurecido y dan una vela.
Día 29.- Abren temprano y entra Fakir Hamed; dice que tiran mucho a la isla porque ella no les deja segar la hierba para el ganado. Para comer dan patatas. Esta tarde a última hora la plaza rompe el fuego de cañón, y durante todo el día funcionó la ametralladora, y según dicen los moros ellos ponen pelele con chilaba para engañar. Esta tarde, cuando nos han traído el agua los soldados, varios moros se agregaron a ellos para evitar que les tirase la isla. Dicen que en Nador de Beni Ulixek y en el Mauro hay muchos soldados españoles, y que Kadur N´Amar se entregó a los españoles. Cierran oscurecido, y media vela.
Día 30.- Abren temprano. Al amanecer la isla rompe el fuego de cañón. Al salir al barranco vemos que una de las dos tiendas del Morro ha venido al suelo, dicen que a consecuencia de un disparo. Para la comida dan solamente patatas. Dicen que viene S. Mohan con la harka, y que ayer se tomó Ben Tieb, lo cual nos hace sospechar que algo desagradable les ha ocurrido. Durante todo el día se siente mucho cañoneo por la parte del Peñón de Vélez. Cierran como todos los días y no dan vela.
Día 31.- Abren temprano y nos traen agua y algunas botellas de vino. La plaza tira con ametralladoras. Para comer dan solamente patatas. El campo tiró esta tarde con cañón y la plaza hizo fuego haciendo blancos magníficos, funcionando también la ametralladora. Seguimos en el mismo plan de estos días.
Abril de 1922
Día 1.- Abren temprano y traen el pan y agua. Nos enteramos que la tropa ha estado hasta las cuatro de la madrugada trasladando cañones y trabajando en las trincheras de la playa, las cuales son de arena en sacos y de planchas de hornos de campaña revestidas de capas de arena. Los moros dicen que “nuestros barcos estar garrote, pues tirar con dos días de distancia y cañón moro no alcanzar”. Esta mañana rompió el fuego de cañón el campo contestando enseguida la isla con fuego bastante intenso, cayendo algunos proyectiles muy cerca de esta casa y algunos balines en el corral en donde estamos y suponemos sea porque hayan visto que los guardianes estaban mirando a la isla desde la puerta con un anteojo de batería. Uno de los soldados extranjeros desertores que ha estado en el frente de Tafersit cuenta que allí los moros tienen una fuerte línea de trincheras y unos 40 cañones, habiéndoles destrozado nuestra artillería varios; que lo ocurrido a los tanques fue que uno de ellos quedó atascado y al forzar la marcha del motor este hizo explosión. Para comer solo han dado medio litro de aceite y unos dos kilos de patatas. Dicen que ya no hay nada para comer hasta el zoco del miércoles en que tendremos de todo. Cierran al oscurecer, y media vela.
Día 2.- Domingo. Abren temprano y empieza enseguida el cañoneo; el campo tira con dos piezas que tienen colocadas en la playa junto al barranco de agua salada que pasa por aquí. Cuando hemos vuelto del barranco hemos encontrado toda la habitación revuelta, y nos han robado lo poco que teníamos. Habla Mohan Haddú con el intérprete Sr. Rueda, y le dice que S. Mohan está en el corazón de Beni Said; que Tuguntz lo tomaron nuestras tropas dejando abandonados a dos capitanes y un teniente muertos; que esto se acaba dentro de dos meses pues van a cortar la retirada por Tistutin, y para entonces nos habremos marchado nosotros ya; que el Peñón de Vélez lo han ocupado los moros y aún no saben adónde llevarán a la guarnición, si la traerán aquí o no, desde luego no los matarán; que S. Abd-es-Selam vendrá mañana o pasado pues está en el Peñón con S. Mehamed; que han tenido que mandar municiones para los moros que atacan el Peñón. Cierran oscurecido, y [dan] media vela.
Día 3.- Abren temprano. Corren rumores de que nuestras tropas han avanzado por Yebel Uddia; se oye mucho cañoneo por los dos frentes y durante el día. Traen la comida que es la misma de ayer sin patatas. Cierran oscurecido, y [dan] media vela.
Día 4.- Abren temprano, viene el médico Sr. Serrano pues se va a Ain Kamara donde está la tropa; dice que hay 35 graves. Han venido dos moros del frente de Annual y dicen que S. Mohan está en Yub-el-Kama; que Kadur N´Amar sigue luchando en contra de España habiendo muerto 600 de Beni Said; los aviones vuelan tan bajos como las casas, y no es posible librarse de ellos, que España está farruca y no poder pelear contra ellos; dicen que en Drius hay cerca de 2000 policías y regulares de Ceuta y Larache. Otro moro dice que no tienen té, azúcar, aceite, velas, etc, y así no pueden continuar, que si la isla no hace fuego ellos no tiran más con cañón ni con fusil, habiéndose retirado de la playa. Por la tarde han regresado los soldados que han ido a Ain-Kamara a llevar el cañón marchando constantemente tirando de él (un Krupp reformado), han descansado muy poco en los 14 kilómetros de recorrido y nos dicen que han muerto 5 soldados en Ain-Kamara desde el otro día, y hoy, momentos antes de llegar ellos, ha muerto el sargento de Melilla Amat; que en el Morro del Peñón de Vélez han desembarcado cuatro compañías, y los moros dicen que tienen ellos medio Peñón; que en la parte de Annual le han dado a esta gente una paliza causándoles 1500 bajas; que en el Morro de donde han sacado el cañón esta mañana había charcos de sangre y una pieza de Schneider desmontada; por la parte de Tetuán ha habido un gran avance en nuestras tropas, habiendo cogido 150 entre heridos y prisioneros. Cierran oscurecido y nos dan unos higos secos malísimos.
Hoy hubo una nota cómica: un gato cogió un trozo de carne a los guardianes y el intérprete Rueda que lo vio salió detrás de él y se lo quitó, asándolo después y comiéndolo entre varios.
Día 5.- Abren temprano. La isla hace fuego con las ametralladoras, lo que indica que fue un camelo el que no tiraban ya a los que iban a la playa. Fakir Hamed nos trae unos higos antes de la comida, esta fue igual que ayer. Un guardián dijo al intérprete Rueda que tenían en su poder el Peñón de Vélez y nos habían cogido una pieza de grueso calibre.
Esta mañana, cuando salimos al barranco se sentó en una piedra el capitán Sr. La Rocha, cuando llegó un viejecito y le dijo: “Pobrecito, qué lástima”. El capitán le dijo: “Dios lo ha dispuesto así y no hay más remedio que conformarse”. Le preguntó si era jefe y respondió que era capitán. Volvió a repetir “pobrecito”. Lo mismo dijo dirigiéndose al general repetidas veces viéndosele los ojos llorosos. Cierran oscurecido.
Día 6.- Abren temprano y [dan] la misma comida de ayer. Vino el médico de Ain Kamara y dice que la gente está bien alojada pero hay mucha enfermería: tifus, difteria, bronco-neumonía; [que] desde la llegada a ese poblado han tenido 17 bajas, se han fugado de allí 2, y 51 desde Annual; [que] el agua es muy mala; que llegaron a la isleta del Peñón de Vélez unos 40 moros, pero los barrieron de allí; que al sargento Basallo tuvo carta del capitán Sr. Aguilar, diciéndole que sabía iban a romper el fuego sobre la plaza, y que a ver si se ponían de acuerdo antes, a fin de que aun roto el fuego pudiesen mandar víveres. Dicen también que nuestras tropas han tomado Izummar; el sargento Basallo le manda al capitán Sr. La Rocha dos botes de leche condensada y tabaco, y don José Cánovas, jamón, galletas, chocolate y tabaco. Cierran oscurecido y [dan] media vela.
Día 7.- Anoche pusieron otro candado más en la puerta. Abren temprano y la isla hace fuego con la ametralladora. El último día de fuego esta les hizo siete muertos en las baterías del Morro y les inutilizó una pieza allí y otra en la playa, y en el zoco les hicieron cinco muertos. Hoy nos han llevado al río para lavarnos. Cierran lo mismo, y [dan] una vela.
Día 8.- Abren temprano y nos dan un huevo y media torta de pan a cada uno para comer. Dicen que ayer apareció en la playa una botella cerrada con un papel dentro, y nos dice un guardián que es de la isla, pues cuando no hay comunicación con ella emplean este procedimiento y S. Abd-es-Selam tiene ordenado que cuando aparezca alguna en la playa la recoja y, sin abrirla, se la entreguen enseguida, habiéndolo hecho así con esta ¿Qué será? ¿Quién la habrá arrojado desde la isla? Hay un extranjero búlgaro desertor que dice se va a escapar, pero teme le reciban a tiros en la isla y desea un salvoconducto nuestro para que no le hagan nada; el general se niega a dar papel alguno. Para los 70 que somos en este grupo han dado para comer 30 huevos y la guardia ha quitado 8, es decir, 22 huevos para 70 hombres en 24 horas, suponiendo que mañana sea igual que hoy. Esta mañana rompió el fuego la isla sobre el Morro y la playa, haciendo muy buenos blancos, disparando sobre esta casa por encontrarse los guardianes mirando con anteojo. Cierran oscurecido, y [dan] media vela.
Día 9.- Para comer nos han dado un huevo por persona y un cuarto litro de aceite para los 17; hace dos días se están llevando de esta casa enseres; dicen que a consecuencia del cañoneo de ayer murieron dos personas en la playa. El jefe de esta guardia, Mohan Haddú, está de muy mal humor porque oyó a algunos hablando con el moro que nosotros llamamos el Marinero y dijo que no teníamos que hablar con nadie que viniese de fuera. Se le dijo que no podíamos pasar con media torta y un huevo cada uno, y contestó que no tenía orden de dar más, y que S. Mehamed venía para arreglar la cuestión de víveres.
Día 10.- Abren temprano. Ha llegado S. Mehamed. Los soldados dicen que ayer hablaron con un moro el cual les dijo que Dar Quebdani está en poder de nuestras tropas; de ser esto cierto la caída de Beni Said es un hecho. Pedimos de comer a Mohan Haddú y dice no tiene nada pues en el zoco no había patatas, y que no es por el dinero sino por falta de mercancías. Hoy no hemos comido más que media torta. En todo el día no nos han dejado salir de la habitación so pretexto de que había una mora vieja blanqueando el cuarto contiguo.
Día 11.- Abren temprano. Dicen que S. Mehamed y su tío llegaron anteanoche y ayer [por la] mañana temprano el primero se fue al frente oriental llamado por su hermano. Para comer hoy nos dan media torta y un huevo. Continúan evacuando la casa de trastos. Salimos al barranco y al regresar viene con nosotros el médico Sr. Serrano y nos dice que Kadur N´Amar se entregó después de batirse muy bien, que los Beni Urriaguel fueron unos gallinas, esto lo confirmó por conversaciones oídas a los moros que encontró en el camino de aquí a una kabila adonde fue a ver una niña herida; que nuestras fuerzas están sobre las alturas dominantes de Annual (creemos sean Izummar); que como a una hora de camino de Peñón de Vélez ha habido un desembarco de fuerzas de la Mehalla; suponemos sea la columna Castro Girona. Por la tarde pasan 4 aeroplanos en dirección a Melilla; salimos al corral a verlos y el guardián Mohan Haddú le ha dicho al intérprete si se alegra de verlos y como contestara que sí, les echó una maldición y dijo que dentro de 15 días tendrían ellos aeroplanos; que para suerte nuestra debemos sentir el que España vaya bien en su empresa. Luego llama al teniente Sr. Dalias y le pregunta cómo está; le dice que mal pues está en un calabozo y sin comer; le contestó que por ocho meses no había motivo para quejarse, que si llevara tres o cuatro años lo comprende, que ahora somos amigos suyos, y que les van a mandar cañones y aeroplanos para combatir a España, serán 4 franceses que irán a Melilla, y dos de ellos están ya con S. Mohan. Seguramente que S. Mohan les ha hecho creer esto, bien porque espere sea cierta la ayuda, o para animar a esta gente a continuar la guerra si están algo desanimados y le conviene que siga. Para comer nos han dado 1/8 litro aceite para 17 y un huevo; dicen que mañana irán al zoco y traerán carne. Cierran oscurecido, y dan media vela. El llamado Turco por nosotros, que es un desertor de la legión francesa y les arregla cañones y ametralladoras, dijo que estaban las fuerzas españolas a 25 kilómetros por la parte del Peñón, y que él estaba muerto de hambre pues no le dan de comer ni le pagan.
Día 12.- Abren muy temprano. Nos dan dos panes para cuatro, uno de ellos es tan pequeño que resulta una ración igual a la media de los demás. Marchan al zoco Mohan Haddú y S. Abd-es-Selam. La ametralladora de la isla funciona esta mañana. Para comer 1/6 de litro de aceite y un huevo. Se sintió cañoneo por la parte del Peñón y todo el día hubo fuego de ametralladora de la isla. Según dice el Turco, él se marcha pues no le pagan, y que en Yub-el-Kama están S. Mohan, su hermano, Pajarito y el Francés con dos oficiales franceses y dos intérpretes para tratar del asunto y arreglar esto; que Castro Girona llegó al Peñón con sus fuerzas y que de seguir así el avance, en 8 días estarán aquí. El encargado de los cañones del Morro dice que los barcos no les hacían gran daño, pero en cambio la isla los batía divinamente haciéndoles imposible la estancia allí, que ellos no tiran más como la isla no dispare, que Beni Said se batió muy bien, pero que cuando se ocupó Quebdani se entregaron y las fuerzas nuestras fueron ocupando posiciones sin resistencia desde aquel momento. S. Mehamed viene esta noche. Han llegado muchos moros a esta casa, el hermano de Amegar entre ellos. Dicen que están nuestras fuerzas en Annual. El padre de B Al-lús dicen se va a presentar a Drius pues no quiere estar aquí para el desembarco, dejando funas y todo. Cierran oscurecido, y [dan] media vela.
Día 13.- Abren temprano, nos dan medio pan, y nos llevan al río. Estando allí pasó en dirección a Bocoya un avión muy cerca de la costa; volvemos del río y nos tienen cerca de dos horas en el patio al sol, pues no traen la llave del cuarto. Pedimos de comer y no nos dan nada. Sabemos que hay patatas, aceite y huevos en la casa. Mohan Haddú está muy enfadado; ayer, cuando le dio al moro los huevos para que nos los diera, le dijo: “llévale los huevos a los perros”. La isla tira con ametralladora. Dos moros, cuyos nombres ignoramos, le han mandado al general cosas de comer y una botella de vino. Esto es buena señal; uno de ellos ha hablado queriendo hacer proposiciones. Dicen que hoy se ha ocupado Sidi Dris. A última hora de la tarde han llegado 5 mulos con municiones; se conoce venían de lejos pues venían muy cansados. Cierran lo mismo, y [dan] media vela.
Día 14.- Abren como todos los días, nos dan un pan a cada uno y un huevo. Se dicen muchas cosas respecto a ofrecimiento para favorecer el vuelo. El Turco le trae al capitán Sr. Aguirre misteriosamente una botella de vino y da a entender le escribirá; dice que los españoles han cogido 500 prisioneros en Annual. No lo creo. Hace días se fuma con papel del forro de los sobres. Hoy hemos comido una sopa compuesta de la sustancia de un hueso de jamón que se ha guardado para darle golpecitos mañana. El que posee café es un potentado, después de hacer para tres más, esas borras sirven para otros dos o tres grupos de a cuatro, así que se cuecen cuatro o cinco veces más. El padre de B. Al-lús ha ofrecido mandar un saco de habas. Nos cierran oscurecido, y [dan] media vela.
Día 15.- Abren temprano, amanece el día nublado con algo de amago de temporal de N.O. Han traído una carga con patatas y dos cestones de huevos para la casa. El paisano que llegó el otro día se fue ayer sin que se haya vuelto a saber de él. Anteanoche el legionario desertor que vino el día 12 bajó a la playa y llamó a la isla a voces y dijo enviasen víveres pues los prisioneros no tenían qué comer. La isla contestó, muy bien, que no había nada, y él entonces cogió un fusil e hizo fuego sobre la plaza. Dicen que los extranjeros se marchan a Drius y llevan un salvoconducto de S. Mohan; al soldado Aparicio que intentó irse con ellos lo han descubierto y le han dado una paliza. Han dado para comer unos 8 kilos de patatas, un litro de aceite para los 70 y un pan como ayer. Dicen que Aparicio está muy mal a consecuencia de la paliza y que no han dejado que lo vea el médico. A los de la otra casa nos tienen encerrados en los cuartos. La plaza esta tarde hace fuego de ametralladora. Ha despejado el tiempo. La comida: patatas con agua y un poco de aceite. Viene Fakir Hamed, saluda con amabilidad al general y dice que venía un moro de Tánger al Peñón para tratar de nuestro asunto, pero como hay tanta guerra por todas partes, ha ido para atrás y volverá a Melilla embarcado; que S. Mohamed no sabe si estará en Beni Said con su hermano o ha pasado para el Peñón. La forma de pegar a Aparicio dicen que fue bárbara, con ensañamiento. Cierran como todos los días, y dan media vela.
Día 16.- Abren algo más tarde y nos traen un huevo; además han dado patatas y aceite para la comida. La isla desde temprano tira con ametralladora. Dicen que Aparicio no intentó irse y que después de la paliza formaron a la tropa y les dijeron que les quedaba prohibido pedir pan, habas ni nada por las huertas cuando van por agua; que en la toma de Beni Said Kadur N´Amar con su harka se puso al lado de España, y que iban a coger a S. Mohan, pero que el hermano de Kadur le dio el soplo y escapó, que murieron 7 jefes además del hermano de Kadur; que las fuerzas nuestras están en Mehayas, por lo tanto lo de Annual y Sidi Dris no era cierto. S. Mohan está en Beni Ulixek. Para comer hemos tenido lo de ayer y medio pan. Ofreció que mañana se nos daría otra vez un pan, venían haciendo estos dos últimos días. Esta mañana pasó un vapor a la vista y en dirección de Ceuta. Esta tarde dicen “nuestras fuerzas han sorprendido un campamento enemigo que se ve desde las alturas de Tensamán”. No lo creo. Amegar le dice a uno de los soldados que antes de 15 días nos vamos para después hacer guerra con España más grande que la de Francia contra Alemania. Cierran al oscurecer, y dan media vela.
Día 17.- Abren temprano. Se siente bastante cañoneo por la parte de Tensamán, muy lejano. Han dado patatas y aceite para la comida. Ayer pasaron 2 aviones, según nos dijeron. Hoy pasa uno por encima de la kabila a mucha altura y en dirección a Drius. Nos mandan entrar al cuarto. Se nota movimiento, no sabemos si debido a esto es el encerrarnos en el cuarto. Esta mañana la isla tiró con las máquinas. Dan medio pan para comer. Ayer marchó el marinero con una carta; no ha vuelto. Esta tarde se sintió mucho cañoneo por la parte del Peñón. Nos encierran muy temprano; esto nos sorprende, dicen los de la guardia que son órdenes recibidas. A poco escucho una conversación de ellos con el soldado Enrique, y le decían que los oficiales estábamos castigados y otras lindezas de las que acostumbran de España, lo que hace sospechar hayan tenido algún contratiempo. Dan media vela. La comida: patatas sin más especias ni nada más que un poco de aceite y medio pan; esto para 24 horas, suponiendo que den mañana lo mismo.
Día 18.- Abren bastante más tarde que otros días; nos dejan salir del cuarto al corral. Nos dan medio pan. Para la comida: huevos, patatas y aceite. La isla ha tirado mucho con ametralladoras esta mañana. Nos mandan entrar en el cuarto antes de oscurecer y oscurecido cierran y dan media vela.
Día 19.- Abren a la hora de ayer. Pasa un aeroplano en dirección a Tetuán y da una vuelta por encima de la kabila; el vuelo era más bajo que el de ayer. Dan medio pan. La isla tira con ametralladora. Vuelve el “pájaro tontón” en dirección a Melilla sobre el mar. La comida, como la de ayer. Esta tarde llega un notable de Guesnaya con 6 o 7 piernas; hablando con los de la guardia han dicho que Kadur N´Amar y Amarusen han sido unos hebreos, unos cristianos falsos, que España está estimada y que vendrán del Sudán a combatir. Vienen para ver a Abd-el-Krim, el cual se encuentra en la Sania. Han venido a traer preso al Kaid Salh de Tafersit; se han ido otra vez. Al poco de salir esos que dicen iban en busca de Abd-el-Krim, vimos que llegó este con su hermano y demás acompañamiento. Nos hacen entrar en la habitación; al poco rato han traído tres cartas para el general, el coronel Pérez Ortiz y capitán Sánchez Aparicio, cartas que piden que una vez se entere de ellas las devuelvan; son de las familias de ellos, y de fecha tres de este mes. S. Mohan Haddú habla a Rueda y le dice que en Tensamán hay 40 oficiales franceses para asuntos particulares de los moros con ellos, y que si queríamos podíamos escribir para que el mismo que ha traído las 3 cartas lleve a Melilla las otras. Por las cartas se deduce que se trata de hacer rescates particulares por el Alto Comisario, cosa que me extraña, pues si antes estaba mal ahora creo que será lo mismo, y respecto del rescate en esa forma lo considero inmoral pues no debe salir de aquí un oficial quedando la tropa prisionera. Cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 20.- Abren temprano. Hasta ahora no se ha sentido un tiro por ninguna de las dos partes. Nos dejan que salgamos del cuarto. La isla tira un poco con la máquina. Nos dan para comer un pan, huevo y las famosas patatas con agua. Después que se fueron del cuarto de al lado nos dejan salir al patio. Al oscurecer nos cerraron y dieron media vela. Las cartas no han salido. A los de la otra casa no les dijeron que escribieran.
Día 21.- Abren un poco más tarde que ayer. Ha venido Pajarito, y habló con varios preguntando cómo estamos; se le ha dicho que mal, con mucha hambre. Él contestó que ya se arreglaría eso y que no nos faltaría nada, que S. Mohan venía a ocuparse de que no nos faltase nada. Respecto al asunto nuestro dijo que el Gobierno no quería el rescate, pues S. Mohan estaba siempre dispuesto a hacerlo. Habló luego en otra de las entradas al patio con el general; repitió lo mismo, y dijo que había un moro que con vales daba de todo, pero que ellos se preocuparán ahora de que no nos falte comida ni tabaco. Se acercan Ozaeta, Sainz y otros, y se retira. Nos dan un pan, y para hacer la comida, igual que ayer. Dicen que se celebra un Consejo de Guerra para juzgar a varios presos de los que tienen abajo, que son de las kabilas de Beni Said y otras, y nos hacen suponer que fusilarán según su costumbre a los Beni Said, para esto bajó S. Mohamed. S. Mohan ha ido a la montaña, suponemos a reclutar gente para la fresca; que en la parte del Peñón de Vélez no queda enemigo, el Peñón tiró muchísimo con cañón, lo del avance y ocupación de posiciones por ese lado, que no es cierto; por la parte de Drius hemos avanzado hasta 5 o 6 Km de Annual. Nos han traído un paquetillo de tabaco a cada uno y 3 para toda la tropa. Se ha sabido que algunos de la guardia han ido a llevar cartas por las kabilas, han vuelto muy cansados. Ha llegado un santón que estuvo aquí acompañado de un tío loco. El desertor del Tercio cuando llegó el fraile ese le besó la chilaba, se ha cortado el pelo al rape y se ha dejado fantasía. Cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 22.- Abren un poco más tarde que ayer. La isla ha tirado con más máquinas. Nos dan una torta de pan. Para la comida cuarto litro de aceite para 17, y 2 huevos para cada uno. Los de la otra casa se quejan de las malas formas de que son objeto por parte de Amegar, el cual les ha insultado con toda clase de groserías. Hoy ha habido movimiento de gente por la casa. Llega esta tarde S. Mohamed del monte; nos mandan entrar al cuarto. Pasa al contiguo para recibir a varios moros. El Turco pide un certificado de buena conducta para irse a Melilla, pues dice que aquí no quiere estar pues no se puede con esta gente, y no se le da nada. Esta tarde se sintió tiro de ametralladora. Han traído dos presos moros, y a uno de ellos le han dado cien palos; ignoramos la causa; era un guelaya. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 23.- Abren a las 12. A las diez llamamos para salir al barranco, y uno de los muchos moros que había esperando audiencia le dijo a los de la guardia que “llaman los perros”. No nos hicieron caso; cuando abrieron salimos y vimos había bastante gente. Nos dan media torta, luego vino S. Mohan Haddú y nos dice que tiene orden de que se nos dé el pan necesario, y como dijera S. Mehamed que tenía poco dinero, este le dijo lo pidiese a Abd-es-Selam; que ahora todos los días del zoco nos darán carne, no nos han dado patatas porque no las han encontrado. Hoy nos dieron poco pan porque el panadero no viene y van a buscar otro que lo traiga; se le dijo era poco lo que nos daban para comer y que nos trajese higos o habas y ha vuelto con un saco con higos, como unos 8 kilos, y una libra de tabaco. Ha marchado la tropa a llevar un cañón. Para comer, igual que ayer. La isla dicen tira mucho con fusil y ametralladora. El Mizzian marchó a Abarrán. Cuando hemos salido al barranco esta tarde nos dice un guardián que nos vamos dentro de diez días y al general le pregunta si volveríamos al marchar a España. A las 18 nos han dejado salir al patio. Nos cierran al oscurecer, y nos dan media vela.
Día 24.- Abren muy temprano; hace un día espléndido de calma. Suena un paco que otro. El traslado de cañones que hicieron ayer fue una pieza Krup reformada que intentaron subir a la meseta central, no pudiendo hacerlo por el poco número de hombres que llevaron para su traslado al Morro, que es donde lo van a poner. En la playa dicen quedan aún 5 o 6 más. Para la comida dan una torta, dos huevos y 150 gramos de aceite. El chiquillo que cuida el caballo de S. Mehamed ha dicho al capitán Aguirre que nos vamos pronto, que lo sabe porque lo dicen todos los moros y todas las cartas que vienen. La isla tira bastante con la ametralladora esta tarde. S. Mohan y S. Mehamed marcharon ayer a Ain-kamara. Esta mañana pasaron 4 aviones en dirección O., el último dio una vuelta estando a la altura de Kilates. Dicen que el cañón que han subido y han colocado hoy al lado de la otra casa lo han traído de Sidi Dris y que lo van a poner en el Morro. S. Mohan marchó ayer, según nos dicen, a Sidi Dris para celebrar una entrevista con Idris hoy. Nos cierran de noche y nos dan media vela.
Día 25.- Abren algo más tarde que ayer. Dan para comer los 17, ¾ de kilo de patatas, un huevo por persona y un poco más de cuarto litro de aceite, lo cual vamos a hacer con un hueso de jamón que había, así comeremos algo más que los demás días. Han llegado el cuñado de S. Mehamed y otro de los que le acompañan, creemos que vendrá esta tarde. De pan una torta de cuarto kilo aproximado. Con la ametralladora han tirado muchísimo sobre todo esta tarde. Cierran al oscurecer y dan media vela.
Día 26.- Abren temprano. Dan para la comida de los 70 hombres 2 kilos de patatas y un cuarto de litro de aceite, y a los oficiales un huevo. Como no hay leña para la confección se hace el reparto por habitaciones y nos toca a una patata pequeña; en vista de eso se le reclama al que hoy está encargado de dar los víveres, pues el hermano de Mohan Haddú se fue al zoco y este desde el día que se fue aún no ha vuelto, y nos dio un puñado más que se han puesto a hervir con un poco de tocino que un soldado dio al general. Llega S. Mehamed, habla con el capitán Sr. Aguirre, con el hermano de Amegar y le dice que no hay nada de nuestra salida. Viene Fakir Hamed, le pide Rueda higos, y nos traen un capazo con unos 12 higos ¡Qué higos Dios mío! Si nos los presentaran en otro sitio los tirábamos a los cerdos; nosotros los devoramos. Me los como en mi rincón y sin luz para no verlos. La isla con la ametralladora tira como siempre; esta tarde se sintió mucho cañoneo por la parte del Peñón de Vélez, aunque algo más cerca, y se conoce era desde un barco. Han traído varios mulos gente de Tensamán con cargas de huevos; nos preguntaron si queríamos y Fakir Hamed nos dio 3 para cada uno y 5 al general y coronel. Después nos dio hornillo para guisar, pero Mohan Haddú lo vio y nos lo quitó, pues le sentó mal que nos diesen los huevos. Del zoco han traído carne que dicen que nos darán mañana. A los de la otra casa les mandaron huevos igual que a nosotros, y a la tropa a razón de 4 por hombre. Nos encierran al oscurecer, y dan media vela.
Día 27.- Abren temprano. Anoche llegó S. Mohan y dicen que se acordó en el zoco el darnos de comer. Mañana marcha la kabila al frente. Nos dicen que por carta recibida de Drius a S. Mohan se sabe que ha cesado el Alto Comisario, general Berenguer. No sabemos si será cierto. Para comer nos han dado hoy dos huevos por oficial, uno por soldado, una pierna de funa y una torta de pan. Hay mucha gente en los alrededores de la casa, entre ellos gente bien trajeada, el moro Cibera de Bocoya. La comida fue carne en salsa y dos huevos. Ha llegado S. Abd-es-Selam. Dicen que en cuanto las tropas nuestras tomen Annual, que creen será en el Ramadán, se someterán todos. No sabemos si esto será otro de los infinitos camelos que por aquí se dicen a diario. Cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 28.- A las 8.45 se siente fuego de cañón, el cual arrecia pasando alguno de los proyectiles lanzados por la plaza cerca de la casa donde nos tienen encerrados. A las 10.00 cesó el fuego, y a cosa de las diez y media nos abrieron la puerta; salimos a nuestras necesidades. Dicen los guardianes que la plaza fue la que rompió el fuego. Al volver del barranco nos meten en el cuarto y nos prohíben salir de él. A las 11.00 vuelve la plaza a tirar de vez en cuando algún que otro cañonazo. Para comer nos han dado media torta, dos huevos y un octavo de litro de aceite. Pide una entrevista Aguirre; dicen que no puede ser por haber mucha gente, que por la mañana será. Respecto a la reclamación de comida dijeron que hoy a causa de la mucha gente no les alcanzó el pan, y que mañana tendríamos abundante. S. Mohan marchó esta tarde, ha quedado aquí S. Mehamed. Cierran oscurecido, y dan media vela. Mohan Haddú ofrece mandar unos higos, a las once nos traen un cesto, cuando ya creíamos que no los traerían.
Día 29.- Abren a las nueve; hay bastante gente en la casa. Salimos al patio, nos sacan al barranco y nos dice la tropa que temprano se sintió algún cañoneo en los dos frentes de tierra. Nos dan para comer tres huevos, seis kilos de patatas para los 70 y una torta a cada uno. Dicen que se va a escribir a la plaza para ver de organizar un convoy de víveres. Dios quiera no sea así pues no nos conviene por ningún estilo, preferible es el hambre. Ha marchado hoy una gran caravana, no sabemos para dónde, menos Abd-es-Selam, Mohan Haddú y Amegar han ido con ellos. Dicen que va a venir un día de estos una gasolinera conduciendo un convoy de víveres que desembarcará en el Nekor. Suponemos será la Cruz Roja a que se referían días pasados. El padre de Ben-Al-lús les ha dicho a los soldados que nos iremos pronto, cuando acabe el Ramadán, quizás antes, que su hijo quería irse y S. Mohan le dijo que esperase pues pronto iríamos nosotros y entonces marcharía a su casa. El día fue borrascoso y lluvioso por la tarde. Cierran oscurecido y dan media vela. A las 23.00 empezó a diluviar y toda la habitación empezó a mojarse, teniendo que pasar la noche sentados en vela el general, Rueda, el coronel y yo.
Día 30.- Abren después de las ocho. La comida: patatas cocidas con agua y aceite, sin sal, y tres huevos a cada uno; pan, a causa del tiempo no han podido hacerlo pues no tenían leña, hemos comido sin él. Después de comer nos han dado media torta pues habían recogido pan por las kabilas del poblado; al Fakir Hamed le trajo un plato moruno con huevos cocidos y habas, resto de la comida de ellos, lo cual repartió entre todos, y fue acogido como pan bendito con entusiasmo, pues el hambre era espantosa, a tal extremo llega el hambre que hay quien se come crudas las cáscaras de las habas que han desgranado los guardianes para ellos, teniendo que recogerlas de entre la basura; otro día los mendrugos de pan negros y secos. Dicen que ayer fue S. Mohan a Guernaia para entrevistarse con un general francés y otro español. No lo creo. Durante todo el día la isla ha tirado con ametralladora. Nos dan unos higos incomibles menos para nosotros que nos comemos todos. Nos dan media vela y cierran oscurecido. A las nueve han abierto y han traído unas tazas con té hecho; nos choca tanta amabilidad.
Mayo de 1922
Día 1.- Abren a la hora de ayer. A las nueve próximamente pasa sobre el mar y en dirección a Melilla un avión. Viene Fakir Hamed con tres platos con sobras de comida de anoche; habas con patatas y un pan. Todo se lo entrega al general quien lo reparte entre todos los que quieren que, como es natural, apenas llegó a un bocado. Nos dan para comer 5 o 6 kilos de patatas y cuarto litro de aceite diariamente sin más especias ni nada para condimentarlas, y ellos vienen con esas sobras de comida bien hecha, lo cual indica que si no nos dan para hacer un plato de patatas como corresponde al menos, es porque no les da la gana. Se reclama a Fakir Hamed para la cuestión del pan, y se le dice hay dos soldados panaderos, pero con lo que se tropieza es con que no hay leña, habló de lo difícil que es abastecerse de ella y que los presos en Melilla estaban aún peor que nosotros; dijo que si el Gobierno cumplía lo ofrecido pronto nos iríamos, pues no avanzarán durante el Ramadán y se arreglarían todas las cosas; que Abd-el-Krim está en Bocoya y S. Mehamed en Annual. Cualquiera sabe el sitio donde está el jefe. Para cenar esta noche han puesto a cocer cáscaras de habas con chorizo; lo teníamos por incomible, pero el hambre no reconoce obstáculos. Cierran como ayer y dan media vela.
Día 2.- Abren como ayer. Han repartido naranjas y nos dan una a cada uno. Para comer dieron carne con patatas, tres huevos y café. Desde temprano la ametralladora de la isla tira. Se ofrece un moro para ir a la isla a nado y llevar cartas. Esta mañana a poco de salir nos volvieron al cuarto ignorando las causas. S. Abd-es-Selam marchó a Tensamán y dicen volverá esta noche. El moro amigo lleva cartas y telegramas. El general habla con un moro que ha llegado hoy, éste le ha dicho que se hacen gestiones para llegar a un arreglo y cree se llegará a buen fin, que hay un moro interesado en que no les dieran los prisioneros de Beni Urriaguel, y que ellos temían que luego esa gente sirviera al Gobierno para sacarles otra vez el dinero que no dudan España daba; respecto al cañoneo de Juan Juanes que no eran partidarios de echarlo a pique, S. Mohan no ordenó lo que se hizo, que comprenden era contraproducente lo hecho que no se opera y que en Annual han tenido un gran quebranto quedando disuelta la kabila pero que S. Mohan logró reunir gente y tiene formada otra; que las negociaciones se hacen ahora en Drius. Ha pasado un aeroplano por encima de la kabila y a mucha altura en dirección a Tetuán. Suben los soldados de la aguada y dicen que desde la isla les han hecho fuego con las ametralladoras. Nos encierran antes de oscurecer.
Día 3.- Abren más temprano. El moro de Trajana nos da un puñado de higos que se reparten entre los 17, y tocamos a 3; este es el desayuno. La isla desde muy temprano hace fuego con ametralladora. A las 8.30 pasa un aeroplano por encima de la bahía muy alto y en la misma dirección que el de ayer. La comida han sido tres huevos, las patatas como todos los días, café y una torta de pan. Cuando salimos esta mañana vimos que pasaba en dirección O. un barco de guerra grande. Dicen los soldados que les han dicho que dentro de tres días vendrá S. Mehamed y esta tarde han dicho que viene dentro de 2 o 3 días Idris Beni Said con un general inglés. Sospecho que todo esto son resortes de S. Mohan que usa con esta gente. Ya empezó en nuestra casa la venta de la poca ropa, uno vendió una guerrera kaki y un chaleco de abrigo de tropa por 0,75. Algunos fumadores que no pueden prescindir del tabaco se fuman las colillas de otras que lo fueron antes. Dan media vela y nos cierran igual que ayer.
