jueves, 6 de julio de 2023

Policía Indígena de Melilla

 Policía Indígena de Melilla

Artículo publicado en la revista Trápana

Creada en 1908 tras las conquistas de La Restinga y Cabo de Agua y formada por soldados rifeños al mando de oficiales españoles. En 1909 se produce la primera organización y experimenta la unidad un constante crecimiento hasta 1921. Era su cometido principal el mantenimiento del orden en las cábilas así como las labores de información y relaciones rifeñas. Con el paso del tiempo fueron empleadas las tropas en las campañas y tomaron parte en numerosos combates. Sirvieron en sus filas cientos de oficiales, algunos de los cuales forjaron brillantes carreras como africanistas. También miles de áscaris muchos de los cuales murieron en combate. En 1921 la unidad quedó prácticamente desecha tras las múltiples deserciones que se produjeron a consecuencia de las sucesivas retiradas. Tras el desastre se reorganizó la unidad y en menos de un año volvían a formar parte de las vanguardias en la campaña de reconquista del territorio perdido. En 1923, tras quince años de servicio, se disolvió la unidad y sus efectivos se integraron en la Mejalas y Cuerpo de Intervención. 

Los orígenes, las primeras unidades

1908-1910

El 12 de marzo de 1908 tropas españolas conquistan Cabo de Agua, la ocupación del enclave la realiza sin contratiempos una columna al mando del coronel de estado mayor Francisco Larrea Liso. El territorio situado frente a las Chafarinas cierra el arco marítimo en el cual se halla Melilla. Para asegurar el perímetro se conquistó en primer término la Mar Chica, posteriormente Cabo de Agua y en septiembre del mismo año el cabo de Tres Forcas. Las operaciones se realizaron bajo el mando del gobernador militar de Melilla, general José Marina Vega (1850-1926). Entre los oficiales que formaban su estado mayor figuran el coronel Francisco Larrea (jefe de estado mayor) y el comandante Gabriel de Morales (ayudante de Marina), ambos estrechamente ligados al historial de la Policía Indígena. También existía en Melilla una Oficina o Negociado de Asuntos Indígenas dependiente del Gobierno Militar. En 1906 era su jefe el teniente coronel de estado Mayor Gonzalo Gutiérrez Renau (1861-1919) junto al que se hallaba destinado el teniente José Riquelme López-Bago (1880-1972), oficial que serviría durante años en la Policía y en la que estuvo destinado en todos los empleos hasta coronel protagonizando una brillante carrera. En 1909 dependían del Negociado, la Academia de Árabe, creada en marzo de 1906 (1) y la escuela indígena cuyo primer director fue Francisco Sempere y en la que figuraban como profesores Mohamed Abd el Krim, José Riquelme y el auxiliar e intérprete Arturo Díaz Gallego (destinado en el Negociado de Asuntos Indígenas).

Las conquistas propician que se organicen las primeras unidades de Policía Indígena: dos núcleos de tropas, uno acantonado en La Restinga y el segundo en Cabo de Agua. La recluta del personal se efectuaría entre los habitantes del territorio ocupado siendo su principal misión la de garantizar el orden público. Según se recoge en la obra de José Álvarez Cabrera (2) debían ser individuos que destacasen por su formalidad, buena conducta y especiales condiciones para imponerse a los kabileños. Fueron los primeros áscaris, denominación que equivalente a la de soldado 2º en el ejército. Cobrarían 2 pesetas diarias, 4 los cabos (Maun) y se les dotaría de fusil Remington (3).

Oficiales y tropas de Policía, 1909   


En el origen de las fuerzas de Policía es necesario recordar la figura del fundador de las mismas, Francisco Larrea Liso, brillante militar al que es preciso reivindicar como uno de los primeros africanistas en la mejor expresión del término. Las fuerzas de La Restinga quedarían al mando del teniente Manuel García-Malea Silvestre (1875-1955)  este junto al también teniente Ángel de Pazos Zamora (1873-1927), que mandaba el núcleo de Cabo de Agua de serían los primeros oficiales de Policía. En octubre de 1908 Larrea y De Pazos organizarían la oficina de Asuntos Indígenas de Cabo de Agua, lugar considerado desde entonces como punto de fundación de la Policía Indígena de Melilla. Las primeras actuaciones de la unidad se desarrollarían en Quebdana y Muluya aportando un pequeño contingente de tropas al mando del teniente De Pazos. De la cartografía de la zona ocupada se había hecho cargo la Oficina de Asuntos Indígenas. (4)

El 9 de julio  de 1909 se produce un ataque a trabajadores españoles, motivo por el cual fuerzas españolas son enviadas a repeler la agresión. Entre los oficiales de la columna se halla el capitán José Riquelme, que sería herido en el combate y recibiría por los méritos contraídos la Cruz de María Cristina. Se da inicio con este combate a la Campaña del Rif en la cual las unidades indígenas entrarían en combate.

Sección montada de Policía en 1909

El 26 de agosto se produce la primera baja mortal en las filas de la Policía. Muere en combate el áscari Mohamed Uld Si Ali Zajamin, en la relación de bajas figura la unidad con el epígrafe “Fuerza Auxiliar Indígena de Cabo de Agua”. (5). El áscari fue enterrado en el cementerio de Sidi Guariach, donde descansan los restos de muchos miembros de la Policía. El 2 de septiembre una columna al mando de Larrea, formada por 2 rebaas de Policía partió de Cabo de Agua y durante 8 días recorrió territorio desconocido, pacificándola zona sin disparar un solo tiro. La columna volvió a Melilla siendo la primera vez que las fuerzas desfilaron por las calles de la Plaza, vestían chilaba, fez rojo con borla roja y chilaba. Su indumentaria sería desde entonces muy conocida en la ciudad.

El 31 de diciembre se aprueba la primera organización de las Fuerzas de Policía. Se crean en la plaza de Melilla y el territorio ocupado en Guelaya, 3 compañías a píe de Fuerzas Indígenas A la compañía formada por varias rebaas se le denominará Mía (equivalente a cien). Los núcleos mixtos de Cabo de Agua y Restinga se unificarán con las recientemente creadas para prestar servicio en la cábila de Quebdana. A las nuevas tropas se les encarga la conservación del orden, servicios de policía militar y demás que se les encomienden. Las fuerzas serán mandadas por oficiales españoles y se crea la figura del Oficial Moro de 2ª, categoría equivalente a la de segundo teniente. Mientras no existan subalternos de esta categoría se podrán nombran interinamente a sargentos españoles con conocimientos de árabe vulgar. Las tropas estarán bajo la supervisión del general Subinspector de las Fuerzas Indígenas, el recientemente ascendido Francisco Larrea Liso. Siendo el primer jefe de las fuerzas el comandante de caballería Mariano Sánchez Lacorte (que era también profesor de la Academia de Árabe) que se mantuvo al frente hasta la reorganización de 1912. Al producirse el Desastre en 1921, el comandante Sánchez perdería a su hijo Miguel, oficial 2º de Policía Indígena.

El primer capitán en mandar una sección y posteriormente una Mía sería José Barbeta Raurell (Tiana 14/04/1876), oficial de artillería (el primero de su arma en la Policía) que a esas alturas ya atesoraba una destacada carrera en tierras africanas. La sección creada el 17 de agosto contaba con 80 áscaris de la región de Quebdana. Desde entonces el compromiso de Barbeta con la Policía Indígena sería absoluto, no solo al frente de unidades sino también en labores de captación, información o pacificación. En 1913 fue ascendido a comandante por méritos, empleo al que renunció para recibir la recompensa inferior, Cruz de María Cristina. Tras muchos años en el territorio y brillantes servicios fallecería prematuramente en Madrid a consecuencia de una bronconeumonía que le segó la vida en diciembre de 1918. Fue Barbeta un gran oficial de Policía y su recuerdo perdura. Junto a los primeros oficiales hay que destacar a Francisco Marín Guerrero, que ocupaba el cargo de intérprete en el Gobierno Militar y posteriormente en la Comandancia General de Melilla. Francisco Marín además de un consagrado arabista fue profesor y director de la Academia de árabe donde cursarían estudios numerosas promociones de alumnos, muchos de los cuales engrosarían las filas de la Policía.

Homenaje en Nador al capitán Barbeta, 1912

En 1910 y a consecuencia de las nuevas incorporaciones las fuerzas de Policía ascendían a 400 hombres (320 de infantería y 80 de caballería). Las tropas estaban divididas en 4 Mías: 1ª Cabo de Agua y Restinga, 2ª Nador y Mezquita, 3ª Beni Sicar y 4ª Beni Bu Ifrur. Funcionaban además oficinas de Información en Cabo y Restinga, al mando del teniente De Pazos y el Capitán Antonio Parache. El reglamento para la organización, régimen y servicio de las fuerzas se aprobó con carácter provisional el 2 de febrero y perduró hasta 1921 a pesar de ser transitorio (7).  El 1 de junio (D.O. 03/06/1910) se creó la Capitanía General de Melilla. El decreto contemplaba que Melilla, las plazas de soberanía y el territorio ocupado constituyesen una región militar bajo el mando de un capitán o teniente general que reunirá en su persona todas las atribuciones militares y administrativas del cargo. La subinspección de todas las tropas y el gobierno militar estarán al cargo de un general de división mientras que la Subinspección de Tropas indígenas quedará a cargo de un general de brigada que estará directamente a las órdenes del capitán general. Las tropas se organizaron en dos grandes bloques: La división de Melilla y las Tropas afectas a la Capitanía general. Nada menos que 1 teniente general, 2 divisionarios, 4 brigadieres y un altísimo número de jefes, oficiales y soldados. Al frente de la capitanía siguió el general José Marina Vega que sería substituido a finales de diciembre por el teniente general José García Aldave (1845-1914). Como Subinspector de tropas indígenas continuó el general Larrea y la oficina de asuntos indígenas la dirigía el teniente coronel Juan Cantón-Salazar Zaporta auxiliado por el capitán Riquelme y el teniente Rodrigo Echevarría Aguilar.

Francisco Larrea Liso, fundador y africanista

Injusto sería no recordar debidamente la figura del fundador de las fuerzas de Policía. Pamplonés de nacimiento (24/07/1855), ingresó en el ejército en 1872 como soldado y posteriormente en el cuerpo de Estado Mayor. Tomo parte en las Guerras Carlistas (donde obtuvo el empleo de capitán por méritos de guerra) y también en dos ocasiones en Puerto Rico. En 1895 fue ascendido a teniente coronel y en 1905 a coronel. Destacada fue también su etapa como docente, siendo  profesor de la Academia General Militar y de la Escuela Superior de Guerra.

Francisco Larrea Liso 1855-1913

Como autor escribió diversos tratados entre los que destacan “ La Organización militar de España” (1893), “ Cuestiones Militares de Actualidad” (1894), “ Importancia actual estratégica de Aragón y en particular de Zaragoza” (1895),  “ El Desastre Nacional y los vicios de nuestras instituciones militares” (1901), “Reorganización y mejora del ejército de Tierra” (1905), “Fortalecimiento y mejora del ejército español” (1906), numerosos artículos publicados en revistas militares y otros en la prensa nacional, algunas de sus obras fueron firmados con el pseudónimo Efeele.Su vinculación con Melilla se inicia en septiembre de 1906 (8) al ser nombrado jefe de estado mayor y secretario de Melilla, años después algunos periódicos le conocerían como el Kaid Español. Al incorporarse a su nuevo destino en Melilla, donde substituye al coronel González-Gelpi, manda las fuerzas el general Marina del que será con el tiempo uno de sus principales puntales. En su dilatada carrera despunta el año 1908 por su actuación en la conquista de La Restinga y Cabo de Agua. Recibirá de parte del Ministro de la Guerra José Ferrandiz elogiosas palabras. “Distinguido comportamiento, asidua y hábil labor, excepcionales dotes de mando”.(9)

Su presencia en las revistas ilustradas es habitual, aunque no sea militar de elogios mediáticos. Semblante serio, barba blanca, gafas redondas y aspecto intelectual, su estampa es de sobras conocido en Melilla. En aquel momento Melilla no es todavía la ciudad cuartel que será menos de un año después. La actuación de Larrea en 1908 recibirá su recompensa el 11 de mayo de 1909 cuando se le propuso para recibir La Cruz al Mérito militar con distintivo blanco por su actuación de conjunto. La propuesta, que parte del general Marina contiene un amplio informe donde se glosan las aptitudes del entonces coronel Larrea. A esas alturas el coronel contaba con treinta y seis años de servicios y poseía La Cruz de María Cristina, seis cruces al mérito y diversas condecoraciones (10). En noviembre del mismo año sería ascendido a general de brigada por méritos y nombrado General Subinspector de las Fuerzas Indígenas, cargo que ocuparía hasta su ascenso a divisionario el 31 de diciembre de 1912. En enero de 1912 al frente de una potente columna conquistó Monte Arruit y un día después fue nombrado 2º Jefe del Estado Mayor Central aunque siguió en comisión en Melilla hasta que fue nombrado gobernador militar de Alicante. En ese puesto permaneció hasta que el 11 de abril de 1913 fue nombrado Comandante General de Ceuta. Su salud no le permitiría poco más que posesionarse, ya que falleció el 3 de mayo, recién llegado a la ciudad. En la actualidad Melilla sigue conociendo al barrio de “Mantelete” como Barrio General Larrea.

