Héroes sin testigos. La defensa de Intermedia A
Posición A, confirmada, un dÃa muy feliz
La carta de César de Medina
El
30 de abril de 1923, César de Medina, poeta, polÃtico y padre del teniente Antonio de Medina Castro, escribió
una extensa carta al Consejo Supremo de Guerra y Marina (1). La fecha no era
fortuita, poco antes se habÃa sobreseÃdo la causa donde se dilucidaba si
existió alguna irregularidad en la defensa de la posición Intermedia A, lugar donde murió en combate su querido hijo. La
causa se inició el 7 de diciembre de 1921 y fue su instructor el teniente
coronel Manuel Jiménez GarcÃa, uno de los designados para instruir las causas
que se derivasen de la investigación del general Picasso (2). La causa se
incluyó en la pérdida de las posiciones del entorno de Dar Drius, entre las que
figuraba Intermedia A.
Por
Real Decreto de 2 de enero de 1923 se sobreseyó definitivamente la causa por no
aparecer indicios de haberse cometido delito alguno en la defensa de la
posición. Poco después de ello fue cuando César de Medina escribió su carta.
Desplegó en seis puntos las dudas que, según su punto de vista, se habÃan
producido en torno a la conquista, ubicación y defensa de la posición, expuso
sus conclusiones en el punto séptimo:
“Que todo lo que acontece fue la causa de que
la escasa guarnición de la posición A, falta de órdenes y de socorro, quedara
completamente sola, rodeada de todo el enemigo. En cumplimiento estricto de su
deber militar, se prolongó una estéril y heroica defensa que duró cinco dÃas,
hasta que, agotadas las municiones, pereció por asalto, sin rendirse ni
capitular, siendo asesinados todos sus gloriosos defensores”
Una
posición olvidada, era el resumen de sus pensamientos. Olvidada en los papeles,
en los planos, en las relaciones de su unidad, olvidada por los que se
retiraban. A las dudas que, aunque no en su totalidad igualmente comparto,
habrÃa que añadir: Testimonios contradictorios, práctica inexistencia de
supervivientes, un juicio desfavorable, errores en las comunicaciones, falta de
órdenes y, sobre todo, una sensación de no entender por qué los defensores de A
se vieron volcados a prolongar, como escribÃa César, una estéril defensa. ¿Por
qué quedaron solos en aquella loma en Tauarda?
Tantas
dudas y una sola certeza: se portaron como valientes. Fueron héroes sin
testigos. Resistieron durante dÃas en las peores condiciones posibles, sin
agua, vÃveres, munición, completamente aislados y sin posibilidad de ser
socorridos. Recordar el sacrificio de los defensores de Intermedia A y saber
cómo se desarrollaron los acontecimientos es algo que se ganaron con creces. Su
gesta lo merece.
Fragmento de la carta de César de Medina Bocos |
La pista de Annual
Tras la ocupación y pérdida de Abarran el 1 de junio, el Alto Mando decidió ocupar una serie de posiciones, tanto en el frente avanzado como en la pista que comunicaba Ben Tieb con Annual. El mando de todas las operaciones recayó en el general Felipe Navarro Ceballos-Escalera, segundo jefe de la Comandancia General de Melilla. La pista que comunicaba Ben Tieb y Annual se empezó a construir tras la ocupación de Annual el 15 de enero de 1921. De su trazado se encargó la Comandancia de Ingenieros y debido a las dificultades que presentaba absorbió el presupuesto anual asignado a toda la red de caminos en la Comandancia. Los 21 kilómetros de serpenteante recorrido supusieron un reto para los ingenieros militares que debieron contratar personal local y contar además con el refuerzo de infantes asignados a las compañÃas de Zapadores.
Pista Ben Tieb-Annual. Las flechas amarillas indican los ataques rifeños la mañana del 22 de julio |
De las seis compañÃas de zapadores que formaban la Comandancia, cinco fueron asignadas (en diversas fases) a la construcción de la pista. Entre Annual e Izumar quedaron cuatro compañÃas y una quinta en Ben Tieb. Conseguir el acceso del Valle de Sepsa al campamento de Annual y lograr que a través de la pista pudieran circular hasta los vehÃculos pesados, fue sin duda un desafÃo para los ingenieros. Estrecha pista de poco más de tres metros de anchura, encajada entre alturas y barrancos que debÃa superar el desfiladero de Izumar que desde entonces fue conocido por su sinuosidad como el tobogán (3).
Hoy en dÃa sigue impresionando circular por allÃ. Debido a su angostura las tropas usaban además otra red de caminos secundarios, la mayorÃa de herradura, que corrÃan en paralelo a la pista o a través de las posiciones. Esto explicarÃa que parte de las tropas no usaran el 22 de julio la saturada pista principal retirándose a través de otros caminos.
En
paralelo a la construcción, la sección de campaña fue instalando posiciones en
ambos flancos del camino. A la derecha de la pista principal (en sentido
Annual) se instalaron Izumar y el Morabo de Sidi Mohamed ocupadas poco después
de Annual. Izumar fue de vital importancia ya que, al no poder llegar los
camiones y ambulancias hasta el campamento general, se realizaba allà el
transbordo de mercancÃas, municiones y heridos o enfermos. Al margen del acceso
por la pista principal se podÃa desde Izumar llegar al campamento de Annual
usando el camino viejo, de ahà que en algunas ocasiones se cite que estaba a la
derecha de la pista, pero a la izquierda del camino viejo.
Plano de los caminos de Izumar hasta Annual. Expediente Picasso |