Día 4.- Durante la noche la gente de la guardia se la ha pasado tocando el tambor en un cajón y de cantos y gran fiesta. Abren temprano; ha llegado S. Mohan. La comida, igual que ayer. Ben-Al-lús le dice a Pedro que vaya por su casa para darle un recado, esto demuestra que Ben-Al-lús está a dos caras. Dicen (y va de camelos) que S. Abd-es-Selam está en Kilates entrevistándose en un morabo y dos franceses que desembarcaron en Sidi Dris. De Ain-Kamara dicen ha habido día de morir 9 soldados a causa de las enfermedades; que esta mañana estuvo un barco en la bahía del cual salieron dos hidroaviones tomando la dirección N.O., que ayer pasó en dirección a Ain Kamara un personaje inglés escoltado por 60 hombres, y Pajarito va a entrevistarse con S. Mohan. Nos ofrecen botes de leche condensada por ropa. Fakir Hamed dijo a Rueda que tuviéramos paciencia puesto que esto se acabaría pronto; que los oficiales franceses que dijeron estaban en Annual no eran tales sino agentes de minas; que S. Mohan tuvo una reunión en el zoco con los jefes y acordaron la entrega y que para que España cumpla los compromisos y les garantice su vida ha venido un general inglés. Esta tarde se han visto dos barcos. Dan media vela y nos encierran al oscurecer. Después de cerrar hemos oído que llega gente a caballo; a cosa de las 23.00 oímos disparos de fusil generalizándose el fuego y acto seguido dos cañonazos, y al mismo tiempo arreció el fuego de fusilería y 8 disparos de cañón. Al poco rato cesó todo y silencio absoluto.
Día 5.- Abren algo más tarde. Al salir del cuarto vemos dos caballos en el patio; uno de Pajarito y el otro desconocido. Viene Fakir Hamed y dice que lo de anoche fue que llegaron dos barcos y destacaron lanchas de vapor para la isla, y entonces ellos les hicieron fuego de cañón; que los disparos de fusil eran para avisar a la gente y llegó el aviso hasta Tensamán, que los barcos se retiraron. Luego hemos sabido que los barcos se fueron esta mañana temprano. Para la comida nos dan patatas, dos huevos, café y una torta. Por fin nos enteramos quién llegó anoche; fue S. Mehamed, el cual ha vuelto a marchar esta tarde. A las 16.00 la plaza rompió el fuego de cañón sobre el campo; duró el cañoneo poco más de una hora. Nos dicen que anoche intentó fugarse un moro preso periodista francés, al cual lograron detener ya en el agua con un tiro en el cuello; que los moros no van a tener más remedio que hacer lo que España quiera. Nos dan un puñado de higos buenos y un cuarto de torta. Ha llegado el hermano de Amegar, Abd-el-Krim con S. Mohan y suponemos que Abd-es-Selam. Dan media vela y nos cierran oscurecido.
Día 6.- Abren temprano y vemos toda la tropa nuestra en el patio para recoger el pan y lo que han de comer en el camino, pues dicen van de expedición no saben adónde. Les dan media torta y un puñado de higos para el camino, aquí han quedado cuatro soldados; se dice que del domingo en 8 días vendrán los aeroplanos a bombardear el territorio de Beni Urriaguel. El encargado de la artillería se queja a otros moros de que los sirvientes de las piezas no obedecen sus órdenes, que él ayer no era partidario de hacer tanto fuego y ellos tiraban cuando les daba la gana, que les ordena hacer parapeto para proteger las piezas y no quieren, y que en vista de eso le va a pedir a S. Mohan les imponga cinco duros de multa a cada uno; que han metido 5 proyectiles en la isla en el cañoneo de ayer tarde. Son las 15.00 y aún no nos han dado nada para comer. A las 18.00 nos dan patatas, 3 huevos y una torta de pan. La tropa ha ido a derribar una kabila en el sitio donde se celebra ahora el zoco Arbaá. A las 20.00 nos encierran sin luz, y a las 21.00 nos traen media vela. Durante el día tiró algo la isla con ametralladora. Hoy sin agua.
Día 7.- Abren a las siete. La tropa marchó donde ayer a los trabajos. El encargado de la artillería se quejaba esta mañana al hermano de Amegar que no le dan para comer. A las 13.00 nos traen la comida, fue igual que ayer. Ha llegado S. Mehamed con su gente. Fakir Hamed ofrece a los de la otra casa higos, y dice manden por ellos. Llaman a todos los guardianes a presencia de S. Mehamed, Fakir Hamed viene con una cara muy larga y no hace caso a los soldados que han venido por los higos. Observamos que todos están serios; no sabemos a qué obedece la cosa. La tropa a su regreso de los trabajos piden comer pues solo han comido torta y un puñado de higos para hacer cinco horas de camino y estar el resto del día trabajando, y les dicen no hay nada, Las cartas y telegramas que dimos escondidas no fueron a su destino, dicen las mandarán por Drius. Cierran al oscurecer y dan media vela.
Día 8.- Abren más tarde que ayer. El general pide tabaco y lo que quieran darnos. Dieron para la comida garbanzos y patatas, aceite y tres huevos. La comida solo huevos y patatas, los garbanzos los han dejado para mañana. Dicen que la gente de Ain Kamara la han trasladado a una kabila a orillas del Nekor para que tengan buen agua y coman bien; uno de estos días llegará un inglés y cuatro franceses. Dan media vela y cierran oscurecido. A las 22.00 entra Mohan Haddú en la habitación y nos trae diez paquetillos de tabaco y cuatro librillos de papel de fumar. Habla y dice que ha estado en Tafersit y Tensamán con S. Mehamed y S. Abd-es-Selam; que han venido los franceses y el inglés para asuntos particulares y al mismo tiempo estudiar si ellos pueden gobernarse por sí solos; que tendrán material de guerra y aeroplanos; dentro de unos días van a venir a esta casa unos señores representantes de todas las naciones, incluso América y España, a estudiar el asunto de su independencia y nuestro estado; que lo que ha ocurrido hasta aquí con la comida no se repetiría, al contrario, mejoraremos y ellos lamentan lo ocurrido, que estemos tranquilos que no nos pasará nada malo y se arreglará todo. S. Mohan explota la idea de independencia para que no disminuyan los partidarios, contenerlos en las peticiones de dinero y además que paguen tributos y den hombres para la lucha.
Día 9.- Abren temprano. Hay mucha gente, entre ellos Pajarito. La llamada a los guardianes el otro día fue para decirles S. Mehamed que había llegado a sus oídos que los oficiales éramos objeto de malos tratos y que no se nos atendían las reclamaciones; en lo sucesivo quedaba terminantemente prohibido maltratar de palabra ni de manera alguna a nadie, y las reclamaciones tenían que ser atendidas, que tan pronto se haga una se llegue al jefe de la guardia para que este la haga a quien corresponda. Ayer llegó un chiquillo moro con un manipubo por turbante, se conoce procedente de alguna capilla de campaña, y hoy Ozaeta le dijo a Pajarito que era un objeto religioso nuestro, y se lo ha quitado. La comida, garbanzos cocidos con aceite y pimentón, y tres huevos duros. Mohan Haddú ofrece higos que luego no nos dio (como siempre). Hay una conversación entre Pajarito y el general sobre asuntos interesantes, estos son: que el general Berenguer presentó la dimisión del cargo de Alto Comisario, la cual le fue aceptada por el Gobierno pero continúa hasta que venga el nuevo que no sabe quién será; que Berenguer ha estado en Fez a saludar al presidente de la República Francesa Millerand y ya está de vuelta en Tetuán; que cree que el nuevo Alto Comisario debe estar ya en Melilla aunque no lo sabe de cierto porque ellos tardan en recibir noticias por las dificultades en las comunicaciones que hay en vista de que los Peñones están cerrados definitivamente; que el asunto de los prisioneros es fácil se resuelva pronto porque no solo nuestras familias trabajan para ello con ánimo sino que vendrán delegados de la Cruz Roja extranjera, y además el nuevo Alto Comisario es de lo primero que se va a ocupar; que en España ha habido discusiones en las Cortes pues el pueblo quiere que acabemos la guerra y se establezcan fronteras con los moros del Rif, y el Gobierno ha dicho le dejen un plazo de dos meses para ocuparse primero de la libertad de los prisioneros y luego atenderá a lo otro; ha ofrecido que se nos tratará mejor para que nos pongamos más gruesos y todo lo que sepa de interés nos lo dirá; que ahora no hay operaciones no obstante haberse oído fuego de cañón. Cierran oscurecido y dan media vela.
Día 10.- Abren temprano. S. Mehamed marcha con su acompañamiento al zoco. La comida, igual que ayer. Los soldados dicen que nuestras tropas están en una posición desde la cual se ve Annual y Sidi Dris, y hay un morabo y un zoco delante de ella; que los dos soldados que se fugaron de Ain-Kamara los sorprendieron y los mataron. Suponemos que esa posición sea Mehaya. Al salir al barranco por la tarde se nota gran movimiento en los guardianes, hicieron la señal de alarma y oímos pronunciar el nombre de Villegas, haciéndonos sospechar se haya fugado. Inmediatamente nos hacen volver a la habitación y nos enteramos que se han fugado los tenientes Villegas y Vivancos; cuando la alarma salió S. Mehamed con unos cuantos armados de Arbaia, al ver al general y los demás se quedó azarado tratando de ocultarla y al preguntarle el general que ocurría, dijo: “No sé, será algún lobo”. El general le pidió tuviese clemencia con los fugados si es que los cogían; le ofreció no les pasaría nada mientras él estuviera aquí; se lamentó de que nuestros aeroplanos empleen bombas con gases asfixiantes. Dijo que no había nada de nuestro rescate y que no se arreglaría hasta que todo se hubiera roto otra vez; que respecto a la noticia del general Berenguer no sabe nada seguro sino por referencias, pues a ellos llegan las noticias únicamente de Melilla, y son muy incompletas.
Día 11.- Abren como todos los días, pero no nos permiten salir de la habitación; dicen que anoche a las doce trajeron a los dos oficiales fugados y no les han hecho nada, fueron cogidos camino de Bocoya. La guardia de la otra casa está presa y la han relevado con otra nueva; esto ha sido una fatalidad, pues si hubiese consumado la fuga hubiese sido un bien para todos, así solo el bien es para esa gente, pues dirán el día de mañana que han sido humanos y no nos maltratan, aunque hace pensar también el que haya negociaciones y no quieren estropearlas cometiendo alguna barbaridad. Ha venido el médico Sr. Serrano y nos cuenta lo ocurrido, dice que esos dos oficiales salieron a las 16.00 y se escondieron en el barranco adonde nos llevaban cuando el cañoneo de los barcos, allí permanecieron escondidos viendo a los que los buscaban hasta que se hizo de noche y emprendieron el camino hacia el interior, cuando creyeron podían hacerlo con seguridad, pues su intención era ir a Tafersit, a poco de emprender la marcha oyeron voces y no les dio tiempo más que para echarse a tierra, pero ya los habían visto dos moros, los cuales se acercaron y los detuvieron; uno de ellos era el que nosotros llamamos el Turco, trataron de contestarles a su causa y de haber sido solo este les hubiera ayudado a la fuga, pero el otro moro se opuso a que se hiciera lo que ellos deseaban. El teniente Villegas le dijo que ellos dos correrían para que los mataran, pues lo preferían a tener que soportar los martirios que les esperaban; el Turco les dijo que nada les pasaría pues S. Mehamed no les haría nada; emprendieron la marcha y llegaron aquí, en donde había varios moros, entre ellos el guardián S. Mesaud, el cual se abalanzó sobre el teniente Villegas y le dio tres o cuatro culatazos, entonces los otros moros se lanzaron sobre el Mesaud y le apalearon. Al verlos S. Mehamed les dijo que cómo habían cometido ese disparate y que esperasen pues iban a ser juzgados en Consejo de Guerra. Los metieron en habitaciones separadas y les llamaron después al patio en donde estaba S. Mehamed con varios indígenas constituyendo lo que él dice “Consejo”. Se le preguntó su nombre, si habían sido auxiliados por alguien, si lo tenían premeditado, causas que les obligaba a efectuar la fuga, a lo que el teniente Villegas contestó: su nombre, que no habían sido auxiliados y que todos los demás prisioneros ignoraban sus proyectos; no lo habían pensado pues no tenían necesidad de ello porque el oficial español que cae prisionero debe tratar de evadirse, y esto unido a las vejaciones y malos tratos de que son objeto le impulsó a fugarse. S. Mehamed les mandó retirarse y recibió al teniente Sr. Vivancos el cual dijo poco más o menos lo mismo.
A Amegar fueron a buscarle a su casa para prenderle, y amarrado fue conducido adonde estaba el resto de la guardia. La nueva guardia son de los que están al servicio de las piezas; los tratan bien y con respeto a todos. Anoche llegó un desertor del Tercio que venía de Ain-Kamara, pues allí no comía más que media torta y dijo que cuando desertó hace ya dos meses, estaban nuestras tropas en Nador de Beni Ulixek y Cheif; el día de la operación de Nador retrocedió el batallón de Otumba que cuando el avance en vista de los horros de Zeluán y Monte Arruit les autorizaron para raziar y en donde entraban lo hacían a sangre y fuego, sin respetar vidas de ningún género. Por la tarde tiró la isla.
Día 12.- Abren temprano. Para comer nos han dado patatas y dos huevos. Ha llegado S. Mohan y nos mandan entrar en la habitación. Nos cierran oscurecido y nos dan media vela.
Día 13.- Abren temprano y dejan salir al corral. Han llegado 256 individuos de Ain-Kamara para trabajar adonde antes iban los de aquí, para hacer una zauia. Dentro de 6 u 8 días vendrán también los paisanos, mujeres y niños a reunirse con ellos. Hay junta de jefes y dicen que están juzgando a uno de Beni Sicar y también hemos visto entrar, al parecer preso, al hermano de Kadur N´Amar. La comida fue la misma de ayer. La isla tira con ametralladoras. Se acerca un moro al intérprete y le dice que creyó era uno de los fugados el otro día, pero que se alegraba no fuese y desde luego no la haga, pues esto ya se acaba porque hay negociaciones por tierra, directas entre S. Mohan y el Gobierno; antes no se pudo arreglar porque otros moros ofrecieron al Gobierno hacer el rescate nuestro en las tres cuartas partes de la cantidad pedida, aceptó y empezaron a pedir dinero a cuenta, se les exigió gente en rehenes para garantía, entonces se retiraron y quedaron rotas las negociaciones. Los que han bajado para trabajar están algo mejor pues les dan un pan y un jarro de vino para todo el día, en cambio antes solo comían un cuarto de torta. Cierran al oscurecer, y un cuarto de vela.
Día 14.- Abren a las 9. Ayer marcharon los dos extranjeros desertores que quedaban aquí. La comida igual. Por la tarde el campo cañonea a la isla, y ésta contesta con gran energía durante más de una hora y media. Esta mañana se vio un barquito de vela como a unas tres millas de la isla. Uno ha cambiado una camiseta por cinco huevos y un puñado de higos; un moro se ha ofrecido a los tenientes Enrile y Civantos en nombre de un señor Lasheras para facilitarles lo que quieran. Han fallecido, de la gente que quedó en Annual, 101 hasta hoy de tropa; dicen que sin causa justificada en Ain-Kamara han matado a un soldado y herido a otro.
Día 15.- Abren lo mismo que ayer, y al parecer están reunidos en junta los moros; a los tenientes Villegas y Vivancos los tuvieron encerrados ayer todo el día. La comida de hoy es mala; las patatas sin sal y el pan agrio. Se ha marchado, según dicen, a Annual S. Mohan. Han sido puestos en libertad y restituidos a sus puestos todos los de la guardia de la otra casa, habiéndolo notado aquí, pues nos han dejado hoy sin agua.
Día 16.- Abren lo mismo que ayer y nos dan una torta. Los soldados dicen que “los guardianes de la otra casa los tratan mal y les prohíben, bajo pena de una paliza, el hablar a los oficiales”. Comida: patatas en agua y tres huevos. El cañón que había en la explanada entre estas dos casas lo han llevado a la del Turco para su arreglo. Esta tarde han traído a los tenientes Villegas y Vivancos, pues les exigían palabra de honor de que no habían de intentar escaparse, y dijeron no podían darla sin hablar antes con el general; para ello los trajo uno de los guardianes, el hermano de Amegar y el cuñado de S. Mehamed, éste hizo presente al general que habían sido sentenciados a cien palos pero que en honor al general se les indultaba, éste también dijo que en lo sucesivo el que intentara escaparse sería fusilado, y advirtió al guardián que a esos dos oficiales se les diese igual trato que a los demás.
Día 17.- Abren como ayer. Para comer nos dan unas pocas patatas y garbanzos y una torta; nos dan también tres barras de jabón para que podamos lavarnos todos, y para la comida de mañana dos borregos. S. Mehamed nos dicen que se marcha a Ain-Kamara. Avisan los de la otra casa que llamemos al médico Sr. Serrano; se conoce que ocurre algo y desean nos enteremos; se ha pedido lo manden, y se han negado diciendo que está enfermo. Han dicho que mañana iremos a lavarnos al río, que falta nos hace.
Día 18.- Abren temprano y dicen que ayer llegó el moro Cibera acompañado de un francés. Nos llevan al río y allí un guardián dijo que dentro de veinte días nos vamos, que S. Mohan marchó a Annual para arreglarlo, que “haber poquita guerra”. La comida ha sido carne con garbanzos y tres huevos.
Día 19.- Abren temprano y llaman al intérprete para que diga al capitán Aguirre que van a ir los dos a medir un poco de terreno para hacer una casa. Les dan tres huevos y una torta a cada uno, lo que indica que van lejos. La isla, como todos los días, dispara con ametralladora. La comida, muy pocos garbanzos, tres huevos y una torta. Por la tarde regresan el capitán Sr. Aguirre y el intérprete; han ido a Marabten, en donde está ahora la tropa, para hacer el trazado de una zauia; el camino que han recorrido, de unos 10 kilómetros, dicen es muy quebrado y han tenido que atravesar el Guis; este río tiene un cauce de 300 metros de ancho y la orilla izquierda es escarpada, la derecha algo más suave; el curso de agua de unos 10 metros de ancho por 30 centímetros de profundidad; la tropa está buena y contenta, dicen que mejor que en Ain-Kamara pues allí comían un cuarto de torta y chumberas guisadas, y aquí comen una torta diaria y algo de aceite, y además tortugas de tierra. La vigilancia es poca y ayer se fugaron seis individuos, dicen que la gente del país está disgustada porque “no tienen qué comer y el gobierno y los moros están locos”; S. Mohan está en Beni Tuzin. Esta tarde llega gente extraña y S. Mehamed. Como todos los días cierran, y media vela. El capitán Aguirre habla con Abd-el-Krim, hermano de Amegar, y le dice que a ver si Abd-es-Selam le puede dar algún dinero de cierta cantidad que tiene para él; a consecuencia de esto vino el mismo Pajarito, el cual nos dice que ayer no hubo operación alguna, el cañoneo era que las posiciones tiraban de vez en cuando a los moros que veían; en Drius hay unos cañones muy grandes y que por cierto hace un mes vino una comisión internacional para fiscalizar la clase de armamento que España emplea contra los rifeños y escondieron esas piezas, volviendo ahora a emplearlas otra vez; respecto al dinero le dijo al capitán Aguirre que él le daría lo que quisiera, y que los demás escribiésemos a nuestras familias o a la Cruz Roja pidiéndolo, puesto que esta tiene mucho dinero para nosotros con objeto de rescatarnos, y así lo desean nuestras familias, pero no el gobierno, que no les dejaba, pues cuando iban a empezar las gestiones decía que él lo arreglaría todo; que si desde la isla viene un bote con bandera blanca, ellos salen en otro en igual forma, y nos podemos comunicar con ella, que si el gobierno quería mandar el convoy nada más que tenía que mandar un barcón con bandera blanca a la playa, y ellos con sus botes traerían todo lo que mandasen: cartas, dinero, víveres, envíos de las familias, etc, etc. Abd-el-Krim, el hermano de Amegar, habla con el comandante Sr. Gómez, el cual se queja de la escasez de la comida, ofreciéndole remediarlo hoy mismo, mandando higos y hasta tabaco para fumar.
Día 21.- Abren temprano y nos dan una torta, dos huevos y un litro de aceite, del cual nos quitan la mitad los guardianes de la otra casa. Marchan el capitán Aguirre y el intérprete adonde fueron el otro día, y por toda comida les dan un puñado de higos, dándoles en cambio caballerías para ir montados; a los soldados que van por agua las moras les apedrean y no les dejan cogerla, y uno de ellos ha venido hoy con una pedrada en la cabeza. La comida es escasísima: patatas con agua y sin sal, unos 50 gramos. Viene Pajarito, y el general le reclama seriamente, a consecuencia de esto nos envía cinco panes para los 17 que estamos aquí, y un puñado de higos. La isla tira como todos los días, y nos dejan sin agua.
Día 22.- Abren temprano. Un soldado trae una carta del sargento Ortega que está en la otra casa con los demás oficiales, y cuenta que la guardia de ellos les quita lo que quiere de la poca menestra que dan en la casa para nuestra comida. Ayer de un litro de aceite se quedaron con medio, y aún reclamaron que era poco, exigiéndoles dejen más, y siendo objeto de amenazas. Cierran oscurecido, y media vela.
Día 23.- Abren; se recibe una carta de Rueda en que dice no vienen por ahora. Ha llegado un artillero desertor de Quebdani, según dicen desertó el 19. Traen la comida, ésta fue patatas como siempre pero en muy poca cantidad, dos huevos y un pan. No nos dejan pasear por el patio. El artillero desertor dice que viene de Quebdani y estuvo en Annual con S. Mehamed, que nuestras fuerzas están en Quebdani y Dar Drius; que en Quebdani tenemos el regimiento del Rey, que estaba preparando para repatriarse el de Otumba y otro de infantería, el grupo de instrucción del artillería y un regimiento de caballería; el regimiento de la Corona fue repatriado, así como el 4º ligero; que es comandante general un tal D. Luis, y alto comisario el general Burguete; que el general Sanjurjo marchó a Larache. Cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 24.- Abren tarde. Han traído dos desertores del Tercio. Ayer marchó S. Mehamed. Han llegado cinco desertores de la zona de Tetuán, dos de ellos del Tercio. El artillero de Quebdani dice que se tomó el Mauro sin apenas resistencia, Chamorra costó poco ocuparlo, y están ocupadas todas las posiciones antiguas, que en el barranco de Hach-el-Merini estaba lleno de cadáveres momificados muchos de ellos, y que en la posición también se encontraron algunos. El médico marchó para Ain Kamara por estar enfermo el sargento Basallo. El soldado enfermo, Enrique, ayer fue trasladado a una casa aislada, y allí ha quedado solo en estado grave; se ha preguntado por él y dicen no saben cómo está. Cuando han traído la comida, que por cierto fueron patatas con agua de barro y dos huevos, hemos sabido que Enrique está mejor, y que le asiste otro soldado. Dicen que el jefe de la guardia de la playa les ha dicho a los muchachos que probablemente llega dentro de 3 o 4 días el convoy, y que si viene todo está arreglado; que S. Mehamed llegará esta noche. Nos cierran más temprano que ayer, y dan media vela. Han llevado a Morabten a los 7 desertores.
Día 25.- Nos abren a las 8; riñen a los de la guardia por tenernos la puerta cerrada hasta tan tarde. La comida fue como ayer, aunque el agua no tan sucia. De noticias nada nuevo, como no sea que llegará esta noche S. Mehamed. Nos cierran al oscurecer, y dan media vela.
Día 26.- Abren temprano. A la una llaman al capitán Sr. Ozaeta, pues le quiere hablar. La conversación ha sido: un saludo efusivo, pregunta por nuestro estado de salud, a lo cual el Sr. Ozaeta contestó que medianos pues a causa del cambio de tiempo había muchos constipados; dijo había recibido una carta del nuevo coronel de la policía para el general Navarro donde se nombra a varios de nosotros; que ha venido a visitarlo un fraile nuestro con la misión de servir de intermediario para procurar vengan convoyes de víveres, y al mismo tiempo noticias de las familias, y además para proponer varios rescates particulares, a lo cual no aceptó pues dice que el rescate ha de ser de todos o ninguno; que le explicó las condiciones por ellos expuestas, y que el fraile quedó conforme en todo; terminada la conferencia, lo mandó a las posiciones, y que desde luego él será el que se encargue de arreglar lo del rescate, pues es persona de mucha influencia, además parece ser han cambiado los procedimientos, pues se ve que las autoridades se ocupan más de nosotros; que espera que esto llegue a feliz término, pues él está animado de los mejores deseos, como desde el principio; que el comandante general de Melilla es el general de E. M. Ardanas, que estuvo en otra época en la policía, el cual conoce y es amigo, pareciéndole muy bien por ser buena persona, que tuvo carta del capitán Sr. López Castejón que está en la oficina de P.I. y amigo suyo; quedó en mandar la carta para el general. Seguimos encerrados en el cuarto, es decir, con la puerta abierta, pero sin salir de la habitación. No mandó la carta al general. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 27.- Abren temprano, salimos al barranco y vemos a los de la otra casa, que están sentados alrededor del patio. Para comer nos dan lo mismo que ayer, escasísimo y solo medio pan y un capazo con higos muy malos, fermentados y con gusanos, solo el hambre que tenemos nos los permite comer después. Está aquí el jefe del poblado de Tafersit, Haddú Mokadur, el cual debe estar detenido como rehén, con él hay otro que es de Tensaman, además de los dos del otro día, que solo sabemos hablan español y que han estado en España y Argelia. Se le dice a Haddur Hamed lo escaso de la comida y el poco pan, dice que si viene pan nos lo darán, pues hoy hacen fiesta y lo probable es que no lo traigan. Dice un guardián que Mehamed marchó al Garb para traer harka. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 28.- La noche ha sido infernal pues las pulgas, los ratones y la tierra que cae del techo nos han tenido toda la noche en vela. Nos abren la puerta a las seis. Para comer nos han dado dos huevos y un pan para todo el día pues no les quedan patatas, y nos dicen que los huevos se acaban hoy. La isla como siempre, ayer tiró poco. Han venido los seis desertores que marcharon el otro día, y van de paso para Ain-Kamara para ver a S. Mohan. Esta tarde nos dicen los soldados que suben el agua que les ha dicho el padre de B. Al-lens que ya llegó el convoy a la bahía que hay entre Sidi Dris y Kilates, y que han ido hoy tres mulos para subir cosas adonde están los soldados. No sé si será cierto o no, aunque lo sentiría pues no nos conviene que manden nada, pues no somos nosotros los beneficiados con eso, sino esta gente que por todos estilos se lucran. Nos hacen entrar antes de ponerse el sol, y nos cierran oscurecido. Dan media vela.
Día 29.- Han abierto a las 6. La isla tiró con ametralladoras, como todos los días. Para comer nos dan una torta y patatas escasísimas. Ha llegado Akarkas, el jefe de Tensamán. Dicen los de la guardia que mañana vienen S. Mohan y su hermano. Akarkas marchó a Ain Kamara para ver a S. Mohan, lo mismo que el Haddú Boaza. El soldado Aparicio habló ayer con el general, y le dice que la gente de la kabila estaba muy disgustada por la prolongación de la guerra, que les tiene cerrada la isla y les perjudica para sus intereses, y que además les ponen muchas multas. Nos hacen entrar oscurecido, y nos dan media vela.
Día 30.- Abren a las 7. Ha venido Troncoso para ver a Arjona por no estar aún el médico. Nos dice que el Turco les propuso a los soldados en dos ocasiones la fuga y no se atrevieron. Dicen que Pajarito tiene la lista de todo lo que viene en el convoy y que la mayoría es ropa; esto lo ha dicho a los de la otra casa. Un guardián ha dicho que ahora si tenemos suerte no nos hará falta, pues nos iremos. Yo creo lo contrario; la venida de un convoy enviado por los nuestros indica primero que no esperan por ahora el que vayamos, y segundo que mientras esta gente vea que con nosotros tienen cuanto antes no tenían de vestuario y víveres, no tendrán interés en entregarnos, pues si fuésemos mantenidos por ellos, quizás tuviese otro aspecto la cuestión. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 31.- Abren temprano. Nos dan un pan, patatas y dos huevos. Por la tarde llegan Berka, el moro de intendencia en Quebdani, y otro. Dicen traen el convoy de ropa y alimentos. Nos ha saludado y dice viene a ver cómo estamos; le hemos dicho estamos muy mal, muertos de hambre y mal tratados. Dijo que traía cartas que las tiene Abd-el-Krim. Vino otra vez Berkan y vio cómo estábamos alojados, y dijo lo diría todo en Melilla: que estábamos muy mal, que no comemos y estamos llenos de miseria. [También dijo] que no avanzan porque S. Mohan amenazó con cortarnos el cuello a todos si continuaba el avance; que no estamos en Tuguntz como creíamos, y que la línea es Quebdani, una avanzada de Bun Tul y Dar Drius; que Kadur N´Amar fue hecho prisionero en el Zoco el día 22; que el jefe de Beni Said es Amarasen y Amar Buasa viene conduciendo un convoy de ropa, medicamentos y jabón; total: cuatro mulos, además de unas cuantas cartas. Habló con el capitán Sr. Ocaña y le dijo que se lo pensaba llevar, pues así lo tenía ofrecido el capitán de la policía en Quebdani; que la cabecera de la policía en Beni Said está en el Zoco de Quebdani en vez de Yarf-el-Cos; que trae carta para S. Mohan en la que están conformes con lo propuesto para él para nuestro rescate referente a lo que habló con el fraile, y que ahora falta saber quién se va a encargar de eso. Cierran oscurecido y dan media vela.
Junio de 1922
Día 1.- Abren temprano. Van llegando muchos moros, como ocurre siempre que viene S. Mohan. Entre ellos viene el dueño de la kabila donde mataron al capitán Sr. Amador, del regimiento 59. A las once y media nos han traído la comida: un huevo y las consabidas patatas con agua y aceite. A las 16 ha llegado S. Mohan, y nos mandan entrar en el cuarto. Aguirre y Rueda dicen están bien y comen; que ayer les compraron a la tropa una funa, 800 huevos y una lata de aceite. Salimos al barranco y Ben-Al-lus dice nos vamos pronto pues todo está bien ya, que no es como antes. Los soldados que han venido por la ropa de Aguirre y Rueda cuentan que allí dicen nos vamos enseguida. Cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 2.- Anoche después de cerrar abrieron y nos trajeron siete cajitas de jabón, en total 21 pastillas las cuales cada uno de los guardianes pidió una pastilla, es decir, que nos quedan 19 para los 47 oficiales que estamos. Nos dijeron los guardias que el general se ha quedado las otras para guardarlas. Hemos pedido pan y dicen que hoy no lo tienen por causa del mal tiempo. Las cajas de jabón dicen que nos guardan solo cuatro, es decir, que han venido 11. Ayer Berkan les dijo a los de la otra casa que dentro de diez días nos vamos. Nos dieron por fin un pan, y solo patatas, como todos los días. Vino Berkan, y le dimos, sin que lo viera la guardia, cartas; veremos si llegan. Este pidió al coronel un recibo por la cantidad que dice gastó entre los de Beni Said, y se le dio. Traen una carta para el general de su señora, y algunas más. Abd-el-Krim, hermano de Amegar, trajo las cartas y habló con todos amable. La ropa no la han entregado, ni las medicinas. Nos cierran oscurecido, y dan media vela. Después de cerrar viene por la carta del general.
Día 3.- Abren muy temprano. Marchó Berkan y se llevó las cartas de los de la otra casa y las nuestras. De los dos Morros tiraron anoche tres cañonazos a un barco que se aproximó. Para comer nos han dado un litro de aceite, o sea media cucharada por persona, y un pan; dicen no tienen patatas ni huevos, y que si esta tarde los traen, que nos darán. Vino S. Abd-es-Selam esta mañana. Nos entregan dos cajones con medicamentos; de la ropa, no respiran. Suben con el agua y dicen que llega mañana un barco con convoy de víveres; esto lo dicen abajo en la playa, y los de la guardia a la tropa. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 4.- Para comer todo el día nos han dado un pan y dos huevos. A consecuencia de la mojadura de la otra noche de los soldados que se llevaron a sacar cebada de una balsa hoy hay cuatro con fiebre, dos de ellos con más de 40º. Dicen que mañana viene el convoy por mar. Dan de lo que tienen raziado en la casa; dos botellas de “Sanolam”, 3 de alcohol, 1 de Rioja, una empezada y avinagrada de champagne, ¼ de cognac que regaló a Dalias, y un frasco con una medicina. Oscurecido cierran, y dan media vela.
Día 5.- Abren temprano. Nos dicen que ya no hay “baro”, que los moros andan libremente por la playa y que la isla no les molesta; que mañana a lo más tardar llegará barco a la isla. Para comer hoy dan dos huevos y uno para la tropa, y una torta, además un litro de aceite para todos. Llega S. Mohan y nos hacen entrar en el cuarto. Se nota gran movimiento y concentración de gente notable, como si se tratase de reunir alguna gran junta. El régimen alimenticio, como puede observarse, es cada día más deficiente. Cuando han salido los muchachos por agua, dicen los paró un moro que iba a caballo, y les preguntó: “¿qué tal muchachos?” y como ellos le contestaran “Ya ve, nada”, les dijo “No apuraros que ya os vais pronto”, frase que ya estamos cansados de oír a unos y otros. Nos cierran oscurecido, y dan media vela. Después que nos cerraron se celebró gran junta, según dicen.
Día 6.- Abren temprano y están en junta magna donde se oyen fuertes discusiones. Nos han dado una torta y ¼ de cebada. Según cuentan, lo ocurrido anoche fue que se acercó a la isla un vapor con objeto de aprovisionarla. Un moro ha dicho que estar bien y que pronto marchar, lo de todos, la frase consabida y que constantemente tienen en los labios. Para comer nos han dado dos huevos y patatas con agua y aceite. Ayer el padre de Ben-Al-lús mandó un paquete de higos buenos. Viene el médico Sr. Serrano; trae 25 huevos, medio litro de aceite y 5 paquetillos de tabaco que mandan Basallo y Cánovas para el capitán Sr. La Rocha. Murió otro soldado; los demás están buenos; comen carne, vino, huevos, etc, pues de la isla ha recibido fondos para ello. Esta tarde se han ido todos los que acudieron a la junta. Basadre le mandó una carta al capitán Sr. Ozaeta en la que le dice que el guardián Ben-Al-lús tiene una carta para él del Sr. Aguilar, pero que no la da hasta que no se le lleve una carta para que le gratifiquen en la isla. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 7.- Abren después de las 8. Cartas del capitán Aguilar a Basallo: “Yo tengo completa fe de que la estancia de Uds. aquí será, Dios mediante, por poco tiempo, pues es muchísimo el interés que ponen las autoridades en restituirlos a Uds. al seno de nuestra patria”. Carta fecha 2-5-1922: “El comandante general y el coronel Lasquety de la policía, que llevan ahora este asunto con grandísimo interés, es seguro que consigan su propósito, y en la labor de ellos tienen puestos los ojos y el corazón la nación entera. Dios quiera que pronto podamos abrazarles a todos”.- Carta del comandante militar fecha 2-5-1922: “El comandante general, con quien conferencié tan pronto se recibieron las cartas, me encarga transmita a Uds. su más expresivo saludo y les manifieste que se preocupa desde su llegada con muchísimo interés de la suerte de los prisioneros y para mejorarla ha procurado desde el primer momento ponerse al habla con Abd-el-Krim a quien hizo llegar noticias suyas encaminadas a la necesidad de mejorar la suerte de los cautivos, tratar de conseguir su rescate y mientras este llega que se puedan remitir provisiones, ropas, medicamentos y cuanto les sea necesario, así como que se comuniquen con sus familias, también me ordenaba hiciera llegar noticias a Uds. que tiene esperanzas muy fundadas en el éxito de las gestiones”. La comida de hoy; dos huevos, patatas como todos los días y una torta dura. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 8.- Han abierto más tarde. La comida de hoy: dos tercios de pan y las famosas patatas. La ametralladora de la isla no ha cesado en todo el día de funcionar. Esta tarde llegó la carta de Aguilar en la que nos dice tiene muchas esperanzas de nuestra pronta salida de aquí , que dicen viene un barco con convoy a Zuani y que sería fácil que en él nos fuésemos, que escribiéramos todos a nuestras familias. Nos cierran y dan media vela.
Día 9.- Nos han abierto la puerta a las 8 y media. Nos dan un pan y patatas como ayer para la comida. A las 12 la isla ha roto el fuego de cañón sobre el campo, de éste contestan poco y además toda la mañana las ametralladoras han estado disparando. Cierran oscurecido, y media vela.
Día 10.- Para comer, al general y coronel les han dado un pan y a los demás tres cuartos y el guisote de patatas, con agua. Ayer el agua de beber fue de ckabila, lo mismo que la de hoy, a pesar de habernos quejado y del médico decir que sería causa de una epidemia de tífico, de esta ya tenemos un caso en la otra casa, el sargento Ortega está grave, además hay varios enfermos en su mayoría de paludismo intestinal, y uno de paludismo. La isla hoy ha hecho fuego de cañón, además de las ametralladoras. El jefe que hay de Tafersit le ha dicho esta mañana al general que pronto nos vamos. Esta tarde volvió a tirar la isla con cañón hasta el oscurecer. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 11.- Nos abren después de las 9. A las 4 y media nos han traído medio pan a cada uno, y la comida como siempre. Ozaeta habla con Amar-Abd-el-Krim, primo de S. Mohan, y este le ha dicho que viene mañana y Ozaeta le dijo que llevábamos tres días muertos de hambre. Nos dicen que hoy no nos traen agua, únicamente se la traen al general y coronel, así que con eso ya es suficiente. Nos encierran antes de ponerse el sol, y dan media vela.