 Reorganización y Expansión. Subinspección de Asuntos Indígenas

1911-1915

Antes de iniciarse la Campaña del Kert formaban las fuerzas de Policía 5 Mías al mando respectivamente de los capitanes: Antonio González Espinosa, Manuel García-Malea, Emilio Villegas Bueno, Francisco Labarga Cuenca y Alfredo Coronel Cubría (11). Poco antes de finalizar el año se creó la 6ª cuyo primer capitán fue Alfonso Arana Vivanco. Entre los muchos subalternos destacaban oficiales que forjarían carrera en Marruecos: Mariano Barba Badosa, Jesús Jiménez Ortoneda, Fernando González Ricastell y Félix Repollés Pallarés (muerto en combate el 28 de mayo de 1923). Como jefe efectivo de las tropas continuaba el comandante Mariano Sánchez Lacorte. (12)

Áscaris y familias , 1915

Aunque orgánicamente no formaban parte de las Tropas de Policía hay que mencionar al Tabor de Alhucemas, creado el 12 de enero y cuyo instructor y primer jefe fue el capitán de caballería Antonio Parache Pardo auxiliado por el 1er teniente Juan Manuel Orgaz Yoldi. El capitán Parache, veterano oficial de la Policía sería el autor de “Correrías por el Muluya” (13) donde relataría los raids llevados a cabo en dicho territorio por la Mía que comandaba en 1910 sin más auxiliares que el mokaden Si Abd Allal Mechud, antiguo Caíd del Roghi y el sargento Ramón García Pérez (Si Ramun). En alguna de aquellas correrías les acompañó el veterinario José Huguet Torres, pionero en las Fuerzas Regulares Indígenas. Las fuerzas de policía intervendrían en numerosos combates durante el año en los cuales resultarían muertos y heridos un alto número de áskaris. Muchos serían los componentes de la Policía que serán condecorados. Tan solo en el Diario Oficial del 22 de noviembre de 1911 se consignan a 118 mokademin, maunin, áscaris de 1ª y 2ª que recibirían la Cruz de plata al mérito militar con distintivo rojo, pensionada para los heridos en combate. (14). El nuevo año se inicia con una importante reestructuración aprobada el 5 de enero y publicada el día 9 (15). Con base a la Oficina de Asuntos Indígenas se crea la Subinspección de Asuntos Indígenas, con el fin de reunir en un solo organismo todos los datos e informaciones referentes al territorio ocupado. Se dispone asimismo la organización de Oficinas Destacadas en el territorio que dependerán de la Oficina Central de Melilla.

La Subinspección queda subordinada al  Estado Mayor de la Capitanía siendo su jefe un coronel del mismo cuerpo auxiliado por 1 teniente coronel o comandante, 3 capitanes, 1 oficial de Oficinas Militares, 1 ordenanza intérprete y 2 ordenanzas soldados. Se mantiene la figura del general Subinspector de Tropas Indígenas, cargo para el que fue nombrado el general de brigada Francisco Gómez Jordana (1852-1918). El primer coronel al frente de la Subinspección de Asuntos Indígenas y jefe de las Tropas de de Policía  sería José Centaño Anchorena (1851-1923). El decreto asignaba las zonas de influencia de las Mías y las plantillas de las Oficinas Destacadas que se organizarían en Zoco el Had, Yazanen, Nador, Atlaten, Restinga, Cabo de Agua, Harcha y Zaio. Las antiguas oficinas de información de Cabo de Agua y Restinga (germen fundacional de la Policía) se suprimían y se transformarían en Oficinas Destacadas. El 13 de enero (16) se amplió el decreto anterior otorgando al coronel jefe de la Subinspección el cargo de director de la Academia Oficial de árabe y de las escuelas indígenas de 1ª y 2ª enseñanza. Para los oficiales que sirvieran en las Tropas de Policía se impuso la obligatoriedad de hablar el árabe, para lo cual se les concedía un plazo de dos años.

El 10 de enero se produjo el primer ascenso a oficial Moro de 2ª por méritos de guerra. El mokaden Si Ali Ben Hach Abdesselam Akalay ascendería por los méritos contraídos en el combate que se produjo el 7 de octubre de 1911 en las lomas de Tikermin e Ifra Tuata (17). En 1921 seguía en activo en la Policía Indígena de Ceuta (18). El mismo día ascendió a 2º teniente por méritos el sargento Cándido López Castillejos, oficial muy vinculado a los asuntos indígenas y a la Academia oficial de árabe de la que sería durante años profesor de Chelja. López Castillejos, nacido en Hinojosa del Duque el 5 de octubre de 1891, fue además de militar: intérprete, arabista y abogado. Sería fusilado en Melilla el 14 de agosto de 1936 por su pertenencia a Izquierda Republicana. Su recuerdo perdura en Melilla.

EL 8 de mayo de de 1912 (D.O. 10/05/1912) es nombrado jefe de la Oficina Central de Asuntos Indígenas y jefe de las fuerzas de Policía el coronel de estado mayor Julio Ardanaz Crespo. Nacido en Rucandio-Riotuerto (Santander) en 1860 y que ocupará el cargo hasta diciembre de 1915 al ser ascendido a brigadier por méritos de guerra. Al mando del coronel Ardanaz vivirá la unidad una creciente expansión. Tras su ascenso a general abandonó el Protectorado al que regresó en 1921 al ser nombrado Comandante General de Melilla. Falleció en Madrid en 1939 habiendo alcanzado el empleo de teniente general y habiendo ocupado relevantes cargos.

Coronel jefe Julio Ardanaz Crespo y oficiales, 1914

En septiembre se crea la 7ª Mía (Ulad Setut), siendo su primer jefe el capitán Félix Repollés Pallarés (19). La constante presencia de la Policía en combates propicia que se produzcan ascensos por méritos. Entre estos, se encuentran oficiales que sirvieron desde los primeros tiempos en la Policía. A comandante ascienden los capitanes: Manuel González Carrasco (19/02/1912), Alfredo Coronel Cubria (18/09/1912) y José Riquelme (25/12/1912). (20). El 27 de abril de 1913 se crea el Cuadro de Eventualidades (21) con el objeto de disponer de oficiales preparados para cubrir bajas. Se organiza nombrando a 3 comandantes, 10 capitanes y 20 subalternos, todos de infantería salvo 2 capitanes y 4 primeros tenientes que podían pertenecer a cualquier arma. Se dispuso asimismo que los oficiales que no tengan experiencia sirvan primero en la Oficina Central de Melilla. En 1912 forman la plantilla de las Tropas 32 oficiales y 655 de tropa (infantería y caballería) agrupados en 6 Mías (22). A principios de 1914 aumentan los efectivos a 50 oficiales y 1240 de tropa (840 de infantería y 400 de caballería) constituidos en 7 Mías (23).  En abril, se organiza  la 8ª Mía al mando del capitán Juan Redondo García y en julio la 9ª Mía al mando del capitán Antonio González Espinosa, entre los oficiales de esta última figura Luis Ostariz Ferrandiz, teniente de ingenieros muerto en combate el 28 de marzo de 1927. No era habitual la presencia de oficiales de ingenieros en las Tropas de Policía, además de Ostariz hay que consignar al 2º teniente Francisco Zurita Bon, el primero de su arma en 1913 (24).

Laureados y muertos en combate. Periodo de anestesia

1915-1919

En 1915 se organiza la 10ª Mía al mando del capitán José Pomés Damont y el total de las fuerzas ascienden a 63 oficiales y 1608 de tropa (25). En el anuario militar de 1915 se refleja  que ya no existe el cargo de general Subinspector de las Fuerzas Indígenas siendo el último general en desempeñarlo Ramón Domingo de Ibarra, general jefe de estado mayor de la Capitanía General. Asimismo destacar igualmente en el anuario la presencia del 2º Oficial Moro, Si Ben Abd-al-lah Mexdub, ascendido por méritos de guerra y del teniente coronel 2º jefe Rafael Capablanca Garrigó, oficial de estado mayor que en 1921 vivió y sufrió muy de cerca el Desastre. En su condición de militar, era 2º jefe de estado mayor, y como padre al perder a su hijo Rafael, capitán jefe de la 12 Mía muerto en combate el 23 de julio de 1921.


Coronel Julio Ardanaz, jefes y oficiales. Territorio de Melilla 1914

En el contexto puramente militar se produce este año un destacado acontecimiento. El 10 de enero se inician los preparativos para cruzar el Kert. La maniobra diseñada por el estado mayor del general Gómez-Jordana se culminará el 16 de mayo, día en que tropas de Policía atraviesan el río (26). El propio general recordará que las operaciones fueron las más difíciles e importantes de su mandato (27). Las tropas de Policía se hallaban  al mando del coronel Ardanaz y los comandantes Sousa y Coronel. Tras las importantes operaciones se produjo el relevo en la Comandancia General, Gómez-Jordana es ascendido a teniente general y nombrado Alto Comisario. Le substituye en el mando Melilla el general de división Luis Aizpuru Mondejar (1857-1939). Tras el ascenso a general por méritos del coronel Julio Ardanaz (tendría antigüedad de 21/09/1915) se produce el relevo asumiendo el mando de la Subinspección de Tropas Indígenas el coronel Pio Suárez-Inclán González-Villar (Aviles, 1860- Madrid, 1933). Fue nombrado el 19 de diciembre, hasta su incorporación se hizo cargo del mando el teniente coronel Capablanca.

En el primer trimestre de 1916 se consolidan las conquistas del Kert, se ocupan Tisingart y Tauriat Hamman y no se llevan a cabo operaciones de importancia. Sin embargo el 21 y 22 de junio se producen violentos combates en Beni Said (meseta del Draa, valle del Baax, Chemorra y Erguima) que causarán importantes bajas. 1 oficial, 19 de tropa muertos en combate y 5 oficiales y 57 de tropa heridos. La gran mayoría, salvo el oficial (capitán de artillería Félix Estrada) pertenecientes a las fuerzas indígenas (28). En abril (29) se organiza la Sección de Vigilancia y Seguridad Indígena que organiza el capitán José Barbeta junto al teniente Cándido López Castillejos y formada por 3 sargentos españoles, 3 cabos, 3 áscaris de 1ª y 30 de 2ª. Se crean puestos en Polígono, Barrio Real y Sidi Bajo. El cargo de Juez especial de asuntos indígenas lo ocupaba el comandante Manuel Lorduy Dini. Oficial que desde hacía años prestaba servicio en el juzgado de Causas y posteriormente como juez permanente de asuntos indígenas. Tras los combates de junio se suspenden las operaciones, se acentúa la labor política y no se producen combates hasta el jueves 28 de diciembre. Aquel día las Tropas de Policía sufrirán la primera baja mortal de un oficial.

Eduardo Morales Durillo nació en Jaén el 4 de agosto de 1892. Ingresó voluntario en el ejército a los quince años como soldado del regimiento Melilla 59, su padre (Eduardo Morales Navarro) era por entonces comandante en la Brigada Disciplinaria. En 1909 fue nombrado cadete de infantería y  2º teniente en 1912. Sirvió en la Policía Indígena de Tetuán y en el batallón de Cazadores de Chiclana hasta su ingreso en 1915 en el Cuadro de Eventualidades. Murió en combate en Dar Buzada (Metalza) al mando de una sección montada de la 4ª Mía, en el combate resultarían heridos varios áscaris de su sección. Su comportamiento le valdría ser propuesto para recibir la Cruz Laureada que le sería concedida el 12 de noviembre de 1919. Fue enterrado en Melilla el 29, el entierro fue presidido por el general Aizpuru, tío del teniente. Posteriormente se encargaría al escultor Emilio García Piquer la construcción de un mausoleo en el cual descansan los restos del primer caído y laureado de la Policía Indígena de Melilla. (30).

En 1917 se inicia un periodo de tranquilidad que durará hasta abril de 1919, este periodo de inactividad bélica era conocido por el general Gómez-Jordana como Anestesia. A pesar de ello, se seguirán produciendo agresiones aisladas, la mayoría  provienen de los  Beni Said, capitaneados por Kadur Amar. En estos incidentes aislados se produce la muerte de diversos oficiales de Policía. La primera, ocurrida el 15 de febrero al resultar muerto el capitán Miguel Esparza Arteche, jefe de la 6ª Mía. El oficial, nacido el 20 de noviembre de 1888 pertenecía a la promoción de 1905 y con anterioridad había prestado servicio en la Policía siendo teniente. Fue enterrado en Melilla y en la actualidad sus restos descansan en el panteón de héroes. El 13 de marzo el teniente de infantería Enrique Moreno Romero es asesinado en Segangan. El autor de la muerte fue el áscari de la 4ª Mía Abd Es Selam Ben Amar, de la cábila de Beni Bu Ifrur y de tan solo 20 años. El áscari fue detenido, sometido a consejo de guerra el 21 de marzo y fusilado en Segangan dos días después. En la prensa se destacó la entereza con la que el joven áscari recibió la muerte. El oficial, de 24 años, era hijo de un oficial médico (Alejo Moreno) fallecido a consecuencia de enfermedad adquirida en campaña y pertenecía a la promoción de 1909. Fue enterrado en Melilla donde en la actualidad reposan sus restos.

 


Días después del asesinato del teniente Romero se produce la noche del 21 de marzo una agresión al pequeño puesto de Ifrit Bucherit. El destacamento estaba defendido por el maun Buziam Al-Lal Gatif y cinco áscaris. El violento ataque produce la muerte de dos áscaris, heridas a los tres restantes y causa la muerte del maun Buziam. Meses después (22/11/1917) se convertirá en el primer marroquí condecorado con la Cruz Laureada. Nacido en Beni Bu Ifrur en 1884, ingresó en la Policía en 1912 y fue ascendido a maun en 1916. A instancias de su madre se abrió el correspondiente juicio contradictorio que resolvería era merecedor de la Cruz Laureada de 2ª clase pensionada con 400 pesetas anuales. Su cuerpo fue entregado a la familia que lo enterró siguiendo los ritos propios de su religión, presentaba cuatro heridas de bala. Los áscaris muertos junto a Buziam eran Mesaud ben Hach Boaza y Abdeselam ben Kaddur y los heridos Abdeselam ben Heddin, Mohamed ben Bachir y un tercero llamado Abderramán (31). Al llegar las tropas españolas para socorrer al pequeño puesto, todos conservaban sus fusiles, presentaban graves heridas y habían agotado su munición reglamentaria. (32).

