jueves, 21 de marzo de 2024

Héroes sin Testigos. La defensa de Intermedia A

Héroes  sin testigos. La defensa de Intermedia A 

Posición A, confirmada, un día muy feliz

Defensores de Posición A 

 

La carta de César de Medina

El 30 de abril de 1923, César de Medina, poeta, político y padre del teniente Antonio de Medina Castro,  escribió una extensa carta al Consejo Supremo de Guerra y Marina (1). La fecha no era fortuita, poco antes se había sobreseído la causa donde se dilucidaba si existió alguna irregularidad en la defensa de la posición Intermedia A, lugar donde murió en combate su querido hijo. La causa se inició el 7 de diciembre de 1921 y fue su instructor el teniente coronel Manuel Jiménez García, uno de los designados para instruir las causas que se derivasen de la investigación del general Picasso (2). La causa se incluyó en la pérdida de las posiciones del entorno de Dar Drius, entre las que figuraba Intermedia A.

Por Real Decreto de 2 de enero de 1923 se sobreseyó definitivamente la causa por no aparecer indicios de haberse cometido delito alguno en la defensa de la posición. Poco después de ello fue cuando César de Medina escribió su carta. Desplegó en seis puntos las dudas que, según su punto de vista, se habían producido en torno a la conquista, ubicación y defensa de la posición, expuso sus conclusiones en el punto séptimo:

“Que todo lo que acontece fue la causa de que la escasa guarnición de la posición A, falta de órdenes y de socorro, quedara completamente sola, rodeada de todo el enemigo. En cumplimiento estricto de su deber militar, se prolongó una estéril y heroica defensa que duró cinco días, hasta que, agotadas las municiones, pereció por asalto, sin rendirse ni capitular, siendo asesinados todos sus gloriosos defensores”

Una posición olvidada, era el resumen de sus pensamientos. Olvidada en los papeles, en los planos, en las relaciones de su unidad, olvidada por los que se retiraban. A las dudas que, aunque no en su totalidad igualmente comparto, habría que añadir: Testimonios contradictorios, práctica inexistencia de supervivientes, un juicio desfavorable, errores en las comunicaciones, falta de órdenes y, sobre todo, una sensación de no entender por qué los defensores de A se vieron volcados a prolongar, como escribía César, una estéril defensa. ¿Por qué quedaron solos en aquella loma en Tauarda?

Tantas dudas y una sola certeza: se portaron como valientes. Fueron héroes sin testigos. Resistieron durante días en las peores condiciones posibles, sin agua, víveres, munición, completamente aislados y sin posibilidad de ser socorridos. Recordar el sacrificio de los defensores de Intermedia A y saber cómo se desarrollaron los acontecimientos es algo que se ganaron con creces. Su gesta lo merece. 

Fragmento de la carta de César de Medina Bocos


La pista de Annual

Tras la ocupación y pérdida de Abarran el 1 de junio, el Alto Mando decidió ocupar una serie de posiciones, tanto en el frente avanzado como en la pista que comunicaba Ben Tieb con Annual. El mando de todas las operaciones recayó en el general Felipe Navarro Ceballos-Escalera, segundo jefe de la Comandancia General de Melilla. La pista que comunicaba Ben Tieb y Annual se empezó a construir tras la ocupación de Annual el 15 de enero de 1921. De su trazado se encargó la Comandancia de Ingenieros y debido a las dificultades que presentaba absorbió el presupuesto anual asignado a toda la red de caminos en la Comandancia. Los 21 kilómetros de serpenteante recorrido supusieron un reto para los ingenieros militares que debieron contratar personal local y contar además con el refuerzo de infantes asignados a las compañías de Zapadores.

Pista Ben Tieb-Annual. Las flechas amarillas indican los ataques rifeños la mañana del 22 de julio

De las seis compañías de zapadores que formaban la Comandancia, cinco fueron asignadas (en diversas fases) a la construcción de la pista. Entre Annual e Izumar quedaron cuatro compañías y una quinta en Ben Tieb. Conseguir el acceso del Valle de Sepsa al campamento de Annual y lograr que a través de la pista pudieran circular hasta los vehículos pesados, fue sin duda un desafío para los ingenieros. Estrecha pista de poco más de tres metros de anchura, encajada entre alturas y barrancos que debía superar el desfiladero de Izumar que desde entonces fue conocido por su sinuosidad como el tobogán (3).

Hoy en día sigue impresionando circular por allí. Debido a su angostura las tropas usaban además otra red de caminos secundarios, la mayoría de herradura, que corrían en paralelo a la pista o a través de las posiciones. Esto explicaría que parte de las tropas no usaran el 22 de julio la saturada pista principal retirándose a través de otros caminos.

En paralelo a la construcción, la sección de campaña fue instalando posiciones en ambos flancos del camino. A la derecha de la pista principal (en sentido Annual) se instalaron Izumar y el Morabo de Sidi Mohamed ocupadas poco después de Annual. Izumar fue de vital importancia ya que, al no poder llegar los camiones y ambulancias hasta el campamento general, se realizaba allí el transbordo de mercancías, municiones y heridos o enfermos. Al margen del acceso por la pista principal se podía desde Izumar llegar al campamento de Annual usando el camino viejo, de ahí que en algunas ocasiones se cite que estaba a la derecha de la pista, pero a la izquierda del camino viejo. 

Plano de los caminos de Izumar hasta Annual. Expediente Picasso

A la izquierda de la pista se ubicaron la Intermedia A (ocupada el 3 de junio), Yebel Uddia (ubicada a más de 1000 metros) y la Intermedia B, situada antes de coronar el desfiladero. En los planos de la Comisión de Límites (4), se puede observar un camino de herradura que comunicaría, por la parte interna de la pista, las tres posiciones (visible en la actualidad con Google Earth). Esta circunstancia, como veremos, explicaría algunos de los movimientos de repliegue que se produjeron el 22 de julio. En los días previos a la retirada, se conquistó en el flanco derecho, sobre una alargada loma, una nueva posición muy cerca del campamento de Annual, que se denominó Intermedia C. Finalmente, el 22 de julio, el Alto Mando decidió instalar otra posición en el flanco izquierdo, junto a un viaducto construido por los ingenieros y conocido como puente de madera, obra que llevó a cabo el capitán Sarmiento. La columna (5) que debía ocupar esta posición, sin nombre, partió de Ben Tieb a primera hora de la mañana del 22, cuando en Annual estaban a punto de decidir la retirada. A pesar de ello, nada se comunicó a la columna que, a las órdenes del teniente coronel Primo de Rivera, partió a cumplir la orden recibida, ajenos por completo a lo que estaba sucediendo en Annual. La columna la formaban nada menos que 5 escuadrones de Alcántara, 3 compañías de Ceriñola, 1 compañía de zapadores, tropas de intendencia y una sección de ambulancia (prácticamente 700 hombres). Nada se les comunicó al partir ni cuando se iniciaron los trabajos de fortificación. La retirada de Annual les sorprendió (6) y obligó a finalizar los trabajos de fortificación. La gran mayoría de los efectivos se replegaron en orden a Ben Tieb, pero dos de las compañías de Ceriñola que se hallaban en la nueva posición lo hicieron en dirección a los barrancos y caminos interiores del macizo montañoso de Tauarda hasta alcanzar la altura del Yebel Uddia. Esta circunstancia será de especial relevancia en lo que posteriormente ocurrirá en la Intermedia A.