Día 12.- Abren a las 10. Fakir Hamed dice que hoy llega el barco convoy. Dan un pan, insisten en que el convoy llega de hoy a mañana. A cosa de las 11 han pasado dos aeroplanos en dirección a Melilla. Ha llegado el barco-convoy, el cual ha destacado una gasolinera quedando él a más de diez millas, a las dos horas o poco más ha vuelto la gasolinera a bordo, y avanza el barco quedando como a unas 5 millas de la costa; trae una gran bandera blanca, y se ve es un vapor de bastante tonelaje. Dicen que han desembarcado bastantes víveres, y que hoy o mañana los traerán. La comida fue como ayer, tarde y las consabidas patatas. Esta gente está muy contenta por la llegada del convoy. El moro Frajana nos dijo que en el Zoco del Arbaa de Nador de Beni-Ulix cayó un aparato cuando regresaba de bombardeo, y que cuando ya se iban a salvar los dos que lo tripulaban, llegaron a caballo los moros, y los hicieron prisioneros, y que mañana llegarán aquí. Son un capitán y un teniente. Nos cierran y dan media vela.
Día 13.- Nos abren la puerta a las nueve y media; nos dan tres panes para 15. A las 10 nos vemos sorprendidos porque traen las patatas para comer; nos traen siete panes más. Dicen que el convoy sigue en la playa de Zuani. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 14.- Abren a las ocho. Nos traen siete cajas de huevos procedentes del convoy; se abrió una caja de 100, repartiendo a 7 por oficial, más cincuenta y tantos rotos que han puesto en la comida. Esta noche murió el sargento Ortega de tifoidea en una casa aislada y sin asistencia ninguna, como un perro. Ayer cogieron al capitán Bascones una hoja con sus memorias, y a consecuencia de ello le amenazaron. Dicen que a Basallo le han cogido 30.000 pesetas procedentes de la isla, y los que las traían se han puesto a salvo. Están subiendo todo el convoy a la otra casa. Nos dieron una caja de chorizos, y han quedado depositadas 80, también nos han dado 10 botellas de vino de Rioja para todos. Llegó S. Mehamed que es el que está haciendo el reparto del convoy. Berkan, al cual no hemos podido hablar, dicen que aún tiene que volver él pues no descargó todo. Han dado dos envíos particulares al general y a Sainz, más tarde han dado cartas para varios. Nos traen 25 cajetillas de tabaco, y dicen que mañana nos darán cartas. Nos cierran de noche completamente, y nos dan media vela.
Día 15.- Abren a las seis. Escribe el general al coronel Lasquety por petición de Maalem diciendo la cuantía de los gastos de manutención nuestros en tres meses a 22 000 pesetas, y que lo pagado por el transporte del convoy último fue de 6500 pesetas. Nos dicen que S. Mohan ha marchado a Annual por la cuestión de los aviadores, estos no los han traído y tememos tome represalias con ellos. Comida: patatas con arroz y chorizo, ración abundante, una botella de Ederra para cada cinco y ¾ de pan por persona. Desde hoy nos dan dos comidas al día. Se abrieron unas cajas más de huevos y se han repartido a la tropa igual que a los oficiales. Las cartas que tenía un soldado para dárselas al padre de B-el-lus las ha quemado por temer se las cogieran. Dicen que mañana vendrá S. Abd-es-Selam y dispondrá lo que se hace con los víveres. Esta mañana muy temprano marchó Berkan, según dicen lleva el asunto nuestro casi ultimado. Han llegado los dos oficiales aviadores, el capitán Sr. García de la Peña y el teniente Florencio han llegado acompañados del intérprete Rueda y los han alojado en la casa de Amegar. La comida de la tarde han sido patatas con huevos revueltos. Nos han traído dos veces agua y nos han encerrado al oscurecer dándonos media vela.
Día 16.- Abren temprano y nos dan el agua. Han llamado a Ozaeta y se lo han llevado a la otra casa donde está depositando el convoy. Nos han entregado un traje completo; gorro, zapatos y muda a cada uno de nosotros. La comida: judías con patatas y chorizo y café. Dicen que los aviadores habían bombardeado un morabo, y los llevarán al calabozo para que aprendan. Ha llegado el triunvirato. La cena: chorizo con patatas. Nos cierran a las ocho, y dan media vela.
Día 17.- Nos abren temprano. No nos dejan que hablemos con la tropa, no sé a qué obedecerá tal medida. Dicen que hoy llevan convoy a Ain Kamara. Nos han dado medio pan para comer, y no nos permiten ni asomarnos a la puerta del cuarto. Han traído un aparato que se ve son restos del aeroplano. La comida: arroz con patatas y chorizo y tres botellas de vino para los 15, luego café. Esta tarde han dado otros envíos particulares. Nos dan un paquete con 18 cajillas de cigarros, y traen seis paquetes de galletas para la cena. El-Meaben nos dice que las cartas están en Ain Kamara, y que mandó por ellas, y mañana nos las darán. La tropa ha sido vestida de nuevo. Nos autorizan para salir al patio, oscurecido cierran y nos dan media vela.
Día 18.- Abren temprano, salimos al patio pero dura poco la cosa pues nos hacen entrar en el cuarto enseguida. La comida: arroz con patatas y chorizo. Han empezado los soldados a levantar un piso a la casa de S. Mohan. Siguen sin darnos las cartas a pesar de los ofrecimientos de ayer, y los envíos y tabaco tampoco los dan. Después de cenar han dejado salir al patio. Dicen que mañana irán por las cartas y nos las darán. Han dado tres botellas de vino para los quince. La comida de la tarde fueron patatas con huevos y judías con chorizo. Oscurecido nos cierran y dan media vela.
Día 19.- Abren muy temprano; a las 7.30 vemos llegar un aeroplano que viene de Melilla, dio una vuelta por encima de nuestra casa; nosotros desde el patio les saludamos y dieron tres vueltas más saludándonos ellos. Esta gente empezó a tirotearle hasta que ordenaron que cesara el fuego porque creían que nos habíamos comunicado con ellos. Esta noche ha muerto el soldado Granados del regimiento de infantería de Melilla a consecuencia de bronconeumonía. Nos hacen proposiciones de facilitarnos carne, pollos, huevos, frutas, café, azúcar, etc, por medio de vales, lo cual no es aceptado por nosotros. Esta tarde ya no nos dan nada para cenar. Nos han dado tres botellas de vino para cada habitación de 15. Han venido dos desertores del Tercio, portugueses de buen porte. No nos han dado cena por represalia de lo ocurrido con los aviadores. La comida: arroz con patatas y chorizo, café y medio pan. Nos encierran antes de oscurecer y nos dan media vela.
Día 20.- Abren temprano y nos traen café. Dicen vamos a ir al río y nos han dado un trozo de jabón. Entre los doce soldados bajados de Ain Kamara dos eran legionarios, que dicen son portugueses, y cuentan camelos increíbles a los soldados. La comida: judías con patatas y huevos revueltos, café, media torta de pan y dos galletas, 1 botella de vino para los cinco. Al mediodía han roto el fuego de cañón contra la plaza. Ayer dieron algunos envíos. Nos cierran oscurecido y dan media vela. Los dos desertores portugueses han enviado por conducto de un soldado un papelito al general diciendo que “traen una misión importante y ya se la comunicarán”.
Día 21.- Abren muy temprano y vienen por las botellas para el agua; vuelven a cerrar al cuarto de hora. Abren para sacar las tablas y los tablones que tienen debajo para los jergones, y nos hacen levantar a todos. (Ayer hubo cañoneo en tres ocasiones desde la plaza con ametralladora). Traen el café. Dicen que no nos dan azúcar más que una vez al día por no tener más que un saco que es lo que ha venido. Para comer hoy han dado judías y café, y medio pan. Los aviadores han dicho que no se ocupaban de nosotros en España, que solo se hablaba en algún café como comentario de tal, pero que no se trabaja por nuestro rescate. De Aguirre hemos tenido noticias, que está muy bien, que les está haciendo una bonita obra y que le han dicho nos vamos pronto. Los aviadores cayeron a cuatro kilómetros de Drius, no pudiendo ser salvados. Van llegando notables, se conoce se prepara una gran junta para mañana. La cena: patatas con salsa y huevo batido. Cerraron tarde y dieron media vela.
Día 22.- Abren muy temprano, nos dejan estar en el patio. A las 8 nos meten en el cuarto, pues viene S. Mohan a la habitación de al lado donde hay mucha gente y en los alrededores de la casa. Ha venido un moro acompañado de Amegar para entregar una carta al general que desde Tánger le escribe el marqués de Cabra, en la que se le ofrece para hacer llegar noticias nuestras a las familias. La comida: arroz con patatas, café y tres cuartos de pan, una botella de vino para cada cinco. Nos dan dos galletas y una cajilla de cigarros. Nos cuenta el Maalem que el moro que ha llegado con la carta del marqués de Cabra para el general trae una misión y da a entender es el arreglo por la zona de Tánger para la entrega del dinero; que ahora se irá a Taza y después a Casablanca y de allí a Tánger que cree es más práctico para la rapidez en las comunicaciones el emplear un barco. Los de la otra casa dieron las cartas a Abd-el-Krim hermano de éste, y las mandó tal como vinieron para que el general se las dé al moro que las ha de llevar. Hay buenas impresiones. Dicen que el día que descubrieron a Basallo se entendía con la plaza; le dieron una paliza a él y a un paisano, y que los dos moros comprometidos se escaparon a Tetuán, le quitaron treinta mil pesetas. Nos cierran la noche y dan media vela.
Día 23.- Abren muy temprano. Viene el médico Sr. Serrano y dice que S. Mehamed habló hoy con los aviadores y les ha dicho nos vamos dentro de un mes, pues todo va muy bien. Nos han dado un jamón para la comida, dos latas de melocotón para los 15 y 6 galletillas. Marcha S. Mohan, y con él todos los notables. La comida: arroz con patatas y café. La cena: judías con patatas hechas con agua salada del arroyo del barranco, pues tienen empleada en las obras de la casa a la gente y no hay quien suba el agua. Nos cierran algo más temprano y dan media vela. Hoy ¾ de pan.
Día 24.- Abren muy temprano y nos traen el café con poquísimo azúcar pues dicen que no queda, es decir, que con doce veces que nos han dado café se acabó el azúcar. Para comer: patatas con arroz y un pan, y nos han dicho que ya no hay más que una comida en el día. Nos han dado tres botellas de vino para los 16, y 15 cajillas de cigarrillos. Llegó S. Mehamed con el Maalem, a pesar de las promesas no nos han dado las cartas. Nos cierran oscurecido, y dan media vela.
Día 25.- Abren a las 7, que traen el café. Nos dan un pan, una lata de cinco kilos de escabeche de bonito, tres botellas de vino; para la comida han puesto arroz con patatas. De la isla han avisado para que recojan el cadáver de un moro, el cual han traído esta tarde de allí. La comida de la tarde ha sido la misma que la de la mañana. Dicen que S. Mohan marchó y que tardará mucho en volver; se cree ha ido a Gomara para oponerse a la sumisión de gente de aquel territorio. Nos cierran oscurecido, y dan media vela. Los portugueses hacen llegar a nuestro conocimiento -por conducto de un soldado- que vienen comisionados por su jefe, el teniente coronel Millán Astray, para estudiar el terreno, armar a todos los prisioneros después de habernos concentrado en un sitio en donde haya agua para poder resistir dos o tres días, tiempo suficiente para desembarcar el Tercio y colocar unas posiciones y sacarnos. La idea es muy bonita, y todos contentísimos si llegara a realizarse, pero en la práctica no lo creo probable, sobre todo para los que estamos aquí.
Día 26.- Esta mañana, nada más hacerse de día, la isla rompió el cañoneo sobre el campo, siendo débilmente contestada por este. Nos han dado dos cajas de dos kilos de chorizos, dos de perdiz, 7 paquetes de galletas, medio pan y tres botellas de vino para los 15; de comer, además del desayuno con café, arroz con patatas. Ha venido el moro que trajo la carta del marqués de Cabra, pero hasta ahora no habló con el general, ni nos han pedido las cartas. Los moros todos usan camisas, calzoncillos, pañuelos de percha, alpargatas procedentes del convoy, y se les ven botes de leche condensada, melocotón, tabaco, atún etc. Se aprovechan de todo cuanto ha venido, pues hemos visto bolsas de aseo, y a nosotros no nos han dado ninguna. Para la comida de la noche nos dieron judías con patatas. Nos cierran de noche y dan media vela. La temperatura en la habitación sin ventilación alguna es horrible en julio y agosto. Llegó Abd-es-Selam.
Día 27.- Abren a las seis. Hay bastante gente en los alrededores de la casa. Nos dan una caja con cien latas de chorizo malo. Ha venido el Maalem y nos ha pedido las cartas para el marqués de Cabra. Nos han dado doce panes para 15, y tres botellas de vino. La comida, como ayer, arroz con patatas y chorizo. Nos dicen que el soldado del regimiento de Infantería de Melilla, Aureliano, ha muerto a consecuencia de bronconeumonía. La comida de la tarde: judías con arroz. Dicen que S. Mohan marchó a Gomara, ofreció como siempre las caertas. Han dado cartas y telegramas procedentes de la isla. Cierran y dan media vela.
Día 28.- Abren temprano. Nos dan medio pan y dos galletas, una lata de salmón para cada uno y tres botellas de vino para los quince. Para comer: arroz y patatas. Han llegado varios moros con azúcar, carne, etc para S. Mohan, y dicen son de Beni Said. La comida de la tarde fue la misma que por la mañana, y nos dan media vela escasa.
Día 29.- Abren temprano. Nos dan medio pan y una lata para cada uno de ternera asada. La comida: arroz y patatas. Marcharon los que llegaron ayer y esta mañana. Dicen que S. Mehamed marchó a la zona francesa para imponer multas y castigar aquella gente. Dicen se acabó el tabaco con las 15 cajetillas que hoy nos han dado, y las galletas y las latas de perdiz, de estas solo hemos visto dos. La comida de la tarde igual que la de la mañana. Cierran y dan media vela.
Día 30.- Abren temprano. Nos dan un pan y 4 botellas de vino para los 17 -pues llegaron Aguirre y Rueda- estos vienen de buen aspecto y dicen están bien considerados y con libertad para andar por todas partes. A Aguirre le han regalado un reloj, le dieron los 10 duros que había pedido, y entregado el recibo, y le han dicho pida cuanto quiera; las obras son una zauia, que según diseños y planos será una gran obra de civilización para esta gente, consta de un edificio compuesto de un cuadrado de 28 metros de lado, en el cual existe un patio central con galería de arcos con luz de 1.50 metros y 3 de altura. En la parte del fondo existen 3 habitaciones; la primera de la derecha por el Cherif, una central para baños y abluciones, y la 3ª para las mujeres; en el costado derecho almacenes y cuadra en el de la izquierda, cocinas, cuarto de criados, etc; en el frente dos habitaciones, derecha e izquierda, con ventanas al exterior. El frente tiene dos pisos en los extremos y un solo piso sobre la puerta. Esta zauia está en Ait-Musa. Nos dio muchas noticias: que los aviadores habían estado dos días con ellos y les dijeron había la creencia de que estábamos muy bien, que teníamos de todo, que nos traían convoyes etc, y se asombraron que se comieran los galápagos y tortugas que dicen saben a gallina, y las águilas que saben a pavo; que S. Mohan está con una harka de unos dos mil hombres, 4 cañones y 1 ametralladora en la kabila de Mermisa para imponer un castigo al jefe de ella porque le hace política opuesta -ayer y hoy se oyeron algunos cañonazos que creemos serán de los Beni Urriaguel-; que han marchado a nuestro frente alguna gente (100 hombres) para la harka; que los internados están deseando irse y que no les permiten hablar a ninguno con la tropa ni con ellos, pues temen se lleven soldados para presentarlos y les sirvan para librarse del castigo, días pasados se fueron seis y lograron llegar a Drius 3, los otros los cogieron en Tensamán y los trajeron dándoles 30 palos como castigo. A Kadur N´Amar, Amas-Buasa los vieron con sus fusiles, lo cual desmiente lo que se dijo que estaban presos. Días pasados hizo una excursión a la zona sometida y razio ganado por la noche, Amar-Buasa. La venida de Aguirre fue para recoger aparatos y varias cosas que le hacen falta para hacer planos para la construcción de un congreso que piensa construir S. Mehamed. La comida del día: judías con arroz y patatas y por la noche arroz y patatas. Nos han entregado por fin las cartas que nos tenían retenidas. Nos dieron media vela.
Julio de 1922
Día 1.- Abren temprano y marchan Aguirre y Rueda. Nos dan para comer un pan, 3 botellas de vino, una lata de salmón por cabeza y tres melocotones para los 15. La comida: judías con arroz y patatas; y la cena arroz y patatas, además nos dieron café para desayunar. Nos meten oscurecido en el cuarto, y nos dan vela.
Día 2.- Abren temprano y nos traen el café. La comida: judías con patatas y chorizo, y nos dieron un pan. Dicen que la kabila a quien fue a castigar S. Mohan sacrificó una funa en señal de sumisión. En la razia de Amar-Buasa a Beni Said mató esta a un hermano de Amarusen. La cena: arroz con patatas. Nos meten cerca de las diez en el cuarto, y nos cierran.
Día 3.- Abren temprano. Ha llegado Berkan pero no nos hemos podido comunicar con él. Se dice que de hoy a mañana viene el convoy. Nos dan 13 panes para los 15 y dos galletas para cada uno, y tres botellas de vino para los 15. Para comer: judías con patatas. Hemos logrado comunicarnos con Berkan por medio de un soldado; dice trajo cartas que tiene S. Mehamed. Pasado mañana viene el convoy, y mañana tenemos que preparar las cartas como la otra vez. Se reparten latas de chorizo a una por persona. Hay algunos enfermos de paludismo. Ayer llegaron cuatro soldados de Ain Kamara. Dicen que al sargento Basallo le han quitado la administración y lo hacen ir con una cuba a buscar agua; que han puesto al sargento Navarro al frente, le dan una sopa por la mañana y un cuarto de torta. Cenamos arroz y patatas, nos meten en el cuarto oscurecido, y dan media vela.
Día 4.- Abren muy temprano y nos dan jabón para ir al río a lavarnos y lavar la ropa. Subimos a las siete y nos dan el café. Nos han dado una lata de ternera asada a cada uno, una botella de vino, un cepillo de ropa y un par de zapatos para cada dos, y alpargatas a algunos. La comida: judías con arroz, patatas y chorizo; dieron dos galletas a cada uno, y 11 panes para los 15. S. Mehamed no ha estado aquí hoy y hay mucha gente de fuera. Sigue llegando mucha gente de Guelaya, dicen que hoy o mañana habrá junta grande. Nos traen la cena: guisado con patatas. Hoy nos dieron 4 latas de melocotón y 1 de leche para tres enfermos. Se nota movimiento entre la gente y secreteos entre los guardias. Nos enteramos que han cogido a cuatro de los que han llegado presos y les han quitado 4 fusiles. No pudieron darse las cartas. Por la tarde habla el general con Abd-el-Krim hermano de Amegar, y le pide que el soldado Manso sea evacuado pues se ha quedado paralítico. Le contesta que lo dirá a Mehamed. Nos meten al oscurecer en el cuarto y nos dejan hasta las 11:00 la puerta abierta, y dan media vela. Han puesto la tienda en la playa para el convoy.
Día 5.- Abren temprano y no se ve apenas gente de la mucha que anoche llegó. Ayer la isla permaneció silenciosa, la explosión del día 3 fue en la isla y se cree fue un barreno. Abd-el-Krim el hermano de Amegar le dice al general que se puede marchar el soldado Manso, y hacen escribir una carta al general solicitando a cambio un Cherif de Benituzin que vivía en Azib Midar. Poco después aparece A-Zarkam (a) Pajarito, y le dice al general que esos cambios pueden hacerse en lo sucesivo incluso entre oficiales. El general lo hace constar así en la carta que devuelve Pajarito diciendo que suprima esta última. No da tiempo a llevársela porque marchó el convoy. Por la noche entrega al general una carta del coronel de la Policía diciendo que envía 3000 pesetas para oficiales.
Día 9.- Ha muerto de gripe el desertor portugués del Tercio, Jorge Bethancourt. Hay dieciséis soldados enfermos aquí, de ellos seis graves, así como el médico Sr. Serrano que está constipado. Hace pocos días fueron los dos desertores portugueses a Annual para reconocer el aeroplano, y dijeron que el motor está bien. Han traído un rebaño de cabras (146) que según dicen es de Bocoya, y supongo será procedente de alguna multa o razia en esta kabila o Gomara.
Día 10.- Se ha visto un barco grande haciendo fuego de artillería, cayendo proyectiles de grueso calibre muy cerca de nuestra casa.
Día 11.- Hemos visto entrar en la habitación contigua al tío, S. Abd-es-Selam sin encerrarnos, lo que me hace sospechar no tardarán mucho algunos de ellos en dar la cara. Nos dicen que al mayor le zumban la pandereta (lo dudo); el guardián Mehamed, sobrino de Abd-es-Selam, ha pegado a un soldado.
Día 12.- Liasit Ben-Al-lus dice que el que escribe una carta a la isla diciendo que S. Mohan (Abd-el-Krim) tiene guerra con dos, unos de los cuales está pagado por España, ha pedido refuerzos y dice que ahora es la ocasión para efectuar el desembarco o el avance de las tropas de la zona oriental. NO ENTIENDO (151)
Día 13.- El que escribe una carta a Mekansol diciéndole que la situación es grave deseando tener con él una entrevista, y que por lo pronto le aconseja sería conveniente el pedir por la isla un médico, sin esperar el convoy por la urgencia del caso, pero prometiéndole garantías de libertad para marcharse cuando quiera y que facilite dos habitaciones enfermerías, una para oficiales y otra para tropas. NO ENTIENDO
Día 14.- Anoche y al amanecer ha habido cañoneo por un barco pasando algunos proyectiles muy cerca, y cayendo un trozo en el patio donde están los otros oficiales. El general entrega la carta que escribió ayer a Fakir Hamed, el cual vuelve al poco rato y dice que S. Mehamed no está y que la ha leído S. Abd-es-Selam y que S. Hamed vendrá a hablar con él (es decir que no quieren dar la casa). Al poco rato viene S. Hammu con Amegar, y dicen que ha salido un correo para consultarlo con S. Mohan y regresará mañana, y que nombre un soldado para ser su ordenanza. Por la tarde se ha oído bombardeo hacia Levante y disparos de fusil como si fuera una señal y, según un guardián dijo, era una boda pero yo sospecho que sea un refuerzo que se lleva S. Mehamed.
Día 15.- Ha muerto el soldado del 59, José Cerentil, el médico continúa grave. Ben-Al-lús habla con el general para que este diga que saquen al médico de la habitación en que se encuentra. El general le contesta que lo diga él como guardián que es de aquella casa; a los oficiales de allí no los dejan hablar con nosotros. El general escribe una carta a S. Abd-es-Selam diciéndole la conveniencia de que saquen de la habitación en que se encuentran los demás al médico por la epidemia que padece (tifus). Al poco rato aparece Amegar y habla con el general diciéndole que no tienen habitación para alojar al médico, proponiendo como única solución el que algunos oficiales de los que están con el médico pasen a las otras dos habitaciones en que se encuentran el resto de los oficiales. El general insiste en la necesidad de que sea aislado, pero ante la negativa repetida por Amegar, lo acepta como única solución que han querido darle, quedando en la habitación del médico 11 más, y el resto repartido en las otras dos habitaciones.
Día 16.- Al general y al coronel los llevan a vivir a la casa donde están los aviadores. El teniente Troncoso propuso al general que por conducto de Ben-Al-lus escribiera una carta a la isla pidiendo inyecciones de Electrargol. Por la tarde he visto pasar a Berkan, el cual ha hablado con un soldado y le ha dicho que viene de Melilla y se marcha esta misma tarde no volviendo más, pues le han dado una paliza y quitado 600 pesetas que traía para el Sr. Coronel.
Día 17.- Troncoso dice que escribió y mandó a la isla la carta pidiendo las medicinas y diciendo que allí en la isla le abonen al portador 1000 pesetas, cantidad que había pedido por llevar la carta, preguntándonos si estábamos conformes con que nos sea descontada a todos la parte proporcional correspondiente a cada uno, estando todos conformes en ello pues se trata de salvar la vida al médico.
Día 18.- El teniente Sr. Troncoso vino y dijo al capitán Sr. Sainz que escribiera una carta para Sidi Abd-es-Selam de parte del general (que la firmaría este) diciéndole que el médico estaba en periodo agónico, y pidiéndole que si moría lo llevaran a la isla. Se envía esta carta y dicen que no está aquí, que se encuentra en Ain-Kamara. Al poco rato fallece el médico, y se entierra a las tres de la tarde. En este momento el guardián Mehamed, sobrino de Abd-es-Selam, dice que ha llegado este que le han entregado la carta y no ha dicho nada; me figuro que algo ha debido decir, pero no quieren que nosotros lo sepamos, y sospecho que no quieren llevar al cadáver.
Día 20.- Troncoso dice que por conducto de Ben-Al-lus ha recibido del comandante militar de la isla dos cartas; una con instrucciones referentes a la enfermedad, y la otra diciendo que a este individuo le dieron las 1000 pesetas.
Día 21.- El guardián Mehamed, sobrino de Abd-es-Selam, dijo anoche que “el Gobierno tiene la culpa de lo que nos pasa y no tiene vergüenza”.
Día 22.- Dicen que el convoy llegará el día 15, vendrá en él el general de la policía Sr. Lasquete; que el Maalem está autorizado (no dicen por quién) para hablar con él (no sabemos tampoco de qué tratarán); que este convoy será el último, y que S. Mohan llegará dentro de 8 días.
Día 23.- Se ha oído por [el] intérprete Rueda decir a algunos moros de por aquí que Beni Turin ha mandado a S. Mohan 3000 hombres para pelear contra los Guesnaia y los de la zona francesa.
Día 25.- Está el barco del convoy. Amegar recoge las cartas para llevarlas. Unos indígenas dicen que S. Mohan llegará mañana o pasado, y otros que tardará mucho en venir.
Día 27.- Del convoy solamente entregan un saco con bacalao, llevándoselo todo a Ain Kamara. Dicen que el convoy ha traído picos, palas, 16 cubas para agua, y que pronto nos marcharemos. S. Abd-es-Selam se marchó de aquí hace dos días y regresará hoy.
Día 28.- Ha llegado S. Abd-es-Selam, según dicen. Se nota algo de movimiento, dicen que hay mucho correo y que está para llegar S. Mohan, que han llegado las mujeres y se han marchado los de Gomara que había aquí y el que parece jefe de ellos se llama Muley Hamed.
Agosto de 1922
Día 1.- Nos llevan al río para lavarnos. Dicen que Abd-el-Malek está aquí preso por S. Mohan, y que éste, en unión de su tío Abd-es-Selam y su hermano Mehamed, está también aquí.
Un moro vestido con traje de argelino dice que “los comisionados vienen en nombre del pueblo y tratarán de asuntos de dinero”.
Día 2.- Nos hacen ir otra vez al río para lavarnos. Amegar dice que cuando regresemos nos pongamos la ropa mejor que tengamos, y si alguno no se la pone y la guardia “tener que comer paliza”. Al oír esto sufro una gran desilusión, pues me supongo que no serán personalidades y que no vienen para tratar oficial ni particularmente de nuestro rescate. Se le dice a Amegar que muchos no tenemos ropa, y facilite algunos uniformes de tropa que tienen guardados en la casa. Próximamente al mediodía nos llevan a la explanada comprendida entre las dos casas, reuniéndonos allí con los demás oficiales y con la tropa, por indicación de Abd-es-Selam que está presenciando el espectáculo desde el tejado de su casa. Amegar coloca la guardia por parejas, enseñándoles el saludo militar español para que lo hagan cuando lleguen los visitantes.
Pregunto a los oficiales de la otra casa si saben quiénes son los personajes que vienen a visitarnos. Nos dicen que son tres mineros que vienen a tratar de nuestro rescate. Con esto sufro una nueva desilusión, pues bien por la guardia o bien por los soldados son distintas las noticias que tenemos, pues nos han dicho que son “un general, un coronel y un médico”; “un coronel, un médico y un periodista”, “tres paisanos, dos militares y un moro”. Todos coinciden en que vienen para tratar sobre el rescate.
Por fin vemos aparecer tres paisanos acompañados de Pajarito, el Quijote y Amegar que había ido por ellos a la casa donde están el general, el coronel y los dos aviadores; pero alejados, pues la guardia no los deja acercarse. Al llegar a unos metros de la fila, el de mejor porte que venía delante -pues los otros dos se han quedado retrasados sacando fotografías- se quita el sombrero y oímos las siguientes palabras: “Salud, señores”. Ninguno contestamos, y acto seguido empieza a dar la mano por el quinto o sexto de la fila y dice: “He conseguido llegar tropezando con muchas dificultades, venciendo a Francia y a España, hace un mes que salimos de Madrid, fuimos a Orán, de allí a Uxda, en donde nos detuvieron, fuimos expulsados marchando a Melilla, en donde estuvimos sometidos a estrechísima vigilancia, conseguí venir en el convoy con el coronel Lasqueti, el cual no me dejaba hablar con los moros, pero conseguí que me dejara un momento y lo aproveché para largar los pasaportes que traía para Abd-el-Krim (supongo sería el farsante del Maalem que ahora corre con los convoyes), regresado otra vez a Melilla en el mismo convoy, salimos pocos días después en un barco, nos vio un guardacosta y nos hizo dos disparos de cañón, la marinería se asustó y nos regresamos a Melilla, hace dos días volvimos a salir, y a pesar de todo aquí me tienen Uds., llevamos gastadas dieciocho mil pesetas desde que empezamos esta empresa, estamos alojados en casa de Pajarito (golpecitos a este en la espalda) que nos trata a cuerpo de rey”. Un oficial le pregunta: “¿Quién es Ud.?” Contesta: Don Luis Oteyza, director de La Libertad. El fotógrafo Sr. Alfonso nos saluda, me dice su nombre, y es redactor de El Sol, La Voz y otro periódico. A su saludo le contesto diciéndole: “Estamos muy mal. Esto es una farsa, la ropa que llevamos puesta acaban de dárnosla”. Le pregunto si han visto nuestros alojamientos, y me dice que no. Llevan aquí ya tres días y están vigiladísimos. Le digo que no han visto los alojamientos para que no vean la forma en que estamos hacinados; [y que] la comida es pésima. Intento darle unas cartas pero no puedo porque no los pierden de vista un momento. Nos dice también que está deseando marcharse pues, estando acostados, su compañero, que entiende algo de árabe, oyó decir a alguno de la guardia que tienen desde que llegaron, que: “En vez de comida debían cortarles el cuello”. El otro personaje es el fotógrafo Sr. Díaz. Terminado el saludo a la tropa, vuelve el Sr. Oteyza para saludar a los oficiales que antes no lo había hecho; pregunta si hay un capitán que se llama Correa. El interesado contesta afirmativamente y le dice que es pariente suyo, extremo que ignoraba el capitán a quien se lo explica. Se alejan los dos hacia unas tiendas que hay colocadas detrás de nosotros, acompañados de Amegar y Quijote; les sacan una fotografía y aprovecha la ocasión para entregarle una carta de su padre y decirle que se ha entrevistado con S. Mohan. Mientras tanto conversamos con los fotógrafos y entre nosotros formando corrillos, sin que nadie haya ordenado nada. Comentamos la presencia del señor Oteyza, y se hacen suposiciones sobre el objeto de su viaje acompañado de dos fotógrafos. Se acerca a nosotros nuevamente y el señor Jiménez Pajarero le pregunta si sabe algo de su tío, que es general, y le dice secamente que ha muerto ya hace algún tiempo. Es de suponer la impresión que le causó, pues es agregar una desgracia más a lo que sufrimos aquí. Poco tiempo duró la entrevista, marchándose los tres y sus acompañantes, permaneciendo nosotros aún allí, y lo hicimos poco después.
Día 3.- S. Mohan continúa aquí y, como siempre, hay bastante gente. El guardián Amar Haddú (hermano del Mohan Haddú) nos dice que ya están en Melilla los excursionistas, pues se marcharon ayer con media hora de sol; cuando vinieron desembarcaron de la gasolinera en la playa frente al poblado de Zuani. Desde allí vinieron en mulos y la gasolinera la llevaron los moros por todo el frente de la playa al desembarcadero junto al Morro y frente a la isla; allí estuvo vigilada por ellos para que no fuera a este punto. Dentro de cuatro o cinco días ha dicho el Fakih (algunos llaman así a S. Mohan) vendrá un moravo español para tratar del asunto del rescate, y el Fakih cree que se entenderán, porque el Gobierno ha cambiado (no sé si esto del cambio se referirá a crisis o a cambio de parecer respecto del asunto). Hoy se ha visto al moro Berkan.
Día 7.- Sabemos que han llegado S. Abd-es-Selam, S. Mohan y S. Mehamed. Desde por la mañana hay barcos de guerra en la bahía, vemos entrar aceleradamente al Quijote y sospechamos habrá cañoneo; efectivamente, a los pocos momentos de haber salido empieza, nos encierran con candado y observamos que toda la guardia está con cara de pocos amigos.
Día 8.- Hay cañoneo lo mismo que ayer con los barcos, oyéndose también por Occidente. Según un soldado, se marcharon ayer los tres, ignorando dónde, sospecho que esta gente ha debido hacer alguna gatada o que el nuevo alto comisario les ha enviado alguna amenaza, deduciendo esto de la preocupación que tenía S. Mohan de forma que tuvo de recibir al capitán Sr. Ozaeta en la última entrevista.
Día 9.- Suponemos estaban aquí los tres. Hay bastante gente, y hemos visto al Mizian, al Fakih S. Ben Ali (de M. Arruit), al Chij a-Karkas y Hach Hadu Boaza, ambos de Tensamán, trayendo estos dos últimos cargas de frutas, que deben ser presentes para S. Mohan, pero ninguno ha hablado con nosotros. A poco de anochecer vemos hogueras en los montes de Tensamán, suponemos sea llamada para concentración o marcha de harka.
Día 10.- Se ven dos barcos de guerra, los cuales cañonean durante una media hora desde la bahía la parte de Tensamán, el punto argelino dice: “Es un mal negocio que los barcos de guerra hayan venido con bandera blanca (lo cual no creo) y es mala política el disparar sobre Tensamán desde catorce kilómetros”, y [dice también] que han salido dos columnas de aquí; supongo se referirá a la salida del contingente para la harka.
Día 12.- Desde hace unos días observo malas caras en todos los guardianes, lo que me hace sospechar que hay algo que no le agrada referente a nosotros pues han extremado las precauciones y nos tienen encerrados con candado casi todo el día a pesar del excesivo calor que hace. Anoche llegaron de Ait-Musa o Amar, en donde están trabajando, el capitán señor Aguirre y el intérprete; cuentan bastantes cosas, que allí han gozado de relativa libertad para hablar con los indígenas. Las más importantes son: [que] hace unos ocho días estuvo allí S. Mohan y les dijo que “dentro de unos días serían trasladados de allí para continuar la misma obra en otro sitio”, [que] la gente con quien hablaba por allí le decían que se han negado a dar el pan por turno a la tropa y dicho a S. Mohan que si quiere dar pan a los prisioneros, lo compre, que para eso recibe el dinero del Gobierno y no lo gasta, [que] la tropa ha estado dos o tres días sin comer pan pues únicamente lo da Tensamán, [que] hoy se está celebrando aquí una importante reunión que durará dos o tres días y se prolongará hasta cuatro si hace falta (mañana terminará la reunión) en la cual S. Mohan expondrá que es necesario venga aquí España o Francia, que elija, él no conoce a Francia y sí a España, y es necesario explotar las minas, que son la riqueza del país; [que] entre los indígenas de la clase baja con quienes han hablado el capitán y el intérprete corre la noticia, por habérselo hecho creer S. Mohan: que en España hay dos partidos, uno del Gobierno y otro la Compañía, la cual quiere rescatar a los prisioneros, y para explotar las minas es necesario que se marchen los prisioneros, y con el dinero del rescate podrá tener aeroplanos, cañones, etc, etc; según les han contado la guerra pequeña ha sido: porque S. Mohan exija a Amar Hamido le pidiera permiso para formar harka contra los franceses, a lo cual se oponía aquel, marchando S. Mohan con una harka para obligarle a que le prestase obediencia y castigarle, al pasar por Guesnaia esta kabila le rindió homenaje de adhesión y acatamiento de su autoridad, pero tan pronto como pasó con su gente le exigieron cierta cantidad de dinero para dejarle libre el paso a su regreso; enterado S. Mehamed, salió con refuerzo para ayudar a su hermano con política y cinco mil duros. Consiguió dividir dicha kabila en dos partidos, pudiendo ya entonces regresar su hermano con la gente que llevaba, pero sin haber conseguido el objetivo perseguido, y por consiguiente quedar rebajado su prestigio, pudiendo esto haber servido a España para que, gastándose algún dinero, conseguir el levantamiento a su favor de Guesnaia, Marnisa y quizás alguna otra kabila, mas con estos auxilios es terminar rápidamente la pacificación de la zona central, foco de la rebelión, trayendo esto consigo como es natural las ventajosísimas consecuencias inherentes a ello, además de no haber costado ninguna baja europea y realizarlo en un plazo máximo de un mes.