Menos de un mes después de la defensa del puesto de Ifrit Bucherit se produjo un combate en las cercanías de Draá. Con motivo del servicio diario a Chucket partió una sección montada de la 7ª Mía al mando del teniente Miguel Rodríguez Gálvez, un mokaden y 25 áscaris. El oficial dividió la fuerza para contener el ataque y poco después recibió un balazo que le hirió y aunque continuó mandando la fuerza fue abatido por un  segundo disparo. Había nacido en Granada el 1 de octubre de 1872 y atesoraba un amplio  historial militar iniciado al ingresar en marzo de 1892 como soldado de caballería. Combatió en las campañas de 1909 y 1912 donde fue condecorado formando parte del regimiento de caballería de Taxdirt. Al ascender a 1er teniente en 1915 ingresó en el Cuadro de Eventualidades de Melilla. Por los méritos contraídos el 17 de abril de 1917 se le concedería la Cruz Laureada de 2ª Clase el 13 de marzo de 1919. Fue el primer y único oficial de la Escala de Reserva que recibió la Laureada formando parte de las Tropas de Policía, aunque fueron muchos los miembros de la Escala que sirvieron en ellas. El teniente Gálvez fue enterrado en Melilla y trasladado posteriormente al panteón de héroes.

La reorganización de las fuerzas de África (34) conllevó algunos cambios que repercutieron en la Policía. La plantilla de las fuerzas en 1917 quedaría constituida por 2103 hombres (jefes, oficiales y tropa) divididos en 10 Mías. Figuran como contratados 16 interpretes, 1 maestro armero, 10 herradores y 2 forjadores. La tropa europea la forman únicamente los oficiales, 11 sargentos, 19 cabos y 23 soldados al margen del personal de Oficinas Militares. El personal indígena de tropa ascendía a 2050, 1200 de infantería y 850 de caballería. Se mantenía la distribución de las Mías: 1ª Zoco el Arbaa, 2ª Nador, 3ª Zoco el Hach, 4ª Zoco el Jemis, 5ª Sammar, 6ª  Tauriat, 7ª Zaio, 8ª Batel, 9ª Reyem y 10ª Ras Tikermin.

Áscaris y tropas del Melilla 59. Territorio de Melilla 1919

En noviembre de 1918 (35) se produce el relevo en la Subinspección de Asuntos Indígenas, cesa el coronel Suárez-Inclán (ascendido a general) y es nombrado el coronel de estado mayor Luis de León Apalategui (09/07/1861), con antigüedad en el empleo desde diciembre de 1917. El coronel León había pertenecido a la Comisión Geográfica de Marruecos (a la que debemos la topografía del Protectorado) y había sido el encargado de coordinar la planimetría de Tánger en 1906. El coronel León mandará la Policía tan solo un año, en octubre de 1919 es destinado al Colegio de Huérfanos de la Inmaculada Concepción. Durante su periodo de mando fue nombrado también Jefe de Estado Mayor de la Comandancia General de Melilla. Aunque oficialmente pudo simultanear ambos cargos, el mando administrativo de las Tropas lo asumió el comandante Manuel Osteret Montaner, 2º jefe de las tropas.

La noticia más importante del año en el Protectorado fue el fallecimiento en Tetuán del Ato Comisario Francisco Gómez Jordana el 18 de noviembre. El general que sufría una incurable patología cardiaca sufrió en su despacho un severo ataque cardiaco y falleció poco después. Queda su legado como principal artífice de la implantación del protectorado y una dilatada labor al frente de los importantes cargos que ocupó. Sus restos descansan en un túmulo mortuorio del cementerio militar de Tetuán. Para substituir al fallecido general se nombró el 25 de enero de 1919 a Dámaso Berenguer Fusté. Nacido en San Juan de los Remedios (Cuba). Ingresó en el ejército en 1889 y combatió en Cuba donde obtuvo 2 ascensos por méritos. En 1911 organizó y fue primer jefe de las Fuerzas Regulares Indígenas, fuerzas creadas en Melilla el 30 de junio de 1911. Tras sus ascensos a coronel y general de brigada por méritos pone fin a su primera etapa en Marruecos. En junio de 1918 asciende a general de división y ocupa la cartera de guerra hasta su nombramiento como Alto Comisario.En agosto de 1919 (21/08/1919) se crea el Negociado de Asuntos Militares de Marruecos (36) dependiente del Ministerio de la Guerra (cartera que ocupa el general Antonio Tovar Marcoleta). Se justifica debido a la cada día más intensa acción en el Protectorado. Fue el primer jefe del Negociado el teniente coronel de caballería Carlos López de Lamela Idígoras. Una de las primer peticiones de Berenguer al Negociado fue la ampliación de las plantillas de las fuerzas Indígenas (escrito del Alto Comisario 25/08/1919). El Negociado aprobó el 24 de septiembre los aumentos de fuerza en la Policía Indígena (37). En Melilla se aumentan a 13 las Mías y por primera vez serán identificadas en tres categorías. Se denominarán Mías de Contacto a las fuerzas de vanguardia y de primera línea en los territorios que se ocupen. Al resto se les denominará Mías de Cábila y realizarán funciones propias de Policía Territorial encargadas de la seguridad de las zonas asignadas. Se dividirán dos grupos: Mías de Retaguardia con verdadero carácter policial y Mías de Apoyo que  prestarán servicio intermedio entre las de Retaguardia y las de Contacto sirviendo a estas de reserva.

Oficiales de Policía junto al teniente médico Damián Navarro, Melilla 1920

 

Las Mías quedan distribuidas en el territorio ocupando las cábilas asignadas:

Mías de Retaguardia: 1ª. Quebdana. 2ª. Mazuza. 3ª. Beni Sicar. 4ª. Ulad Setut

Mías de Apoyo: 5ª. Beni Bu Gafar. 6ª. Beni Sidel. 7ª. Beni Bu Ifrur. 8ª. Garet. 9ª. Beni Bu Yahi

Mías de Contacto (sin denominación de cábila): 10ª, 11ª, 12ª y 13ª

En cuanto a las fuerzas asignadas (38), la plantilla establecía que estarían destinados: 81 oficiales, 43 contratados y 77 de tropa españoles. Las fuerzas indígenas ascendían a 2502 (1550 de infantería y 875 de caballería). Como era habitual las Mías tenían efectivos variables, siendo las de Contacto las que disponían de mayor número de hombres (307). El incremento de las fuerzas con respecto al año anterior fue de 399, la cifra se eleva a 1262 si la comparamos con la de 1914. En cinco años las fuerzas han duplicado sus efectivos.

1919-1921 Periodo previo al Derrumbamiento de la Comandancia

Al coronel Luis León le substituye en el mando Gabriel de Morales Mendigutia. Militar, historiador y escritor nacido en Sancti Spiritus, Cuba, el 12 de diciembre de 1866. Ingresó en el ejército como alumno de Estado Mayor en septiembre de 1884. Participó en la guerra de Cuba en 1897. En 1909 siendo comandante tomó parte en la Campaña de Melilla, fue ascendido a teniente coronel por méritos de guerra. Fue miembro de la Real Academia de la Historia, gran conocedor de la cultura e idiomas locales y autor de varios libros, entre ellos “Datos para la historia de Melilla (1497-1909)”. Su indiscutible conocimiento del territorio y de la idiosincrasia rifeña le valió ser pieza clave en la política de asuntos indígenas. Fue ascendido a coronel el 11 de marzo de 1919 y en abril se le confió la jefatura de Asuntos Indígenas y de las Tropas de Policía. Tomó posesión del mando el 23 de mayo y días después visitó las posiciones de primera línea acompañado del comandante Osteret que había dirigido accidentalmente las tropas. Como jefes de sector figuraban los comandantes Fernando Martínez-Monje (1874-1963) y Juan Seguí Almuzara (1888-1936). Destacar asimismo a diversos oficiales que prestaban servicio en la Policía desde hacía años: Jiménez Ortoneda, Alonso Estringana, Pablo Cayuela, González-Longoria y Antonio Villalba Rubio.

Coronel Gabriel Morales y oficiales en Zoco el Had, junio de 1920

A principios de 1920 (39) se produce el ascenso a teniente general de Luis Aizpuru y  el consiguiente relevo en la Comandancia General. Deja el general un territorio consolidado cuya acción militar inició el general Gómez-Jordana. Fruto de ello fue el periodo de tranquilidad que vivió el territorio durante el mandato de Aizpuru. Antes de su ascenso el Alto Comisario inició los preparativos para el relevo. En carta escrita el 14 de enero al Ministro de la Guerra (40) le relataba que en diversas ocasiones el general Fernández Silvestre (Comandante General de Ceuta) le había manifestado su deseo de ocupar el cargo, circunstancia que unida a su historial le hacían idóneo para desempeñar el destino. El 30 de enero, tras un viaje de Berenguer a Madrid, el Ministro Villalba firmó el Real Decreto (41). Durante el periodo de interinidad se hizo cargo de la Comandancia el general Federico Monteverde.

Manuel Fernández Silvestre (El Caney, Cuba 16/12/1871), era compañero de promoción de Alto Comisario y al igual que Berenguer luchó en Cuba donde obtuvo dos ascensos por méritos. Tras la pérdida de las colonias desarrolló su carrera en Marruecos y ocupó la jefatura de las Comandancias de Larache y Ceuta. Su vinculación con Melilla se inició en 1904 al ser nombrado jefe del Escuadrón de Cazadores, destino en que permaneció cuatro años y durante el cual perdió a su mujer, Elvira Duarte, fallecida prematuramente en 1907. En la ciudad estudió árabe obteniendo muy buenas calificaciones. Al ser nombrado Comandante General contaba 48 años y otros 31 de servicio activo. El 14 de febrero a bordo del cañonero Laya llegó a Melilla, no había tomado posesión y las expectativas que se cernían sobre su cometido eran muy elevadas. Su primera toma de contacto con el territorio fue el 19 de febrero al celebrarse en Nador la fiesta del árbol.

Por Real Orden de 21/02/1920 (42) se reorganiza el personal que sirve como intérpretes en el Protectorado. Se dividía al personal en Intérpretes de Centro y Oficina que tendrían consideración de oficial. Los restantes, Mía, Intérprete auxiliar y Ordenanza Intérprete se equiparaban a suboficial y sargento. El ingreso sería por oposición y los exámenes tendrían lugar en la Alta Comisaría, siendo evaluados por un tribunal formado por militares y notables rifeños. El uniforme sería el reglamentario  en la Policía Indígena incorporando emblemas propios. El mimo mes se aprobó un real decreto (43) conteniendo las bases para la remonta en la Policía. Entre la abundante legislatura se contemplaba que debían ser los alistados en ls fuerzas de Policía montada los que debían aportar el caballo y equipo necesario. Para compensar se les concedía un sobresueldo de 0,50 pesetas diarios en concepto de amortización y mantenimiento. Asimismo se les compensaría (previa comprobación) en caso de muerte del semoviente en acto de servicio.

General Fernández Silvestre y Coronel Morales. Zoco el Had, junio de 1920

Las primeras operaciones se llevaron a cabo el 7 de mayo de 1920 ocupándose Haman y Tamasusit. Para tal fin se organizaron tres columnas al mando de los coroneles Riquelme, Rodríguez Casademunt y Jiménez Arroyo. Los planes de conquista provenían de años atrás y fueron ideados por el coronel Gómez-Jordana cuando su padre era Comandante General (44). Las líneas básicas consistían en aislar la cábila de Beni Urriagel para lo cual se debería en primer término marchar por el llano de Metalza hacia Tafersit y reducir la cábila de Beni Ulisech para arrinconar a Beni Said. Esta primera fase ya había recibido el visto bueno tanto del Ministerio como del Alto Comisario. Una vez realizadas y consolidadas estas conquistas se avanzaría en otra fase para operar en el Nekor y pasar después a la Bahía de Alhucemas. La Policía Indígena al mando del coronel Morales tomó parte en las conquistas formando parte de las columnas Riquelme y Rodriguez Casademunt, siempre ocupando la vanguardia de las mismas. Formando parte de la primera se produjo la muerte de un mokaden cuyo nombre no he podido averiguar y que fue el primer caído de la campaña entre las tropas de Policía. El 7 de mayo se destacó el Suboficial  Secundino Rodríguez Caveda siendo por su comportamiento propuesto para recibir la Cruz Laureada que finalmente no le fue concedida. El 22 de julio de 1921 formaba parte de la 8ª Mía y murió en combate en la retirada de Tistutin a Monte Arruit el 29 de julio.

El 24 de junio se produjo la primera muerte en la campaña de un oficial, al resultar muerto el capitán José Rosado Paglieri (08/06/1888) jefe de la 8ª Mía de apoyo (Monte Arruit). El capitán pertenecía al arma de infantería en cuya academia ingresó en 1904 y tenía antigüedad en el empleo desde octubre de 1913. Fue enterrado en Melilla el día 25, los vecinos del poblado de Monte Arruit solicitaron que una de sus calles llevara su nombre. Dejó viuda y tres pequeños huérfanos. La vacante producida al frente de la Mía la ocupó el capitán Ricardo Carrasco Egaña. El 31 de mayo (45) se dispone que debido a la gran extensión de los servicios encomendados a las Tropas de Policía ocupen el cargo de Subinspector de las Tropas los Comandantes Generales de los tres territorios en que se dividía el Protectorado. La oficina Central de Melilla queda al cargo del comandante de artillería Juan Lopera Hurtado (1867), distinguido africanista, precursor de la Policía Marroquí, jefe del Tabor de Casablanca, miembro del Ateneo Científico-Literario de Estudios Africanistas y profesor en la escuela oficial de Árabe de Melilla, falleció en Granada el 6 de marzo de 1923, se hallaba en posesión de la Cruz de María Cristina y la Cruz Jalifiana. El cargo de Mayor lo ocupó el comandante de caballería Joaquín Portillo Belluga y la jefatura de los sectores la ostentan los comandantes José Verdú Treserra y Juan Segui Almuzara, relevado en mayo por Jesús Villar Alvarado.