Continúa viéndose gente; siguen las formas bruscas, no dejando ir al oficial que hace de médico para ver a otro enfermo que está grave. Continuamos encerrados con candado, y hay síntomas de asfixia en algunos por el excesivo calor que hace.
Día 14.- Hemos conseguido que el oficial que desempeña las funciones de médico venga a ver al que está enfermo, y nos cuenta: El coronel Sr. López Gómez escribió ayer una carta al general exponiéndole lo peligroso de la situación. Para mandarlo se valió del guardián Ben-Al-lus, este le dijo tenía que verle S. Mohan antes de entregárselo al general. Contestó el coronel que no había inconveniente. Se llevó la carta y al poco rato fue llamado y conducido el coronel a presencia de S. Mohan a quien expuso la situación. Este le dijo varias cosas en tal forma y sin orden ninguno que el señor coronel, a pesar de tratar de aclararlo, salió sin comprenderlo y sin saber a ciencia cierta lo que le dijo. Su impresión es de que todo era mentira, pues le dijo: “El general Burguete ha arrojado por medio de los aeroplanos unas hojas impresas diciendo que el Gobierno da cincuenta mil pesetas al que mate al general. El Gobierno no quiere que vayan tres oficiales más que aquí”. Comprende que nosotros no tenemos culpa ninguna de lo que haga el Gobierno, toda es del Gobierno, así como también de lo que ha sucedido y puede ocurrir con los grandes combates que ha habido y habrá; el general Burguete se ha presentado de muy distinta forma de la que se esperaba “todo esto, como antes dijo, en tal forma expuesto que es un verdadero lío, y el mismo señor coronel se atreve a asegurar la veracidad”. A consecuencia de esta entrevista en cuanto llegó el señor coronel a la otra casa sacaron a todos los oficiales al patio. También nos dice que, por los soldados, saben que las cincuenta mil pesetas son para el que liberte al general y otras cantidades más pequeñas por cada jefe u oficial y tropa, algunos 77 soldados les han hecho proposiciones de fuga y lo han consultado a los oficiales de la otra casa, él se lo ha dicho al general y este dice que no es malo que empiece, a consecuencia de esto se han ido dos soldados con supuesta enfermedad contagiosa, diagnosticada por el teniente Troncoso, a una casa próxima, a [una de] estas en donde había algunos enfermos atacados de tifus; ayer estuvo en la otra casa el Maalem para entregar al Sr. capitán Correa un libro y otras cosas que le habían traído los periodistas y lo habían dejado en su casa, [y] dijo: “el Gobierno no sabe lo que hace, pues es una barbaridad ofrecer dinero por el general”. El capitán Sr. Aguirre e intérprete cuentan que en Ait-Musa o Amar había gente refugiada de la zona ocupada proponían a los soldados llevárselos y hace poco tiempo se escaparon cuatro; a consecuencia de ello, los guardianes Selam Haddu de Tigart y Hamed Amegar de Ait Musa o Amar mataron en represalia a dos soldados alegando que querían escaparse, pero no era cierto pues los asesinaron en ropas menores y cuando estaban haciendo sus necesidades. Todo esto nos explica claramente el traslado de la tropa desde Ait Musa o Amar, en donde estaban trabajando, a Ain-Kamara en donde estaba el resto de la tropa, teniendo que abandonar la obra en la que tenía mucho interés Mehamed, la venida del capitán señor Aguirre e intérprete Sr. Rueda y el encierro de estos días. El procedimiento empleado por el Sr. Burguete me parece excelente, pero a ello es necesario una acción política rápida e intensa, para que las kabilas de Beni Ulixek, Tensamán y Beni Tuzin abandonen a S. Mohan, al mismo tiempo que se reproduzcan la guerra entre este y las kabilas de Guesnaia y Marnisa y alguna más, apoyadas por España, y además de todo esto el avance de nuestras tropas de la zona oriental, procedida de un amago por la zona occidental; el avance se efectuaría con muy poca resistencia los primeros días, y muy probablemente ninguna especialmente en Tensamán cuyos indígenas conozco, y sucedería lo de siempre, y ahora con más razón pues estarán cansados de guerra y de sostener la harka de B. Urriaguel, además de las multas e impuestos que les hayan exigido “que quieren mejor a España que la jefatura de los mismos indígenas”. Prueba de ello fue la ocupación pacífica de esta kabila por nuestras tropas, en la cual no se registró ni una agresión hasta que hubo harka en Yub-el-Kama. Al principio tendrá que oponerse a la harka de B. Urriaguel, que será muy poca, y es necesario que nuestras tropas acudan inmediatamente en su auxilio y se proteja a los poblados antes de que acudan refuerzos, y los suficientes para evitar incursiones de los rebeldes; de esta forma en muy poco tiempo quedaría la kabila de B. Urriaguel aislada por Oriente y Mediodía, la línea avanzada de nuestras tropas en los montes de Trugut, próximo al río Nekor, constituyendo una seria amenaza para Beni Urriaguel que traería consigo la sumisión inmediata siendo los prisioneros el presente que ofrecerían, sin temor de que se deshiciesen de ellos, pues siendo una mercancía en que cada objeto tiene su precio, y conociendo al moro este no se deshace de ellos si, como en este caso, puede serle útil librándole de los horrores de la guerra, y además obtener dinero, y estas dos cosas no lo conseguirían si desaparece la mercancía.
El Maalem se presenta preguntando por un oficial de los desaparecidos durante los sucesos de julio, cuyo nombre trae anotado en español en un papel. Por la conversación que sostiene con la guardia y oído por el intérprete nos enteramos que “se lo ha dado la gente que ha venido en una gasolinera”; dice que mañana vendrá el convoy, y escribamos; se le contesta que no hay papel y lo haremos en los trozos de los sobres o cualquier otro [que] encontremos. Dice que dará papel bueno pero ahora no puede porque está en la casa y no hay nadie aquí.
Se ha visto una gasolinera con vela o bandera blanca que marchaba hacia Melilla; supongo será de la que hemos oído hablar al Maalem ¿para qué ha venido? Los tripulantes vienen oficialmente ¿o sin conocimiento de las autoridades? Quizás hayan venido para entregar algún pliego político reservado y personal para S. Mohan, o para enterarse si puede venir el convoy.
Día 16.- Nos hemos enterado que Amar Hamido ha ido a la harka ayudando a S. Mohan. Me parece una noticia exagerada, ya veremos si podemos saber algo más.
Según cuenta el capitán Sr. Aguirre, le han dicho los sargentos que estaban trabajando en Ait-Musa o Amar [que] “una de las veces que fue el convoy a Sidi Dris, cuando estaba la tropa en Annual, desembarcó un momento un caballero algo anciano de la Compañía de Mar con el que hablaron, llamándole la atención sobre cuatro piezas de artillería que allí cerca estaban embarcando los indígena; contestó: ya lo sabemos, pero estáis vosotros aquí. En otra ocasión desembarcó un tal Got, funcionario de la Alta Comisaría y corresponsal o redactor de El Sol, el cual estuvo hablando a solas con el sargento Basallo; este sargento sostenía correspondencia con la Comandancia General de Melilla y ha dado informes o datos de algunos oficiales que se los pidieron para la información abierta por el Ecxmo. General Picasso”. Estos datos [que] dicen esos sargentos que su compañero Basallo ha mandado, supongo es un error de ellos.
Día 17.- Se ha visto a Kaddur Namar de Beni Said.
Día 18.- Por el intérprete señor Rueda nos enteramos un poco de conversación oída a uno de los indígenas. Comentaba que durante el sitio de M. Arruit, S. Mohan escribió varias cartas para que salvaran a todo trance al general [y] a los oficiales que pudieran, y mataran a la tropa. Ignoramos a quiénes escribió y la veracidad de ello.
Aparece el Maalem, con aire de protección, interesándose por el trato de que somos objeto, pero todo es una farsa porque no solamente no hace nada, sino que tampoco lo conseguiría a favor nuestro; a preguntas nuestras [de] si vendrá el convoy y si hay negociaciones para el rescate, se limitó a contestar: “Yo pensar tener que mandar recado”. Continuamos viendo gente de la montaña.
Día 19.- Desde hace unos días hay rumores de que se prepara una gran batalla, marchándose a la harka todos los indígenas aptos, quedando aquí solamente las mujeres y los prisioneros.
Día 20.- Se ha visto ir y venir a la isla un bote con bandera blanca. El moro que parece argelino ha escrito tres cartas en francés, las cuales han sido revisadas en la casa; solamente hemos podido ver la dirección: París; pero no el nombre ni las señas. Tampoco hemos podido averiguar, por encerrarse en absoluto silencio, su nombre, procedencia ni misión que le ha traído aquí. Sospecho sea un confidente francés. Nos dice que hace 5 o 6 días Bu-Rahail con su gente, en una agresión por Dar Drius, mató al coronel Lasquety de la Policía y a un capitán; en una reunión que hubo aquí hace pocos días de varios jefes trataron de nuestro asunto (prisioneros) y han pedido casi el doble que antes; las proclamas del general Burguete han molestado mucho a los indígenas, habiendo servido solo para aumentar la vigilancia. Hemos podido hacernos con un ejemplar de las proclamas y, traducido por el intérprete, dice así: “Bando. Hacemos llegar a manos de los kabileños por mediación de los aeroplanos el presente bando en el que hago saber que todo el que consiga la libertad de algún prisionero de los que están en manos del enemigo será gratificado en las cantidades siguientes: general 50 000 pesetas, jefe u oficial 20 000 y soldado o civil 5 000.”
Día 21.- Por la mañana se ha visto ir hacia la isla un bote. El argelino, a quien le preguntamos, nos dice que es para cuestión de víveres. Sospecho será para asuntos del rescate, deduciéndolo por las reuniones que hubo hace pocos días. A mediodía llega un moro llamado S. Mohamed Ben S. Bui de Kerker, y presidente en Arruit, con su cuñado S. el Hach Larbi; traía varios ejemplares de El Telegrama del Rif, y cartas que inmediatamente entregó al argelino, este a Abd-el-Krim (hermano de Amegar), el cual lo pasó todo a la casa enseguida, tras una breve conversación con ambos. Por la tarde aparece el Maalem, el cual nos entrega un pliego y un sobre a cada uno para que escribamos a nuestras familias, poco y con letra grande y clara para poder ser censuradas por ellos, y digamos que el encierro de estos días es por los papeles. Ya se lo ha dicho al general para que nos lo dijera a todos (no sé cómo nos lo va a decir el general, dada la incomunicación en que nos tienen). Se le dice que ignoramos el motivo del encierro, y el capitán Sr. Sainz le dice que “solo sabemos que los papeles decían que tenían que matar los moros a cuatro oficiales”. En cuanto oyó esto se puso muy enfadado y preguntó qué moro lo había dicho, para castigarlo. Le dijo que S. Mohan; al oír este nombre disminuye su indignación; con tono falso y amable, como siempre que se presenta, dice: “Nosotros no poder hacer eso pues entonces estar unos…. Cuando alguno de los prisioneros está enfermo lo sentimos todos mucho”. Anochecido recogen las cartas que hemos escrito y, como es natural, nada se dice del encierro ni de los aeroplanos.
Día 22.- Está aquí S. Mohan, a quien el general ha escrito una carta dándole cuenta de la gravedad del teniente Sr. Arjona, y pidiéndole sea llevado en el barco que ha llegado hoy con el convoy, no recibiendo contestación alguna, ni llevándose al oficial. Dicen que Mehamed está en Yebala.
Día 23.- Por un soldado nos enteramos que han quemado cartas. Suponemos serán las que han llegado en estos últimos convoyes, y no querrán entregárnoslas. El cantinero Molina cuenta que Amegar esta mañana al darle harina le ha dicho: “Hacer pan más pequeño a esos tíos” refiriéndose a los oficiales. Se ha visto hoy a Amar Boaza de B. Said. Del convoy solo entregan algunos encargos particulares a los oficiales, guardando los demás en la casa.
Día 24.- El teniente coronel Sr. Pérez Ortiz escribe una carta a S. Mohan, dada la gravedad del teniente Arjona, el cual creemos que no sale de esta noche. En la carta solicita “dejen la puerta abierta esta noche por la gravedad del citado oficial, y en nombre de todos los oficiales que estamos en la misma habitación garantiza no escaparse ninguno durante esta noche, aunque quiten la guardia. No contestan ni hacen caso, teniendo la puerta cerrada como los demás días.
Día 25.- Hay bombardeo de aeroplanos y cañoneo de barcos y de la isla, siendo el fuego de lo más intenso desde que estamos aquí, cayendo proyectiles muy cerca de la casa; uno de ellos, sin explosionar, a cincuenta metros de nosotros cuando salimos al barranco por la tarde. Según cuenta un soldado, un aeroplano ha arrojado papeles, y el correo de este convoy lo han quemado porque no ha traído madera ni cemento que había pedido esta gente para las obras que están haciendo.
Día 26.- También hay fuego de aeroplanos, barcos y de la isla, cayendo algunos proyectiles muy cerca de la casa, sobre todo los que disparan los barcos. Los aeroplanos arrojan papeles. Han venido treinta soldados de Ain-Kamara; dicen están haciendo una pista desde la playa. Un soldado de los que están aquí cuenta que el fuego de ayer causó tres muertos y un herido indígenas.
Día 27.- S. Mohan tiene pregonado que no se dispare contra los aeroplanos hasta que él lo ordene; para hacer salvas en los festejos de las bodas es necesaria una autorización suya en la que hace constar el número de disparos que pueden efectuarse, castigando severamente al que no lo cumpla. Los cartuchos de fusil Mauser están a quince pesetas el ciento.
Día 28.- Salimos temprano y en unión de los que están en la otra casa nos llevan hacia la playa a la vista de la isla. Nos hacen trabajar para hacer una pista. Amegar, que sabe hablar español, dice en árabe al intérprete que nos diga: “Al que no trabaje se le dará una paliza”. El intérprete le contesta que eso no puede decírnoslo, [que] lo diga él si quiere. Amegar no contesta, y nada nos dice. Amegar habla a solas con el capitán Sr. Aguirre, a quien encarga la dirección de los trabajos, y le dice que “Abd-es-Selam, S. Mohan y S. Mehamed están muy contentos con él porque en el tiempo que lleva de cautiverio no han recibido ninguna queja de él, y [que] diga si necesita algo para estas obras, y si quiere diga lo que hay que hacer para que los demás lo hagan”. Un soldado nos dice que esta pista será para un coche que va a traer S. Mohan. Por la tarde nos trabajamos.
Día 29.- Vamos al trabajo muy temprano y regresamos a mediodía. Un guardián dice al intérprete que “el día 27 por la noche los moros han cogido dos posiciones de las recién ocupadas por los españoles en Azib-Midar y mañana traerán a los prisioneros” (no lo creo). También dicen que S. Mohan ha escrito una carta al Gobierno diciéndole que “no intente reanudar las negociaciones para el rescate, ni en paz ni en guerra, pues nos quedamos aquí para siempre y para hacer carreteras, y haremos una desde aquí hasta Fez”. Esto me parece lo dice a la gente de abajo ¿Con qué fin? Quizás para contener así la ambición de ella al dinero del rescate y contrarrestar el efecto de las hojas arrojadas por los aeroplanos ¿Qué persigue haciéndonos trabajar? Puede ser que cuando pase algún tiempo nos pida cartas para las familias, y en ellas nos quejemos de la situación. Si esto no le da el resultado apetecido, lo creo capaz de fusilar a alguno para ver si con este procedimiento lo consigue; también pudiera ser como represalia por los avances de nuestras tropas bien por su iniciativa o por imposición de la cabila, pues se dice que nuestras tropas han ocupado Tafersit. No trabajan los Sres. coroneles Araujo y López Gómez porque Amegar les ha dicho que tienen orden de S. Mohan para que no trabajen.
Día 30.- El trabajo de hoy consiste en llevar piedras detrás de la casa porque no les ha gustado nuestro trabajo en la pista, adonde llevan a la tropa dirigida por el capitán Sr. Aguirre y el intérprete. Estando en el trabajo vemos dos jinetes que se acercan a nosotros por el camino de Ain-Kamara. Al llegar cerca uno de ellos se desvía del camino alejándose al galope; es Mehamed que al darse cuenta que somos oficiales suponemos no quiere le veamos o no quiere vernos pues tendría que hablarnos y seguramente no se atreve. Por la tarde salimos otra vez al trabajo; al poco rato cesa este y un guardián dice es debido a la intervención de Mehamed.
Ayer y hoy he visto desde lejos a Hach Amar Buzian de Amesauro (Tensamán).
Día 31.- Salimos al trabajo por la mañana regresando enseguida y por un guardián nos enteramos es porque S. Mehamed no quiere que trabajemos. El capitán Sr. Aguirre estando con la tropa en la pista habló con Pajarito, el cual aseguró que vendría la madera y el cemento para la obra de Ait-Musa o Amar que se suspendió. A los soldados que trabajan en la pista les dieron ayer una botella de vino para cada tres y una cajetilla de tabaco para cada uno, todo ello procedente de los convoyes y que tienen guardado en la casa. A nosotros, para mortificarnos, no nos dan nada; al capitán Sr. Aguirre y al intérprete les dan tres huevos a cada uno.
Septiembre de 1922
Día 1.- La tropa ha visto ir un bote a la isla, dicen que S. Mohan se ha marchado por la mañana al frente oriental y, según cuentan los guardianes, ha habido una fuerte discusión entre Abd-es-Selam, S. Mohan y S. Mehamed porque los dos primeros son partidarios de que trabajen los oficiales y el último no; uno de los guardianes dice: “S. Mohan tener mucha rabia por cabeza y decir: Oficiales trabajar- S. Mehamed decir: Oficiales no trabajar- Mejor, que estando presentes algunos jefes los sometieron a votación y triunfó el parecer de Mehamed. Si así es, me explico el que S. Mohan tenga rabia por cabeza pues ha sido un triunfo de su hermano que puede perjudicarle mucho. Según cuentan los soldados, en Annual hay un moro de la zona francesa esperando a S. Mohan; por las explicaciones que dan parece que es Abd-el-Malek. No creo la noticia. Si fuese cierta, ¿en qué forma espera a Abd-el-Krim? ¿en son de amistad o de guerra? Sería para unirse a él amistosamente, pues si fuera para hacerle la guerra se hubiera notado aquí algo, pero no lo creo. Hoy no hemos ido al trabajo, solamente el capitán Aguirre y el intérprete con los soldados a la pista.
Día 2.- Se sabe que el bote de ayer hizo cinco viajes a la isla, y dicen que vinieron un oficial y tres moros para hablar con el Maalem del convoy. Hoy se ha visto ir otra vez.
Día 3.- El intérprete cuenta que esta mañana, estando en la pista, el guardián Hossain le ha dicho: “Esto no está bien, ni guerra ni paz, tanto los prisioneros como los moros somos los paganos, pues ambos gobiernos se entienden. Al poco tiempo de romperse las hostilidades con la isla, en una reunión que hubo propusieron a S. Mohan colocar un cañón en un islote, a cubierto de los fuegos de la isla y de los barcos, desde el cual podían batir la parte de esta adonde se había trasladado a vivir la gente, y S. Mohan no quiso. El último día que ha habido fuego con la isla, esta antes de empezar el de cañón hizo disparos de fusil avisando así a la gente que había en la playa, y cuando desaparecieron empezó el cañoneo. Hay algunas personas a quienes les conviene este acuerdo, y eso no está bien”. Hoy también se ha visto un bote tripulado por marineros españoles venir hacia la playa.
Día 4.- El capitán Sr. Aguirre cuenta que Amegar en el trabajo, confidencialmente, le ha dicho: “El convoy viene el día 12. Las negociaciones para el rescate se llevan con el marqués de Cabra por la isla”, y le da a entender que se suspenderán las operaciones militares durante el rescate y quizás también después. Si así es, no me gusta el procedimiento pues no olvido que S. Abd-es-Selam dijo en cierta ocasión “Con esta gente (por los moros) no hay más política que el gatillo”. No se les debe dar un céntimo más que en el caso de someterse, y todavía no ha llegado el momento de efectuarlo por estar nuestras tropas muy distantes y sin aislar B. Urriaguel pues tienen franco el paso hacia la zona francesa.
Día 5.- El capitán Sr. Aguirre y el intérprete dicen que han visto ir y venir un bote a la isla tripulado por marineros españoles, y el corneta de Ceriñola, Pedro, cuenta que el general le ha dicho para que diga a los moros con quienes hable: “S. Mohan ha escrito al Alto Comisario reanudando las relaciones y se va a la harka para romperlas desde allí y decirles que ha sido el Gobierno”. Ignoramos las verdaderas relaciones que existen entre el Gobierno y S. Mohan, así como también la política que el Gobierno considere más conveniente a seguir.
Los soldados que van por agua diariamente han traído un canasto de higos para el general y oficiales de parte de un moro muy amigo de España, pero no se sabe el nombre.
Día 6.- El bote ha venido a la playa, y dicen que el marqués de Cabra está en la isla, que nuestras tropas han ocupado Nador de B. Ulixek habiendo muchas bajas por ambas partes. El teniente Troncoso cuenta, según un guardián le ha dicho: “Manolo, el intérprete de la isla, ha dicho que ya no tirará más la isla y volverá a abrirse para el comercio”. Esto me indica que el intérprete haya venido en los botes que se han visto.
Ayer llegó un moro que se llama Hach Larbi, sobrino de un tal Hamido de B. Ytef, el cual estuvo aquí ya en otra ocasión, y ahora parece que viene mejor trajeado, dándose importancia de jefe.
Día 7.- Por la mañana ha venido un bote de la isla, y al poco rato regresó llevando una carta que hemos visto salir de la casa. El Hach Larbi ha dicho en la isla ha estado el marqués de Cabra dos días, llevándose cartas; nuestro asunto del rescate va bien, y el motivo de los viajes del bote es porque la isla no tiene agua y viene a pedir que dejen venir el barco de Melilla o llevarla de aquí al campo. Me hace sospechar esto debe haber relaciones y S. Mohan ha cedido en no hostilizar a los barcos que hacen el convoy haciendo creer a los suyos lo que nos dice el Hach Larbi. Se dice que los guardianes no cobran, y los entretienen con la pronta marcha de los prisioneros.
Día 8.- Un soldado dice que ayer un moro que venía de la harka le dijo que las tropas están muy cerca de Tafersit y Ben Tieb y el pensar que S. Mohan le van a dar una paliza grande nuestras tropas, y que S. Mohan está en Annual. Los soldados que están trabajando hacia el río Guis cuentan que hay moros que dicen que están cansados de la guerra, otros que van a tomar Drius y coger los mosquetones nuevos, y otros creen que nuestras tropas llegarán aquí pues el Alto Comisario está muy farruco. Yo les he dicho que cuando hablen con los moros les digan que el Alto Comisario está muy farruco porque considero que aun ignorando como ignoramos las relaciones que existen, no puede ser perjudicial esto a la marcha de la política.
Día 9.- Un moro que ha sido guardián nuestro durante bastante tiempo, pariente muy cercano de S. Abd-es-Selam llamado Mohan Haddú, de la fracción de Marabten, se había comprometido a llevarnos la noche del día 1 del actual a cinco oficiales a Drius. No lo realizó, y hoy se presenta, dada su confianza con la casa puede hablar con el intérprete a solas, al que le dice que los cinco oficiales escribamos una carta hoy mismo al capitán de la policía Sr. Alonso, que está en Drius, diciéndole que el portador de ella solo quiere por nosotros el dinero ofrecido en las proclamas, pero que necesita adelantado la mitad o tres cuartas partes del total. Como tenemos la seguridad que es una combinación suya y no le han de anticipar cantidad alguna, con objeto de que por lo menos continúen las relaciones, escribimos y firmamos los cinco una carta, limitándonos a exponer los deseos del indígena, dejando así al capitán Sr. Alonso en libertad de hacer lo que considere más oportuno. Se le entrega y se marcha hoy mismo.
Hemos visto al moro que trajo hace tiempo una carta del Excmo. Sr. Marqués de Cabra. Según dicen, este individuo ha estado hablando con el Excmo. Sr. General Navarro y le ha pedido una carta para acreditar su paso por aquí ante el representante español en Tánger, que es quien lleva las negociaciones, pues el marqués de Cabra no interviene en ello. También dicen que este moro ha estado en Annual, en donde ha visto a S. Mohan quien le ha dicho que las condiciones para el rescate son cuatro millones y los prisioneros de guerra.
Día 10.- Próximamente a las diez disparan desde el Guis un cañonazo a un barco de guerra el cual contesta con una docena de disparos y se marcha enseguida. No interviene la isla. Por la tarde viene un bote de la misma. Anoche se fugaron de la casa en donde estaban los infecciosos seis soldados. Me figuro haya intervenido Mohan Haddú, el cual haya optado por llevarse a estos en vez de los cinco oficiales que era empresa más difícil, y sospecho sea una combinación de la casa para obtener dinero.
Día 11.- En el corral de esta casa han colocado una tienda cónica donde pernoctan unos veinte soldados que durante el día trabajan por grupos en varias casas próximas, pernoctando antes en ellas. Esta medida será por temor a que se fuguen.
Día 12.- El convoy que esperaban hoy no ha llegado, y por la tarde los guardianes nos dicen que no cometamos ninguna imprudencia pues dentro de pocos días nos vamos.
Día 13.- El guardián Ben Al-lus cuenta que la gente le va a decir a S. Mohan en la primera reunión que tengan que no vuelva a hablarles más de la Compañía pues pueden vivir sin ella lo mismo que hasta ahora, y por qué no se marchan los prisioneros; el Gobierno ha querido sacarnos y gracias a algunos amigos que aún tiene aquí le convencieron que si daba los cuatro millones servirían para que S. Mohan contrarrestara su política; ha habido ocasiones que en el frente solamente había gente joven y con mal armamento, esas ocasiones no las aprovechó el Gobierno, por los prisioneros; el Gobierno esperaba que los prisioneros enviaran una carta firmada por todos los oficiales diciendo prescindieran de ellos; los amigos de España no se atreven a declararse a favor del Gobierno por la debilidad de este, los contrarios les dicen: “Mirad cómo el Gobierno no es fuerte” (por considerar ineficaz los bombardeos y cañoneos de estos días de la isla, barcos y aeroplanos); que él (Ben-Al-lus) considera que si hoy día el Gobierno no avanza es porque no quiere, pues la gente de la harka puede resistir uno o dos achuchones seguidos, pero al tercero se marcha pues ya está cansada y ahora lo que desea es el dinero del rescate; el Raisuni se ha sometido al Gobierno y en unión de Abd-el-Malek está trabajando para la insurrección de las kabilas fronterizas a esta y en contra de S. Mohan.
A consecuencia de haberse terminado los víveres en Ain-Kamara, ha venido Hammú (el administrador de la tropa) para llevarlos de aquí y Amegar le ha dicho que “coman veneno”.
Día 14.- Hace dos días salieron de aquí seis mulos con galletas de Intendencia y otras más finas, mantas y latas para Annual, todo ello de los convoyes, y supongo serán para la harka, pues allí hace ya tiempo que no hay soldados. Dicen los guardianes que pronto nos vamos. Con un soldado sabemos que [en] la carta del Gobierno que trajo un moro de Tánger se le dice a S. Mohan que se le da cinco millones y un plazo de un mes para resolver el rescate, suspendiendo las operaciones durante el mismo pero después continuar cualquiera que sea el resultado de las negociaciones. Continúo con la opinión de que no se debe dar un céntimo por nosotros a menos que se efectúe la sumisión y en este caso sea el Gobierno quien haga la distribución de las pesetas, España debe imponer condiciones cada vez más duras pero sin llegar a romper, teniendo en cuenta que el prestigio de S. Mohan va disminuyendo por la escasez de dinero y según dicen algunos el convoy de los seis mulos hace dos días para Annual, se llevó todo el dinero que había en la casa y también se rumorea pero sin haberlo podido averiguar con certeza.
A mediodía han venido el general y el coronel para quedarse aquí. A los dos oficiales aviadores los han llevado a la otra casa, según dicen los guardianes esto es porque se casa Amegar de quien es la casa en donde estaban. Pudiera ser por esto, pero me parece que algo más habrá.
Día 16.- Se ve el barco del convoy. Hace varios días dijeron al general que se había acordado en junta darnos correo, pero no nos lo han pedido para este convoy, por lo tanto puede ser que lo hayan hablado pero estoy convencido de que no lo entregan. Un guardián dice que cuando vuelva el moro de Tánger con la contestación -que será afirmativa pues creen que el Gobierno accederá a lo que piden ahora- vendrá un barco de guerra en donde embarcará una comisión presidida por Pajarito; dicha comisión será la encargada de ultimar el rescate.
Día 17.- Nos enteramos que el que interviene en los asuntos del convoy (suponemos que para pedirlo) es el sargento Basallo o el sargento Navarro, y me figuro será porque no han conseguido que el general lo pida. A la guardia le dan pan hecho con harina del convoy, pero mayor tamaño que a los oficiales, así como también a la casa y a los presos moros que tienen en la playa.
Día 18.- Entregan algunos encargos particulares del convoy pero habiendo quitado antes bastantes cosas de ellos. Por carta del teniente de la policía Sr. Solanes dirigida a los de la otra casa, sabemos que el Maalem se ha disculpado de no llevar correo diciendo: los oficiales están aburridos y no quieren escribir. Esto es porque decían que nos iban a entregar el correo y además se llevaron cartas nuestras; siempre el Maalem tiene que ser hipócrita.
Han traído maniatado a un soldado de la brigada disciplinaria que fue uno de los seis que se escaparon hace pocos días. A poco de interrogarlo S. Abd-es-Selam, le han dado para comer pan y uvas, lo que me hace sospechar haya declarado todo y se descubra el complot. Se lo han llevado montado en un mulo con una chilaba puesta para poder coger a algunos de los encubridores en la casa en donde ha estado escondido este soldado. Poco antes de llegar hemos visto al antiguo guardián Mohan Haddú, y supongo que su presencia estará relacionada con la del soldado pues no lo considero ajeno a la fuga.
Día 19.- Se han visto bastantes indígenas los cuales, según dicen, van a la harka. S. Mohan está en Annual. Ha regresado el soldado que se marchó ayer con la guardia, y encontraron deshabitada la casa en donde estuvo escondido.
Día 20.- En uno de los encargos particulares de este último convoy venía un ejemplar del manifiesto del doctor Cerezo al pueblo de Melilla y familias de prisioneros, que lo han podido coger sin que lo vea la guardia. Me parece algo irónico aun cuando no estamos enterados de lo sucedido. Las negociaciones debe llevarlas directamente el Alto Comisario sin intervención de ninguna comisión pro-prisioneros, individuos aislados o familiares que han perjudicado mucho a la política del alto mando, que es la única que debe haber para cumplir debidamente España su misión en Marruecos, y por lo tanto no me extraña que hayan excluido violentamente a todos cuantos han intervenido o han querido intervenir, y considero que nosotros, por el mero hecho de estar prisioneros, podemos ser útiles a la acción de España y por consiguiente a las autoridades corresponde aprovecharnos o destruirnos, según convenga, pues deben tener los elementos de juicio necesarios para ello.
Dicen que la harka tiene sitiada una posición, la cual lleva cuatro o cinco días sin convoy. Amegar ha dicho al pedirle una manta que en este convoy no han venido mantas, alpargatas ni ropas; lo que hace sospechar que han venido en los anteriores.
Día 21.- Estando en la pista el capitán Aguirre y el intérprete con los soldados que trabajan, pasa un grupo de unos cuarenta jovenzuelos de quince años la mayoría; el guardián Hossain dice al intérprete: “Van a la harka habiéndoles pagado en la casa (no dice la cantidad); en todo esto hay gato encerrado y el final será que España venga aquí”. Nos hemos enterado que en el Zoko del Jemis de hoy han pregonado se envíe gente a Anselaf (Beni Tuzin).
Ha llegado a nuestras manos un trozo de periódico con unas declaraciones del Excmo. Sr. General Sr. Burguete, con este motivo, y siendo nosotros parte interesada, hay opiniones si debe o no debe darse dinero por nuestro rescate. La mía es: el rescate está íntimamente relacionado con la sumisión de esta kabila, y no puede ni debe separarse; de hacerlo separadamente sería prolongar mucho tiempo la rebeldía de esta gente.
Día 22.- Estando en la pista con la tropa el capitán Sr. Aguirre y el intérprete, pasa Mohan Haddú y les dice: “En la isla no tienen agua ni alimentos, nosotros, dando prueba de tener buen corazón, va a decir a la isla S. Abd-es-Selam que por una sola vez dejará venir el convoy de Melilla”; por lo tanto hacen creer a los indígenas que tienen poder para impedir el aprovisionamiento de la isla, engañándoles con los buenos sentimientos cuando debe ser otra la causa y sospecho que tengan necesidad de que venga el convoy sin hostilizarlo para conseguir se reanude nuevamente el comercio con la isla porque quizás se haya suspendido o creado dificultades para el comercio por la zona francesa. Se ha visto venir un bote de la isla y hacer dos viajes habiendo sido llamado por el campo. Entre la tropa corre la noticia desde hace unos ocho días que S. Mohan va a entregar los soldados y quedarse con los oficiales; se lo ha dicho a algunos moros. Hemos visto otro grupo de unos cincuenta rifeños jóvenes que según dice la guardia van a la harka a sueldo, pues ya no quiere ir nadie voluntario; estando aquí estos indígenas vuela cerca un dirigible y unos aeroplanos, piden autorización a S. Abd-es-Selam para tirarles con fusil; este les contesta que S. Mohan ha escrito diciendo no se dispare contra los aeroplanos hasta que arrojen bombas; como no bombardean no las tiran. Esto me afirma más en mi idea de que al Triunvirato le conviene no hostilizar, ignoro el fin perseguido, quizás sea porque les hayan amenazado con suprimir el convoy si hostilizan. Por un soldado que está trabajando en casa de Pajarito nos enteramos que los botes que estaban en la playa frente al poblado de Zuani han sido trasladados frente a la isla para desembarcar aquí el próximo convoy porque allí es muy lejos, y así pueden evitar que los moros cojan algunas cajas por el camino.
Día 23.- Por la mañana aparece el Maalem que entrega una carta al general del comandante de artillería de guarnición en la isla, Sr. Martínez Vivas, diciendo que escribe en la playa le ha pedido al Maalem para subir a abrazarnos el próximo convoy. Termina enviando saludos para S. Mohan y familia. Esto confirma mi hipótesis de que se persigue algún fin y han permitido desembarcar algunos oficiales en la playa para demostrar así que son amigos nuestros, y el Maalem con su falsedad les haya hecho creer que estamos muy bien los prisioneros y hasta que vivimos con S. Mohan.
El Maalem dice al general que el asunto de Tánger va bien, y este le contesta: “Aunque nada sé, pensar que ya no hay nada y no venir el moro de Tánger”. Esto le sienta al Maalem muy mal y se marcha diciendo que va bien el asunto. El general dice al teniente Troncoso para que lo diga cuando pueda a los moros si es llamado para asistir a alguno como médico, que el correo no nos lo dan, no porque nos enteremos de lo que hay pues nada podemos hacer porque estamos presos, sino porque S. Mohan no quiere que ellos que están libres sepan que los engañan.
Dicen que los grupos que se vieron de moros hace dos días, ayer y hoy vienen a alistarse para la Mehalla que está organizando S. Mohan, los cuales acudirán cuando los necesite y sean llamados, yéndose ahora a sus casas y pagándoles en el acto del alistamiento una prima a cada uno, cuya cuantía no hemos podido averiguar ¿ese dinero de dónde proviene? Como hace pocos días nos enteramos que todo el dinero que había en la casa lo habían llevado a Annual para la harka, y como sospechamos que ha intervenido la casa en la fuga de los seis soldados ocurrida hace pocos días, encuentro procedencias a ese dinero: creo sea el importe de la entrega de los soldados fugados en Dar Drius; otro que provenga de las conferencias que estos días ha tenido el Maalem con el comandante Sr. Martínez Vivas o con algún otro jefe u oficial, y aquel, con el pretexto de comprar víveres para los oficiales, haya conseguido le den algunos miles de pesetas, con pocos miles considero suficiente cantidad para pagar las primas que supongo habrán sido pequeñas.
Por la tarde vuelan seis aeroplanos y un dirigible, los primeros a poca altura y a lo largo de toda la playa suponiendo estén sacando fotografías del terreno; algunos se internaron después por la cuenca del río Guis. Reparten tabaco y camisas de los convoyes únicamente a la tropa.