Oficiales de Regulares y Policía Indígena

 

Por R.O. de 17/09/1920 se crea la 14ª Mía al mando del capitán Francisco Calvet Sandoz que contará con 4 subalternos, 1 teniente médico y 257 de tropa. La nueva Mía de Contacto llevará la denominación de Tafersit donde tendrá su cabecera (46). Participa la Policía en todas las operaciones que se desarrollan hasta final de año, formando parte de la vanguardia al mando del coronel Gabriel de Morales. Operaciones que se desarrollan por etapas en Beni Ulisek y Beni Said.El 5 de diciembre en la conquista de Dar Mizziam se distinguió el herrador de 1ª Mariano Mateos Alonso. Cooperó con el oficial médico y atendió heridos. Por su comportamiento recibiría en 1922 la Medalla Militar Individual que le sería impuesta en Melilla, fue el primero de su empleo en recibirla (47). Muchos, fueron los herradores y forjadores que sirvieron en las Tropas de Policía. En 1921 formaban parte de las fuerzas 11 herradores de 1ª, 6 herradores de 2ª y 2 forjadores que eran asimilados respectivamente como suboficial y sargentos, vestían uniforme de Policía y en la manga izquierda lucían las divisas de cuerpo y empleo. Durante el Desastre se produjo la muerte de tres herradores, Juan Escrig Padrós, Leopoldo Salvador Cortés (15ª Mía) y José Lozano García (12ª Mía), a la viuda de Lozano se concedió en junio de 1923 la correspondiente pensión por fallecimiento en acto de servicio. Un herrador de 1ª generaba una pensión anual de 2750 pesetas. El mismo aquellas operaciones se distinguió también el veterinario 2º Manuel Ulierte Torres (03/04/1892) prestando ayuda al oficial médico en la atención a los heridos  a los que llegó a retirar a hombros al puesto de socorro. Fue por su conducta propuesto para recibir la Cruz Laureada, hubiese sido el primero de su clase pero finalmente no se le concedió. Falleció El 25 de julio de 1968 y se le reconoció posteriormente el empleo de teniente coronel.

En días posteriores las columnas españolas ocuparon sin resistencia la cábila de Beni Said, territorio insumiso y se alzó con solemnidad la bandera en el Monte Mauro. En Bu Hermana, posición de reciente conquista, se entregó a las tropas españolas en señal de sumisión un cañón procedente del cañonero General Concha que embarrancó en 1913 en la playa de Busicut. Días después las tropas que conquistaron Beni Said desfilarían por Melilla siendo condecorados miembros de todas las unidades. La sumisión de Beni Said constituyó un importante acontecimiento y un importante avance en las operaciones.

El 31 diciembre (48)  se aprueba la nueva organización de la Policía:

Plana Mayor de Mando

Mías de Retaguardia: 1ªQuebdana- Ulad Settut, 2ª Mazuza, 3ª Beni Sicar y Beni bu Gafar, 4ª Beni bu Ifrur

Mías de Apoyo: 5ª Beni Sidel, 6ª Garb, 7ª Beni Bu Yahi oriental, 8ª Guerruao

Mías de Contacto: 9ª Metalza, 10ª Abadda, 11ª Beni Said, 12ª Tafersit, 13ª Beni Ulisek

Los efectivos ascendían a 1 coronel, 3 comandantes, 15 capitanes, 53 subalternos y 14 oficiales moros. El personal de tropa marroquí ascendía a 2675 (1692 de infantería y 888 de caballería).

Las primeras operaciones de 1921 se producen el 11 y el 12 de enero al conquistar las tropas españolas Mehayast (nido a de águila a más de 1000 metros de altura) y Afrau, posición enclavada sobre el Mediterráneo en los límites de Beni Said. En Afrau queda un destacamento de Policía junto a tropas peninsulares, su abastecimiento y línea de evacuación serán por vía marítima. Al oficial a cargo del destacamento de Policía (Ángel Purón Capablanca) se le encarga elaborar un informe sobre la playa de Sidi Dris y la situación de una nueva posición. El teniente entrega su informe el 25 de enero, fecha en la que ya se tenía la intención de conquistar Sidi Dris, en la cábila de Tensaman (49).

Conquista de Sidi Dris, 12 de marzo de 1921. Coronel Morales y oficiales

El 15 de enero de 1921 se produce la conquista de Annual. Contamos con el parte subscrito (50) por el coronel Gabriel de Morales donde se relata minuciosamente la conquista. Formaban la columna 4 jefes, 40 oficiales y 1313 de tropa, la Policía aportó los efectivos de las 11ª, 12ª, 13ª y 14ª Mías (15 oficiales y 557 de tropa), ocupando las tres primeras Mías la vanguardia que mandaba el comandante José Verdú. Partieron de Ben Tieb a las 6,40 horas y la vanguardia alcanzó Annual a las 10,30, el resto de la columna lo hizo a las 11,20. Como era habitual, se fortificó la posición y a las 14,30 las tropas se retiraron a Ben Tieb quedando de guarnición 1 compañía de San Fernando al mando del teniente Alvariño y 80 Policías al mando del teniente Mariano Duarte Oteiza. La ocupación se desarrolló sin bajas y participaron junto a la Mía del capitán Ramón Huelva los notables del poblado.

En días posteriores sigue operando la columna en Beni Ulisek ocupando el desfiladero del Izumar y el terreno donde se asentaba el Morabo de Sidi Mohamed (lugar santo). Prueba de la corrección y sentido político del coronel Morales constituyen las iniciativas que tomó al conquistar el Morabo (51). Se debió rectificar en parte la construcción de la posición debido a la conveniencia política que aconsejaba respetar la pequeña construcción. Por la consideración y respeto que le merecía la religión local dispuso que se rodeara el morabo con alambrada para preservarlo. Asimismo, ordenó al jefe de la posición que se castigara severamente a cualquier europeo que intentara acceder al recinto. También ofreció a los notables la posibilidad de remozar en parte el precario estado de la construcción y finalmente asignó a un pelotón, formado por un maun y 6 áscaris, la instalación de un pequeño puesto de policía junto al morabo. También en el informe, y al margen de las consideraciones políticas se percibe el lado más humano del coronel. A pocos metros de la alambrada que rodeaba la posición se alzaba un precioso árbol al que el coronel quiso preservar. Si desapareciera daría muy mala idea de nuestra cultura.

El 7 de febrero se conquista Buymeyán (Dahar Buiyan) situada en la vanguardia de Annual de la que cubre uno de sus flancos y que posteriormente se convertirá en cabecera de la 15ª Mía de Policía cuyo mando recaerá en el capitán Juan García-Margallo Cuadrado. El 12 de marzo se conquista Sidi Dris, tres columnas al mando del coronel Morales y tenientes coroneles Núñez de Prado y Marina Viñaras parten de Annual y alcanzan la playa de Sidi Dris sin producirse bajas. Anteriormente había partido de Melilla una pequeña flota que coordinada con la terrestre desembarcaría el material necesario. La conquista que tendrá un gran eco mediático supone cerrar el espacio marítimo que va desde la desembocadura del Kert hasta el Cabo Quilates. La maniobra debió ser suspendida en febrero debido a los temporales de viento y lluvia. De la operación anfibia quedo un documento gráfico, se rodó una película dirigida por Antonio Delgado (representante de Gaumont) y producida por Antonio Aguado, empresario que gestionaba el teatro Alfonso XIII. La película seria visionada en Melilla el 21 de abril.

Plano anterior a la conquista de Sidi Dris. Obra del teniente Enrique Ureta

La posición se sitúa en una explanada sobre un montículo que se alza sobre la playa con la que se comunica por un camino, cerca del cual se halla un Morabo. Exactamente en el mismo emplazamiento que el teniente Purón indico en su informe en enero. Quedan de guarnición una compañía de infantería, sección de policía, comandancia de artillería, sección de intendencia y radiotelegrafía. Días después se instalará una enfermería de campaña, para ello la jefatura de Sanidad desmontará la existente en Kaddur. Teniendo en cuenta su situación será abastecida por vía marítima, para facilitar el embarque los ingenieros construyeron un embarcadero provisional. Estaba la nueva posición destinada a ser importante base avanzada aunque finalmente los planes de avance descartarían tal iniciativa.

De Abarrán a Monte Arruit. El desmoronamiento de la Comandancia

Abarrán, cruzar el Amekran

La operación que tuvo lugar el 1 de junio de 1921 con el objetivo de conquistar el Monte Abarran, formaba parte del plan concebido por el comandante Jesús Villar con el objetivo de avanzar en la cábila de Tensaman, en la línea divisoria de los valles del Amekran y el Nekor (52). Del informe político dirigido al coronel Morales el 25 de abril de 1921 se deduce que en la zona sometida hasta ese momento existe una disposición favorable para acometer tres conquistas en el citado territorio, Abarran, Zoco Telatza de Beni Buidin y Axdir. Resaltaba Villar que la harka se hallaba concentrada en Yub el Kama y señalaba también que existían destacamentos fijos en Beni Urriagel. En cuanto a los caminos que acceden a la cima de Abarran (500 metros) se debía descartar el que asciende desde el Zoco Tetalza de Beni Buidin (que resulta prácticamente imposible) y propone Villar legar a través del Uad Sidi Hach Brahim, más largo pero de suaves pendientes.

Se establece la marcha de madrugada para poder pasar inadvertidos, la columna la forman un Tabor del Grupo de Regulares y un escuadrón, 3 Mías de policía indígena, 2 compañías de zapadores, dos compañías de ametralladoras de Ceriñola, una batería de montaña, estación óptica, ambulancia y elementos auxiliares. Un total de 45 jefes y oficiales, 1461 hombres y 485 semovientes al mando de un comandante (práctica no habitual durante la campaña). El grueso de la columna partió de Annual en dirección al poblado de Kasbaa el Fokani. Paralelamente salió de Buymeyan la 15ª Mía de policía y el harka amiga de Tensaman al mando del capitán Ramón Huelva (jefe de la 13ª) que se unirá a la columna en el mencionado poblado. La velocidad de la columna será de 3 kilómetros por hora debido a la oscuridad. Desde el poblado se dirigirán al Amekran donde les esperará el destacamento de policía de Sidi Dris quedando entonces conformada la totalidad de la columna, son las cuatro de la madrugada, se cumple el primer objetivo cruzar el Amekran de noche. Intervienen en la conquista 3 Mías de Policía: 13ª al mando del capitán Huelva, 14ª capitán Francisco Calvet y 15ª capitán Juan García-Margallo (13 oficiales y 543 de tropa). Al mando de la posición queda el capitán Juan Salafranca Barrio, jefe de la 2ª compañía del 1er Tabor de Regulares, que cuenta como auxiliares con los tenientes Vicente Camino López, Antonio Reyes Martín y el oficial Mohamed Ben Haida Susi. El resto de fuerzas que quedan al cargo de la posición son la 15ª Mía de policía (el estado de tropa aporta que la 15ª Mía la formaban 219 de tropa) al mando del capitán Ramón Huelva Pallares y alférez Luis Fernández Martínez. No encuentro otra explicación al hecho de que el capitán Ramón Huelva mandara la fuerza que no sea la falta de confianza en el capitán jefe de la 15ª Mía o por la circunstancia de que la harka amiga llegó junto a su Mía. La 1ª batería de montaña al mando del teniente Diego Flomesta Moya que contaba con 28 artilleros (el ganado y el resto de la tropa vuelven junto a la columna), la estación óptica a lomo que manejan 3 soldados y el harka amiga de El Fokani.

La posición suma a las dificultades de defensa la inexistencia de agua en las cercanías, en cuanto la columna de Villar inicia el repliegue el capitán Salafranca ordena que se forme una escuadra para realizar la aguada. Uno de sus componentes el soldado de Regulares Mohamed Ben Amar relataría el 8 de junio que al regresar de dicho cometido (una hora después) ya encontraron en el camino a mujeres que huían gritando que el enemigo ya estaba encima. La columna de Villar todavía no había completado el camino de regreso y en Abarran se escucharon las primeras detonaciones. El combate en Abarran se desarrolló con rapidez, el primer oficial en caer fue el capitán Huelva y poco después es herido Salafranca, la columna en retirada es consciente del fuego pero no da media vuelta. En ese momento han llegado al Amekran donde espera el tabor y el escuadrón de Regulares con el comandante Romero que se verá obligado a modificar el recorrido para enlazar con la columna.

El general Fernández Silvestre en Annual tras la conquista el 15 de enero de 1921

En las cuatro horas que duró el ataque murieron la misma cantidad de hombres que a lo largo de toda la campaña iniciada un año antes. Se perdieron cañones, caso inédito, y todo el material perteneciente a las armas que intervinieron, Policía Indígena, Regulares, artillería e ingenieros. La relación de pertenencias de la Mía de policía incluía hasta regalos para los notables rifeños. En primera instancia se apuntó como causa de la pérdida de la posición la defección del harka amiga que unida a la muerte de la oficialidad sellarían el destino de Abarran. Posteriormente el comandante general añadiría otros motivos para justificar el descalabro de Abarran en la carta dirigida al general Berenguer una semana antes de la retirada de Annual le exponía diversas razones. Mencionaba el general la labor poco intensa que llevo a cabo el capitán de la Mía de Tensaman antes de Abarrán, que aunque fue puesto en conocimiento del coronel Morales no se tornó en mejoras. Finalmente el capitán García-Margallo sería relevado por el propio comandante general por motivos, según escribe, de índole personal y fue substituido. En el expediente Picasso se anotaron también motivos menos comentados por el comandante Villar o el general Fernández Silvestre. Desacierto al emplear una columna reducida cuando en operaciones similares participaban como mínimo dos y otra en reserva. Falta de preparación política en la zona no sometida y en gran parte del territorio sometido, desacierto, impremeditación, falta de medios adecuados y temeridad fueron los términos empleados por el fiscal del expediente.

Ramón Huelva Pallarés, nació en Sevilla el 16 de diciembre de 1889 y pertenecía a la promoción de infantería de 1907. Desarrolló la mayor parte de su carrera en Marruecos y pertenecía a las Tropas de Policía desde 1915. Ascendió a capitán en noviembre de 1917 y en 1920 se hizo cargo de la 11ª Mía y posteriormente de la 13ª. El alférez Luis Fernández Martínez (30/03/1893) pertenecía a la escala de reserva y había ingresado en el ejército en julio de 1907 como soldado de caballería. Tenía antigüedad en el empleo desde junio de 1919 y fue propuesto para recibir la Cruz Laureada que finalmente no se le concedió. Según el testimonio del áscari de la 15ª Mía Mohamed Ben Hach Abdela (Nº 3205) murió de un disparo en la cabeza. Los restos de los dos oficiales nunca pudieron ser recuperados.

Tras el revés de Abarrán se conquistan Talilit el 4 de junio e Igueriben el día 7 (53). En esta última operación participan 3 columnas al mando del general Navarro. Participan las 5ª, 6ª, 8ª, 11ª, 12ª, 13ª y 15ª, 1036 hombres al mando del coronel Morales y los comandantes Villar y Verdú. La colina se ocupa sin bajas y quedan de guarnición tropas de Ceriñola, artillería, ingenieros y una sección reducida de Policía. Días después, 16 de junio (54), se produce otro violento combate en el lugar conocido como Loma de los árboles, desde donde el enemigo puede asediar Igueriben. A diario, tropas de Policía de Buimeyan y Annual realizan un servicio de descubierta para ocupar la loma de los árboles. Debido a confidencias que alertaban de la presencia de enemigos en el lugar se refuerza el servicio que habitualmente practica una Mía. Parten para ello desde Buimeyan efectivos de las 12ª y 15ª Mías al mando del comandante Villar y desde Annual la caballería de la 8ª Mía, quedando de reserva la 6ª Mía y la infantería de la 8ª ambas al mando del capitán Ricardo Carrasco. Al llegar la caballería de la 8ª Mía a las cercanías de la loma fueron atacados inmediatamente entablándose un duro combate. Debieron ser empleadas todas las fuerzas de Policía y finalmente se perdió la posesión del lugar que debió ser ocupado al conquistarse Igueriben. El combate duró varias horas y desde Annual debió partir una columna al mando del teniente coronel Núñez de Pardo ( 3 escuadrones, 6 compañías de Regulares y 1 de Ceriñola) para reforzar a las fuerzas de Policía y contener al enemigo. El parte del comandante Villar consigna un gran número de distinguidos en el combate, la mayoría oficiales. Destacar por encima de todos al teniente médico Antonio Vázquez Bernabeu que obtendría la Cruz Laureada por su comportamiento. Entre los muy distinguidos figuran, entre otros, el capitán Rafael Capablanca Moreno, oficial Moro Abd Es Selam Ashud y los oficiales segundos (sargentos) Miguel Sánchez Letén, Secundino Rodríguez Caveda y Luis Sánchez Manzanera. Las bajas entre las fuerzas españolas ascendieron a 16 muertos y 42 heridos de las Tropas de Policía y 1 oficial y 3 soldados españoles heridos (55). La conclusión es clara: 62 bajas y la pérdida de la loma representan mucho más que una agresión aislada como se le denominó.

Igueriben-Annual

Para conocer el impacto de Annual en las Tropas de Policía es necesario conocer con la mayor exactitud el número de hombres que formaban las fuerzas. No existe unanimidad en este aspecto, y por ello aportaré las fuentes que me resultan más fiables:

La plantilla oficial de 1921 (56) sitúa la cifra en 2759 pero no contempla las 14ª y 15ª Mías (de creación posterior a la publicación de la plantilla) y por tanto resulta incompleta.

Según la Lista de Revista (57) formaban la unidad. 95 jefes y oficiales y 2848 de tropa con 451 vacantes pendientes cubrir, distribuidos en 15 Mías.

En tercer lugar, citar la información aportada al general Picasso (58) donde se consigna las vicisitudes de los puestos de Policía establecidos en julio de 1921, la relación no aporta el movimiento de las Mías hacia Annual que se produjo tras la pérdida de Abarrán. Los listados de los puestos incluyen el número de hombres que los guarnecían, la cifra asciende a 3000 (de los cuales 58 son españoles)  distribuidos en 15 Mías.

El estado general de fuerza y ganado (59)  indica que los oficiales ascendían a 95 (todos disponibles) y la tropa en revista era de 3200 hombres. Se especifica la situación: 197 no disponibles por diversos conceptos y 3003 disponibles.

Finalmente en el estado de fuerza y ganado entregado al general Picasso (60), entregado el 25 de julio de 1922. En el documento se consigna que formaban las fuerzas 99 jefes y oficiales, 81 de tropa española y 3180 de tropa indígena. Total: 3359 hombres.

En lo relativo a los oficiales la cifra que he podido contrastar es de 96 jefes y oficiales destinados tanto en las Tropas como en la Subinspección de Tropas y Asuntos Indígenas.  Por empleos la distribución sería: 1 coronel, 4 comandantes, 21 capitanes, 1 veterinario 1º, 44 tenientes, 8 tenientes médicos, 12 alféreces, 1 veterinario 3º y 7 oficiales Moros de 2ª. 

Mucho más difícil se antoja aportar una cifra exacta sobre las clases de tropa ya que como se ha visto existe disparidad en el número. Las cifras van de los 2848 a los 3261.

Entre el 17 y el 21 de julio se vivieron días de violentos combates para poder socorrer a la guarnición de Igueriben que aislada vivió un calvario. El 17 la columna al mando del teniente coronel Pedro Marina parte de Annual, entre sus efectivos un convoy de intendencia y artillería que debe llegar a Igueriben. Finalmente, gracias al empuje del escuadrón de Regulares que manda el capitán Cebollino se consigue a duras penas hacer llegar el convoy donde se defienden los hombres del comandante Benítez. Debido a la fuerte presencia enemiga ni los conductores del convoy de intendencia, ni los artilleros ni las acémilas pueden regresar al campamento de Annual y deben quedar unos en el interior de la posición y las mulas en el exterior donde serían masacradas.La operación costó la vida de 1 oficial, 1 soldado español y 12 indígenas (no se diferencia entre Regulares y Policía). El día 20 aumentan los efectivos de Policía en Annual donde se hallan la 5ª, 6ª, 8ª,10ª,11ª y 13ª Mías, los efectivos fluctúan entre los 603 y los 800 hombres (61), no cuento entre ellos a los componentes de las harkas amigas que suman más de 400 hombres pero se hallan al mando de oficiales de Policía. Todas las Mías tenían sus efectivos reducidos ya que seguían cubriendo las cabeceras y algunos puestos de policía.

Posteriormente tomarían parte las fuerzas en los intentos de socorrer Igueriben el 19 y 21 julio, fecha en la que sucumbió la posición y selló el destino del campamento de Annual. Entre el 22 de julio y el 9 de agosto la unidad dejó de existir debido fundamentalmente a las defecciones, no siempre motivadas para atacar a las tropas españolas, muchos fueron los que simplemente volvieron a casa a defender a sus familias. Veamos individualmente cual fue el comportamiento de cada una de las Mías. Tengo en cuenta para ello el informe anteriormente citado en que se hace referencia a las vicisitudes vividas por las tropas de Policía y las declaraciones de los oficiales supervivientes.

Tenientes médicos Antonio Vázquez Bernabéu (12ª Mia) y Wenceslao Perdomo Benítez (14ª Mia)

Mías de Retaguardia

1ª Mía: La cabecera en Zaio se  replegó al Zoco Arbaa (cuya guarnición formaban 1 teniente y 27 de tropa) donde llegaron sin novedad el capitán Ángel Sánchez Noé y 39 de tropa. Se conservó asimismo el destacamento de Cabo de Agua formado por  23 de tropa al mando del oficial 2º Aníbal Moreno Varea. Los restantes diez puestos y destacamentos se perdieron. No falleció ningún oficial de los cuatro filados ni tampoco los dos oficiales segundos.

2ª Mía: Cubrían tan solo 4 destacamentos y tenían la cabecera en Nador. El capitán jefe mandaba accidentalmente la 8ª Mía y por tanto se hallaba en el territorio. En Nador mandaba el destacamento el teniente Juan Bordonado Chapela (53 áscaris), las fuerzas se rindieron el 2 de agosto sin que pueda precisar que número de policías pudo llegar a Melilla junto al teniente Bordonado. En Zeluán mandaba la sección el veterano teniente de artillería Francisco Fernández Pérez, formada por 34 áscaris. Las tropas de la Alcazaba resistieron hasta el 3 de agosto a las órdenes del capitán Carrasco (6ª Mía) ambos murieron tras la capitulación junto a un gran número de soldados españoles asesinados tras incumplir los pactos de rendición. El único puesto que se conservó fue el de Farjana, al mando del teniente Pablo Ferrer Madariaga y guarnecido por 33 áscaris que se mantuvieron fieles. La Mía sufrió la muerte de 1 oficial así como la del sargento José Noguera Fernández de Córdoba.

3ª Mía: Dependían de la Mía  8 destacamentos. Se mantuvieron Zoco el Had (cabecera) donde se hallaban el capitán Manuel Gavilá, teniente Luis Alfaro del Pueyo, alférez Judas Melul y 76 áscaris que permanecieron fieles y los pequeños puestos ubicados en la península de Tres Forcas. En Sammar mandaba el destacamento de policía el teniente Ricardo Sanz Andreu. La posición fue entregada el 25 de julio muriendo posteriormente el teniente Juan Marco (Melilla 59) jefe del destacamento. El teniente Sanz Andreu fue encausado por abandono de puesto, juzgado y condenado. Ingresó en el fuerte de María Cristina para cumplir condena y se fugó del mismo en febrero de 1923. La Mía no sufrió la muerte de ningún oficial.

4ª Mía: Cubría la unidad únicamente dos puestos, Zoco el Jemis (cabecera) y Segangan. En la cabecera la fuerza estaba al mando del capitán Roberto Aguilar Martínez y  teniente Claudio Fernández Martínez que contaban con 58 áscaris 3 soldados españoles. El 22 se  les ordenó desde Melilla la formación de un harka amiga de 100 hombres con los que debía dirigirse a Batel para posteriormente marchar a Dar Drius. El 23 en el trayecto entre Batel y Dar Drius se cruzaron con el coche del general Felipe Navarro que les ordenó desarmar el harka y volver a la cabecera. El día 24 al capitán se le ordenó viajar a Melilla con los jefes de la fracción. Al día siguiente el teniente Fernández recibió aviso de su capitán de replegarse en caso necesario. Para ello el oficial ordenó partir a los escribientes y con 5 policías fieles partió hacia Nador de donde llegaría a Melilla. En Segangan existía un destacamento de la Mía que hizo defección. No falleció ningún oficial y al oficial Mohamed Bohut se le dio por desaparecido.

 

Tenientes de Policía muertos en combate. 1-Antonio Gómez Maristany. 2-Nicolás Suárez-Cantón Llanes. 3-Juan Cordero Arronte. 4-Justo Espinosa Ortiz

Mías de Apoyo

5ª Mía: Tenía asignada la Mía la vigilancia de la cabecera en Tauriat Hamed y otros 10 puestos de policía. La mayoría de fuerzas marcharon el día 20 de julio al mando del capitán Pablo Cayuela, los tenientes Carlos López Hidalgo y Mohamed Ben Mizziam y el harka amiga. Participaron en el combate del día 21 resultando heridos los dos tenientes que debieron ser evacuados a Melilla. Al producirse el 22 la retirada de Annual abandonaron el campamento junto a la 6ª y 10ª Mías. En el repliegue se desordeno la fuerza llegando a Ben Tieb el capitán y algunos áscaris, poco antes de llegar a Dar Drius el capitán decidió por falta de órdenes, regresar a la cabecera donde legaron a la una de la madrugada. El 23 recibió el capitán orden de desplazarse a Melilla junto a los notables de la cábila, en la ciudad se enteró de la rebelión de la Mía  y de la muerte del alférez Joaquín Carrasco Egaña, muerto por sus propios hombres. El cuerpo del alférez pudo ser conducido a Monte Arruit y posteriormente a Melilla donde fue enterrado. Todos los puestos asignados a la Mía se perdieron. La Mía perdió a 1 oficial y otros dos resultaron heridos. El oficial Mohamed Bel Hach Arrais estaba en Melilla enfermo y no tomó parte en los sucesos.

6ª Mía: Tenía la Mía su cabecera en Monte Arruit y guarnecía además otros 4 destacamentos. El 20 de julio la unidad y el harka amiga estab en Annual al mando del capitán Ricardo Carrasco Egaña y los tenientes Manuel Cibantos Navas, Joaquín de Crame Martínez y Mariano Pinilla Bermejo. El 22 de julio, los tenientes y la fuerza (sin el capitán) parten de Annual y llegan a Dar Drius donde se encuentran con el capitán. Allí y siguiendo órdenes del general Navarro parten para cubrir los testamentos de Batel y Monte Arruit. En el primero queda el teniente Joaquín de Crame y parte de la fuerza. El capitán, los tenientes Cibantos, Pinilla, el oficial 2º Miguel  Sánchez Letén y el intérprete Antonio Rueda quedan en Zeluán. El 23 por orden del Alto Comisario parte a Melilla el teniente Pinilla junto a los notables de la cábila. El mismo día el capitán ordena a Cibantos y sus policías partir en dirección a Zeluán, en el trayecto les acompaña el capitán médico Espina Rull. Según declaró Cibantos fue en este momento cuando las fuerzas hicieron defección y abandonaron a los oficiales. En Zeluán se hizo cargo del mando el capitán Carrasco quien tras diversas vacilaciones quedó en la Alcazaba. Las tropas resistieron hasta el día 3 de agosto, fecha en la que capitularon muriendo el capitán Carrasco, el oficial 2ª Sánchez Letén y resultando apresados el teniente Cibantos y el intérprete Rueda que no serían liberados hasta el 27 de enero de 1923. El teniente Joaquín de Crame murió en Monte Arruit tras la capitulación del día 9 de agosto. Todos los puestos y destacamentos asignados a la Mía se perdieron. Entre los componentes de la Mía figuraba el cabo Luis Pichoto Sánchez que fue apresado en Annual, días después sería Pichoto quien reconociera el cadáver del coronel Gabriel de Morales, muerto el día 22. De los 4 oficiales que contaba la Mía fallecieron dos y otro cayó prisionero. Asimismo falleció el oficial 2º Miguel Sánchez Letén.