Día 24.- El guardián Ben-Al-lus dice: “La gente que se ha alistado estos días cobra quince duros cada uno y van a la harka; en el zoko Telatza de Yelaf (B. Tuzin) procedente de Guesnaia ha llegado el ex sultán Muley- Hadif con un harka pregonando la guerra santa a la que debe ir el buen musulmán voluntario para defender su religión sin necesidad de que le paguen; si hay alguno que lo haya visto antes de ahora y le conozca, puede ir a verlo y se convencerá que es el propio Muley Hadif; los moros desconfían de él y creen que es un perturbador pagado por España; ha causado muy buen efecto su llegada a S. Mohan y este le dice que él personalmente no le conoce, pero sí su hermano y Pajarito. En la casa dicen que muy pronto se van los prisioneros pero él (Ben-Al-lus) no lo cree porque dice que hace un par de días se han llevado víveres de los convoyes y equipajes para S. Mohan que está en Annual creyendo estará allí una temporada grande, pues está mandando gente a la harka y haciendo por allí deprisa muchas trincheras y cuevas; toda la gente está desorientada y por mucho que preguntan en la casa no les dicen una palabra”.
Día 25.- Pajarito dice: “El general Burguete tiene mucha más fantasía que el general Silvestre, el problema de Marruecos lo considera militarmente muy fácil, pero también tiene que tener en cuenta lo que se deja atrás, pues no es solo adelante, adelante. El asunto del rescate va bien, esperando de un momento a otro al moro de Tánger, y entonces se verificará en la fecha que este traiga y es lo único que falta, durante el rescate está acordado no habrá operaciones militares.” Si esto es cierto puede ser cualquiera de las dos hipótesis siguientes: una, que el moro de Tánger comisionado por el cuerpo diplomático lleve las negociaciones, pero intervenida su gestión por el Alto Comisario; otra, que sea el Alto Comisario quien las lleve directamente. ¿Las conferencias de estos días del Maalem con la isla tienen relación alguna con las negociaciones para el rescate? Si las negociaciones las lleva el moro de Tánger, creo que estas entrevistas habrán sido para gestionar venga el convoy o reanudar el comercio con la isla; si las negociaciones las lleva directamente el Alto Comisario creo que tengan relación con ella las entrevistas con la isla.
Día 26.- Los guardianes continúan diciendo que nos vamos pronto, menos Mehamed (el sobrino de Abd-es-Selam) que anoche dijo que nuestro Gobierno a todo dice que sí, pero no hace nada. De esto deduzco que hacen correr las noticias de que los prisioneros se van pronto, sin duda para contener a los indígenas en sus peticiones de dinero, pues según noticias que tenemos, la casa debe mucho dinero; algunos guardianes dicen que la casa los engaña y están desorientados; el Maalem también les dice que nos vamos pronto y supongo es con el mismo fin, pues lo considero un portavoz de la casa. Nos enteramos que han dado una paliza a dos soldados que hace unos días se escaparon de Ain-Kamara. Los guardianes nos piden si tenemos un poco de té para el Chij Bu-Tahar de Yebel Haman que ha venido hoy y se queja de que en la casa les dan mal de comer. Cuando en la casa no tienen ni té para darle a un jefe, al parecer y por lo oído a los guardianes de gran prestigio, deben estar muy mal de dinero. Dicen que S. Mohan y S. Mehamed llegarán el viernes.
Día 27.- Según cuenta un soldado anoche unos cuantos guardianes en unión de otros moros se vistieron con uniformes de tropa, porque tenían noticias de que se iban a escapar unos cuantos soldados de Ain-Kamara y se marcharon hacia la playa en donde cogieron solamente a unos moros cómplices que tenían preparados unos botes para la fuga y esperaban la llegada de los soldados y se descubrieron creyeron que los guardianes disfrazados eran ellos.
Día 28.- Han llegado el Chij-Bu-Kechuch de Beni-Buayas y el Chij Iazit de Ait-Ali. Dicen los guardianes que el último día que volaron los aeroplanos arrojaron un paquete de cartas, unos dicen que son para nosotros y otro para S. Abd-es-Selam diciéndole nos dé buen trato que España se lo agradecerá. Supongo que esto último lo habrá dicho para sus fines políticos.
Día 29.- Nos enteramos que en la casa hay unos treinta hombres a quienes pagan diez o doce duros para cada individuo, son de Ait-Musa van al frente y se presentarán a S. Mohan, ignorando si este vendrá.
Día 30.- Anoche llegó S. Mohan. Hemos visto a Amar Boaza de Beni Said, el cual ha dicho que el rescate será pronto. El intérprete ha sorprendido una conversación en que un moro decía a otro: “Esta mañana ha venido una gasolinera a la playa detrás del Morro y oculta de las vistas de la isla, suponen que ha venido en ella el moro de Tánger, pues ha ido gente de la casa a recibirla”. Por la tarde se han visto dos barcos que venían de Oriente, suponemos que nada tendrán que ver con la gasolinera que procedía de Occidente.
Octubre 1922
Día 1.- Nos enteramos de que hay dos barcos frente al Morro y una gasolinera ha venido varias veces a la playa en donde han desembarcado algunos moros. Creen que el rescate será enseguida, yo aún nada creo, pues supongo que seremos rescatados al mismo tiempo que se someta esta kabila,y aunque el fin no está lejos, todavía falta algún tiempo; también pudiera ocurrir que fuéramos rescatados si S. Mohan es adicto y obre de acuerdo con nuestro Gobierno, cosa que no me extrañaría nada pues de los moros es de esperar todo y más cuanto más elevados están; dicen que la gasolinera de ayer no trajo al moro de Tánger y hay colocada una guardia en el Morro para avisar en cuanto vean venir un barco de Occidente.
Día 2.- Nos enteramos que los cartuchos de fusil máuser están a treinta y cinco pesetas el ciento. Por la mañana se ve un barco cerca del Morro. Nos pregunta Mehamed (sobrino de S. Abd-es-Selam) el nombre del coronel de la isla; suponemos será para escribirle.
Día 5.- El renegado Mimún dice: “Hace unos 8 días las tropas españolas tomaron una trinchera a la bayoneta por Quebdani, muriendo todos los moros que había en ella menos uno; pero [por] la parte de Occidente debe ocurrir algo pues S. Mehamed que está por allí ha escrito hace dos o tres días pidiendo refuerzos.”
Se ve bastante gente de la refugiada por aquí de la zona ocupada, entre ellos el hermano del Mizian y a Bu-Rahail, este último se dirige muy atento a saludar al general, impidiéndoselo la guardia, lo cual le contraría mucho. Un guardia dice que S. Mohan quería tirar hoy con los cañones a la isla, pero que el Maalem le convenció que esperase a que mañana llegue el convoy y después que se haya marchado lo haga. De ser cierto que el Maalem haya convencido a S. Mohan (que no lo creo) queda patente su manera de ser. Otro guardia dice que el general Burguete no tiene palabra pues decía que nada [de] guerra, y la hay por los dos frentes, y los moros quieren que también la haya ahora con la isla.
Día 6.- Vemos venir hacia la isla el barco del convoy. Los soldados dicen que ayer tarde vieron venir de la isla un bote.
Día 7.- Continuamos viendo gente de la zona, entre otros el Chij Ekar-Kas y su hijo, de Beni Buidir (Tensamán), y al que [fue] oficial moro de la 15ª Mía Abd-es-Selam Ashud. Están trayendo a la casa el convoy, pero tampoco nos han pedido correo. Un guardián dice: “El rescate se ha estropeado otra vez y están desorientados tanto por la parte de España como por la de los moros, lo único que saben es que los españoles dicen que pronto vendrán aquí, y S. Mohan dice que no llegarán aun cuando vengan volando. S. Mohan ha ido con toda la gente que había por aquí a sacrificar dos becerros a un moravo próximo. Los moros no quieren tirar a la isla porque tienen miedo pues saben que en la isla tienen de las cosas sobre las que harán fuego cuando se reanude nuevamente.”
Día 8.- Ha desaparecido toda la gente que había por aquí ayer.
Día 9.- El padre del guardián Liasit B. Al-lus, por mediación de un soldado, nos envía recado de que se compromete [a] llevar cartas a Melilla, y como comprobante de que llegan traerá fotografías de las mujeres de los prisioneros. Como no nos merece confianza, y además pudiera explotar esto, el general le contesta que él no escribe y le dirá a los demás oficiales por si alguno quiere hacerlo, así no se le contesta afirmativamente ni negativamente. Unos cuantos soldados han estado haciendo un emplazamiento para un cañón en el principio de la pista que se ha hecho hasta esta casa, y al anochecer han salido con unos guardianes para colocar allí la pieza.
Día 11.- Entregan algunos cajones del último convoy.
Día 13.- Nos llevan al río para lavarnos, reuniéndonos con los de la otra casa, los cuales nos cuentan que les han hecho proposiciones de fuga y llevar gratis cartas, pero en tal forma que creen no conseguirán nada. Al atardecer dispara la isla con cañón y ametralladoras, siendo el fuego bastante intenso y durando una hora aproximadamente. Dicen que S. Mohan se ha marchado a Farnasa hace cuatro o cinco días. Un guardián dice que el fuego de hoy es porque hay muchos maricones que van a la isla a avisar ¿Qué van a avisar? Supongo que habrá sido la marcha de S. Mohan y de la harka, pues según el mismo guardián “se han marchado hacia los dos frentes todos los hombres de Beni Urriaguel que pueden manejar un fusil, y el que no está en la guerra está de camino para allá”. Por lo tanto el fuego de la isla puede ser motivado por alguna confidencia. Supongo que por Occidente han sufrido alguna derrota cuando es necesaria allí la presencia de ambos hermanos y de refuerzos que supongo serán los que nos dijo el renegado Mimún que había pedido Mehamed.
Día 14.- Por la noche pregunta la fecha, supongo será para escribir alguna carta.
Día 15.- Fakir Hamed habla un momento con el general y le dice: “Españoles locos, moros locos, y yo loco”. Si esto es cierto, supongo que algún asunto importantísimo tienen presente y no encuentran solución o están completamente desorientados.
Un guardián nuestro de este poblado llamado Moh Haddú propone la fuga de los de esta casa, necesitando un anticipo de mil duros para dárselos a otros moros con quienes está de acuerdo, y exigen este anticipo dada la condición de este individuo, y convencidos de que solo quiere conseguir este dinero sin efectuar nuestra fuga. Se le dice que se presente en la isla para ponerse de acuerdo con ella, y allí le dirán lo que tiene que hacer y seguramente le darán algo. Esto se le dice para si efectivamente está dispuesto a hacerlo encuentre alguna ventaja, y como lo más probable es que no esté dispuesto, ni siquiera intentará ir allí. Este individuo dice que de Bocoia se han marchado a Gomara cuatrocientas familias huyendo de S. Mohan; otro guardián dice que Bocoia y B. Urriaguel son uno. En Tguissa (Gomara) ha habido una escaramuza entre aquellos y los de Gomara, teniendo estos 20 muertos. S. Mohan ha escrito diciendo que no tiren a la isla mientras esta no lo haga primero. De ser cierto esto, me supongo que por política haya conseguido España atraerse parte de la kabila de Bocoia, [y] enterado S. Mohan haya ido para contrarrestarle, pero los Bocoias ante el temor de un castigo se hayan refugiado parte de ellos o los más comprometidos en Gomara, y esto haya dado lugar a las escaramuzas que han dicho ha habido en Tguissa, y quizás alguna más en las cuales los urriaguelís no hayan llevado la mejor parte al tener que enviar refuerzos.
Creo que S. Abd-es-Selam llegó aquí ayer noche.
Día 16.- He visto al hijo de Akarkas, de Tensamán.
Día 17.- Un moro de Frajana refugiado aquí y que está al servicio de la casa dice que S. Mohan está en Bocoia con un Cherif de allí para el levantamiento de la kabila; en el Peñón de Vélez hay mucha guerra, y S. Abd-es-Selam está aquí. Los soldados cuentan que un moro les ha dicho que S. Mohan lleva las de perder en esta guerra pues los de Gomara le están pegando; los de Bocoia tiran al Peñón pero no pueden con él.
Día 18.- Ayer llegó un jefe moro ya viejo llamado Kaid Chaib acompañado de 10 indígenas a los cuales les dan aquí de la casa bastante dinero. Un guardián nos dice: “Es para pagar la harka; que el hermano de Amar Hamido y Abd-es-Malek han escrito una carta a S. Mohan pidiéndole dinero, y que si no le manda le harán la guerra”. Anoche se vio una hoguera en los montes de Tensamán, y según un guardián “es Tensamán que llama porque español quiere cogerla”. Si esto es cierto, me agrada en extremo porque indica que hay movimiento en los dos frentes, que es lo necesario. También cuenta un soldado que está trabajando en una casa próxima que la guerra de Occidente de moros solamente y los gomarís han tenido 19 bajas.
Día 19.- El guardián nuestro de este poblado llamado Hamedi cuenta: “A poco de llegar S. Mohan frente al Peñón de Vélez han echado a pique una gasolinera que hacía de día el convoy al Peñón. Más acá de Tguissa ha colocado España una posición. Se ha efectuado un desembarque en la kabila de Pescadores (ignora el sitio) y a los habitantes próximos a dicho lugar los ha rociado S. Mohan por haber dejado efectuar el desembarco. Un moro de este poblado (Axdir) que estuvo de guardián nuestro al principio llamado Abd-el-Krim, pariente de S. Mohan y persona de su confianza, está mandando una partida de urriaguelís, habiéndose internado en Gomara. España llamó la atención a los gomarís por dejar internarse a esta partida; formaron un harka para echarlos sosteniendo un combate en el que tuvieron los gomarís 19 bajas y la partida solamente una. S. Mohan y S. Mehamed están por allí.” Dice que por Oriente están tranquilos pues hay una harka numerosa atrincherada a la expectativa, creyendo que no pasarán los españoles.
Día 20.- El guardián Chaib dice que Bocoia y Gomara están en guerra con Beni Urriaguel, no pudiendo estos llevar como antes los convoyes por Bocoia, teniendo que ir más detrás. Ayer llegó el Hach Larbi, sobrino de Hamido, el de Beni Itef.
Día 22.- Los guardianes han dicho a los soldados que ya no hay más convoy. Por conversación oída a unos moros nos enteramos [de que] la kabila de Sohernais se ha unido a Amar Hamido y hay mucha guerra, y si no fuera por los cristianos se arreglaría enseguida. De esto deduzco que Amar Hamido está subvencionando y obra de acuerdo y por iniciativa de España, pero no todo lo que es necesario para que esté en unión de otras kabilas, haya dado lugar y aún pueda dar la batalla decisiva a B. Urriaguel, pues le considero capaz de esta empresa siempre que esté suficientemente protegido y se le den los elementos necesarios para ser la vanguardia de nuestras tropas, que creo deben venir aquí por ese camino por el cual se adelanta y conseguirá muchísimo y [más] rápidamente que por un desembarco hoy día avanzando por la costa.
Día 23.- Abd-es-Selam continúa por aquí.
Día 24.- Hay por aquí alguna gente de la kabila y extraño solo Amar Boaza de B. Said, observando en todos cara de preocupación.
Día 25.- Vemos salir un moro con tres cartas, que nos enteramos son de S. Mohan, para llevarlas al Zoko, este acaba de llegar con la montura en mal estado, el caballo sudando mucho y sin acompañamiento de ningún género.
El guardián B. Al-lus ha dicho que S. Mehamed se ha marchado, ignorando su paradero, y supone que se haya ido por mar. Un soldado que está trabajando en una casa próxima nos dice que el dueño de la misma (no sabe el nombre) le ha dicho que los urriaguelís han sido derrotados por la kabila con quienes guerreaban (cuyo nombre ignora), y en esa kabila ha colocado España una posición; [también dice que] S. Mohan se está jugando la cabeza, pues hasta que no se la cortemos no hay paz, de la que tantos deseos tenemos.
El guardián Chaib dice al general; “Los moros te llamar Amar Hamido (no podemos averiguar el motivo), Amar Hamido es cristiano y medio, a quien su misma familia ha envenenado y a un hermano”.
Pajarito ha hablado con el paisano Sr. Giménez Pajarero y teniente Sr. Enrile, proponiéndoles la libertad por 10 000 duros cada uno; aceptaron, y les dijo que en el primer convoy lo tratarían; hablaron de su misión y del jalifa; Pajarito dice que ellos no tienen nada que ver con el jalifa y se fuera a tomar……..; también Pajarito les enseñó una carta de un tal Esteban de las Heras y solamente recuerdan que este individuo decía en la carta que ha comprado el kiosco de Melilla en 22 000 duros; Pajarito también le dijo que escribieran ellos dos una carta, que la llevaría un individuo de la tripulación del Gandía cuyo nombre les dijo. Referente al rescate de estos dos creo que ya sea asunto personalísimo de Pajarito o de S. Mohan, no se llegará a realizar; solo veo en ello una intentona para conseguir dinero y que se efectúe su rescate, y deduzco por lo oído estos días anteriores que les hace mucha falta dinero y no teniendo de dónde sacarlo recurren a este procedimiento, como ya hicieron con otros cinco oficiales sin que les diera resultado. El Sr. del kiosco ha sido un comerciante en la isla de Alhucemas hasta que se rompieron las hostilidades entre esta y el campo con motivo del hundimiento del barco correo. De esta carta deduzco que ese señor debe tener algún negocio en sociedad con S. Mohan, con Pajarito o con ambos, pues de no ser así no me explico que en una carta les diga lo del importe de la compra que ha hecho, suponiendo sea cierto lo del negocio y por las circunstancias actuales de estar estos indígenas en guerra con España, creo que este comerciante tenga algún otro asunto más con ellos y por lo tanto lo considero sospechoso y cuando en Melilla se tenga conocimiento de ello, debe efectuarse una investigación secreta y una vez comprobado, continuarla judicialmente; también es de notar, por si pudiera tener relación alguna con esto, que antes de romperse las hostilidades entre la isla y el campo y un día en que el mal estado del mar no permitió la comunicación ordinaria, apareció en la playa, según nos dijeron algunos indígenas, una botella lacrada con un papel dentro que procedía de la isla, la cual entregaron sin abrir a S. Abd-es-Selam porque así lo tenía previsto este para cuando ocurriera, no siendo la primera vez que pasa.
Idéntico procedimiento debe emplearse con el individuo de la tripulación de Gandía y quizá diera resultado.
De la marcha y desaparición de S. Mehamed nada hemos podido averiguar.
Día 26.- Un moro llamado Ben Auda, de Beni Buayas, dice que ha venido con cuatro indígenas (uno de ellos que fue oficial moro de policía Bohú) los cuales han matado al falso Muley Hafid que repartía dinero de España y lo traía de Melilla. Sospecho que en el fondo debe ser cierto lo que dice este indígena, pero no comprendo claramente el juego de S. Mohan en este asunto, pues ya fuese el verdadero o falso Muley Hafid, ya fuese amigo de España y hubiera venido de acuerdo e ignorándolo S. Mohan, no le convenía a este asesinarlo, a menos que los indígenas hayan descubierto, o S. Mohan tema que descubran, algo que le convenga tener oculto y haya tenido necesidad de adoptar o conformarse con tal medida.
Día 27.- Se ve gente extraña a la kabila, entre ellos el Mizian y Amar Boaza. Por la mañana el intérprete tiene unas palabras con una indígena loca a presencia de dos guardianes porque aquella insultaba a los cristianos en el momento en que pasamos delante de ella, sin que nosotros nos enterásemos por sostener la conversación en árabe, hasta que estando ya en la estación nos explica el intérprete lo sucedido. Al salir por la tarde a hacer nuestras necesidades se queda en la habitación el intérprete, y mientras todos fuera, lo llevan a la otra casa en donde están los demás oficiales encerrados y la guardia dirigida por Amegar le da 125 palos acompañados como es costumbre de puntapiés e insultos, distinguiéndose Mehamed (sobrino de S. Abd-es-Selam), Mesaud y Mohan (el rubio).
Día 28.- Nos hacen trabajar en unión de los demás oficiales quienes nos entregan tres cartas, según dicen ha traído de la isla el guardián B. Al-lus adonde fue a llevar la confidencia de la desaparición de S. Mehamed y de la descomposición en que se encuentra esta kabila y los deseos de paz que hay (es lo mismo que nos dijo a nosotros hace pocos días). Creo que haya ido no por llevar la confidencia sino porque le den algún dinero, pues me parece es un mal confidente del que no hay que fiarse; también dice que nuestras tropas han tomado Tafersit y el valle de Taboarda; de ser eso cierto, me agrada, pues indica que nuestras tropas no están inactivas. La gente que había por aquí se marchó ayer mismo, hoy han venido varios jefes de esta kabila del Yebel, marchándose por la tarde; también viene Akarkas, que se marcha a mediodía. Observo en todos cara de contrariedad, pero la guardia no tiene malos modos.
Día 31.- Desde ayer tarde que hubo fuego con la isla nos encerraron permaneciendo todo el día lo mismo. Se ve alguna gente extraña, entre ellos el que fue oficial moro de policía Bohú. Ha fallecido un soldado de los que estaban allí, de enfermedad.
Noviembre de 1922
Día 1.- Continuamos encerrados. Hay cañoneo con la isla. Al salir a hacer nuestras necesidades podemos hablar un momento con un soldado el cual nos dice: “He visto cinco casas destruidas del cañoneo de estos días. Hace dos noches fueron varios soldados a arreglar un parapeto de varias piezas de artillería, y Amegar les dijo hablándoles del rescate –Esto tener que arreglar por fuerza en 15 días-. Esta mañana ha llegado S. Mohan de Ain Kamara”. Hay bastante gente extraña. Hoy ha muerto de enfermedad otro soldado. El guardián B. Al-lus ha dicho que las tropas españolas están cerca.
Día 2.- Continuamos encerrados. Al efectuar la salida diaria, un soldado cuenta que un moro le ha dicho que las tropas españolas están muy cerca, avanzan sin política y con mucha rabia; y que el general Burguete no da dinero. Lo que indica que temen los avances y no desagrada la proximidad de nuestras tropas. Anoche hubo cañoneo, y nos dicen es porque un barco alumbró con el reflector. Todo el día han estado cañoneando estos dos barcos. Se ha marchado toda la gente que había por aquí.
Día 3.- Dos barcos cañonean la costa de Tensamán. Nos dicen que mañana se llevan de aquí a Ain-Kamara sesenta soldados. Continuamos encerrados.
Día 4.- Dejan la puerta abierta sin permitir salir más que al coronel. Llevamos unos cuantos días comiendo garbanzos sin apenas cocer con arroz y agua solamente, sin sal ni aceite. Nos enteramos que a la tropa la llevan porque aquí escasea la comida. S. Mohan marchó ayer a Ain-Kamara. De S. Mehamed nada hemos vuelto a saber. A un grupo de veinte soldados que está trabajando en un aljibe de esta casa bajo la dirección del capitán Sr. Aguirre le dan con frecuencia latas de carne, vino y tabaco; todo de los convoyes. La isla dispara con ametralladoras solamente.
Día 5.- Dicen que S. Mohan se marcha mañana con harka a Tensamán. Hoy también dispara la isla con ametralladoras solo.
Día 6.- Nos dicen que S. Mohan y S. Abd-es-Selam se van a marchar al frente oriental.
Día 7.- Nos dejan la puerta abierta después de mediodía. El pan, que ya era pequeño para los oficiales, ha quedado reducido a la mitad, y desde hace algunos días ya empieza a sentirse otra vez el hambre. S. Mohan y S. Abd-es-Selam se han marchado a Ain-Kamara.
Día 8.- Por la tarde tenemos la puerta cerrada. Han traído a un soldado del regimiento del Rey que cayó prisionero hace más de un mes.
Día 9.- A los oficiales no nos dan hoy pan; a la tropa, galletas de intendencia. Los soldados que trabajan en el pozo nos han dado a los oficiales de aquí veinte galletas de las que les han correspondido a ellos al ver que no tenemos pan. Hace unos días nos dieron también un poco de tabaco del que les habían dado a ellos. Abd-es-Selam está aquí. Han venido unos moros que por la forma de vestir parecen se de Gomara, y uno de ellos, aprovechando un descuido de la guardia, nos tira una cajetilla de tabaco y una caja de cerillas (de los convoyes).
Día 10.- El individuo del tabaco de ayer nos lleva a hacer nuestras necesidades, al parecer en calidad de guardián. Durante el camino habla mal español con el general y le dice llamarse Fadil Aixa, de Gomara; propone se escriba una carta pidiendo el convoy, para llevarla a Tetuán, y cuando salgamos la próxima vez a hacer lo mismo que ahora la dejemos debajo de una piedra para que pueda cogerla sin que lo vean los demás guardianes. Como sabe el hambre que tenemos nos da un pedazo de pan para todos, y unos cuantos pitillos.
Una vez encerrados el general nos dice que no es partidario de escribir. Me pregunta mi opinión y le digo que este individuo está, al parecer, de guardián, no solo aquí en esta casa con los oficiales, sino también con la tropa, a quien custodia cuando van por agua, y por ello deduzco sea persona de confianza de la casa; me parece extraño haga la proposición de escribir sin que se entere la guardia, por lo tanto opino que no se debe escribir pidiendo el convoy, porque sospecho sea un intento de la casa para ver si con esta carta consiguen venga el convoy o un ardid para alguna venganza por haber escrito sin su autorización; y cuando España no manda el convoy es porque sabe muy bien lo que hace; aunque pasemos hambre no debemos nunca pedirlo, pues considero que nuestra misión aquí es sufrir todo sin exhalar una queja.
Por un soldado nos enteramos de que los moros que viven por aquí cerca dicen que el general Burguete ha hablado en el teatro de Melilla, y ha dicho que el que tenga alguna venganza con los moros puede alistarse en el Tercio aunque solo sea por cuatro días; [que] las tropas avanzan por fuerza todos los días por Igueriben; que S. Abd-es-Selam ha dicho a los moros que si se acerca algún barco no le disparen pues esperan el convoy; [que] han escrito pidiéndolo, les contestaron que no lo mandaban porque no lo entregan a los prisioneros; [y que] han vuelto a pedirlo y lo esperan.
Día 11.- Por la tarde tenemos la puerta abierta y Fadil Aixa se disculpa de tenernos encerrados diciendo que los guardianes no tienen la culpa, que es la casa. Nos da algunos pitillos, y por la noche nos arroja por el agujero de la habitación diez galletas de intendencia.
Por un soldado nos enteramos que S. Mehamed está en Inglaterra, habiendo pasado por Francia; [que] ha venido de Ain-Kamara Hammú, el jefe de la guardia y administrados allí de la tropa, [con] una carta del sargento Basallo pidiendo el convoy, y la han mandado enseguida a España. De ser esto cierto me parece muy mal que el sargento Basallo escriba pidiendo el convoy sin contar con la aprobación, al menos, del general que es el jefe de todos los prisioneros, y si no le han dejado consultarlo y le han obligado a escribir esa carta, no ha debido hacerlo siendo los moros los que quieren el convoy y España no.
Día 12.- El Fakil Aixa rectifica diciéndonos que S. Mohan no quiere que venga el convoy, las cartas que piden son para las familias, en las que podemos decir si queremos que venga el convoy; mañana se marcha y nos aconseja que no nos impacientemos durante su ausencia pues esto va a cambiar enseguida; su jefe está con S. Mohan: “Ahora marchar a Gomara y pronto venir motor por playa y marchar todos”; las cartas las llevará al general Castro Jirona que “estar padre de Gomara”.
Día 13.- Fadil Aixa al llevarnos a hacer nuestra salida diaria de nuestra habitación, propone limitarse a abrirnos esta noche la puerta mientras la guardia duerme, y marcharse con nosotros a la isla huyendo. Debido a lo escamados que estamos con proposiciones parecidas que no se han llevado a efecto, y más aún de este individuo que obra con cierta desenvoltura con los guardianes a quienes parece ser domina, recatándose en cambio de la casa, y además por haber un fuerte temporal que hace imposible llegar a la isla aún con botas, y al mismo tiempo por temor a una celada, se acuerda decirle que [se] ponga en comunicación con la isla y así será más probable el éxito, y entregarle una carta para el general Castro Jirona. Se le entrega la carta, y antes de nosotros decirle lo acordado, dice que no puede efectuarse la fuga esta noche por el mal estado del mar. Se marcha mañana y pide otra carta para el capitán de la policía indígena de Ceuta Sr. Capaz, y en ella se diga su buen comportamiento con nosotros; la escribe y firma el teniente Sr. Casado que conoce personalmente al referido capitán, y se la entrega. De esto se deduce que dicho individuo solo pretendía una carta de recomendación para el capitán de policía, bien para borrar culpas pasadas o por adquirir confianza con fines que ignoramos. Han venido 5 o 6 indígenas, al parecer también de Gomara; el más caracterizado se llama Kaid Al-lal y suponemos es el jefe de Fadil Aixa y quien este dijo estaba con S. Mohan. Ahora deduzco que este jefe de Gomara o es muy amigo de S. Mohan y está aquí refugiado o ha venido con alguna misión importante y a este le conviene el que aparezca como persona de gran prestigio, el Fadil Aixa sea un criado suyo o quizás algún pariente, y me explico por lo tanto el que la guardia lo trate con algunas consideraciones, y en cambio se recatara para que no le viera gente de la casa hablar con nosotros.
El Maalem ha hablado un momento con el general y este le ha dicho que estamos muy mal y debe venir a vernos pues es su obligación; promete venir.
Día 14.- Por un soldado nos enteramos que han traído un desertor del Tercio de nacionalidad portuguesa y que S. Mohan continúa en el frente. El capitán Sr. Aguirre, por la mucha hambre que hay, ha pedido pan a un guardián, el cual le contesta que ellos anoche tampoco comieron nada; lo cual indica que hay pocos ingresos en la casa. Hace algunos días que en el tejado de la otra casa en donde están los demás oficiales han hecho una especie de garita para hacer la guardia.
Día 15.- Nos enteramos que al soldado que trajeron hace pocos días del regimiento del Rey se lo han llevado para entregarlo Bu-Rahail a España por mil pesetas, lo cual me hace sospechar que S. Mohan no debe tener abundancia de dinero, pues considero que el devolver a Bu-Rahail ese soldado es en desprestigio suyo. Si esto fuera así, me agrada en extremo, pues de no ser S. Mohan adicto a España y que obre de acuerdo con ella, considero necesario e indispensable su desprestigio para fácilmente conseguir la sumisión de esta kabila, aunque también considero que ensalzando su prestigio, y en combinación con España, pudiera llegarse al mismo fin, pero invirtiendo muchísima mayor cantidad de dinero y tiempo. También sabemos que los jefes de Tensamán se han sometido; lo dudo, pues de ser cieto esto, algo hubiéramos notado o dicho los soldados. El guardián B. Al-lus ha dicho: “A medida que continúen los avances de vuestras tropas aumentará el encierro (no sé qué aumento va a haber pues permanecemos encerrados todo el día), cuando las tropas asomen por los montes se someterá esta kabila”. El guardián Hamedi dice: “Estar así porque general y oficiales escribir por moro, no venir convoy porque quedar moro con todo y no dar nada”. Ahora me explico el encierro y escasez de comida que disfrutamos los oficiales.
Día 16.- Nos enteramos que han salido dos correos, uno para Oriente y otro para Occidente. S. Mohan ha mandado que todo el mundo acuda a la harka, va a haber reunión de jefes, de Ain-Kamara se han fugado cuatro soldados; uno de ellos lo han cogido herido porque se había caído en un barranco y no pudo continuar la marcha; le han dado sesenta palos. Dado el enojo de esta gente por lo del convoy, creía que hubiesen aplicado a este soldado mayor castigo, lo que me hace sospechar que si no hay negociaciones estamos en vísperas de que las haya.
Día 17.- Ayer dieron a la tropa que trabaja en el aljibe latas de carne y galletas de intendencia, además de la comida y del pan ordinario.
Dos de los guardianes se disculpan ante nosotros, sin que les preguntemos nada, de que es la casa quien tiene la culpa del hambre que pasamos y del encierro. Nos enteramos que han cogido s tres soldados de doce que se han fugado de Ain-Kamara, y el guardián Mehamed (sobrino de S. Abd-es-Selam) les ha dado 70 palos a cada uno.
Día 18.- Estando encerrados, el guardián Mehamed nos manda callar dos veces, aun cuando hablamos en voz baja. Me figuro será porque tenga no buenas noticias del frente. Un moro de los que viven en la playa ha dicho a un soldado que esto se va a arreglar pronto.
Día 20.- A poco de oscurecer el Mehamed (que habla bastante bien el español) y estando encerrados, nos manda callar; vocifera en árabe o chelja repitiendo mucho el nombre Navarro. Al poco rato da un fuerte golpe en la puerta, que está cerrada con candado; al de un momento pregunta en español -sin que hablemos ninguno, estando ya acostados y sin luz por haberse terminado la pequeña cantidad de vela que nos dan- “¿Qué pasa?” Nadie contesta, y enseguida abre rápidamente la puerta y entra un niño pequeño con una luz y él acompañado del resto de la guardia con los fusiles montados. Desde el dintel de la puerta nos habla en árabe o chelja, contándonos y observando si había algo anormal en la habitación, marchándose después y cerrando otra vez. Por el intérprete nos enteramos que lo que nos decía eran insultos. Dada la manera de ser de este individuo, el cual siempre ha sido un reflejo fiel de la casa y muy especialmente de Abd-es-Selam, me figuro que alguna contrariedad deben tener, pero también sospecho que Abd-es-Selam no está aquí esta noche, habiéndose quedado el sobrino de jefe, pues otras veces que han tenido contrariedades nunca nos ha insultado, y si acaso únicamente no contestar si en alguna de esas ocasiones le hemos hablado alguno.
Día 21.- El propio Mehamed nos abre la puerta un rato sin decirnos nada. El guardián vuelve a decir otra vez que el trato de estos días es porque “oficiales escribir por moro diciendo que no venga el convoy porque se quedan con él los moros y no lo entregan”. Por la noche Mehamed pregunta la fecha; supongo será para escribir una carta.
Día 24.- Está aquí S. Abd-es-Selam, y tiene una reunión con varios jefes de este poblado. El moro de este poblado llamado Mohan Bocoi, que dicen es muy amigo de España, ha dicho a un soldado que las tropas españolas se preparan para un avance y no pararán hasta llegar aquí. Me parece que tiene muchos deseos que España ocupe esto, pues no le debe ir muy bien con S. Mohan. Por la tropa sabemos que están recogiendo higos para la fuerza, pero no sabemos para quién, si para los prisioneros o para la harka. S. Mohan está al llegar. Fakir Hamed, sin que lo vea la guardia, nos tira una vela dentro de la habitación.
Día 25.- Se le pide a Fakir Hamed una vela, y nos la da sin que lo vea la guardia. Nos enteramos que el guardián B. Al lus está preso por llevar cartas de los oficiales de la otra casa a la isla. Hoy también hay reunión. Desde hace unos ocho días están sembrando por aquí sin que sean molestados por la isla.
Día 26.- A eso de las nueve de la mañana abren la puerta y entran en la habitación cerrando enseguida al sargento Basallo, y por mi insistencia para que diga cuanto sepa cuenta que se ha escapado de Ain Kamara en unión de varios sargentos y dos soldados en combinación con tres guardianes y la isla, por los malos tratos de que son objeto, habiéndolos cogido a todos. S. Mohan está en Yub-el-Kama. S. Abd-es-Selam hace unos ocho días habló con él y le dijo que si no mandaban el convoy ponía bandera blanca y lo pedía (lo cree capaz de hacer todo lo posible para que venga el convoy ante la perspectiva de tener que alimentarse por su cuenta o exigirlo a la kabila). S. Mehamed está en Madrid vestido de europeo; se marchó porque S. Mohan no quería hacer el rescate, y él no se hacía solidario de sus barbaridades. A pesar de haberse marchado, los moros no le reprochan su proceder; entre los moros con quienes he hablado hay unos partidarios, otros enemigos acérrimos de España, y otros resignados, pero todos conformes con la decisión de S. Mohan aun cuando este se someta, pero no están conformes con que se haga el rescate por su cuenta o se marche de la kabila porque dicen que los prisioneros son de la kabila, habiendo estado varias veces para que nos hubiesen repartido. A medida que avanzan las tropas maltratan a los soldados, y ahora para evitar nuevas fugas encierran a todos los prisioneros, soldados y paisanos, que están en Ain Kamara en una habitación durante la noche, no pudiendo acostarse por las reducidas dimensiones de la misma. S. Mohan ha dicho a los indígenas: “Las Naciones están conformes con que España avance, pero solamente hasta primeros de año, fecha en que se paralizan las operaciones en donde se encuentren las fuerzas, y a Beni Urriaguel no llegarán”.
Al atardecer aparece Pajarito con un frasco de quinina en mano preguntando “¿Qué es esto?” Es un pretexto para presentarse ante nosotros pues sabe leer español. El general le dice: “Estamos muy mal; no comemos, permanecemos encerrados todo el día, algunos enfermos; ni siquiera fumamos. Si pensáis entregarnos tratadnos bien para cuando salgamos que vayamos bien impresionados; si no pensáis entregarnos, matadnos, pues si vivimos es porque quiere Dios solamente”. Pajarito dice: “Hablaré con S. Abd-es-Selam para que os deje estar un poco al aire. De comida, ¿qué hacer? El Gobierno no manda el convoy; escribir pidiéndolo”. El general le dice: “Nosotros no escribimos, escribir vosotros pidiéndolo”. Pajarito dice: “Están en Ceuta todos los moros prisioneros para, en cuanto cese el temporal hacer el rescate. La guerra no termina pues ahora va a haber otra guerra europea”. Después de esta conversación llama a Basallo con el que habla unos momentos aparte, y este dice que le ha dado a entender que no va a tener más remedio que castigarle por su fuga. Yo creo que no le castigará y esto lo dice para que se entere el general y le pida que no le castigue, y así aparecer ante nosotros como si lo hubiera conseguido.
Día 27.- Llaman a Basallo el cual habla con Pajarito y, según cuenta, le reprocha el haberse fugado; aquel alega que ha sido por los malos tratos, contestándole Pajarito que la culpa la tiene el Gobierno por no habernos rescatado.
Por un soldado nos enteramos que S. Mohan llegará dentro de pocos días, y que el padre del guardián Iasit, B. Al-lus, ha dado al soldado recuerdos para el general. Fakir Hamed trae un pan y cuatro botes de leche condensada de los convoyes; se los da al coronel y como hay mucha hambre este los reparte entre todos. En las habitaciones en donde están los oficiales de la otra casa encierran con ellos a tres sargentos y dos soldados de los que se escaparon con Basallo y dos cantineros prisioneros nuevos que llegaron ayer.
Día 28.- A media mañana nos enteramos por un soldado que han enterrado al teniente Sr. Arévalo; los guardianes Amegar y todos los de aquella casa han insultado al teniente Troncoso culpándole de dicha muerte diciéndole que es médico de mulos. Me figuro que esto viene a ser una burda explicación para que no se les pueda culpar a ellos de la muerte y sí al teniente Troncoso que ejerce las funciones de médico. Nos enteramos de la ocupación de Intermedia; que ha habido rozamientos entre el Alto Comisario y el Gobierno, y que en Barcelona ha empezado una campaña para abandonar Marruecos.
Hay bastante gente y sospecho sea para alguna junta. Un guardián nos dice que los moros comprenden que no tenemos la culpa los prisioneros de que el Gobierno esté loco y no mande el convoy, [que] los jefes han acordado el darnos pan o higos para no morirnos de hambre. Esto lo considero una maniobra de S. Mohan para conseguir con promesas de pagar cuando se efectúe el rescate a todos los que han contribuido a alimentarnos, y así allanar la resistencia que puedan presentar y no tener que desembolsar dinero alguno. Todo ello me indica que S. Mohan se muestra ahora partidario de efectuar el rescate.
Día 29.- Por un soldado nos enteramos que el Maalem ha dicho que el convoy va a venir mañana, [que] está todo arreglado y pronto nos marcharemos, [y que] la tropa de Ain Kamara vendrá mañana a una casa próxima a esta. Tanta insistencia en la venida del convoy y nuestra pronta marcha me indica que los indígenas están impacientados porque no viene el convoy y porque no se hace el rescate, no obteniendo por lo tanto ningún ingreso al no efectuarse ninguna de las dos cosas. También creo que ninguna de estas dos noticias son ciertas, pues para tomar un acuerdo definitivo considero necesaria la presencia de S. Mohan, y en la junta que al parecer hubo aquí no estuvo. Pajarito ha hablado un momento con el capitán Sr. Aguirre, quien le dijo la mucha hambre que pasamos pidiéndole algo de comer; le dio un pedazo de pan, una lata empezada con escabeche y un bote de leche condensada que tienen guardado en la casa procedente de los convoyes; promete darnos higos y comprar tabaco. Este proceder de Pajarito que en otras ocasiones nunca se ha presentado ante nosotros desde el mes de noviembre del pasado año, y el tener desde hace unos días la puerta de la habitación abierta casi todo el día, aunque sin salir, me afirma en la idea de que si no hay negociaciones están inclinados a que las haya, aunque en concreto nada sabemos.
Día 30.- Nos enteramos por un soldado que la guardia le ha dicho que ayer fusilaron con una ametralladora a los tres indígenas cómplices en el intento de fuga de los cuatro sargentos y dos soldados ocurrido hace pocos días y a estos no pasar nada por haberse escapado con los moros. Parece ser que se confirma mi hipótesis que hice hace pocos días -que al sargento Basallo no le castigarían- a pesar de que él dijo que Pajarito le había dado a entender que no tendría más remedio que castigarlo.
Se oye cañoneo hacia Beni Tuzin.
Diciembre de 1922
Día 1.- El intérprete Sr. Rueda pide a Fakir Hamed que nos den cena. Al general le ha parecido muy bien esta decisión, y así, ya con dos comidas aunque muy escasas, conseguiremos entretener mejor la mucha hambre que pasamos. Comida la misma que hace ya bastante tiempo: garbanzos con arroz sin apenas cocer y sin sal ni aceite; cena desde hoy arroz cocido con agua solamente. A casi toda la tropa la han llevado hacia Quilates para traer una pieza de artillería, ignoramos dónde.
Día 2.- A media mañana cierran la puerta de la habitación; el guardián nos dice es porque S. Mohan vendrá a la habitación contigua. Abren a media tarde cuando ya se ha marchado, esto indica que no quiere vernos porque se vería obligado a hablarnos, y además pudiera ser que le convenga demostrar ante algunos de los suyos desprecio o indiferencia hacia nosotros. Fakir Hamed aparece y pregunta al general si quiere arroz crudo; le dice que sí, y con objeto de tantearlo y poder orientarnos si hay algo de lo nuestro, pues este individuo [es] hermano de S. Abd-es-Selam siempre se ha mostrado caritativo con nosotros francamente y sin recato alguno de la guardia cuando en la casa había buenas noticias, cuando eran malas lo único que hacía era no aparecer. El general le dice que si puede le mande pan de trigo, pues le han dado pan de cebada. Viene enseguida con dos panes de trigo, un gorro lleno de arroz y cuatro latas pequeñas de sardinas. Por este proceder deducimos que no tienen en la casa malas impresiones. Un soldado cuenta que ayer fueron unos cuantos a buscar dos piezas de artillería al morabo que se ve desde aquí en la fracción de Trugut (Tensamán), los han dejado en la playa, no lejos de aquí, porque se hizo de noche, y les han dicho que mañana volverán por ella pero no saben adónde las llevarán.
Un cantinero de los dos que llegaron hace pocos días cuenta que Bohu, el que fue oficial de policía, le ha dicho que S. Mohan ha dicho a los moros a principios de noviembre que podía resistir tres meses, esto demuestra el inconveniente grandísimo de que nuestros planes, o parte de ellos, lleguen a conocimiento de los indígenas o los descubran, pues saben a qué atenerse y se aprovechan de ello para su beneficio. Esto que cuentan que ha dicho S. Mohan creo es a consecuencia de los planes del Alto Comisario publicados en la prensa de que a fines de diciembre si no ha conseguido el objetivo que persigue se considerará y dimitirá. Vemos, por consiguiente, el procedimiento que tiene S. Mohan de quitarse de encima enemigo tan terrible y relativamente con poco trabajo, haciendo creer a los suyos que si resisten hasta fines de enero, consiguen el fin que desean.
Día 3.- S. Mohan marchó ayer. S. Abd-es-Selam continúa por aquí.
Día 4.- Fakir Hamed trae dos latas de sardinas para el coronel, el general y el capitán Aguirre. Nos enteramos de que B. Al-lus fue el día 26 de octubre a la isla con cartas de la otra casa, y un soldado nos dice que lo han cogido preso al regresar de llevar cartas a la isla, sin saber la fecha de la prisión. Preguntamos (por medio de buzón) a los de la otra casa desde cuándo no está ahí de guardián este individuo y nos dicen que no lo han vuelto a ver allí desde el día 20 o 21 de noviembre. La noche del 21 de este mes preguntó el guardián Mehamed (sobrino de S. Abd-es-Selam) la fecha. Debe ser cierto todo esto; resulta que B. Al-lus el día 26 de octubre fue la última vez que llevó cartas de los oficiales de la otra casa, y coincidiendo la fecha en que ha dejado de prestar servicio con la del día en que nos preguntaron la fecha, y teniendo en cuenta que siempre que nos han preguntado ha sido para escribir alguna carta en español para mandarla a la zona ocupada o a la isla, deduzco que en la noche del 20 o 21 de noviembre fue B. Al-lus en secreto a la isla con alguna carta de la casa, al regresar fue sorprendido por la guardia de la playa o cualquier otro indígena quien daría conocimiento a la casa, y esta por no descubrirlo lo encarceló; también pudiera ser que este individuo hubiese ido por su cuenta a llevar alguna confidencia, pero me parece que sea muy difícil porque tengo el concepto de que es confidente doble. Ayer y hoy hemos tenido la puerta cerrada medio día.
Día 5.- Aparece por la tarde Fakir Hamed al cual le pide sal el general; dice que no hay. Vuelve al poco rato con un pan y un gorro lleno de higos que entrega al general quien lo reparte entre todos. Le dice lo del encierro, pues hoy hemos tenido también la puerta cerrada toda la mañana. Se marcha sin contestar a esto y el guardián Hamedi dice que es orden del Gobierno tenernos encerrados. Me figuro será una medida de precaución. Por un soldado nos enteramos que los moros que había aquí esta mañana han venido a protestar por el fusilamiento de tres guardianes que intentaron recientemente la fuga de cuatro sargentos y los dos soldados; alegan que los debían haber metido en la cárcel que para eso la tienen. Además de estos tres indígenas también tomó parte otro llamado Bu-Tahar al cual vimos aquí dos días después del intento de fuga en plan amistoso con la guardia y según cuenta el sargento Basallo lo llevaban maniatado aquella noche porque los demás no tenían confianza en él. Deduzco del fusilamiento de los tres indígenas y de esta reclamación que el prestigio de S. Mohan va disminuyendo y le es necesario imponer estos castigos ejemplares y a pesar de ello continúan los descontentos cuando se han atrevido a hacerle esta reclamación.
El sargento Basallo cuenta del renegado Mimun, según este mismo le ha dicho, que ha prestado buenos servicios a España llevando confidencias a la isla pero que el capitán de aquella oficina lo denunció a S. Mohan y le dieron aquí una paliza. También dice el sargento Basallo que este capitán tenía esa costumbre, pues lo ha oído decir a muchos moros, incluso a Pajarito quien le ha dicho que estaban tranquilos por esa parte pues el capitán Sr. Soler les avisaba de los que llevaban confidencias; el Mimun se porta ahora muy mal con los soldados a quienes pega con frecuencia; pero el cambio, según dice el mismo Basallo, la noche que se fugaron estuvo tomando leche con él, y que el día que los cogieron lo vio aquí amarrado, supongo sería pos sospecha de la casa, pero no intervino para nada en el intento de fuga. Esto que Basallo cuenta del capitán Sr. Soler, de ser cierto supongo sería para quitarse de encima al renegado Mimun y a otros muchos confidentes dobles que tanto abundan, quedarían confidencias falsas, sirviéndoles esto de pretexto para si podían llevar en cambio alguna otra al campo y además ser retribuidos por tan excelentes servicios.
El sargento Basallo cuenta que Pajarito en una ocasión le dijo que él era amigo de España y ahora no podía demostrarlo, y que antes se ganaba la vida siendo agente de minas. Esto lo dijo hace un par de días, y esta mañana le preguntó sobre el mismo asunto para saber algunos pormenores, y me dice en presencia de los demás compañeros que Pajarito no le ha dicho nunca nada de ser amigo de España ni agente de minas. De estas dos manifestaciones ¿cuál es la verdadera? Ignoro el motivo que tiene el sargento Basallo para decir cosas contradictorias y me inclino a creer que el Pajarito fuese agente de minas; con esto me pone en guardia respecto de su proceder.
Día 6.- Por un soldado nos enteramos que S. Mohan dice a los moros que es mejor dos millones y medio de protectorado civil que cuatro de protectorado militar. Pensando un poco optimista, creo que esto es una preparación para inclinar [a] los indígenas, o a los que a él le convenga, hacia el protectorado civil que hace poco se ha empezado a implantar en la zona oriental, y así allanar los obstáculos con que pudiera tropezar si algún día le conviene o se ve obligado a someterse, además que puede servirle también para guardarse la diferencia haciéndoles creer que el importe del rescate son dos millones y medio en vez de cuatro, pero para esto necesita que en el rescate, si algún día se hace, intervenga solamente elemento civil.
Día 7.- Por un soldado nos enteramos de que hoy esperan aquí [a] S. Mohan y que han llamado a la gente del poblado para tener una reunión, habiéndose visto aquí gente extraña. El Maalem ha dicho a los soldados que seguro venir el convoy, pero no sabe el día. Esto lo considero un camelo más.
El sargento Basallo dice que a poco de llegar él a Ain-Kamara, S. Mohan le dijo que por Occidente iba a haber otra sonada pues hacía pocos días había recibido una carta muy extensa del Raisuni en la que le decía que su gente tomaría Tetuán, además que tiene en la Alta Comisaría amigos que le comunican noticias y por los cuales se enteraba de todos nuestros planes. De ser esto cierto, ¿qué gente hay en la Alta Comisaría capaz de comunicarle esas noticias?
Hoy no hay cena a pesar de que la comida continúa siendo escasísima.
Día 8.- Llega S. Mohan y estamos todo el día encerrados.
Día 9.- Estamos también encerrados todo el día. Hay bastante gente y S. Mohan debe estar en la habitación contigua.
Por la mañana el guardián Amegar llama al sargento Basallo y, sin malos modos, le dice que ha hecho mal en fugarse, que mañana o pasado vendrán a una casa próxima todos los prisioneros de Ain-Kamara y que el hambre que estamos pasando pronto se arreglará. El Sr, coronel también habla un momento con Amegar, exponiéndole el hambre que pasamos, y le contesta: “Pronto tener que arreglar”. Por la presentación de Amegar me inclino a creer que hay negociaciones. El guardián Mehamed, sobrino de Abd-es-Selam, nos pregunta el día y mes en que estamos, y como por un soldado nos enteramos que mañana se van todos al frente, y además la gente que hoy hay por aquí continúa por la noche, me hace suponer que hayan tenido noticias de algún avance de nuestras tropas y quieran cerciorarse de la fecha exacta, aunque también pudiera ser para escribir alguna carta.
Día 10.- También estamos encerrados, y al salir a hacer nuestras necesidades vemos que se marcha toda la gente que había aquí ayer, y en ese momento vemos a Pajarito, al cual le pide autorización el capitán Sr. Aguirre para hablar con él. Al poco rato viene el guardián Mehamed y le dice: “¿Qué quiere Pajarito?” Le contesta que hablar con él para decirle que estamos muertos de hambre pues no hemos desayunado, la comida [es] escasísima: garbanzos sin cocer apenas con solo agua y sal, y un tercio de torta para cada uno. Se marcha y al poco rato vuelve con nueve tortas de trigo para los 18 que estamos aquí. Esto me indica que Pajarito en vista del hambre que pasamos no se atreve a presentarse ante nosotros, pero no les manda pan para así cuando se presente tengamos que darle las gracias por ello y aparecer por tanto como protector nuestro.
Nos enteramos que los soldados esta mañana de madrugada han llevado 66 proyectiles de artillería [al] Morro desde una casa de este poblado por lo cual parece ser que van a disparar contra la isla.
Día 11.- Al amanecer rompe el fuego de cañón el campo con tres disparos seguidos; la isla tarda unos diez minutos en contestar, con lo cual me indica que no había recibido ninguna confidencia. El cañoneo continúa con lentitud explosionando algunos proyectiles muy cerca. Alrededor de mediodía nos hacen salir y colocar en fila delante de la tapia de esta casa, a la vista de la isla. Al poco rato llega Pajarito que muestra extrañeza al vernos. Por el intérprete nos enteramos de lo que habla con el guardián enterándose de las causas de tenernos aquí; el guardián le dice que es porque han tirado a las casas de Abd-el-Krim (el que fue guardián nuestro) y Amegar, ambos parientes de S. Mohan y este último jefe de la guardia. Pajarito pregunta al capitán Aguirre qué tal, quien contesta “Muy mal”, que por qué estamos aquí [a lo que] contesta el capitán Aguirre que no sabe porque nada nos han dicho. Entonces Pajarito dice: “Para que os vea la isla y así sepa dónde estáis, pues ha tirado a las casas próximas” (a unos treinta metros de nuestra casa). El capitán Aguirre le expone nuestra situación; Pajarito promete mejorarla y alega como disculpa que no hay nadie encargado de comprarnos cosas y provisionalmente se encargará el S. Abd-es-Selam, lo único que nos compra, muy escaso, es el pan si no es que obligan a los poblados a traérnoslo; también dice [que] del convoy apenas queda y nos mandará hoy mismo una lata de pescado por individuo. Idris está trabajando con el Alto Comisario el cual se ha marchado a Madrid para no volver más. Idris ha escrito diciendo que los prisioneros están concentrados, ellos han contestado enviándoles las bases que él mismo (Pajarito) había firmado y que han salido por Fez hace 15 o 20 días. Esto viene a confirmar mi suposición de que habían escrito cuando nos preguntaron la fecha; esto que dice de las bases me indica una vez más que hay negociaciones, las cuales seguramente las lleva Idris en representación del Gobierno puesto que el Alto Comisario parece ser que ha dimitido e Idris se lo ha comunicado a estos. No creo que esas bases y cartas hayan ido por Fez, pues teniendo por seguro que Idris lleva las negociaciones y con autorización del Gobierno empleen esa línea de comunicaciones estando tan próxima la isla de Alhucemas, en donde creo está Idris con el cual también creo que llevan las negociaciones al menos por ahora, secretamente pues no les convendrá que los indígenas se enteren de ello. También decía Pajarito que ha leído en un periódico que el comandante general se va a marchar, que en un combate ocurrido hace pocos días hubo muchas bajas por ambas partes y al jefe de la columna lo han castigado. Con esto se demuestra que reciben la prensa española con poco retraso, y que estas noticias seguramente las hacen circular entre los indígenas para desprestigio nuestro. El general habla también con Pajarito diciéndole el encierro que disfrutamos no pudiendo siquiera despiojarnos a causa de la oscuridad en la que estamos. Pajarito le dice [que] es por los papelitos que arrojaron los aeroplanos, y en consecuencia las autoridades del Rif acordaron tomar precauciones. Tanta insistencia en lo de Gobierno de los moros, autoridades del Rif, y otras frases parecidas me demuestran que S. Mohan tiene gran interés en dar la sensación ante alguien de gran prestigio y organización bien para hacer más presión o para disponer de la kabila en un momento dado para los fines que le sean más convenientes.
Los oficiales de la otra casa también están fuera. La isla en cuanto nos vio no tiró en esta dirección, cesando el fuego al poco rato. En vista de esto nos meten en la habitación sin cerrar la puerta; aparece Mehamed (sobrino de S. Abd-es-Selam) con latas pequeñas de pescado, una a cada uno, y nos dice: “El convoy tardará en venir o no vendrá nunca”. Me parece es de las veces que más franco ha sido, y soy de [la] opinión, como hace pocos días dije, [de] que ahora es cuando más cerca estamos del fin, pues tengo la convicción de que saldremos en un plazo relativamente corto. Mis palabras causan gran impresión pues siempre me han creído pesimista, porque creía que aún no le convenía a S. Mohan que se efectuase el rescate, y además que los gobiernos estaban bien orientados o no creían llegado el momento de efectuarlo.
Día 12.- Empieza temprano el cañoneo lento y algo animado en inmediaciones. Los proyectiles de grueso calibre caen tan cerca que trozos de ellos y piedras dan en la puerta de nuestra habitación que está cerrada no obstante haber un cobertizo delante de la puerta, llenando el corral de humo y polvo. A media tarde cuando ya no tiran aquí cerca, nos sacan para colocarnos en el frente de esta casa y a la vista de la isla, vemos derruidas dos casas de las tres que están muy próximas a esta, una de S. Mohan en donde viven los criados, y otra de Amegar. Al poco rato pasa cerca de nosotros Pajarito, el cual no nos habla, y me figuro que debe estar de mal humor por los efectos de la artillería, lo cual no me extraña pues aunque ya hace días han destruido algunas casas del poblado, hasta hoy no le ha llegado un poco a lo vivo, y por la precisión con que tira la isla no me extrañaría nada que el día menos pensado destruyan parte de esta misma casa o aprovechen para hacerlo el momento que todos los días salimos al barranco pues nos ven salir. Vemos llegar a los oficiales y tropa de la otra casa que vienen del barranco detrás de la misma; se queda la tropa en la explanada próxima a la casa, y entran los oficiales. Esto indica que por ahora no tienen intenciones de deshacerse de nosotros, pues temiendo que por la proximidad de las casas destruidas cayese algún proyectil en ella, los han puesto a salvo llevándolos al barranco y es de notar que hoy nos han sacado a nosotros cuando ya habían sido destruidas las dos casas inmediatas, y la isla había variado de objetivo y conseguido el efecto útil que se proponía. Amegar cuando ha cesado el fuego observa las ruinas de su casa, viene adonde estamos nosotros con cara de muy mal humor, sin mirarnos siquiera, [y] dice a uno de los guardianes: “¿En dónde está el general? Ya estará contento con lo de hoy, pero ya me las pagará”. (De esta conversación nos enteramos por el intérprete), aunque este individuo, como todos los moros, es muy vengativo, no creo haga nada importante porque creo hay negociaciones y además porque no se atreverá a hacer nada al general sin orden de S. Mohan, si acaso únicamente molestar un poco en nuestro régimen de prisión.
Por la tropa nos enteramos que ayer y hoy se ha oído cañoneo hacia Oriente, suponiendo sea la harka que hace pocos días se marchó. Permanecemos fuera hasta anochecido y sin agua.
Día 13.- Por la mañana le dan al general una camisa de tropa que le ofreció Pajarito el otro día. Por la tropa que ha ido a Ain Kamara por cal, nos enteramos que están allí S. Mohan y S. Abd-es-Selam desde que se marcharon de aquí. Este último les preguntó cómo estaban; le contestaron que tenían mucha hambre, y les dieron un gorro lleno de higos a cada uno. En el preciso momento en que nos traen la escasísima comida –garbanzos sin cocer apenas con agua solamente- empieza el cañoneo tan próximo como ayer. Nos hacen salir fuera y comer allí. Pajarito aparece un momento y a petición del general promete enviarnos pan e higos, y así lo hace. Le gusta que se le pidan cosas y conceder algo, para que así nos demos cuenta de su personalidad influyente, además para que salgamos convencidos de ello, permanecemos fuera hasta el oscurecer.
Día 14.- Tenemos la puerta cerrada toda la mañana. Se le pide al guardián Mehamed algo para comer; contesta que él no es nadie, y lo dirá en la casa. Al poco rato vuelve y nos da 9 tortas de trigo. Al salir por la tarde nos encontramos que los oficiales de la otra casa están paseando por la explanada, lo cual me extraña algo pero no me sorprende; no nos dejan hablar ni detenernos con ellos. Esto me hace afirmar más en mis ideas optimistas, pero en fin, esperamos pues supongo que pronto habrá sucesos más importantes.
Día 15.- El capitán Sr. Aguirre escribe cuatro líneas a Pajarito diciéndole que desea hablarle de un asunto urgente. Al poco rato abren la puerta y llamado el capitán sale y habla con él, pero enterado que es para asunto de comida le dice que hablarán más despacio para lo cual le llamará después, pues quiere que llevemos buen recuerdo tanto de él como de S. Mehamed. ¿Habrá aparecido? Nada dice de ello.
Sospecho que la escasez de comida y los buenos modos sean para hacernos caer en alguna trastada; así se lo digo al capitán Sr. Aguirre, por si lo llaman no le coja desprevenido alguna proposición rara: escribir pidiendo el convoy, firmar alguna carta, etc, etc. En vista de esto el capitán Sr. Aguirre pregunta al general el camino a seguir si pretende que se firme alguna cuenta. El general le dice que firme, únicamente si se lo proponen, la cantidad exacta de los artículos que nos hayan dado, pero sin poner precio ninguno. Transcurre el día sin que sea llamado. Por el agujero vemos es de noche, hogueras en los montes de Tensamán; suponemos sea alguna alarma.
Día 16.- Sin desayuno. La comida continúa escasísima, y sin cena. Al coronel lo dejan estar al sol, encerrándonos a los demás. Nos enteramos por el coronel que los soldados han sacado de la casa unos treinta serones de higos de unos 100 kilos cada uno, muchos sacos de harina, maíz y habas, y cajones con latas de conservas de los convoyes llevándolos a la casa donde estuvieron los soldados enfermos curando la epidemia. Con este motivo se hacen comentarios. El general opina que es precaución por si se repite el cañoneo el coronel por si nos entregan, y teman el cañoneo inmediato después de nuestro rescate. Yo me inclino a pensar lo mismo que el general, no obstante que el guardián Hamedi haya dicho que es porque van a venir muchos moros y las mujeres de S. Abd-es-Selam. Por la mañana el capitán Aguirre habla un momento con el guardián Mehamed pidiéndole comida; contesta que no tiene nada, y por la tarde trae dos panes, dos botes de leche condensada y dos medias libras de tabaco para el coronel y capitán Aguirre, y dice que Abd-es-Selam y Pajarito se han ido a Ain-Kamara. El guardián Hamedi dice al coronel: “Venir S. Abd-es-Selam con papela y dar todo lo que querer; pan, huevos, etc”, como que quieren hagamos vales por dinero o comidas para alimentarnos, de lo cual nunca he sido ni seré partidario; también pudiera ser que pretendieran se escriba alguna carta pidiendo el convoy. Todo esto indica que encuentran dificultades para alimentarnos, ya sea porque no tienen ningún ingreso de dinero, ya sea porque los indígenas ofrecen resistencia a dar gratuitamente el pan para nosotros, y por consecuencia disminuye el prestigio de S. Mohan.
Día 17.- La guardia nos deja cocer en el corral unas cuantas habas que un soldado cambió por ropa. Tenemos una debilidad enorme y la mayoría aspecto cadavérico.
Día 18.- A media mañana han llegado S. Abd-es-Selam y Pajarito. Al oscurecer, Pajarito llama al capitán Aguirre, y le dice que un tal Ziasit, guardián de los oficiales de la otra casa, está preso por llevar una carta del general a la isla, y están averiguando quiénes son los cómplices, pero que no diga nada de esto al general; le da una torta y un poco de azúcar. Desde luego se ve claro que le ha dicho esto al capitán Aguirre para que se lo diga al general ¿con qué fin? No es cierto que el general ni ninguno de los que estamos aquí hayamos enviado alguna carta a la isla con Ziasit Ben-Al-lus. Pajarito llama después al sargento Basallo y le dice que tiene que escribir una carta pidiendo el convoy para los de Ain-Kamara, y para ello le llamará cuando pase un rato. El sargento Basallo pregunta al general qué hace, que le dice que ya sabe su manera de pensar, que escriban ellos pidiéndolo pero que no obstante haga lo que le parezca puesto que él siempre ha obrado en estos asuntos sin autorización alguna suya y con completa independencia, y ahora ya sabe lo que le dice y será quien ha de justificar todas las cuentas en que ha intervenido. Al poco rato Pajarito llama al capitán Aguirre y al sargento Basallo y les dice: al primero que escriba pidiendo el convoy para los de aquí, y al segundo para los de Ain-Kamara. El capitán Aguirre, según él mismo lo cuenta, le contestó que era inútil escribir pues aunque lo pida, el Gobierno no lo manda ni lo estima conveniente. Insistió Pajarito, y en tono enérgico le dijo: “Tengo el encargo de que escribáis”. El capitán Aguirre preguntó a quién, y le contestó que a quien quisiera, y escribe al comandante militar de la isla en términos parecidos a lo siguiente: “Por mando e iniciativa de los jefes moros de aquí le escribo para decirle la crítica situación por que atravesamos de víveres y demás alimentos necesarios para la vida. Me limito a decírselo por si pueden reducirlo, por ejemplo: por la compra directa de artículos, Ud. no obstante resolverá. En general bien de salud.” El sargento Basallo otra en términos parecidos. Se ve claramente que quieren venga el convoy y además piden dinero para si fracasa lo uno tener lo otro. El capitán Aguirre le expone los inconvenientes que pueden presentarse si mandan dinero o intervienen los naturales, indicándole que debe ser él (Pajarito) quien intervenga. Le contesta que tan pronto llegue el dinero se empezará a comprar los artículos que necesitemos para la vida, y Aguirre y Basallo en Ain-Kamara serán los depositarios y en su presencia se pagará a los moros vendedores. Muy bonito en teoría, pero desgraciadamente muy mal en práctica, aunque no llegaremos a ello. El capitán Aguirre le pregunta si esta situación se va a prolongar toda la vida. Le contesta que esto va a terminar pronto pues se ocupará él de ello. Pregunta cuántos días faltan para navidad con objeto de hacer compras de artículos para ese día. En resumen, que todo esto es un plan preparado; en la casa hay víveres todavía del convoy. El capitán Aguirre pregunta al general si ha hecho bien o mal. Le contesta que ya sabe su manera de pensar: que escribieran ellos.
Día 19.- Un soldado llamado Antonio se presenta diciéndonos que le han entrado en la casa amenazándole con una paliza y matarlo si no dice los oficiales de esta casa que han escrito una carta a la isla. El general, en tonos elevados con objeto de que se entere la guardia, le dice que aquí no ha escrito nadie. Aparece en este momento el guardián Mehamed a quien le dice lo mismo. Al poco rato Pajarito llama al general y al coronel, quienes le dicen lo mismo. Pajarito, a pregunta de ellos, dice que del rescate dentro de un par de días quizás les diga algo; hay negociaciones por Melilla, Fez, Tánger, Tetuán y la isla. Mala cosa es que haya negociaciones por tantos sitios; creo que únicamente serán por la isla. El general le pide que nos deje ventilar algo la habitación. Después que se marchan la guardia nos deja sacudir las mantas. También le habló de la comida, y manda 9 tortas; a Basallo le dejan coger algunas medicinas de los cajones que con ellas hay en la casa; al coronel le dan dos latinas de pescado. Sigo opinando que se aproxima el fin.
Día 20.- Fakir Hamed da al general dos pedazos de pan y un puñado de pasas. Permanecemos encerrados todo el día habiendo dejado fuera al coronel para tomar el sol. Por la tarde nos dan un saco terrero con higos y al coronel un bote de leche condensada y un cuarterón de tabaco. El coronel cuenta que ha estado hablando con Pajarito el cual le ha dicho que mañana esperan noticias de las cartas de ayer; nuestro rescate es asunto independiente de la guerra; ellos no admiten el protectorado español, ni el francés, ni el inglés; si es necesario morir mueren todos pero el convoy deben mandarlo pues no lo administran tan mal los moros cuando aún tienen cosas del convoy. Desde hace unos días no tomamos café, que era nuestro desayuno, pues según nos dijeron se había terminado, pero la guardia sigue tomándolo.
Día 21.- Pajarito habla con el general y el coronel, diciéndoles que el general Burguete había dicho que no mandaba más convoy porque los moros se quedan con casi todo, y sería mejor enviarles dinero con los moros de la zona ocupada; que esto de enviarnos dinero sería mala cosa porque el que lo trajera se lo quitarían por el camino; a primeros de este mes el general Burguete se marchó a Madrid con la familia para no volver más y en un periódico del día 7 del actual ha leído que había habido crisis y han entrado los liberales; las negociaciones para el rescate se llevan con militares (supongo será el general Castro Girona); Maura ha dicho que el general Berenguer hizo mal dejando aquí los prisioneros; sería mejor que los moros enviaran los prisioneros a España y marchar cada uno a su casa (esto en el sentido de que por este acto de ellos abandonemos Marruecos); promete enviar algo de pescado de las latas que todavía tienen de los convoyes y sal para la comida.
Por la tarde el guardián Mehamed nos trae una latita de pescado por individuo y media libra de tabaco, todo de los convoyes, y nueve tortas de pan, aguantándonos así algo el hambre.
Día 22.- Pajarito habla con el general y el coronel y les dice que oficialmente nada sabe del rescate, pero quizás esta tarde pueda decir algo. El general pide más comida, especialmente para la tropa por el trabajo. Contesta que escribamos, y el general le dice: “Vosotros sois los que tenéis que decirlo”. Parece convencerse pues dice que va a esperar la contestación de las cartas que escribieron el capitán Aguirre y sargento Basallo.
Día 23.- Pajarito llama al general, coronel y capitán Aguirre, les da varias cartas, entre ellas una de Idris Ben Said el cual está en la isla -confirmadas mis suposiciones- en la que dice va a hablar con Pajarito del rescate, y después vendrá a vernos. Pajarito dice que hoy se arreglará nuestra comida, que se escriba pidiendo lo que hace falta y se diga que él se porta bien con nosotros. Sospecho que Idris le haya escrito alguna otra carta diciéndole que nosotros pidamos víveres, y por su parte agrega que se diga lo de su buen comportamiento para así vencer alguna resistencia si la hay. Cada uno escribe una carta por la que vienen al poco rato y se la lleva. El general no pide nada, diciendo únicamente el régimen a que estamos sujetos y así dejar en libertad de mandar lo que quieran o puedan puesto que el comandante militar en la suya dice: “…para remediar desde aquí las necesidades más urgentes”. Pajarito promete enviar alguna cosa para cenar, pero no lo manda. Por la tarde llega un indígena de Gomara, jefe de Fadil Aixa (el que llevó las dos cartas) y dos o tres individuos al parecer de la zona francesa. Anochecido abren la puerta y aparece el guardián Mehamed acompañado de toda la guardia con los fusiles montados y una cadena que se la pone al general; al sargento Basallo quieren ponérsela pero desisten porque no funciona un candado. El general, con objeto de orientarse, pregunta a Mehamed -que no se presenta en malas formas pues hace la operación con cuidado para no molestarle- ¿A qué obedece esto? ¿Lo sabe Pajarito? Contesta: “Mandarlo jefe y Pajarito nada saber”. Nos quedamos todos sorprendidos, sin saber el motivo y fin perseguido. El general me dice que pregunte opiniones, pero sin duda por el efecto que ha causado son algo exageradas. Le aconsejo por de pronto que nos prevengamos por si hay algo de Fadil Aixa y sería conveniente estar todos de acuerdo para no incurrir en contradicciones; si mañana nos preguntan algo, que digamos: “Este individuo, Fadil Aixa, llevó una carta del general para el general Castro Girona en la que se decía únicamente “Estamos bien”; el general le dio la carta porque el individuo nos dijo que era de parte de la casa y la pedía él para que la guardia no se enterase, creyéndolo así nosotros y considerándolo sería persona de confianza de la casa al estar de guardián con nosotros. Al general le parece esto excelente y me recomienda lo diga a todos y así lo hago. Por si es referente a la prisión del guardián Iasit B. Al-lus, de la cual nos habló hace poco Pajarito y como los que estamos en esta casa nunca hemos mandado cartas con él, soy partidario de que se diga la verdad si también somos preguntados en este sentido, es decir: que nunca hemos mandado carta alguna con Ben Al-lus a la isla, y sin especificar si de esta casa o de la otra. También se dice a todos que por ningún concepto, aunque se valgan del procedimiento que quieran, digamos cosa contraria a cualquiera de estos dos asuntos, y todos muestran su conformidad. A pesar de todo me inclino a creer que hay algo de comedia; en este sentido le hablo al general y por el convencimiento que de ello tengo consigo quitarle el pesimismo.
Día 24.- En cuanto amanece me levanto porque hoy espero acontecimientos. Hablo con el Sr. Coronel y varios más, y expongo el siguiente resumen: por todo lo que acontece desde hace una temporada me siento francamente optimista, claro que preparado a cualquier contingencia. Lo sucedido anoche no aminora mi optimismo, y creo que pueden ser dos cosas: una postura de la casa para algo que todavía no alcanzo a comprender y otra una precaución. Espero que esta mañana ocurrirá algo que pueda inclinarme en un sentido o en otro, y creo lo deduciremos de la conversación que tenga Pajarito con el general, pues creo que vendrá a verle hoy y le hablará dándole explicaciones de lo sucedido. Al general así se lo he dicho también para que esté prevenido, indicándole que le deje hablar primero para ver si por la forma de presentarse deducimos algo. Insisten los compañeros en preguntarme si continúa mi optimismo; les digo: “si cabe mayor aún”, como dije a uno de ellos hace pocos días seremos rescatados en la segunda quincena de enero y probablemente más próximo al final que al principio de la misma. Como es natural mis palabras causan gran alegría por el concepto que todos tienen de mí, llamándome pesimista porque siempre he visto nuestra salida lejana, en cambio hoy la veo próxima, puede que me equivoque, pero creo que gracias a Dios acertaré.