7ª Mía: Tenía su cabecera en Hassi Berkan y cubría además otros sietes pequeños puestos de policía. El capitán jefe, Manuel García Agulla, se hallaba el 21 de julio en Melilla y el 22 se incorporó en Monte Arruit. Tras diversas vicisitudes murió el 25 de julio y pudo su cuerpo ser evacuado a Melilla donde sería enterrado el 27. El segundo en el mando, teniente Agustín Casado Caballero mandaba la fuerza en Hassi Berkan, 4 soldados españoles y 39 áscaris. Casado dividió la fuerza y se parapetó en la oficina donde moriría junto a los soldados españoles el día 24. Al teniente Miguel Rivera Trillo-Figueroa se le encargó la formación de una harka amiga el día 21 y dirigirse a Dar Drius. A duras penas reclutó un pequeño contingente de 30 hombres y partió el 22 hacia Batel, en el camino se cruzó con el vehículo del general Navarro que le ordenó desarmar a los harqueños y regresar. Posteriormente en Arruit le ordenó el capitán Carrasco (6ª Mía) que al frente de una sección montada de la 6ª Mía se dirigiera hacía Zeluán. Los áscaris desertaron y el teniente llegó a Zeluán donde permaneció hasta el 3 de agosto, siendo apresado tras la capitulación y liberado 50 días después. El alférez Luis Lopez García Barzanallana se incorporó tras un permiso el 21 de julio y fue destinado a Karn’s Siacha, puesto guarnecido exclusivamente por áscaris que se rebelaron el 24 apresando al oficial. A pesar de ello consiguió escapar y llegar a zona francesa. De los seis oficiales filiados a la Mía fallecieron dos, otros dos pudieron alcanzar las líneas españolas, el teniente Muñoz Valcarcel se hallaba de permiso por la muerte en combate de su hermano y el oficial Mohamed Bel Hach Sban estaba en Melilla.

8ª Mía: Asignada a la cábila de Beni Bu Yahi tenía su cabecera en Afsó y cubría además otros 6 puestos. Desde el mes de marzo ejercía el mando accidentalmente el capitán Jesús Jiménez Ortoneda que contaba como subalternos con  los tenientes Nicolás Suárez- Cantón Llanes, Claudio Domingo Vecino (enfermo en Melilla), Urbano Prieto García, teniente médico Jaime Roig Padró, alférez Paulino García Corral y oficial 2º Secundino Rodríguez Caveda. El 22 de julio la mayor parte de las tropas junto al capitán y teniente Suárez-Cantón estaban lejos de su cábila, organizando la instalación de una nueva posición en el camino de Ben Tieb-Annual junto a efectivos de la 13ª Mía. En este cometido les sorprendió la retirada de Annual que dio al traste los trabajos de fortificación. El capitán desarmó a varios policías de la 13 Mía que se habían insubordinado y les condujo a la cabecera en Dar Mizziam para después llegar a Dar Drius donde el general Navarro le ordenó hacerse cargo del mando de nuevo de la 2ª Mía de Mazuza. Partió y tras diversos avatares regresó a Melilla tras organizar la evacuación de civiles en Nador. El teniente Suaréz-Cantón murió en Monte Arruit el 6 de agosto al salir a establecer negociaciones con los rifeños. La otra sección de la Mía se hallaba en Annual al mando del teniente Urbano Prieto que contaba con 30 áscaris. El oficial murió en Annual y la fuerza se dispersó, igualmente falleció el oficial 2º Secundino Rodríguez en la retirada de Tistutín a Monte Arruit. En Afsó, cabecera existía un destacamento al mando del alférez Paulino García Corral que murió en combate. Como conclusión añadir que se perdieron todos los puestos asignados a la Mía y fallecieron tres oficiales y un oficial 2º.

 

Oficiales de Policía muertos en combate. 1-Coronel Gabriel de Morales Mendigutia.2-Comandante Jesús Villar Alvarado. 3-Alférez Joaquín Carrasco Egaña

Mías de Contacto

9ª Mía: Tenía su cabecera junto al campamento del Zoco Telatza, capital de la circunscripción. Mandaba la Mía el capitán Francisco Alonso Estringana al que auxiliaban los tenientes Basilio Salama Miguel, Jesús Benito Martínez, Moisés Vicente Cascante, teniente médico Miguel Palacios Martínez y Alférez Víctor Sanmartín Molinero. Cubrían además otros 4 destacamentos, el más numeroso el ubicado en Sidi Yagub. La mía tuvo un destacado comportamiento el 23 de julio al conseguir hacer llegar el convoy a Haf (dependiente de otra Mía) y también el 24 al conseguir negociar (previo pago) la rendición del destacamento de Reyen de Guerruao (guarnecido por tropas de África 68). Ese día las tropas de la Mía, conocedoras de las noticias, muestran una actitud mucho menos leal que hasta entonces, en el combate de Haf habían muerto dos áscaris y otros dos resultaron heridos. Se produjo entonces la defección y Alonso lo comunica al jefe de la circunscripción, teniente coronel Saturio García Esteban. Finalmente abandonan la cabecera el capitán junto a los oficiales Palacios, Sanmartín, oficial 2º Rafael Ortega García, el sargento Pablo Casero Peña y 10 áscaris que permanecieron fieles. En la confusión partieron del campamento las fuerzas montadas de la Mía con los tenientes Benito y Salama. Estas fuerzas serían confundidas con fuerza rifeña siendo tiroteados y muertos ambos oficiales. El 25 los supervivientes de la Mía se retiraron junto a la columna del Zoco Telatza consiguiendo llegar a costa de grandes bajas a zona francesa. El teniente Moisés Vicente que mandaba el destacamento de Sidi Gayub murió en combate el 25 de julio. Por tanto la Mía perdió a tres oficiales y todos los puestos dependientes.

10ª Mía: Cubría Mía el territorio de la cábila de Metalza ubicándose su cabecera en Dar Drius, la oficina y el alojamiento se hallaba en la Casa Drius. Formaban el cuadro de oficiales el capitán José de Aguirre Olozaga, tenientes Justo Espinosa Ortiz, Juan de María Fernández-Valderrama, José Urenda Miranda (de permiso), teniente médico Simplicio Vidal Portela (destinado en el Peñón de Alhucemas), alférez Esteban Gilaberte Ara y oficial Mohamed Ben Bufrabi. Tenían asignados además de Dar Drius otros cuatro destacamentos. El 22 de julio la fuerza estaba en Annual al mando del capitán y dos oficiales que contaban con  150 policías  y 331 harqueños amigos. Al producirse la retirada es herido el capitán que fallecerá en Melilla el 2 de agosto. Según el testimonio del teniente Gilaberte llegaron a Dar Drius el 22 las fuerzas de policía al mando del comandante Jesús Villar. Allí el general Navarro ordenó que varias Mías partieran hacia sus cabeceras quedando en Drius fuerzas de la 10ª y 13ª (ambas sin capitán) junto a 11 oficiales pertenecientes a las 12, 13,14 y 15ª Mías y un número indeterminado de hombres que al día siguiente se retirarían a Batel con la columna del general Navarro.

11ª Mía: Asignada al territorio de Beni Said, tenía su cabecera en Yarf el Baax, cubriendo además otros 6 pequeños destacamentos. Mandaba la Mía el capitán Gerardo González-Longoria Aedo auxiliado por los tenientes Ángel Purón Capablanca,  Alfredo Martínez Baños, Agustín Moral Sanclemente, teniente médico Joaquín D’Harcourt Got, alférez Daniel Rubio Funes y oficial Mohamed Achemelal. El 20 de julio parte la mayoría de la Mía hacia Annual donde llegan el 21 interviniendo en el combate  para socorrer Igueriben donde resultaron heridos el teniente Purón, alférez Rubio y 20 áscaris. Los oficiales fueron evacuados a Melilla el mismo día mientras que el resto fue destinado a ocupar unas casas entre Annual y Buimeyan. El 22 reciben orden del coronel Morales de replegarse sobre Annual. Cuando atraviesan el campamento ya se ha producido la retirada de las fuerzas y siguen hacia Izumar donde se encuentran inesperadamente al coronel Gabriel de Morales. El capitán Longoria ordena a Martínez Baños que lo suba a la grupa de su caballo y a lomo llegan hasta la posición de Izumar allí deja al coronel y galopa para alcanzar a sus compañeros. En Izumar, el coronel Morales se une al teniente médico D’Harcourt y después al capitán Sabate, serán ambos testigos de su muerte. Coronan el Izumar, descienden la pendiente y consiguen llegar al puente de madera donde es herido el coronel. Poco después y muy cerca de aquel árbol que el coronel Morales salvó al conquistarse el Morabo de Sidi Mohamed resultó muerto. El oficial médico junto a varios compañeros consigue llegar a Ben Tieb y posteriormente a dar Drius de donde será evacuado a Melilla. El capitán Longoria, Martínez Baños y un pequeño número de áscaris, los demás desertan, consiguen llegar hasta la cabecera de la Mía, guarnecida por una sección al mando del teniente Agustín Moral. El 23 reciben orden de repliegue sobre Tauriat Hamed, cabecera de la 5 Mía y poco después se produce la deserción de las tropas y los oficiales quedan solos con tres soldados españoles. Tras llegar al punto convenido decidieron seguir en dirección Zeluán y posteriormente a Melilla donde llegarían la noche del mismo día. La Mía no sufrió ninguna baja mortal entre los oficiales, de los cuales dos resultaron heridos, todo el territorio y puestos asignados se perdieron.

Sección montada de Policía Indígena

12ª Mía: Radicaba la cabecera de la Mía en Buhafora, territorio de Tafersit y tenían asignada la vigilancia de dos destacamentos (Hamuda y Talludai) así como una sección destinada en Buimeyan. Mandaba la Mía el capitán Rafael Capablanca Moreno que contaba con los tenientes Manuel Sousa Casani y Francisco Maldonado de Meer, mientras que el teniente José Villegas Silva y el teniente médico Antonio Vázquez Bernabéu se hallaban en Buimeyan. En Buhafora, además de las tropas de policía formaban la guarnición una compañía de San Fernando (capitán Lacy, jefe de la posición), un destacamento de artillería y un pequeño núcleo de ingenieros telegrafistas. El 22 de julio el capitán Capablanca citó en la posición a varios jefes rifeños a los que apresó en el interior de la posición. El mismo día se produjo la deserción del puesto de Talludai y deserta el harka amiga de Buhafora. La madrugada del 23 reciben de Dar Drius la orden de repliegue, en ese momento ya están rodeados. Por la mañana escapan los jefes rifeños, matan al capitán Lacy, se sublevan las tropas de policía y la guarnición es prácticamente aniquilada muriendo el capitán Capablanca y el teniente Sousa. El teniente Maldonado consiguió escapar con vida y llegar a Dar Drius, moriría días después en Monte Arruit. La sección destinada en Buimeyan al mando del teniente Villegas desertó y el oficial sería capturado quedando cautivo hasta el 27 de enero de 1923. El teniente médico Vázquez Bernabeu sería igualmente apresado pero escapó del cautiverio en septiembre de 1921. La Mía sufrió la muerte de tres oficiales, dos fueron apresados y fallecieron también el oficial 2º Colombo López-Blanco Barcelona y el sargento Manuel Ferreiro Morán.

13ª Mía: A cargo del territorio de Beni Ulisek y con cabecera en Dar Mizziam, muy cerca de Ben Tieb. Mandaba la Mía el capitán Julio Fortea García (se hizo cargo del mando tras la muerte del capitán Huelva en Abarrán) auxiliado por los tenientes Enrique Haro de Melgares Segura, Agustín Martínez Luque,  Alfredo Erquicia Aranda, teniente médico Manuel Fernández Andrade y oficial Buamana Ben Ismael. El 22 de julio el grueso de la unidad formaba parte de la columna que instalaba una nueva posición junto al puente de madera, en la pista que unía Ben Tieb con Annual. Otra sección de la Mía, al mando del teniente Erquicia, estaba en Annual donde el oficial se hacía cargo de la oficina indígena del campamento. La retirada de Annual hizo suspender los trabajos de fortificación y la Mía se retiró hacia su cabecera y posteriormente a Dar Drius donde coinciden con la sección de Annual al mando del teniente Erquicia. La exhaustiva declaración del oficial aporta datos de interés en relación a su cometido como jefe de la oficina indígena de Annual y de los días posteriores. En Dar Drius el capitán Fortea es evacuado a Melilla por haber perdido el habla y asume el mando accidentalmente el teniente Enrique Haro. En esos momentos ya se han producido algunas deserciones, no para disparar sobre nosotros sino para huir a retaguardia, a sus hogares declararía Erquicia. En Dar Drius deciden licenciar a una parte de las tropas, quedan 16 áscaris de infantería y 50 de caballería que partirían el 23 en dirección Monte Arruit junto a efectivos de otras Mías. En la retirada el teniente Erquicia es capturado, cerca de Arruit, lo desarman y salva la vida gracias a un áscari que lo reconoce y lo lleva hasta la Mar Chica donde se entrega a las avanzadillas españolas. La Mía sufrió la muerte de tres oficiales en Monte Arruit. El capitán Fortea (que sufrió un episodio de estrés postraumático) recuperó el habla y siguió al frente de tropas indígenas, en 1923 recibiría medalla militar individual.