A poco de amanecer el guardián Mehamed, en buenos modos, quita la cadena al general. A media mañana aparece Pajarito, que habla con el general, coronel y capitán Aguirre. Dice al general que perdone por lo de anoche, que obedece a que oficialmente han recibido una confidencia que querían llevárselo, y S. Abd-es-Selam en junta de jefes acordó hacer esto que durará dos o tres días para dar la sensación al país de que todo esto está tranquilo y nada puede ocurrir, y que las autoridades del Rif se preocupan de ellos; que es asunto independiente de las negociaciones que continúan por buen camino, pronto nos marcharemos, y en tono de broma dice: “Cuando vaya a España podrá decir que los moros lo han tenido con cadena”. Como las cartas que entregó ayer las vieron los soldados y la guardia, si alguno pregunta algo que se diga que han venido por Tafersit (comprobada mi suposición de que las negociaciones las lleva la casa en secreto). Recomienda mucho secreto pues una indiscreción podría echarlo todo a perder. Como ayer el general le solicitó que escribiéramos todos los oficiales, dice: “Despacio, todo tiene que venir por sus pasos contados”, y que todas las cartas que se escriban se hagan con letra grande y clara para poderlas leer y él el día de mañana poder decir a los jefes que no decían nada de particular. Insiste en que lo de la cadena no tiene más remedio que hacerlo; anoche estuvo por mandar un papelito al general, que no tuviese cuidado, pero no lo hizo por no suscitar sospechas de la guardia.
Por la tropa nos enteramos de que les han dicho que no tengan cuidado por ver así al general.
Con las cartas de ayer enviaron doscientas pesetas para el capitán Sr. Aguirre. También dice Pajarito que la cuestión comida está resuelta pues S. Mohan ha dicho que nos compran comestibles, pan, huevos etc. Esto me hace sospechar que también con las cartas de ayer hayan enviado dinero de la isla, lo cual significa acceder a los deseos de esta gente. Se marcha y al poco rato vuelve con Abd-el-Krim (hermano de Amegar), y tanto a la tropa como a nosotros nos leen la siguiente “orden y abeso para los prisioneros. El prisionero que salga de noche será foselado inmediatamente. El segundo jefe del A.M. del ejército del Rif. Amar Ben Abd-es-Selam”. De palabra agregan que no salga nadie de noche, aunque nos digan que es orden de S. Mohan. Pajarito se ha quedado con las doscientas pesetas del capitán Sr. Aguirre, diciéndole que es mejor tenerlas él para evitar que se las pueda quitar algún guardián, y él se encargará de comprarle todas las cosas que necesite, mandando al poco rato pan, algunos higos, un poco de té, azúcar y café esto último de lo que todavía tiene en la casa el convoy. A peticiones del general manda también una latita de carne para cada dos, un bote de salmón para cada seis, una botella de vino para cada dos, una botella de anís para cada seis, y media libra de tabaco para los 18 de esta habitación. Todos estos artículos son de los convoyes que tienen guardados en la casa no obstante habernos dicho hace pocos días que no quedaba nada del convoy y habernos tenido tantos días sin comer apenas.
También digo al general [que] creo que con certeza y alguna anticipación sabremos el día del rescate; antes de efectuarse habrá distinciones para él y el coronel primero, después para los demás, y será llamado antes de ser rescatados para hablar con S. Mohan y quizás también con S. Abd-es-Selam.
Ha aumentado la guardia en tres individuos más y la tropa está haciendo una garita encima de nuestra habitación, lo cual indica que temen algo o quieren dar la sensación que toman precauciones con nosotros; todo el día tenemos la puerta abierta y a poco de cerrar vuelven a abrir para poner la cadena al general y al sargento Basallo, con las mismas precauciones de ayer, presenciándolo gente extraña a la guardia y Amegar, el jefe de ellos, el cual en tono amable pregunta: “¿General está enfadado?”. El general contesta: “Ya ves”, y Amegar dice: “Gobierno quiere robarte a ti y llevarte por Melilla”.
Sospecho que la cadena al general sea por lo de las cartas que no lo hayan podido probar y quizás el Fadil Aixa cuando se haya presentado y con objeto de atraerse las simpatías, contase el intento de fuga que no pasó de proyecto en forma exageradísima y haya llegado algo a oídos de esta gente y hayan obligado a S. Mohan [a] que tome precauciones; a Basallo supongo sea el castigo por el intento de fuga también.
Día 25.- Abren temprano para quitar la cadena, y al general le traen una torta y un bote de salmón. Al capitán Aguirre (de su dinero) y a los demás, la escasísima comida diaria y media torta cada uno. Nos enteramos que Pajarito está en Ain-Kamara. Por la noche vuelven a poner la cadena; Amegar se limita a presenciarlo desde la puerta, y al ver que el general mira al candado le dice al guardián Mehamed en chelja: “Es necesario traer otro candado más fuerte”. Esto me escama en el sentido de que se prolongue. Ya veremos.
Día 26.- Abren temprano para quitar la cadena. Al general le dan una torta y un bote de salmón, y al capitán Aguirre tres tortas de su dinero. Pajarito aparece por el corral, y el capitán Aguirre le pide cosas en latas para comer todos. Contesta que ya no queda nada, que están esperando… No termina la frase, y no sabemos los que estarán esperando. También se le pide autorización para escribir a la isla pidiendo medicamentos, y contesta que se escriba y mañana pedirá la carta. El general le pide que cese la cadena, y contesta que hay que esperar a que se marchen determinados elementos y hablará de ello a S. Abd-es-Selam. Todo el día la puerta abierta y al oscurecer, la cadena.
Día 27.- Abren temprano para quitar la cadena. Al poco rato ofrece Fakir Hamed, y le da al coronel, un poco de azúcar, una torta y dos latitas con sardinas (hace unos días Pajarito dijo que ya no había latas de sardinas). El guardián Mehamed coloca junto a nuestra puerta en una tabla la orden que hace pocos días nos leyeron.
Es de advertir que antes de arrojar los aeroplanos las hojas ofreciendo dinero por nosotros, se quedaban en la casa con las medicinas no entregando ninguna, y cuando las pedíamos diciendo que si no las daban se morían los enfermos, contestaban que no había nada o que se muriesen. Desde entonces empezaron a darnos las que necesitábamos, por lo tanto las hojas fueron una especie de seguro de vida que el Alto Mando nos hizo, pues así les costaría más trabajo y tropezarían con mayores dificultades si querían deshacerse de nosotros; además tienen el acicate del dinero para impulsar a los indígenas a obligar a S. Mohan a efectuar el rescate, y este también estará más decidido porque unido a todo esto tienen la supresión de los convoyes con lo que pierden una fuente de ingresos sumándose los gastos para nuestra alimentación; en cambio desde que han tenido noticias del cambio de política y dimisión del Alto Comisario, nos dicen que se han terminado las medicinas y por esa circunstancia -pues son necesarias- es por lo que se intenta nos dejen escribir pidiéndolas, y además nos colocan la orden con nosotros, es decir, que ya no les importa hacer cualquier barbaridad con nosotros y están muy contentos con el nuevo gobierno, lo que demuestra que con el anterior estaban muy descontentos, y el estar esta gente descontenta es cuando no acceden a sus imposiciones o no satisfacen sus ambiciones. A media mañana se presenta Pajarito con una tarjeta del comandante militar de la isla preguntando por un soldado (esto indica que continúan las negociaciones); el general vuelve a hablarle de la cadena y contesta que hablará con S. Abd-es-Selam del rescate, dice: “De hecho las negociaciones van bien”.
Por los regalos -aunque no son tales por ser todo del convoy- que hacen al general, coronel y algún extraordinario de comida para los demás, parece ser que tienen deseos de agradar, y cuando los moros hacen esto, y sobre todo ahora que hay negociaciones, es porque esperan algo.
Día 28.- Abren al amanecer y quitan la cadena. Al poco rato se presenta Pajarito y habla con el general y capitán Aguirre, a quienes da a leer unas cuantas cartas para los prisioneros diciéndoles que para entregárnoslas tiene que dar las órdenes S. Mohan, con quien hablará, enseguida que lo autorice las entregará, y escribiremos todos los oficiales, poco, con letra clara y grande, y diciendo en la forma que estamos y que manden víveres. Dice al general que escriba una carta acusando recibo de estas y pidiendo cosas de comer. El general escribe una carta firmada por él al comandante militar de la isla en la forma siguiente: “Como continuación a la mía del 23 le participo que todos los oficiales siguen sin novedad, han llegado varias cartas y desde luego pueden mandar lo que deseen para remediar en lo posible nuestra necesidad especialmente la del hambre”. El capitán Aguirre, actuando de secretario, escribe la siguiente carta a Idris B. Said firmada por Pajarito: “A la conferencia que iban a tener hoy no puedo acudir pues tiene que resolver varios asuntos; será dentro de 3 o 4 días y a ella acudirá con la mejor intención que espera de su buena amistad que por el dador cumpla la promesa que le hizo en las cartas que mandó por el director de La Libertad (suponemos es dinero). Como puede ver por la carta del general aquí se le da facilidades para todo, puede mandar lo que quiera y espera gestione del gobierno que mande el convoy pues aquí los prisioneros están muy mal”. Las cartas de que habla Pajarito cree son las que dice el Sr. Oteyza en sus libros “Abd-el-Krim y los prisioneros” que le dio un amigo misterioso de Abd-el-Krim, uno de los muchos y muy poderosos que tiene en Europa (copiando del libro estando ya en libertad al poner en limpio las cuartillas). Hay que tener en cuenta que aunque las cartas han llegado, no nos las han entregado; siempre que ha habido negociaciones o mandado un convoy hemos permanecido ajenos a ello (me refiero [a los] que estamos en Axdir) y con respecto a la entrega del convoy a nosotros, siempre ha sido deficiente y más aún en esta última temporada, Pajarito dice que el Alto Comisario Sr. Villanueva vendrá a la isla con un ministro y dos paisanos – cuyos nombres dice pero no recuerdo- uno de ellos parecido a Echevarrieta y otro a Gerona, para tratar del pacto y de la paz. Esta noticia me desilusiona un poco pues no llevan las negociaciones militares como hace poco dijo el mismo Pajarito, pero al enterarme por los compañeros quién es el Sr. Echevarrieta, y por intervenir el general Castro Girona, considero un hecho el rescate, lo mismo que todos mis compañeros, confirmándolo el comportamiento actual de esta gente, pues la cadena creo es asunto independiente de él. El general se contraría también al principio, pero considera el rescate lo mismo que los demás, dice: “Podemos considerarnos mártires, después de nosotros solo están los muertos”.
Después de cerrar la puerta vuelven a abrirla con mucho sigilo, deprisa, y entra el guardia Mehamed y otro, quedando el resto en la puerta y, con las precauciones de siempre, miran rápidamente al interior de la habitación y se marchan cerrando enseguida, supongo habrá sido por si se quita la cadena o por el temor de fuga, pues hoy ha llegado un moro de los de Gomara que ya estuvo aquí otra vez cuando Fadil-Aixa.
Día 29.- Abren temprano y quitan la cadena. Se presenta Pajarito y dice: “Quedará una latita de carne por individuo”. El general insiste sobre la cadena y contesta: “Ya veremos”. Al capitán Sr. Aguirre le dan como todos los días tres tortas de pan de su dinero, y al general le regalan una. Al mediodía reparte la latita por individuo (hace pocos días Pajarito dijo que ya no quedaba nada). Cierran anochecido y ponen la cadena.
Día 30.- Abren temprano quitando la cadena. Un soldado nos dice que han puesto la tienda de campaña en la playa y el Maalem les ha dicho que va a venir convoy. Continúan por lo tanto con el camelo del convoy. A media mañana aparece Pajarito, habla con el general y capitán Aguirre y les dice que ya tienen la orden de entregarnos las cartas del otro día. Así lo hace entregando solamente las dos que hay para los de esta casa; que escribamos una carta todos los oficiales, muy corta y con letra clara pues de lo contrario no saldrán, y en ellas se diga poco más o menos: Estamos bien, envíen convoy…; que el Gobierno quiere mandar dinero con los moros (cuando dice que lo cree es que sabe lo han mandado ya), lo cual es mala cosa pues la mitad se queda por el camino (quiere que llegue completo). Si llega algún dinero por este procedimiento lo cogen y no acusan recibo, aunque lo mande la isla pues el dinero da lugar a muchas cosas y no quiere tenerlo (esto ya me supongo es el modo de pensar de S. Mohan para evitar los intermediarios pues desde el momento que los haya, lo menos que puede hacerse es publicar la noticia que S. Mohan recibe dinero del Gobierno; sus enemigos tendrían un arma para combatirle y sus amigos acudirían para que les pagasen, es decir, que no le conviene recibir dinero en esa forma), únicamente 100 o 200 pesetas de cada oficial por ser poca cantidad –unas nueve mil pesetas- y administrarlas él (esto ya es un negocio suyo que plantea). [Dice] al general que escriba pidiendo convoy, este opone resistencia y le dice le deje escribir extenso para razonarlo. Pajarito le contesta él, como jefe de los prisioneros, debe preocuparse de nuestra alimentación; [y que] ya ve cómo estamos de ropa y alimentos (ni el general ni nosotros vemos las ropas y alimentos que tengan guardadas en la casa), [que] si quiere escriba, o no; lo que quiera. Esto ya es un poco de presión; si no viene el convoy seguramente nos moriremos algunos de hambre, pero no todos. Claro está que si estas víctimas son necesarias, debe haberlas si ello representa un beneficio para España en el problema de Marruecos. Creo que así será, pues viendo S. Mohan que la mercancía se estropea se decidiría a efectuar el rescate. Esto lo debe aprovechar España. Es decir, no intentar siquiera el rescate, nada más que obligarlo a que sea él quien lo solicite, y entonces imponer condiciones, y como será partidario de no perder el precio que nos han fijado puede también conseguirse ventajosísimas condiciones: la sumisión de Beni Urriaguel aun cuando ello cueste, como antes digo, algunas víctimas de los prisioneros y más dinero por el rescate, una vez conseguida la sumisión y ocupada la kabila se termine el problema de Marruecos, dedicándose después únicamente a consolidar la pacificación y rápidamente empezar el comercio inundando esto de mercancías españolas, con rótulos en árabe y si es necesario subvencionado por el Gobierno en los primeros años para desterrar las mercancías francesas, inglesas y demás extranjeras, y explotar este terreno, implantar rápidamente el protectorado con la organización administrativa judicial etc, [también] encauzar la emigración española hacia aquí. El protectorado ha de ser de conquista, pero con la suficiente habilidad política para que, aunque efectivamente sea así, aparentemente no lo sea y el indígena esté contento con él.
Todos los oficiales escribimos a nuestras familias, casi todos respecto del convoy dicen, como siempre, en términos parecidos a los siguientes: “Si hay convoy, envíen víveres”. Creo que esto no es pedir el convoy. El general escribe la siguiente carta al comandante militar de la isla:”Mi querido coronel: Después de las medicinas pedidas, de nuevo escribo a Ud. bajo la presión del hambre y la desnudez, y forzado por esta circunstancia me veo obligado a decirle que convendrá venga cuanto antes el convoy”. Una vez entregada la carta a Pajarito, este dice que: “Me indica convendría vaya el convoy por el Gandía u otro barco semejante”. Así lo hace el general y lo pone como posdata. En este caso se quiere dar a entender que se escribe por presión de esta gente, creyendo que en la isla se dan cuenta de nuestra verdadera situación lo comprenderán así, como también que la iniciativa del Gandía u otro barco semejante es suya.
A pesar de ser todas las cartas muy cortas apenas nos dan tiempo a escribirlas pues enseguida se presenta Pajarito por ellas con mucha prisa. Supongo es porque no tengamos tiempo de pensar lo que se va a escribir. Dice al general: “Cuando salga de aquí va a salir con mucha rabia contra nosotros”. Le contesta: “No. Lejos para no veros”. Insiste sobre la cadena y Pajarito le contesta con evasivas. El general le pregunta si ha mandado algo para él de la isla. Le coge de improviso esta pregunta, y contesta un poco desorientado: “Quizás mañana”. De esto deducimos que algo han mandado de la isla, y que la disminución de comida en estos días anteriores y hoy -que solo nos han dado pan, un tercio de torta y unos cuantos garbanzos- ha sido para ejercer presión sobre nosotros y escribiéramos las cartas. Después de recogidas nos manda unos cuantos higos, creo que el interés y la prisa que demuestran es para que venga el convoy, y esto ¿es una actitud de S. Mohan ante los indígenas o una imposición a España para tratar después del rescate? ¿Cómo? También piden que venga el Gandía u otro barco semejante ¿Será para el negocio que Pajarito propuso a [3] y Pajarero del rescate particular? También dice Pajarito que hoy o mañana vendrá un barco para tratar del rescate. ¿Qué barco? Al general le han regalado una torta de pan y una latita con carne. Al cerrar la puerta, anochecido, ponen la cadena.
Día 21.- Abren a la misma hora y quitan la cadena. Se presenta Pajarito que entra un saco terrero con medicinas que seguramente han mandado de la isla, aunque nada dice. Al cerrar, anochecido, la puerta y poner la cadena Amegar, que presencia la operación, dice a los guardianes en chelja: “Ahora sí que está seguro, no se escapará”. Es decir, que sigue la comedia de la fuga, aunque ellos bien convencidos están que con las precauciones que toman con los oficiales, no podemos escaparnos.
Enero de 1923
Día 1.- Abren lo mismo. No pueden quitar la cadena porque el guardián que tiene la llave del candado se ha marchado. Se lo comunican a Pajarito, el cual se apresura a intentar abrirlo con varias llaves que trae, y en vista que no sirve ninguna, dice: “Pediré permiso a S. Abd-es-Selam para romperlo”. Esto demuestra que todo se hace con conocimiento de la casa. Vuelve enseguida y personalmente rompe el candado; habla con el general y dice que están esperando venga el convoy que se había suprimido porque el general Burguete decía que se lo comían los moros; algo se comen los moros pero también algo llega a nosotros, en cambio mandando dinero, como lo hacían, nada llega; que están esperando calme el mar para que venga el barco a lo del rescate; si el Gobierno no quiere mandar el convoy, [que] nos saque, pues ellos están dispuestos a hacerlo, y si no quiere sacarnos debe venir el convoy. Entrega una carta del médico de la isla con instrucciones sobre el empleo de las medicinas y otra del comandante militar de la cual se desprende que no es culpa suya no mandar víveres de la isla; creemos que las dificultades son de los moros, derechos de aduana o cualquier otra exigencia. Mira la habitación donde estamos y se muestra sorprendido al ver la pocilga. Promete ocuparse de la comida, y manda una latita de carne para cada uno.
Me parece que hoy Pajarito ha hablado con más franqueza que otros días, pues creo que ellos están dispuestos a efectuar el rescate porque considero que ha disminuido mucho el prestigio de S. Mohan, y habiendo resistido hasta el último momento porque así le convenía, ahora ya le conviene hacer el rescate porque así consigue aumentar su prestigio en decadencia; con este acto, pues, demostrará a los suyos que España le ha dado todo lo que ha pedido por los prisioneros, y con ese dinero pagar las numerosas deudas que tiene y sostener una harka para los fines que más le convenga. Al general le ha regalado un bote de salmón de los convoyes.
Día 2.- Abren temprano y quitan la cadena. Aparece Pajarito, y el general insiste en que no le ponga más la cadena. Contesta con evasivas, y lo único claro que dice es: “Estamos haciendo una cosa…..” ¿Qué será? Por la mañana hemos oído bombardeo de aeroplanos y según un guardián nos dijo, era en el Zoko Telatza de Beni Tuzin. Me agrada el bombardeo y más aún si hubiese operaciones, para convencer a esta gente de que España es fuerte y puede llegar hasta aquí cuando quiera. Al mismo tiempo que con ello se hará presión para vencer las dificultades que puedan presentar para el rescate y conseguirlo en condiciones más ventajosas para España, aunque no habrá muchas dificultades por parte de los moros pues creo que ahora tienen empeño por que se realice.
Día 3.- Abren lo mismo y quitan la cadena. Un soldado nos dice que se ve un barco en alta mar ¿Será el barco con la comisión de la que tanto nos ha hablado Pajarito? Aparece este, entrega tres paquetitos con medicina, le enseña al general una carta del comandante militar de la isla y le dice que conteste pidiendo dinero para la tropa, y los oficiales que quieran hagan vales por 100 o 200 pesetas cada uno a cuenta de su paga, cantidad que él administrará lo mismo que hace con el capitán Sr. Aguirre (bien servidos íbamos, por lo visto en la isla no le han presentado dificultades y sigue con el propósito de quedarse con unos cuantos miles de pesetas). Promete darnos pan y unas latas de conservas. Los cuatro millones están en la isla; S. Mohan pide ahora cinco millones: medio millón por cada vez que se han roto las negociaciones (¡la avaricia al dinero, cómo no! Cuánto más se les da, más quieren, pero creo se arreglará y saldremos pronto). El rescate está próximo. S. Mohan está en camino y llegará aquí hoy o mañana. Como el general le pide otra vez que no le pongan la cadena le dice que si viene S. Mohan le hablará de ello, y si no viene se la quitará. [™ambién dice que] uno de estos días vendrá la tropa que está en Ain-Kamara. El general le pide también unos papeles que se dejó en la habitación contigua la noche del 11 de enero del año pasado cuando le trasladaron a esta habitación porque le hacen falta para las cosas de España cuando lleguemos allí. Contesta que cree le harán falta, pues ha estado hablando con unos oficiales de Estado Mayor a bordo sobre si el general Navarro ha hecho o dejado de hacer, pero que no los puede dar porque ignora quién los tenga, y los guardianes que entonces había ya no están ahora. ¿Con qué oficiales de Estado Mayor ha estado hablando? ¿Sería anoche en el barco que la tropa nos ha dicho esta mañana que se veía en alta mar?
Se presenta Fakir Hamed y preguntado por el motivo de poner la cadena dice “porque un periódico ha dicho que un moro ha llevado a Tguissa (Gomara) una carta del general y que iban a robarlo” (aquí está el motivo principal que yo creí sería, quiera Dios que también acierte ahora en mis suposiciones, pues saldríamos pronto). De todo lo que nos pasa tiene la culpa el Gobierno ¡Cómo no! El Alto Comisario, el comandante militar y la prensa y ellos han tenido que tomar medidas. Nos trae una torta de pan, tres latas de salmón y un puñado de higos para todos. ¡Pobrecitos! Todo el mundo tiene la culpa de nuestra situación menos ellos que son unos infelices; esto demuestra lo cínicos que son.
Con tener S. Mohan en su poder todos los prisioneros dispone de un arma poderosa de dos kilos, que sabiéndola emplear España se le podía herir en el corazón, pero prácticamente se ha demostrado todo lo contrario ¿por qué? Por muchos y variados motivos; todos los españoles han contribuido principalmente por el desconocimiento del rifeño y de la política conveniente a seguir; ello y que se les ha dejado manejarlas a su antojo. Las heridas que ha causado a España en vez de servir para que los españoles reflexionen y busquen el medio de que ellos mismos se maten, ha servido para indignarse únicamente de los malos tratos que recibimos los prisioneros, no entregando los convoyes, etc, etc… y todo su afán ha sido empezar una campaña para libertarnos, campaña misericordiosa y que nunca olvidaremos de nuestros queridos hermanos, pero no obstante ser una parte de ese arma, reconozco que se nos debe emplear procurando que al desgarrar sus carnes no tropiece en algún hueso y se inutilice, pero si es necesario inutilizarla para que en su agonía no se la arranque y la vuelva contra España, debe ponerse todo el afán en ello aunque cueste muchas lágrimas, no mirando el presente sino el porvenir y no olvidarse de que el progreso implica muerte. Ahora tiene la ocasión España de sacrificar un escaso número de sus hermanos y obtener el triunfo mientras que no teniendo valor ahora…. ¿se tendrá cuando sea crecidísimo el número de víctimas y quizás estéril? Lo probable es que así ocurra si se desea terminar pronto el problema marroquí porque será muy difícil la ocupación pacífica de Beni Urriaguel y se tardará mucho tiempo, y más aún con la política actual, de robustecer claramente la autoridad del Majzen a la que son refractarios los indígenas mostrándose en cambio partidarios de España, al menos en la zona oriental que yo conozco y que la Oficina Central de Melilla lo sabe perfectamente. Para nosotros ¡qué mayor gloria que dar nuestras vidas por nuestra amadísima España y sobre nuestros cadáveres pasen los emisarios dignos de nuestro antiguo poderío y ser el jalón de una nueva era de engrandecimiento. Todavía tengo esperanzas de que nuestros hermanos recapaciten que con la ayuda de Dios salven a la patria; inconscientemente y animados de buenísimos sentimientos han contribuido a que S. Mohan se considere más poderoso y así se lo haga creer a los suyos: S. Mohan recibe periódicos y cartas de españoles y extranjeros con poco retraso y estudia detenidamente la marcha de nuestra política para aprovecharse de ella. Esto ha ocurrido con la campaña pro-prisioneros y con algunos más que aisladamente con o sin representación ni siquiera oficiosa, le hacían proposiciones que él rechazaba con habilidad las cuales contribuían a elevar el precio de la mercancía y a que se diera cuenta de que siempre que quieran venderla les vale dinero, con lo que se prolonga el cautiverio sin conseguir nada beneficioso.
El general escribe la carta al comandante militar acusando recibo de las medicinas, pidiendo dinero para todos (sorteando así la cuestión de los vales) y un poco alabanza para Pajarito; a este le parece bien y se la lleva.
Esta mañana se llevaron a Basallo a Ain-Kamara diciéndole que iba para curar a un moro; regresa por la tarde y nos relata las siguientes noticias sensacionales. Al salir por la mañana de esta habitación lo llevan a presencia de Pajarito quien le entrega unos papeles para que se los dé a S. Abd-es-Selam que está en Ain-Kamara. Al llegar allí le dice S. Abd-es-Selam que a quien tiene que curar es a su mujer. Lo hace y después le enseña unos cuantos papeles de los que ha entregado entre los que hay un telegrama del señor Echevarrieta dirigido a Idris en el que le dice que puede entregar a S. Mohan el documento con las condiciones para el rescate. Le enseña cinco copias de este documento escritas a máquina sin firmar. Leyó las condiciones y son las siguientes: una, que en un plazo de cinco días (tiene fecha 3 del actual el documento) lo acepten o lo rechacen; otra, que por el rescate se pagarán cuatro millones en papel y plata u oro que se acuñará para este caso especial; otra, que el Majzen del Rif fijará el día del rescate y en esa fecha serán libertados los presos moros de Larache, Ceuta, Tetuán y Melilla; otra, caso de no aceptar quedarán definitivamente rotas las negociaciones y empezará la acción. Este documento lo firmarán S. Abd-es-Selam, S. Mohan y cinco jefes prestigiosos. También llevó Basallo ejemplares de fecha reciente de El Sol, La libertad y algunos periódicos ilustrados (me supongo los manda Idris) y una carta escrita en árabe, muy extensa de Idris y que según le ha dicho S. Abd-es-Selam en ella le dice que en cuanto firmen el documento vendrá el convoy que está preparado en Melilla. Basallo le pregunta si firmarán y contesta que dentro de dos días vendrá el convoy. Sidi Abd-es-Selam pregunta a Basallo si se puede acuñar moneda en cinco días. Le contesta que aunque no lo sabe, cree que sí. También le pregunta que por qué ahora no habla la prensa del rescate. Le contesta Basallo que no lo sabe, y dice que ahora es cuando deben hablar pues así se verá que ellos siempre han pedido lo mismo: los millones y los prisioneros. Le da para comer pan e higos, y le dice que no tiene nada en la casa, habiendo tenido que mandar a Axdir por víveres, y por el camino se encontrará los mulos con ellos. Basallo ve en la misma habitación cuatro cajas llenas de chocolate (del cual nada hemos visto) y de regreso aquí se encuentra mulos cargados con latas de sardinas y otros pescados (de lo que apenas nos han dado) y latas con melocotón y mermeladas (de esto último no nos han dado nada).
Estas noticias vienen a confirmar mis impresiones de hace próximamente un mes: que el rescate está próximo y si por desgracia se rompiesen las negociaciones actuales, sería la vez que más cerca hemos estado para salir.
Me agrada extraordinariamente el que la prensa no se ocupe de nosotros ni de las negociaciones, y esto, unido a estar Idris en la isla ignorándolo la opinión española y hasta la mayoría de nuestros familiares -deducido esto de la carta que ha recibido el Sr. coronel Araujo de su familia- son dos condiciones esencialísimas para llegar a un feliz término, pero se necesita completarlas evitando que ni siquiera oficialmente haya negociaciones con ningún otro conducto ni de ningún género, si todo se hace así me demuestra que el Gobierno lleva un magnífico camino para conseguir el triunfo del rescate y… quizás la sumisión de Beni Urriaguel.
También dice el sargento Basallo que después de los indígenas firmarán el documento el Alto Comisario, un representante, el Sr. Echevarrieta y otro.
El ideal sería efectuar el rescate sin dar un céntimo y ocupando la kabila al mismo tiempo. Este ideal hoy día no es imposible pero sí muy difícil y por consiguiente el Gobierno, que así lo habrá comprendido, procurará aproximarse a él todo cuanto sea posible. Creo que ya es tarde para decirle a S. Mohan: “Si quieres que los prisioneros sean rescatados por los cuatro millones que pides, es necesario que al mismo tiempo se someta Beni Urriaguel al Protectorado y entonces se os dará no cuatro sino seis u ocho millones. De no ser así, España no quiere a los prisioneros con los que podéis quedaros, sin que se les envíe lo más mínimo para su alimentación”. Claro que hace mucho tiempo se le habrá dicho así y sin admitir ningún comienzo de negociaciones que no fuesen en estas condiciones, ni enviar un gramo de víveres y mantenerse en esta actitud siempre, pues si se flaquea en lo más mínimo, todo se echa a perder sin ventaja alguna.
Día 4.- Abren temprano y quitan la cadena. Un soldado nos dice que anoche llegó S. Mohan y se ha marchado esta mañana. A mediodía se presenta Fakir Hamed y trae dos platos con gallina y patatas para el general y el coronel, a quienes hace salir al corral para comerlo, sirviéndoles después té; reparten a los demás una latita con carne para cada uno (de los convoyes) además de la comida ordinaria: media torta de pan y los escasísimos garbanzos sin apenas cocer con agua solamente. Aparece Pajarito para darle pan al capitán señor Aguirre del dinero que le administra, y dice que el asunto del rescate marcha muy bien.
El extraordinario de la comida para el general y el coronel, que nunca han hecho, me parece excelente y hace que me afirme más en que el rescate es un hecho, empezando a realizarse mis suposiciones que dije al general el día 24 del mes pasado.
Cierran anochecido y ponen la cadena, dejando abierto el candado al sargento Basallo, a quien le aconsejo lo cierre, pues pudiera ser un ardid para entrar después y al verlo así diga la guardia que ha querido escaparse y tengamos un espectáculo. Lo hace y al poco rato la guardia, con armamento y rápidamente, abre la puerta entrando uno directamente a ver el candado referido. Observamos la extrañeza que le causa el verlo cerrado. Basallo pregunta qué pasa. Contesta sonriente: “Nada”, y se marchan enseguida cerrando la puerta. ¿A qué viene esto? Como es casi seguro que ha sido intencionado, me supongo será venganza de algún enemigo que tenga Basallo, o para aparecer después Pajarito nuevamente como protector y quizás intentar por ello le firme alguna cuenta de la tropa de Ain-Kamara o vale pidiendo dinero a la isla, o cosa parecida.
Día 5.- Abren próximamente a la misma hora y quitan la cadena. Pajarito llama al sargento Basallo, lo entra en la casa y habla a solas con S. Abd-es-Selam, el cual le hace firmar una cuenta del agente de Ain-Kamara; también le dice que se ha firmado el contrato, y que mañana vendrá el convoy de la isla, pero que ni a Pajarito se lo diga. Le pregunta si puede curar a su mujer en seis o siete días, y que no saldremos hasta que estemos repuestos. Al salir Basallo habla con Pajarito quien le dice que ha oído todo lo que le ha dicho S. Abd-es-Selam, y que la cuenta de las veintiocho mil pesetas hace mal este en mandarla, pues ya le dijo que debía esperar a que viniera el convoy y mandarla después. ¿Es que Pajarito tiene el negocio del convoy y S. Abd-es-Selam el de las veintiocho mil pesetas? El secreto que S. Abd-es-Selam quería que guardara Basallo para Pajarito demuestra lo intrigantes que siempre han sido y serán los moros. Pajarito también le dice a Basallo que S. Mohan ha exigido una condición más por la que el Gobierno no transigirá, pero que él lo arreglará (esto es otra intriga más para aparecer como el que solventa todas las dificultades). Basallo le dice al general que él no ha firmado la cuenta de las veintiocho mil pesetas, y al teniente Sr. Sánchez Ocaña le dice que la ha firmado. Supongo que no se ha atrevido decir al general que ha firmado la cuenta porque en una ocasión le dijo que él no le decía que se dejara matar por no firmar, pero que tampoco autorizaba para que firmara, pero que hiciera lo que quisiera, pues él sería quien el día de mañana tendría que responder de lo firmado. Cierran anochecido y ponen la cadena.
Día 6.- Abren temprano y quitan la cadena. La tropa dice que se ha visto lejos un barco. ¿Vendría anoche por el documento? Aparece Pajarito a media mañana y, a preguntas del general, dice que no han ido a la isla porque esperaban que esta pusiera bandera blanca y han puesto una de color. El general le dice que el poner hoy la bandera nacional es por la festividad del día (Santa Bárbara). Me parece que lo de la bandera es un pretexto, pues demasiado sabe que poniendo ellos bandera blanca no les pasa nada, sobre todo ahora que están en relaciones. Supongo será otra la causa (que la isla no querrá pagar aduana por los artículos que envíe, pagar los mulos por el traslado desde la playa hasta aquí, o cualquier otra exigencia de esta gente). También le dice Pajarito que hoy no le pondrán la cadena, y le regala una torta de pan. Esto creo es un buen síntoma. Al cerrar la puerta anochecido ponen la cadena solamente a Basallo; este dice a los guardianes que Pajarito le había dicho esta mañana que ya no se la pondrían. Van a preguntárselo pero no lo encuentran y Abd-el-Krim (hermano de Amegar), con quien hablan, les dice que también la pongan al general; y así lo hacen.
Día 7.- Abren temprano, quitan la cadena y regalan una torta al general y Basallo. Abd-el-Krim (hermano de Amegar) se lleva a Basallo y según este cuenta “lo llevó a una casa próxima entrándolo en una habitación en donde estaba Hammú (el administrador de la tropa de Ain-Kamara) quedándose ambos solos y le presenta una cuenta de la tropa desde el día en que Basallo intentó fugarse hasta la fecha, a razón de media torta por individuo al precio de cincuenta céntimos cada una. Le dice que hoy o mañana vendrán víveres de la isla. Esto me parece muy mal toda vez que no ha presenciado la comida que allí han dado desde que se encuentra aquí con nosotros, teniendo que fiarse de lo que los moros le digan; ya debe de saber mejor que nosotros la clase de pájaros que son.
Basallo le cuenta al general que al volver de la casa en donde estaba Hammú venía acompañado por el individuo (cuyo nombre ignoramos) de Tensamán y que parece es hombre de confianza de Pajarito, y le dijo que la noche que llevaba a la isla la cuenta que le dio S. Abd-es-Selam (la de veintiocho mil pesetas) le salió Pajarito al camino y se la quitó, teniendo que decir a S. Abd-es-Selam que entregó la cuenta, pero que no le dieron el dinero. Continúan las intrigas.
Aparece Pajarito y le dice al general que su hijo está en la isla, que hoy vendrán víveres de allí pues están esperando una señal para ir por ellos, y si no lo hacen mandará esta noche recado a la isla y vendrán mañana; que las negociaciones van bien pues los dos gobiernos están de acuerdo; que están esperando venga a la isla un paisano que se llama Echevarrieta pues no tienen confianza en Idris porque dos veces que ha intervenido, ha prometido cosas (supongo será dinero) que luego no ha cumplido, creyendo que no tiene representación del Gobierno. Insiste en que los millones están en la isla. De la cadena dice que se lo dijo a los guardianes, los cuales se lo preguntaron a S. Abd-es-Selam quien les dijo que hicieran lo que quisieran pero ya sabían que si se escapaba los fusilaba, y en vista de esto los guardianes optaron por ponérsela. Esto de la cadena me demuestra que fue un asunto particularísimo de Pajarito para congraciarse con el general, y los guardianes lo estropearon. Cierran anochecido y ponen la cadena.
Día 8.- Abren temprano y quitan la cadena. Al mediodía llega S. Mohan. Cierran al poco rato abriendo al atardecer, hora en que traen los escasísimos garbanzos. Al parecer hay junta en la habitación contigua de unos seis u ocho indígenas jefes de confianza, presidida por S. Mohan. Al salir al barranco vemos dos barcos. La coincidencia de esta junta, la presencia de estos dos barcos y terminar hoy el plazo de los cinco días me hace suponer que se ocupa de nosotros. Ayer y hoy se ha oído cañoneo hacia oriente, lo cual me agrada en extremo. Cierran anochecido y ponen la cadena.
Día 9.- Abren como ayer y quitan la cadena. Sabemos que esta mañana se han visto dos barcos; uno de ellos cree la tropa que es un submarino y supongo serían los de anoche con el convoy para la isla y quizás haya venido en alguno de ellos el Sr. Echevarrieta. Para comer dan dos cuartos de vaca, dos litros de aceite, garbanzos y arroz. Mandan al capitán Sr. Aguirre que vaya a la cocina para evitar filtraciones y gracias a Dios tenemos hoy dos comidas, escasas por cierto, pero es un banquete comparado con los demás días.
Fakir Hamed llama a Basallo y según este cuenta “lo metió en una habitación en donde hay un gran montón de paquetes de los convoyes, le enseña un recorte escrito a máquina del comandante militar en el que dice que para mandar cantidades como la de dos mil pesetas, de la Alicantina, es necesario se justifique debidamente y vayan a cobrarlas moros de confianza de la isla”. Por esto deduzco que han tratado de engañar al comandante militar y quiere atar bien los cabos. Se presenta Pajarito un momento y como hay moros en el corral dice que vendrá luego.
Un soldado nos cuenta que otros dos que están trabajando en casa de un cuñado de S. Mohan le han dicho que dentro de ocho días nos iremos. Esto me indica que ya se ha divulgado la noticia del rescate. El capitán Sr. Aguirre nos cuenta que en la otra casa hay unos cuantos oficiales que han recibido dinero de la isla administrándoselo Pajarito, del cual están muy descontentos. No me extraña la mala administración de Pajarito no obstante sus buenas palabras. Cierran anochecido y ponen la cadena, próximamente a las 21.00 abren la puerta y la quitan, sin dar ninguna explicación. Tanto esto como el extraordinario de la comida me parece un síntoma excelente y más aún si está aquí S. Mohan.
Día 10.- Abren lo mismo. Al general le regalan una torta de pan y al coronel una caja de panetelas (con dedicatoria de Idris) dos huevos y un bote de salmón. Como ayer se nota movimientos de gentes. Se ha oído cañoneo y cierran anochecido. Comida, los garbanzos de siempre.
Día 11.- También hay gente y la misma vida. El general me dice que el asunto se debe haber estropeado. Le pregunto el motivo y dice que le parece. Yo le expongo nuevamente las razones por las cuales no solamente creo que continúa muy bien sino que nos aproximamos al fin deprisa. Comida, la misma.
Día 12.- Igual que ayer. Se presenta Pajarito y dice al general que el rescate puede darse por hecho, que el mal estado del mar lo retrasa y en cuanto esté bueno vendrá la comisión e irá él personalmente para hablar; que los jefes moros exigen a S. Mohan se haga el rescate; que S. Mohan dio la orden de quitar la cadena; que la isla pondrá bandera blanca para ir y venir. Me parece que hoy es de las escasísimas veces que este pájaro es algo más franco, y lo dicho viene a confirmar mis suposiciones de siempre: que S. Mohan hace el rescate cuando le conviene habiendo resistido cuanto le ha sido posible, y como considero que ya no puede resistir más, estoy convencido que ahora salimos porque él quiere o porque se lo exigen; si el general Burguete no hubiera hecho manifestaciones públicas, a estas horas o quizás al mismo tiempo que vamos a salir por otro procedimiento estaríamos también libres o muertos, pero se habría terminado el problema marroquí… con honor y como debe terminar, pero también creo que si el Gobierno sabe desarrollar buena política, puede terminar también por el procedimiento pacífico y llegar al mismo resultado, claro que el camino es más largo y menos seguro. Lo de que la isla pondrá bandera blanca, me figuro será que ya se han solventado las dificultades que existían.
Llaman a Basallo el cual habla con Hammú (el que administra los víveres de la tropa en Ain-Kamara) y le dice, según cuenta Basallo, “que ya son amigos” que como prueba de ello le da seis paquetes de tabaco y seis libritos de papel de fumar. Esto me parece es debido a que le han abonado la cuenta que firmó Basallo.
Por el buzón nos enteramos de que Pajarito ha propuesto a los oficiales de la otra casa que pidan dinero a sus casas. Creo que no se hará cueste lo que cueste. Nos trae aquí unos cuantos higos, y algunos le entregan cartas para el comandante militar pidiendo pequeñas cantidades de dinero (veinticinco, treinta o cincuenta pesetas).
Día 13.- Como ocurre siempre que llueve anoche nos mojamos bastante por el mal estado del techo. Por el buzón nos comunica la otra casa que han escrito a sus casas pidiendo víveres, haciéndolo porque así es el único medio por el que pueden salir las cartas; que en Ain-Kamara han fallecido diecisiete de hambre y hay cuarenta graves, y en vista de esto la tropa que está aquí también quiere hacer vales a cuenta de su haber. Espero que no lo hará aun cuando nosotros nada podemos hacer por evitarlo por la incomunicación que con ellos tenemos, si tal hacen me parece un mal muy grande y que puede acarrearnos otros mayores. La misma comida y continúa el hambre. Hay bastantes indígenas.
Nota. El buzón es una piedra debajo de la cual -que está en el barranco- colocamos un papelito para comunicarnos de una casa a otra sin que se entere la guardia ni la tropa.
Día 14.- Abren temprano. Hay menos gente indígena. Fakir Hamed [dice] respecto algunos frases entre los oficiales de esta casa valiéndose de una lista y supongo serán recomendados de gente que haya en la isla, pues no ha dado a los que han hecho vale.
Pajarito habla con el general y le dice que las negociaciones continúan; que hay algunas condiciones que no quiere S. Mohan, pero que las pondrá en forma que las firmen (entonces no han firmado); que ha entregado al ……….[4] ..racia unos encargos, y por lo tanto deduzco que han debido ir a la isla anoche, pero es raro que no hayan traído nada para el general y más aún estando allí su hijo.
Día 15.- Aparece Pajarito y habla con el general diciéndole que hay algunas dificultades para el rescate pero que se arreglará; entrega varias cartas; que el coronel de la isla no está bueno pues no quiere hacer la seña para ir de aquí por las cosas del convoy; que [a] S. Mohan no le ha gustado que el Sr. Echevarrieta no le haya escrito directamente a él. Por las cartas nos enteramos de que el pan extraordinario que estos días es porque enviaron de la isla dinero para esos oficiales. La carta del comandante militar es de fecha 6 del actual para el general y le dice que cuando este (el general) le diga que hay seguridades de que nos llegan las cosas, las enviará y espera para mandarlas las ratifique, Idris en la suya del cuatro dice que ha escrito a S. Abd-es-Selam por que nos trate bien; que cuando el campo acepte la fórmula del convoy (se confirma mi espíritu de que las exigencias son de los moros) mandarán cosas, y que espera acepten las condiciones para llamar al Sr. Echevarrieta. De todo esto deduzco que el comandante militar de la isla no se fía de los moros (muy bien), a pesar de que seguramente le habrán dicho los criados de S. Abd-es- Selam o Pajarito que todo cuanto manden lo entregará no quieren mandar nada hasta que el general lo confirme.
También se demuestra el orgullo de S. Mohan al no agradarle que el Sr. Echevarrieta no le haya escrito directamente. El general escribe una carta al comandante militar pidiendo remedie la situación y por indicación de Pajarito haga una señal, como en tiempos del coronel Civantos e irán por víveres. Espero que quizás mañana o pasado, víveres de la isla y con objeto de que nos llegue, seguramente cerdo en su mayoría.
A media mañana hemos visto en un momento como quince individuos con una especie de bandera blanca marchando al compás de una corneta y presentando armas al mismo tiempo que tocaba la marcha de infantes, habiendo oído algunas de las voces de mando en español. Por un guardián nos enteramos de que el guardia de S. Mohan, “pues ahora ya no viene España y esto es una nación como las demás”. Vemos los recortes de que se vale para continuar con su prestigio, haciéndole ver esto a los indígenas, pues para la fuerza y confidentes estará perfectamente enterado de la terminación estéril de la campaña y repatriación de fuerzas, así como el cambio de la política a seguir en Marruecos desde que se encargó del poder el actual Gobierno y de la dimisión del general Burguete.
Día 16.- Abren temprano. Aparece Pajarito y el general se queja de que la comida de hoy (garbanzos solos) es más escasa que nunca, y le dice que convidará a comer a unos cuantos (lo que me hace sospechar es intencionada la escasez de comida). Después de haber comido los escasísimos garbanzos y media torta, como los demás días, Pajarito llama al general, al coronel, capitán Aguirre y teniente Rucoba de aquí, al coronel López Gómez, comandante Canaluche y teniente Nieto de la otra casa, y tres de aquí que por el sorteo entre nosotros -habiendo renunciado tener parte el teniente Dalias y yo- son los capitanes Ozaeta y Sainz y teniente Casado. Comen todos en el corral, permaneciendo los demás dentro de la habitación sin permitirnos salir. La comida, que es un banquete monstruo, consiste en borrego, pan abundante, melocotón, vino y anís (que todavía tienen de los convoyes). También abundante, y por petición del general, reparte Pajarito higos y media torta de pan para cada uno de los que no asistimos. Se le entrega cartas (aprovechando la buena disposición) y dice que las lleva S. Mohan que está aquí; que el rescate está hecho (y tan hecho, pues de lo contrario no hubiera habido nada de lo de hoy) pero que en el documento se dan las gracias al Rey de España y al Jalifa, y ellos no quieren nada con este último. Esto me hace sospechar que no quieren someterse o que a S. Mohan le conviene, por ahora, aparecer rebelde ante los suyos, y el dar las gracias al Jalifa es tanto como someterse, y por lo anteriormente expuesto han realizado esto que considero un ardid político magnífico de los nuestros pero que al parecer ha fracasado.
Por petición e insistencia del general consigue Pajarito que Basallo vaya a ver a la otra casa al teniente Garaygorta, que está mejor; cuenta que el individuo que creemos es el recadero de Pajarito a la isla, que le acompañaba al regresar. Se ha dicho que anoche llevó unas cartas y un documento a la isla, que el comandante militar, Idris y el capitán de artillería estuvieron escribiendo a la radio y después escribieron a máquina tardando en total tres horas, y se trajo un documento que al leerlo S. Mohan dijo: “Esto ya es otra cosa”. Así que la comida estando aquí S. Mohan en el corral sin recato de ninguno de los indígenas que entran y salen... De estas noticias deduzco que el asunto va adelantadísimo y si no hay ruptura (que a todo estoy preparado) creo que dentro de muy pocos días estaremos en nuestra querida e inolvidable España.
Hoy ya nos han dado media vela.
Día 17.- La comida de hoy consiste en garbanzos, más abundantes, con aceite que ayer dio el Pajarito. Por la tropa nos enteramos que han venido de la isla dos botes; por consiguiente deduzco que vendrá con víveres y, por tanto, que han aceptado la fórmula que Idris decía que el campo tenía que aceptar para enviarnos cosas de comer, y cuya fórmula debe ser la firma aceptando las condiciones.
Día 18.- Abren la puerta como los demás días. La media comida y media torta. Al general y coronel le regalan tres huevos (al continuar los regalitos continúan las negociaciones). A media tarde nos traen unos sacos con embutidos y latas de chorizos y dos o tres encargos particulares. He visto al Chuj Akarkes de la fracción de Beni Buidir (Tensamán). Cierran la puerta como siempre, anochecido. Creo que continuaremos en esta situación hasta el día que nos vayamos, es decir, dentro de la habitación y encerrados por la noche. Veremos si me equivoco.
Día 19.- La misma cantidad de garbanzos, escasísimos, pero con chorizo del llegado ayer, y nos parece una comida excelente. Pajarito aparece y dice que mañana o pasado vendrá Echevarrieta y que nos iremos dentro de seis días, pero nada dice de Idris, que según un guardián con mucho secreto nos ha dicho está aquí; promete darnos correo y los encargos que hayan llegado. De ser cierto me parece un síntoma excelente el que Idris esté aquí, así cuando no nos vea aún.
Día 20.- Traen más víveres de los llegados ayer, consistente todo en cerdo (confirmada una suposición de que la isla mandará casi todo cerdo para que así nos llegue). Continúa como estos días el movimiento de indígenas. S. Mohan está aquí. Para cenar han dado arroz (esto ya va entrando en periodo normal). Al atardecer aparece Pajarito con papel de escribir, que nos lo reparte una carta de Idris para él escrita en español (supongo será para evitar se enteren los intermediarios, en la que dice que envía papel de escribir para que los oficiales escriban a sus familias. Nos recomienda que escribamos enseguida, y así lo hacemos. Trae también un telegrama del Sr. Echevarrieta del que se saca una copia para devolver el original. Dice lo siguiente: Urgente. Idris B. Said. Alhucemas Madrid 1148-12-20-13.45. Recibido su satisfactorio telegrama todos muy satisfechos sus gestiones esto conviene haga presente señores del campo mi contento asunto entrega confiando que relaciones confiadas terminen con un acuerdo definitivo finalizando hechos y realizando y entrando en el periodo de paz y de trabajo desarrollo riqueza y bienestar. Este telegrama confirma todas mis suposiciones: que además del rescate se negocia la sumisión y la explotación de las riquezas de la kabila, y eso que este último puede conseguirse pues si no se hace al mismo tiempo que el rescate, o inmediatamente aprovechando la buena disposición de los indígenas hacia la paz y explotación de las minas, se tardará después mucho tiempo no por ello sino por el enemigo tan temible que tenemos que como lleva demostrado desde hace mucho tiempo no quiere la ocupación española no obstante ser el hueso (como suele decirse). No quiere la ocupación española porque esto sería una amenaza para él, y sus deseos son que España no levante cabeza, y aunque más poderoso que nosotros, teme nuestro engrandecimiento.
Al oscurecer se han visto dos barcos con remolques. Supongo será el convoy para suministrar la isla y el convoy para nosotros, y que Idris le dijo a S. Abd-es-Selam estaba preparado en Melilla para salir en cuanto se terminara el documento con las condiciones.
Como hemos escrito ya casi de noche Pajarito nos da tres velas (cuando quieren saben hacer las cosas bien).
Día 21.- Traen más víveres del convoy, y Pajarito dice que no hay más encargos particulares, pues en la isla había sesenta toneladas y nuestros hermanos se lo han comido; que va a la playa para hablar con Idris, el cual quería habernos visitado y que mañana vendrá. Se ve siempre la intención perversa de molestar, diciendo que nuestros hermanos se lo han comido, pero nunca dicen nos lo hemos comido todos nosotros, que es la realidad.
Ha llegado de Ain-Kamara el paisano Sr. Cánovas y está aquí con nosotros, y dice que en estos últimos días han fallecido allí catorce soldados de hambre. Pajarito le hace escribir una carta a Idris diciéndole que ha llegado aquí montado en un mulo y que mande dinero. Siempre lo mismo: dinero, dinero, dinero… y nosotros sin saber aprovechar este defecto del moro.
El Sr. Cánovas cuenta que por los indígenas se ha enterado de que Mehamed está en Madrid gestionando la paz, habiendo marchado por Gibraltar; que los indígenas [de] Ain-Kamara están muy contentos porque pregonan los zokos que ya no hay guerra y que el jueves (18 de este mes) hubo en el zoko Jemis salvas por haber proclamado sultán a S. Mohan. Esto demuestra que S. Mohan (como enterado que está del cambio de política) hace creer a los suyos todo esto y con la proclamación lleva su prestigio, al mismo tiempo que se rodea de seguridades con esa guardia personal.
Anochecido el general escribe a Pajarito diciéndole que no cabemos en la habitación. Se presenta al poco rato y se lleva al Sr. Cánovas. También hoy nos han dado arroz para la cena.
Día 22.- Abren como todos los días. Media torta como siempre, y judías para comer condimentadas con chorizo del que nos entregaron. Aparece Pajarito y entrega correo, y gracias a Dios recibo un telegrama y una carta de mi mamá. Dice al general que estuvo con Mehamed en París donde les trataron muy bien, y España quiso que les fueran entregados; que ya tienen acordado por Idris la forma de hacer el rescate y él estará en el barco mientras se efectúe y al Sr. Cánovas le dice que han llegado las dos mil pesetas. Creo que hayan estado en París lo que no explico es que Francia, siendo tan amiga nuestra y dispuesta a ayudarnos mutuamente en el problema marroquí, no nos los haya entregado sin que siquiera fuese necesario la menos indicación por parte nuestra. De ser cierto, quiere decir mucho, indica sus propósitos y el camino a seguir por nosotros en lo sucesivo, aunque también creo que no ha sido necesario este acto para saber de hace mucho tiempo a qué atenernos, pero considero esencialísimo para nuestra conciencia la forma de desarrollarlo con tal habilidad política que nunca puedan decirnos que nosotros hemos faltado a lo tratado; si no lo hacemos así y obramos con la hidalguía que siempre nos ha caracterizado, lo considero sumamente peligroso. De las dos mil pesetas del Sr. Cánovas creo que verá muy pocas, o quizás ninguna.
Al atardecer llega bastante gente cuya procedencia ignoramos; a pesar de preguntarlo a la guardia cantan y hacen salvas. Creo que será cosa nuestra y regocijo muy grande pues en todo el tiempo de cautiverio no recuerdo que haya ocurrido cosa análoga.
El general recibe una carta de fecha de ayer de Idris anunciando que ha enviado tres cajas de velas, las cuales no hemos visto, que hoy mandará más cajones particulares, y el convoy que es muy bueno, pero nada nos ha sido entregado. Hasta el último momento se quedarán con todo, esto porque el rescate es un hecho, así que de aquí puede deducirse lo que han hecho anteriormente cuando no había nada del rescate.
Por la noche cenamos arroz con chorizo.
Día 23.- Continúa aquí la gente que llegó ayer y han hecho una pantomima de correr la pólvora. Hammú, el administrador de la tropa [de] Ain-Kamara, se lleva a Basallo y según este dice le hace firmar una cuenta de gastos hechos con la tropa desde el día que terminó la cuenta anterior hasta cuatro días más a partir de hoy, y le dijo que S. Mohan le llamó para preguntarle que en cuántos días se repondría la tropa, contestándole que en cuatro. En la cuenta hay que contar cuatro funas que le dijo Hammú iban a comprar y el suministro de pan es de media torta los primeros días, y una torta por individuo al resto. Por el Sr. Cánovas nos enteramos que en Ain-Kamara han estado un día sin pan. Me parece que esas cuatro funas no se compran.
Por la tarde viene un soldado herido de una pedrada en la cabeza, producida por un guardián; esto porque van las cosas bien, e indica lo que pasaría si tuviéramos un retroceso. Hoy nos dan una torta a cada uno, y la comida consiste en judías. El sistema de aumento de pan me parece excelente.
Día 24.- Abren como estos días al amanecer; una torta y garbanzos para comer. Aparece Pajarito y entrega al general la siguiente carta: Excmo. Sr. general Navarro: Muy Sr. mío y de mi consideración; al llegar a Alhucemas me complazco en saludar a Ud. y a todos sus compañeros con la esperanza de que dentro de breve tiempo terminarán felizmente las gestiones con plenos poderes del Gobierno, [que] son objeto de mi viaje. Se reitera la expresión de mi afecto su afectísimo s.s. que estrecha su mano, H. Echevarrieta. Le entregamos varias cartas que se lleva, y la siguiente del general: Excmo. Sr. D. Horacio Echevarrieta. Muy Sr. mío y de toda mi consideración; su cariñosa y alentadora carta al llegar a nuestro poder nos ha proporcionado una inmensa alegría, natural en quien lleva esperando largo tiempo un fin a este cautiverio, fin que no dudamos próximo al ser Ud. el encargado de gestionarlo. Suyo afectísimo y muy agradecido. Firma y rúbrica.
A media mañana llega gran número de indígenas tocando gaitas y tamboril, estas muestran su regocijo, y por la carta anterior me figuro es que están enterados del próximo rescate y vienen al olor del dinero pretextando muestras de adhesión y fidelidad. Después de comer cierran la puerta y abren al transcurrir una hora próximamente. Nos enteramos que el teniente Garaygorta está gravísimo, creyendo que no saldrá del día; el general escribe una carta a Pajarito pidiéndole sea llevado a la isla. Nos dicen que está en la playa, y S. Abd-es-Selam que recibe la carta y en este momento está hablando con Basallo, contesta por este que en cuanto venga Pajarito lo llevarán. Si lo realizan sería el mejor sistema y quiere decir que los demás tardaremos muy poco en marcharnos también.
El barco que se vio esta mañana se marcha. Cierran la puerta al anochecer, abren al poco rato y aparece Pajarito, el cual, como le acompaña la guardia, saluda al general dándose mucha importancia. Le dice que está todo terminado y le entrega la siguiente carta: Excmo. Sr. general Don Felipe Navarro; distinguido amigo: salgo esta tarde para Melilla a fin de recoger a los prisioneros moros y regresar mañana para terminar definitivamente, y espero que con completo éxito, las gestiones que llevo realizando. Ruego a Ud. que tenga la bondad de asegurarse que todos los prisioneros españoles están dispuestos y completos para su rescate. Y, mi general, no acierto a expresar a Ud. y a todos sus compañeros la sincera emoción con que les envío mi saludo más afectuoso con la esperanza de poderles abrazar muy pronto. Suyo afectísimo amigo H. Echevarrieta. A bordo del Antonio López. 24 enero 1923. El general insiste para que lleven al teniente Garaygorta a la isla y consta “que mañana”. Se marcha y cierra la puerta y al poco rato abren y se presenta Fakir Hamed diciendo que de orden de S. Mohan se deja la puerta abierta hasta que el general disponga el que se cierre. La guardia nos pregunta la causa de nuestro regocijo. Se lo decimos y le pedimos que lleve un papel con la copia de la carta a la otra casa. Acepta y se manda. Vuelve diciendo que ha causado inmensa alegría, de la cual también participa tanto aquella guardia como esta, que el teniente Garaygorta está muy malo creyendo que no saldrá de la noche (no hay felicidad completa). Quiera Dios hacer un milagro y se salve, o al menos muera en tierra española.
Basallo fue llamado hoy por S. Abd-es-Selam y según nos dice para poner en español una cuenta de gastos hechos con los oficiales, que es curiosa pues figuran en ella latas de conservas de los convoyes y asciende a veintisiete mil pesetas desde octubre, fecha en que terminaba la de veintiocho mil pesetas.
Los guardianes a eso de las 22.00 dicen que hace mucho frío y piden permiso para cerrar, efectuándolo.
La alegría que todos teníamos contenida hasta este momento es inmensa y sin decirnos nada como si estuviéramos de acuerdo reímos y lloramos sin darnos cuenta de lo que hacemos. Se abre en nuestro corazón la luz de la esperanza de una próxima realidad y tenemos en estos momentos supremos de emoción el recuerdo de nuestros queridos seres y de las tierras de la Patria.
Día 25.- Se llama temprano para que abran la puerta y lo hacen enseguida. Dan para comer media torta porque dicen que no hay más en la casa, carne, azúcar y café. Dejan salir al patio a pesar de haber mucha gente de la que llaman de la montaña, la cual, a son de marcha y disparos y gaita marchan después de haber sido curioseados por ellos.
Aparece el Hoahem a quien el general le pide los encargos que hayan llegado de la isla y dice que cuando se marche la gente de la montaña. Dejan salir al corral no obstante haber muchos indígenas de los que esta gente llama de la montaña tocando la gaita. Al atardecer vuelve a venir el Moalem acompañado de Pajarito, este último dice que mañana vendrán los de Ain-Kamara y repartirán ropa, que los encargos particulares no los entrega porque aún no les ha abierto (por lo visto tienen decidido propósito de no entregar nada). El general insiste para que al menos mande un cajón de leche; trae uno y al abrirlo resulta ser del teniente Vivancos. Entrega unas cuantas cosas y precipitadamente y personalmente se lo lleva para la casa con objeto de que la guardia que está alejada no se aperciba y dice que ya tiene bastante con lo que la guardia ha entregado y cuando lo necesite ahí lo tiene. También por petición del general manda tres velas y cinco botellas de Ojen. Cierran la puerta anochecido y Basallo marcha a la otra casa por el estado agónico de Garaygorta.
Día 26.- Abren muy temprano. Nos dicen que vendrá Idris a vernos. Llega a media mañana y habla un momento con nosotros y muestra vehementes deseos de que nos marchemos, contrariándole mucho el temporal de hoy, el cual impide la estancia de los barcos de la bahía, asegurándonos que, aunque de noche, nos marcharíamos aprovechando un momento de calma, pues en el embarque se tardaría muy poco por estar todo perfectamente organizado. Se nos permite circular por el patio hasta bien entrada la noche que nos cierran la puerta, pero piden permiso para hacerlo los guardianes. Han hecho que los soldados traigan agua salada para lavarnos a consecuencia de no haber dormido la noche antes. Lo hacemos rendidos y haciéndonos la ilusión de que ya estamos en España. El contento es indescriptible, pareciéndonos una eternidad cada minuto. A media noche la guardia nos avisa sin abrirnos la puerta que han llegado dos barcos. Por la mañana nos han repartido una muda a cada oficial y soldado y un uniforme de tropa.
Día 27.- Al amanecer abren la puerta; se presenta un soldado de los que estaban en Ain-Kamara pidiendo algo para comer y que han pernoctado en una casa inmediata; se les da todo cuanto tenemos. Próximamente a media mañana emprenden la marcha estos y los de aquí con todos los enfermos, incluso oficiales, y nosotros lo hacemos cerca de mediodía y conducidos por la guardia. El Sr. coronel no podía andar lo deprisa que querían y le dieron un caballo. A un kilómetro próximamente de la playa nos hacen detener hasta media tarde debido a que hay aún algo de temporal, y las operaciones de embarque en lanchones se hace difícilmente. Por fin avanzamos hasta la tan deseada playa; en una tienda de campaña junto a la orilla está S. Abd-es-Selam, Pajarito, Idris, el Maalem, Mehamed, Abd-el-Krim (hermano de Amegar), y el Sr. Echevarrieta. Al capitán Sr. Aguirre lo hacen pasar a la tienda para contar el dinero. Se suspende el embarque, se forman corrillos viéndose caras contrariadas; el Sr. Echevarrieta se pasea nervioso por la playa sin dirigirnos la palabra. Idris va de un corrillo a otro. Atardece y continuamos igual. Desembarca un señor de paisano que es el Sr. Almeida del España 5, el único que se aproxima a nosotros ¡Cuántas reflexiones! ¡Cuántas preguntas me hago! Y el Sr. Almeida con su amabilidad nos explica la causa de la suspensión del embarque: faltan unos cuantos moros. El Sr. Echevarrieta consigue convencerlos dando su palabra de honor de que mañana estarán aquí esos moros y creo que se ofrece él quedarse. Inmediatamente sale uno de los barcos con rumbo a Occidente por ellos. Por fin, ya de noche, embarcamos el general y todos los jefes y oficiales menos el Sr. Echevarrieta que queda en tierra, embarcando después solo. Desde que empezamos el embarque, al general, que fue el último de los oficiales, no lo deja un momento el nombrado Maalem diciéndole que ya sabe lo amigo que es de España, que con el dinero que en una ocasión le entregó al Sr. coronel de la policía no pudo comprar todo lo que quería pues no era suya la culpa, repitiéndole constantemente lo mismo hasta el momento de embarcar. Pasamos junto a la isla saludándonos con vivas la guarnición que no distinguíamos por la oscuridad; el general Navarro felicita a los artilleros por los magníficos blancos que han hecho. Llegamos al Antonio López. Se efectuó el rescate ¿Será el principio del fin? ¡Dios lo quiera!
CONCLUSIONES
Estudiando detenidamente lo expuesto puede deducirse una línea de conducta a seguir para el futuro en la que colaboren en íntima compenetración la diplomacia y el poderío de nuestras armas. Partiendo de la base de llegar a Beni Urriaguel, verdadero foco de rebelión, en plan de penetración pacífica, se necesita reunir los distintos matices que contribuyen a la resistencia de nuestras incursiones para aplicar las modalidades necesarias según vayan presentándose obstáculos, labor que requiere un discrecional tacto político y una cabeza directora de reconocido talento, sin olvidar los variados relieves psicológicos de la raza árabe.
Tres grupos podemos distinguir en el complicado enmarañamiento indígena. Un primer conglomerado constituido por S. Abd-es-Selam, S. Mohan y S. Mehamed con sus parientes cercanos, cabecillas engreídos de muy difícil atracción siempre que S. Mohan persista en el gesto de independencia y de ardor bélico. Este grupo dispone del dinero del rescate y del temor de una mayoría acobardada ante las correrías dictatoriales del presente triunvirato, grupo que puede atacar nuestras posiciones y hasta poner a buen temple el sereno ánimo de nuestras tropas. Su fuerza y poderío está reconcentrado positivamente en las fracciones de Axdir y Marabten y poblado de Ain-Kamara.
Para mantener la política con S. Mohan necesita entenderse directamente un representante del Gobierno con el cabecilla moro, impidiendo y castigando severamente todas cuantas relaciones políticas o mercantiles se relacionen con el mismo (agentes mineros, comerciantes, hebreos, periodistas con notorio afán de popularidad, etc), no solo desde la zona fronteriza sino en nuestras propias plazas militares, en donde existe la codicia del negociante antepuesta al patriotismo y al verdadero interés nacional. La ingerencia de elementos extraños podría ser considerada con la severidad plausible que el código de justicia militar aplica a las relaciones en tiempo de guerra con el enemigo. El hombre que a mi leal opinión llevaría con el máximo acierto la dirección tan difícil y complicada política, eje sobre el cual descansa la obra de influencia en el protectorado, sería el ilustre Excmo. General Sr. Castro Girona, acreditado por sus frecuentes éxitos en la política desarrollada personalmente por tan elevada figura, trabajador de buena voluntad, de elevado espíritu patriótico, de gran prestigio entre los indígenas hasta el extremo de llamarle algunos padre de Gomara, y poseído de preciadísimas virtudes cívico-militares.
Idris Ben Said es un personaje moro que debe ser objeto de una escrupulosa y reservada observación. Su actuación en el rescate ha sido generosa, y durante el cautiverio nos ha llevado entre el salvajismo de aquella gente, rasgos de piedad y misericordia. Esto no obsta para que existan ciertas desconfianzas sobre la pureza de sus intervenciones, quedando la duda si preparó los fracasos en las negociaciones que gestionaron el coronel señor Patxot y el señor Almeida. Este personaje moro resulta ser un agente minero más de los que pululan por el Rif, de nulo prestigio entre la gente baja, y de afectuosa camaradería con S. Mohan. Puede por lo tanto aprovecharse de él en la parte beneficiosa por considerarlo persona interesadísima y por esta causa exponerse a confiarle grandes empresas políticas.
Don Horacio Echevarrieta constituye un auxiliar poderoso para la política española de penetración en nuestra zona de influencia. Los urriaguelís anhelan la paz para explotar las minas en los fantásticos sueños de riqueza, argumento que usó y abusó S. Mohan para levantar el espíritu guerrero y conducirlos a la lucha al comienzo, para más tarde establecer impuestos que sostenían a las fuerzas combatientes, y por último para efectuar el rescate, obra esta que se llevó a cabo con el descontento de los indígenas que no veían llegar las anheladas explotaciones mineras, ante el avance de nuestras tropas y las pequeñas guerras fratricidas entre Amar Hamido y Abd-el –Malek, todo lo cual creó en el indígena la necesidad de obtener lo más positivo, o sea el dinero en mayor menor escala del rescate de los prisioneros. S. Mohan, ante el descontento de todos, logró obtener el mejor partido posible, proclamándose sultán muy poco antes de efectuar el rescate de los prisioneros y rodeándose de preeminencias, guardia personal, etc, con el objeto de no intervenir en las pequeñas disensiones entre los suyos ya que el elevado puesto del sultanato constituye patente de superioridad que le otorga no descender a pequeños incidentes.
El segundo grupo está constituido por jefes de prestigio que no forman parte de esa especie de junta directiva, grupo importantísimo porque casi todo él es enemigo de dominaciones extranjeras que les incapacitarían en sus cacicazgos, que acuden a las juntas generales aunque estén disconformes de la jefatura de S. Mohan por temor a las represalias de este y entre los cuales existen algunos partidarios del Protectorado español. Este grupo merece una detenida y especial observación para combatirlo y atraérselo ya que, conseguido esto, S. Mohan y sus allegados caerían inmediatamente, mientras que si S. Mohan se somete fácilmente no arrastraría a estos por razones difíciles de explicar, entre otras por tener algunos “sangre francesa” y se han dejado influenciar sin duda por aquellos que aunque aparentemente no quieren ocupar el terreno que corresponde a España obran en contra nuestra por móviles oscuros que podrían conocerse por los datos que deben exigir en las comandancias generales y en las oficinas indígenas de nuestra zona de influencia. Los agentes encargados para trabajar a este grupo serían distintos que los anteriores, siempre bajo la competente dirección absoluta del Excmo. General Sr. Castro Girona.
El tercer grupo lo constituye el agente del pueblo, el último estado social dependiente del anterior, mayoría que va adonde quieren sus caciques, sin voluntad para emanciparse, con profundas simpatías por nosotros ya que anhelan sacudir el yugo de la opresión, pero sin que el miedo les capacite para llevar a cabo un levantamiento general.
DIFICULTADES CONSIDERABLES PARA LLEVAR A CABO NUESTRA OBRA EN MARRUECOS
La política española y la prensa repercute intensamente sobre nuestra acción en Marruecos. El patriotismo español no ha subido hasta el punto de mirar Marruecos como una finalidad práctica, y hoy estos dos factores sirven a innobles intereses de partidos sin reparar en que enterramos a su costa en aquellos campos la sangre y la hacienda española. La política de Marruecos debe ser ajena a la política en España. La prensa entorpece grandemente nuestra actuación, ya que allí llega todo lo que publica mediante agentes extranjeros interesados en nuestros percances y reveses. Los periódicos únicamente deben publicar en sus columnas las notas oficiosas que facilite el Ministerio de la Guerra o el de Estado, asesorado por la Alta Comisaría de Marruecos, pero sin el carácter público de tales oficiosas.
Otro factor digno de tenerse en cuenta lo constituyen los hebreos, todos ellos son gentes enriquecidas a costa del contrabando, son los primeros en verificar servicios de espionaje, comerciantes que viven en nuestras plazas militares, que visitan las comandancias generales y para los cuales se necesitaría un servicio especial de policía con el fin de contrarrestar sus esfuerzos. Las deficiencias en los órdenes administrativos, judicial, pedagógicos y sanitarios, merecen acometerlas radicalmente, rodeando de austeridad al funcionario público, protegiéndolo por un ejército colonial e indígena, escrupulosamente seleccionado.
UNA VENTAJA APROVECHABLE
La kabila de Tensamán anhela someterse a España. El comportamiento de la misma durante el año 1921, según datos oficiales que deben obrar en la Oficina Central de Asuntos Indígenas de Melilla, comprueba esta escueta afirmación. S. Mohan desarrolla una política guerrera de muy fácil conocimiento por nosotros, alienta el valor bélico de las kabilas limítrofes a Beni-Urriaguel, enviando frecuentemente emisarios con el fin de rodearse de una fuerte zona de terreno que se opondría al avance de nuestras tropas, quedando con ello incólume el valor guerrero del Beni-Urriaguel, ya que a lo sumo son partidas sueltas las que pelean contra nuestro ejército. Esta idea de S. Mohan la conocen los naturales de Tensamán, estos están agobiados de multas, sacrificios e imposiciones del caudillo rebelde y desean fervorosamente sacudir el yugo del opresor. Esto, unido a la decidida actitud a favor nuestro de Amar Hamido y Abd-el-Malek constituiría un hermosísimo plan de avance político militar por Marnisa y Guesnaia, la ocupación de Tensamán después, al alcance de la mano de Tissi-Aza, con lo que aislado interiormente Beni-Urriaguel, se sometería fácilmente.
Un error, a mi modo de ver las nuevas orientaciones políticas, es la brusquedad que supone robustecer la influencia del Majzen para atraerse las kabilas insometidas, pues la mayoría de los jefes incluidos en el segundo grupo miran con suspicaces recelos tan predominio, afianzados en la creencia de que se les prive de las jefaturas para postergar sus prestigios naturales ante otros de su misma raza.
Cúmpleme, al terminar el presente trabajo, manifestar sinceramente que todo él está obtenido de la observación directa y adaptado por lo tanto a la realidad presente. Encargado antes de los luctuosos sucesos de julio de 1921, de la Oficina Indígena de Buimeyán como así mismo de la parte guerrera que me correspondía como oficial de policía, recopilábamos datos, noticias, trabajo de estadística, etc, etc, que abarcaba nuestra compleja y variadísima misión y por medios rápidos de comunicación (telefonemas), oficios, partes de hechos de armas, carta política casi diaria, se enviaba al señor coronel jefe el resumen del día cuyos antecedentes deben existir, unos en Comandancia General y Oficina Central y otros en esta última solamente, porque cumpliendo órdenes superiores se remitían algunos comunicados al mismo tiempo que al jefe de la circunscripción y Oficina Central, a Comandancia General, documentos que acreditan la actuación de la Policía Indígena y la plena confirmación de todo lo ocurrido. Y sirva de final a estas amargas realidades la esperanza que vive en mí de que en el futuro se resuelva el problema africano. Para ello debe contribuir el patriotismo de todos, aportando cada cual sus esfuerzos a la común obra de engrandecimiento de España, acompañado nada más que de buena voluntad para llegar al final con el corazón henchido de gozo por la gloria y el honor de la patria.
ESPAÑA – JUNIO 1923
EL TENIENTE DE INFANTERÍA QUE PRESTO SUS SERVICIOS EN LA 15ª MÍA DE POLICÍA DE MELILLA
Fdo. Martín Elviro Verdeguer
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