14ª Mía: Con cabecera en Azib de Midar tenía asignado el territorio de Beni Tuzin en donde además guarnecía el destacamento de Izen Lassen. El capitán jefe era Francisco Calvet Sandoz que contaba con los tenientes Antonio Mourille López, José Miralles Echevarría, teniente mecido Wenceslao Perdomo Benítez y alférez Angel Rucoba Octavio de Toledo. Los efectivos estaban divididos entre la cabecera, Izen Lassen (alférez Rucoba) y Annual donde se hallaba una sección desde el 21 de julio al mando del teniente Miralles. La cabecera se replegó a Dar Drius el 23 de julio mientras que el destacamento de Izen Lassen fue atacado sucumbiendo muchos defensores, entre ellos el teniente médico (muerto mientras curaba a un herido). El alférez Rucoba fue apresado y permaneció cautivo hasta el 27 de enero de 1923, no pudo disfrutar de la libertad ya que falleció víctima del cruel cautiverio el 5 de febrero. Murieron en Monte Arruit el capitán Calvet y el teniente Mourille. El teniente Miralles consiguió llegar hasta Zeluán donde fue capturado siendo entregado a las tropas españolas el 20 de agosto.

15ª Mía: La de más reciente creación, cubría el territorio de Tensaman y su cabecera se hallaba en Buimeyan teniendo una sección destacada en Sidi Dris y otra en Annual. Mandaba la unidad el capitán Luis Salto Rodríguez auxiliado por los tenientes Juan Cordero Arronte (sección Annual), Martín Elviro Berdeguer, Victoriano Iglesias Martín, Antonio Gómez Maristany (sección Sidi Dris) y oficial Abdeslam Asgut. La sección de Annual siguió los avatares del campamento el 22 de julio y finalmente el teniente Cordero llegaría a Monte Arruit donde moriría. La sección de Sidi Dris combatió fielmente hasta el 25 de julio al producirse la evacuación de la que sobrevivieron algunos áscaris. De los destinados en Buimeyan murió el teniente Iglesias y fueron apresados el capitán, teniente Martin  Elviro Berdeguer, teniente José Villegas y teniente médico Antonio Vázquez Bernabéu, ambos pertenecientes  a la 12 ª Mía.

Capitanes de Policía muertos en combate. 1-Francisco Calvet Sandoz. 2-Manuel García Agulla. 3-Rafael Capablanca Moreno. 4-Ángel Sánchez Noé

Conclusiones

Pérdidas humanas y materiales

Entre los efectivos de la Plana de Mando formado por 8 jefes y oficiales se produjo la muerte del coronel jefe Gabriel de Morales Mendigutia, comandante Jesús Villlar muerto cautivo) y resultó herido leve el teniente José Civantos Canis, ayudante del coronel Morales que consiguió cambiando varias veces de cabalgadura y medio de transporte llegar a Melilla el mismo día 22. De la Subinspección de Tropas, Cuadro Eventual en Melilla y peñones se hacían cargo en Melilla 1 jefe y 6 oficiales, todos ilesos.

Según los estadillos aportados por el cuerpo formaban la unidad un total de 89 jefes y oficiales destinados en las tropas de Policía y otros 7 en la Subinspección de tropas en Melilla (oficina central). De los destinados en las Mías murieron 28 sin lugar a dudas, dos oficiales Moros pendientes de confirmar y 3 oficiales muertos en cautividad. De los 11 oficiales de 2ª murieron en combate 5 y uno fue apresado (Rafael Ortega García). El total de muertos ascendería a 36 (31 jefes y oficiales y 5 oficiales de 2º) o 38 en caso de confirmar la muerte de dos oficiales Moros. La mortalidad asociada a la clasificación de las Mías sería: Retaguardia, 1 oficial muerto. Apoyo, 8 oficiales muertos. Contacto, 18 oficiales muertos en combate y 1 asesinado en cautividad. En cuanto a los oficiales segundos muertos, 1 pertenecía a las Mías de Retaguardia, 2 a las de Apoyo y 2 a las de Contacto. Resultaron heridos 7 oficiales, todos ellos ingresados en hospitales.

Prisioneros en poder de los rifeños cayeron 10 jefes y oficiales de los cuales 3 murieron en cautividad: Comandante Jesús Villar Alvarado (PMM), asesinado el 12 de enero de 1922, capitán Luis Salto Rodríguez (15ª Mía) asesinado el 24 de septiembre de 1921 y teniente Ángel Rucova Octavio de Toledo muerto en Melilla a consecuencia de enfermedad adquirida en el cautiverio el 5 de febrero de 1923. Otros 3 oficiales consiguieron escapar del cautiverio: teniente médico Antonio Vázquez Bernabéu (escapado de Axdir), teniente Miguel Rivera Trillo-Figueroa (presentado el 25 de septiembre) y teniente José Miralles Echevarría (presentado el 21 de agosto). Las tropas, tras el fallecimiento del coronel Morales quedaron accidentalmente al mando del comandante José Verdú Treserra hasta el nombramiento del nuevo coronel.

Entre los intérpretes, murieron en combate José Perfecto Vidal y Carlos Paredes Pajares y otros dos resultaron apresados, Antonio Rueda Rubio (liberado 27/01/1923) y Antonio Alcaide Linares (6ª Mía), presentado herido el 29 de agosto, perdió dos dedos de la mano y pasó años después al cuerpo de inválidos. Del personal contratado y las clases de tropa española solo tenemos la constancia del fallecimiento de tres herradores. La relación de bajas que aportó la unidad indica que fueron 34 los muertos entre las Clases de tropa española y contratados (63). Prisioneros de tropa quedaron en Axdir: 1 intérprete, 1 sargento, 2 cabos y 1 soldado que fueron liberados el 27 de enero de 1923. El cabo Antonio Desé perteneciente a la 15ª Mía falleció a consecuencia de enfermedad adquirida durante el cautiverio en abril de 1924 siendo sargento de infantería. Según el listado de supervivientes que aportó la unidad (64) en agosto de 1922 sobrevinieron entre las clases de tropa española: 5 Oficial 2º, 10 sargentos, 2 armeros, 12 herradores, 1 forjador, 21 cabos y 22 soldados. También fallecieron junto a los oficiales algunos soldados de infantería asignados como escribientes en las oficinas y asistentes de los oficiales (64). El San Fernando 11 aportaba 53 soldados, 21 el Ceriñola 42, el regimiento Melilla aportaba 16 soldados y 12 el África 68.En cuanto a las tropas indígenas, imposible resulta saber con precisión cuantos áscaris, que los hubo, muriendo combatiendo o desertaron. En la citada relación de bajas se indica que causaron baja 2805 sin especificar si por muerte o deserción. Otras fuentes consignan como bajas a todas las clases de tropa sin excepción. En la relación de supervivientes (65) se consigna que sobrevivieron:

1ª Mía: 84 clases de tropa de infantería y 35 de caballería. 2ª Mía: 36 clases de tropa de infantería y 11 de caballería. 3ª Mía: 42 clases de tropa de infantería y 3 de caballería. El total ascendería a 259 (210 de infantería y 49 de caballería). Del resto de Mías no consta ningún superviviente y la unidad los dio por desaparecidos. Las bajas entre el ganado son también imprecisas, perdiéndose la mayoría de animales, cuyo número ascendía a 769 caballos y 87 mulos de carga.

Reseñar también las pérdidas materiales en concepto de armamento, según la revista de armamento de junio (66) de 1921 disponían de: 2202 fusiles Mauser modelo 1893, 496 carabinas Mauser modelo 1895 y 775 mosquetones, no se consigna el número de pistolas ni de sables. Entre los muchos efectos perdidos se hallaba la valiosísima documentación que el coronel Morales guardaba en su oficina de Dar Drius donde pasó muchas noches. El cuerpo del coronel Gabriel de Morales fue el único que consintió en devolver Abd el Krim que conocía personalmente al coronel desde hacía muchos años. Fue enterrado en Melilla y sus restos reposan en el panteón de héroes. En el mismo recinto se encuentran además los restos de 1 comandante, 4 capitanes, 6 tenientes y 1 alférez muertos durante el Desastre así como 2 capitanes y 2 tenientes muertos en otras fechas. Todos pertenecientes a las Tropas de Policía Indígena de Melilla.

Puzle de defecciones

Las 15 Mías tenían asignados un total de 89 puestos (incluidas las cabeceras) se perdieron 83 y solo se mantuvieron 6: 2 en la 1ª, 1 en la 2ª y 3 en la 3ª Mía. Comprobando el comportamiento de cada una de las Mías es evidente que se produjeron defecciones en prácticamente todas las Mías. El informe de la unidad (67) consignaba que efectivamente se produjeron deserciones pero no como consecuencia de abrir fuego contra oficiales y tropas españolas sino con el objeto de regresar junto a sus familias y deja abierta la posibilidad de que algunos hubieran capitaneado grupos hostiles. No dudo de que en algunos casos pudiera ser así, ejemplo de ello es la declaración del teniente Alfredo Erquicia (68) que aporta abundante información sobre la oficina indígena y la actuación de las fuerzas. El joven oficial declaró que muchos desertaron únicamente por querer volver junto a sus familias, entre ellos algunos áscaris de su Mía que huyeron a retaguardia desarmados. Algunos sencillamente desertaron por miedo a las represalias de las cábilas alzadas en armas. A otros les venció el desanimo a consecuencia de la caída de posiciones, Igueriben, Annual, la columna en retirada fue sembrando la rebelión. De ello fueron testigos en Annual muchos jefes rifeños de harkas amigas que no solo fueron testigos sino además propagaron las noticias al volver a sus cábilas. Finalmente hubo puestos que fueron abandonados por sus defensores al quedar aislados en remotos lugares, la dispersión de los mismos favoreció la defección.

Más completa en cuanto a las causas de la defección fue la declaración del coronel José Riquelme López-Bago (69) nombrado jefe las fuerzas de policía tras la muerte del coronel Morales. En su testimonio aporta como desencadenantes: El constante empleo de las fuerzas de policía en combates lo que apartaba a los oficiales de sus cometidos habituales y les alejaba de las cábilas y de su labor política (circunstancia compartida por diversos mandos). Descredito en algunas cábilas de la acción de jóvenes oficiales poco conocedores de la idiosincrasia rifeña y menos del idioma. Falta de consolidación de las políticas indígenas en las cábilas ocupadas desde diciembre debido a la poca estabilidad. Propaganda llevada a cabo por elementos rebeldes, en muchos casos  oculta a la espera de un éxito, propaganda que incluso corría entre las fuerzas de policía donde existía un terreno abonado. Abusos y  atropellos cometidos de forma aislada (de los que queda constancia), fruto de la poca preparación de algunos oficiales y que originaba que en algunas ocasiones se debiera tramitar una queja al jefe de la Mía que era al mismo tiempo el causante de la misma. La declaración de Riquelme, experto oficial en asuntos indígenas, fue pieza clave en las conclusiones expuestas por el fiscal en el expediente Picasso(70).

Muchos fueron los testimonios que el fiscal García Moreno reunió para afirmar que se podían derivar graves cargos contra la oficialidad ya que su conducta no fue la que se esperaba de ellos en tan dramáticos momentos. Prestaron testimonio en este sentido (entre otros) Alfonso Rey, comerciantes Verdú y Falcó, Fray José Antona, Oficial de telégrafos Llinás y sobre todo el teniente coronel Ricardo Fernández de Tamarit que además fue autor de una carta (19 de abril de 1921) dirigida al general Fernández Silvestre (71) donde se vertían graves acusaciones contra diversos oficiales y elementos de policía. Lo que pudo dar origen a venganzas y otras barbaridades. Sin embargo no puedo dejar de mencionar que la mayoría de testimonios sobre conductas irregulares se centraban en la figura de oficiales concretos y casos aislados que no por ello menos graves. Entre el resto de la oficialidad hubo espacio para los que por vocación se unieron a las tropas y se involucraron en los asuntos indígenas. Muchos de ellos murieron en combate. Incide también Riquelme en la falta de implantación del Protectorado en las cábilas, que hacía necesario la presencia de funcionarios y autoridades locales. Por el contrario el gobierno y administración de las cábilas sometidas quedó de un modo directo en manos de algunos oficiales que cometieron abusos en el ejercicio de su cargo.

Hay que decir en honor a la verdad que episodios tan lamentables no eran cometidos únicamente por policías sino que también se veían involucrados soldados españoles. Prueba de ello es el informe elaborado por el capitán Gerardo González-Longoria el 19 de abril de 1921 (72) en el que acusa a soldados españoles de la violación de una joven además de relatar diversas acusaciones por caza ilegal, persecución de mujeres, asistencia a cafés de noche y otras actividades prohibidas en las posiciones. El informe denota la evidente existencia de tensiones entre las tropas españolas y las de Policía. Aunque reconocía algunos de los hechos el teniente coronel Núñez de Prado (jefe del Grupo de Regulares) aportó algunos datos a considerar. Falta de estímulos entre la tropa, acostumbrada a luchar siempre en primera línea, no se les reconocía el sacrificio. Carencia de recompensas entre la oficialidad aunque hay que reconocer que los destinos se hacían por elección, por tanto eran voluntarios. Gran presencia del sedentarismo en los oficiales que preferían estar lejos del frente avanzado. No ofrecía por tanto el territorio aliciente alguno salvo algún estimulo económico en concepto de gratificación.

De la lectura de cuantos testimonios he tenido a mi alcance deduzco que fueron muchos los motivos que se aliaron para construir el puzle de defecciones. Nada hacía pensar que se pudiera producir como tampoco nadie predijo el derrumbamiento de la Comandancia. El caso es que la sombra se extendió como una insoluble mancha sobre el historial de la policía que hasta ese momento era limpio. Sin embargo, hubo Policía Indígena tras Annual, la unidad prácticamente desaparecida se reestructuró, se volvieron a crear las Mías, las oficinas indígenas, las oficinas de información y cuando fue el momento sirvió de base para la creación de las Mejalas y las oficinas de Intervención, sucesoras de la Policía Indígena.

Último periodo, reestructuración y disolución

Días después de la muerte del coronel Gabriel de Morales se produjo el relevo en la jefatura de las Tropas. La unidad, desestructurada y desacreditada debía renacer de sus cenizas. El elegido para organizar las tropas y retomar la política de asuntos indígenas fue José Riquelme López-Bago (designado el 27 de julio). Se truncaba en ese momento la condición de pertenecer al cuerpo de estado mayor para mandar las fuerzas de Policía. Riquelme era jefe del regimiento de Ceriñola 42 y no había tomado parte en los sucesos por hallarse de baja médica. Su primer mando fue el de una de las columnas que aseguraba el perímetro de Melilla. Fue partidario de rescatar a la columna sitiada en Monte Arruit, mientras otros de mostraban partidarios de la rendición. Esta divergencia en la operativa podría ser uno de los motivos que influyeron en su cese pocos meses después. Durante su periodo de mando al frente de la Policía se iniciaron las labores de reconquista del territorio. Muchos áscaris regresaron a Melilla y se mostraron dispuestos a reincorporarse a la unidad. Los primeros combates en los que intervinieron se produjeron en agosto y septiembre. La primera baja de un oficial fue la del capitán Ángel Sánchez Noé, jefe de la 1ª Mía, muerto el 16 de septiembre. El oficial nacido el 17 de febrero de 1892 pertenecía al arma de infantería en cuya academia ingresó en agosto de 1908.

A medida que se reconquistaba el territorio perdido se aumentaban los efectivos y las Mías. En abril de 1922 existían 10 Mías formadas por 1000 hombres. El 14 de abril fue cesado en el mando el coronel José Riquelme que tras 20 años de servicios en Marruecos sería destinado a Burgos. Para substituir a Riquelme fue elegido el coronel Juan Lasquetty Perozo (22/04/1874), perteneciente al arma de caballería. Hasta entonces ocupaba el cargo de secretario en la Alta Comisaría y era además jefe de la Junta de Monumentos de Marruecos junto al arqueólogo César Luis de Montalbán. Lasquetty sería el coronel jefe que ocuparía el cargo durante menos tiempo. El 23 de agosto (cuatro meses después de su designación) y mientras se dirigía en coche de Batel a Dar Drius fue objeto de un agresión que causó la muerte del coronel y la del chofer, Miguel Salvat García, perteneciente al Centro Electrotécnico. Solo pudo salvar la vida el teniente ayudante Juan Solanes Ibars, que moriría en combate el 12 de abril de 1927 siendo capitán del Grupo de Regulares de Ceuta. Los cuerpos del coronel y el soldado Salvat fueron objeto de saqueo y aparecieron despojados de sus uniformes, ambos fueron enterrados en Melilla. El coronel había servido en las fuerzas de Policía siendo comandante en 1918 y su carrera militar estuvo muy ligada al Protectorado. Fue el segundo jefe de la unidad que murió en combate.

En el anuario militar de 1922 figuran 50 jefes y oficiales destinados en las tropas. Número que no se ajustaba a la realidad ya que se incluía a muchos que o habían fallecido o se hallaban prisioneros. Tampoco figura en la Colección Legislativa la plantilla de la unidad ya que se hallaba en plena reestructuración. En enero de 1921 recibiría la Medalla Militar Individual (74) el Oficial 2º Mohamed Achemelal Bachir, perteneciente  a la 1ª Mía, fue el primer marroquí que gano la condecoración. Le fue concedida por su actuación al frente del destacamento de Sidi Alí (avanzadilla de Afrau) guarnecido exclusivamente por áscaris en noviembre de 1923.

Tras el breve mando de Lasquetty y su dramática muerte se designa como jefe al coronel de infantería Manuel de las Heras Jiménez (22/11/1880) que antes de su nombramiento había escalado puestos en el escalafón por méritos. Fue siendo teniente coronel en 1914 el primer jefe del Grupo de Regulares de Ceuta y tenía antigüedad en el empleo de coronel desde agosto de 1918. El coronel ascendería a general en noviembre de 1923 y a divisionario en noviembre de 1928. En 1930 era gobernador militar de Huesca cuando se produjo la sublevación de Jaca. El general murió en un enfrentamiento con las tropas sublevadas en Anzánigo el 12 de diciembre. En fecha indeterminada en 1923 se decide la disolución de la unidad y su conversión en Mejala y Cuerpo de Intervención. El anuario militar de 1923 todavía recoge la existencia de la Policía de la que forman parte el coronel y 51 oficiales, incluyendo a los destinados en la Subinspección de Asuntos Indígenas que manda el comandante Federico Pita Espelosín. El comandante Pita, nacido en La Habana en 1874 pertenecía al arma de infantería y fue el último jefe de la Subinspección de Asuntos Indígenas.

En 1924 el anuario militar ya no recogía la existencia de la unidad, tras quince años de servicio la Policía Indígena se convirtió en la Mejala y Cuerpo de Intervención. Una gran mayoría de los oficiales que sobrevivieron al desastre ingresaron como oficiales de la Mejala o Interventores Militares. Se creó la Inspección General de Intervención Militar y Tropas Jalifianas cuyo primer jefe fue el general Alberto Castro Girona (1875-1969). Se crearon cinco Mejalas: Tetuán 1, Melilla 2), Larache 3, Xauen 4 y Tafersit 5 (territorio de Melilla). Fueron los primeros jefes de las de Melilla y Tafersit el coronel Alfredo Coronel Cubria y el comandante Federico Pita Espelosín. (75).

NOTAS

 

1-Diario Oficial del Ministerio de la Guerra (en adelante DOMG). 31/03/1906. DO. Nº 72. El reglamento de la academia se aprobó el 29 de abril de 1909.

2-José Álvarez Cabrera. Columnas de operaciones en Marruecos. Estudio Político Militar. Imprenta de A.J. Lugano 1908

3-La Policía Indígena de Melilla. José Luis de Mesa Gutiérrez (en adelante JLDMG). Editorial Fajardo el Bravo. Murcia 2018. Página 47

4-Croquis de la posición relativa de las fracciones y poblados de la Kábila de Quebdana y de los accidentes más importantes de aquellas. Realizado en 1908 por el teniente José Riquelme.  

5-DOMG. DO. 211 21/09/1909

6-Colección Legislativa del Ejército (en adelante CLE). Página 396. Real Decreto 31/12/1909.

7-JLDMG. Página 60

8-DOMG. 15/06/1909

9-DOMG. DO. 104 08/05/1909

10- DOMG. DO. 104 08/05/1909

11-Informaciones de El Telegrama del Rif. Búsqueda por Mías. 1ª Mía, etc.

12-.Anuario Militar de España 1911. Talleres del Depósito de la Guerra. Madrid

13-Antonio Parache Pardo. Correrías por el Muluya. Tipografía del Colegio de Santiago, Valladolid.

14-DOMG. 22/11/1911

15-DOMG. DO. 5 05/01/1912

16-DOMG. DO. 9. 12/01/1911. Organización

17-JLDMG. Página 74

18-Anuario Militar de España 1912.  Talleres del Depósito de la Guerra. Madrid

19-La Correspondencia de España. 21/12/1912

20-Anuario Militar de España 1913

21-DOMG. DO.Nº 94. 26/04/1913. Circular sobre organización

22-CLE 1912. Nº 94.  Página 11

23-DOMG. DO. Nº 19. 22/01/1914

24-Anuario Militar de España 1913. Talleres del Depósito de la Guerra. Madrid

25-CLE 1915. R.O. 18/01/1915. Estado Nº 10

26-Historia de las Campañas de Marruecos (en adelante HCM). Servicio Histórico Militar. Imprenta del Servicio Geográfico del Ejército. Madrid 1947. Tomo 3, página 599.

27-HCM. Tomo 3, página 602

28-HCM. Tomo 3, página  610

29-El Telegrama del Rif. 22/04/1916

30-Eduardo Morales recibió la Cruz Laureada por RO. 12/11/1919

31-JLDMG. Página 116

32-El Maun Buziam recibió la Cruz Laureada por RO. 23/11/1917

33-El teniente Rodríguez recibió la Cruz Laureada por RO. 13/03/1919

34-DOMG. DO. Nº58. Reorganización de las Tropas y servicios del ejército de Marruecos. 

35-Real Decreto 31/10/1918

36-CLE 1919. RO. 21/08/1918 PÁGINAS 437-438. Creación del Negociado de Asuntos de Marruecos

37-CLE 1919. RO. 24/09/1919 Organización de las plantillas de Policía Indígena y de las Mías.

38-CLE 1919. RO. 24/09/1919. Plantillas de Policía Indígena

39-DOMG. Ascenso a Tte. General 26/01/1920

40-HCM. Tomo 3, página 355

41-DOMG. DO. Nº 24. 30/01/1920

42-DOMG. DO. Nº 42. 21/02/1920

43- DOMG. DO. Nº 45. 24/02/1920

44-HCM. Tomo 3, página 357

45-CLE 1920. RO 31/05/1920. Nº 275

46-CLE 1920. Página 750. Organización 14ª Mía

47-MMI Herrador Mateos: RO. 15/09/1922 DO. 208

48-CLE 1920. RO. 31/12/1920. Páginas 970-971. Plantilla de las fuerzas de Policía Indígena de Melilla.

49- Parte escrito por el teniente Ángel Purón Capablanca. Afrau 25 de enero de 1921. Fondos depositados en el Archivo General Militar de Madrid y recibidos por donación de un lector de mi blog. No puedo precisar signatura. El informe escrito en Afrau aporta datos de interés sobre Sidi Dris y se acompaña de un dibujo y un plano dibujado por el teniente de Policía Enrique Urreta.

50-Parte escrito por el coronel Gabriel de Morales. Melilla 16 de enero de 1921. Fondos depositados en el Archivo General Militar de Madrid y recibidos por donación de un lector de mi blog. No puedo precisar signatura. El informe refleja la conquista de Annual el 15 de enero de 1921 y se muestran estados de tropa.

51- Parte escrito por el coronel Gabriel de Morales. Melilla 24 de enero de 1921. Fondos depositados en el Archivo General Militar de Madrid y recibidos por donación de un lector de mi blog. No puedo precisar signatura. Se refleja la conquista de Izumar y Morabo de Sidi Mohamed.

52- Para confeccionar la información sobre Abarrán he recurrido a la siguiente información: PARES (portal de archivos españoles)

Expediente Picasso: Expediente 50.1 Telegramas relativos a la conquista de Abarrán, folios 7-30. Expediente 50.8 folios 1699-1714(Informe del comandante Villar). Expediente 50.9 folios 1797-1801. Expediente 50.10 Informe Abarrán folios 2178-2188. Causa Contra el Mando. Expediente 51.22 Ocupación y pérdida de Abarrán folios 10-16.

Archivo General de Madrid. Informe sobre Abarrán. Fondos depositados en el Archivo General Militar de Madrid y recibidos por donación de un lector de mi blog. No puedo precisar signatura. El informe aporta relación de supervivientes y composición de la columna que participó en la conquista.

Juicio Contradictorio para conceder la Cruz Laureada de San Fernando al alférez Luis Fernández Martínez. DOMG. DO. 47. 26/02/1926.

53- Parte escrito por el coronel Gabriel de Morales. Buimeyan 23 de junio de 1921. Fondos depositados en el Archivo General Militar de Madrid y recibidos por donación de un lector de mi blog. No puedo precisar signatura. El informe refleja la conquista de Igueriben el 7 de junio de 1921.

54- Parte escrito por el comandante Jesús Villar. Buimeyan 19 de junio de 1921. Fondos depositados en el Archivo General Militar de Madrid y recibidos por donación de un lector de mi blog. No puedo precisar signatura. El informe refleja el combate del 16 de junio y la relación de distinguidos.

55-HCM. Tomo 3, página 420

56-DOMG. DO. 1 01/01/1921. Plantilla de las fuerzas de Policía

57-JLDMG. Páginas 157-158

58- Expediente Picasso. Expediente 50.9, folios 1815-1841

59- Expediente Picasso. Expediente 50.2, folio 379

60-Causa contra el Mando. Expediente 51.7, folio 1914

61-Expediente Picasso. Expediente 50.9. Estado de Fuerza en Annual. Folios 1815-1841

62-Causa contra el Mando. Expediente 51.6. Relación de la situación de jefes y oficiales los días 21 de julio y 1 de agosto. Folio1586. Tropas de Policía Indígena

63-Expediente Picasso. Expediente 50.8, folio 2178. Relación de bajas

64- Causa contra el Mando. Expediente 51.17, folios 1824-1921. Relación de destinos de todas las unidades

65-Causa contra el Mando. Expediente 51.16, folios 1773-1776. Relación de supervivientes de Policía Indígena

66- Causa contra el Mando. Expediente 51.9, folio 2353. Estado de armamento

67- Expediente Picasso. Expediente 50.9, folios 1815-184. Vicisitudes de los puestos de Policía

68- Causa contra el Mando. Expediente 51.12, folios 3216-3242. Declaración del teniente Alfredo Erquicia

69-Declaraciones del coronel Riquelme: Expediente 50.9, folios 1775-1790. Expediente 51.1, folios 33-47. Expediente 51.17, folios 1775-1790

70-Expediente Picasso. Expediente 50.9, folios 2213-2229. Conclusiones del fiscal

71-Carta fecha el 19 de abril de 1921. De la carta se realizaron 4 copias. Yo, la recibí vía donación

72- Expediente Picasso. Expediente 50.3, folios 665-668. Informe redactado por el capitán Gerardo González-Longoria Aedo

73- Causa contra el Mando. Expediente 51.1, folios 105-116. Declaración teniente coronel Núñez de Prado

74- DOMG. DO. 19. 26/01/1923

75-Anuario Militar de España 1924. Talleres del Depósito de la Guerra. Madrid