domingo, 29 de noviembre de 2009

De cómo recuperó el habla el capitán Fortea.

De cómo recuperó el habla el Capitán Fortea
¿Qué fue lo que le ocurrió a Julio Fortea tras verse inmerso en la vorágine de la retirada? Las versiones que se conocen dicen que quedó sin habla, que no podía articular palabra. ¿Se corresponden sus síntomas con los de alguna patología conocida? En definitiva, que pudo suceder para que un oficial con más de quince años de servicio de repente se quedara sin poder hablar. ¿Qué se hizo para deshacer el mal? ¿Cómo recuperó el habla el capitán Fortea?

Un primer trauma

En septiembre de 1898 era gobernador militar de las filipinas islas Batanes el comandante Julián Fortea Selví. Junto a su mujer Asunción García convivían los cinco hijos del matrimonio,(Ángel, Julio, Luís, Milagros y Pilar), el mayor de ellos con tan solo13 años y dos sobrinas del comandante. La guarnición se componía exclusivamente de 150 soldados indígenas. El día 18 desembarcó en las islas un grupo de insurrectos que se dispuso a atacar el poblado. El gobernador entregó armas a otros españoles residentes en la isla y se dispuso a defenderla. La mayoría de tropas autóctonas desertaron y para organizar la defensa se tuvieron que atrincherar militares y civiles en la casa gobierno. Poco pudieron resistir ante el empuje de los sitiadores. Nueve horas después caía abatido ante su familia el comandante Fortea y los atacantes se apoderaron de la posición. Ese día Julio Fortea García vivió su primer trauma de guerra cuando contaba sólo once años. Perdió a su padre ante sus ojos. En aquellos momentos no existían prácticamente estudios sobre las patologías producidas por la guerra y mucho menos se habían publicado artículos sobre sus efectos entre los niños. El único consuelo para los Fortea fue que los asaltantes reconocieron el valor del gobernador y le rindieron honores militares. La familia pudo partir hacia España y el cadáver del padre quedó enterrado en aquellas lejanas islas.



Comandante Julio Fortea Selví
A pesar de la tremenda conmoción que debió causar entre aquellos niños la tragedia, Julio eligió ser militar como su padre. Ingresó en la academia de infantería el 31 agosto de 1905. Cuatro meses antes le fue concedida la Cruz Laureada a su padre. Los periódicos de la época publicaron amplia información y la clase política mostró su interés en repatriar el cadáver. Finalmente, en 1910 los restos del Comandante Fortea volvieron a España. El féretro llegó a Barcelona, donde fue recibido por el General Weyler. En las fotos de la época se puede ver a Julio Fortea vestido de media gala y con salacot. Dos compañías del regimiento de Vergara rindieron honores y presidió el acto el menudo capitán general. Desde la ciudad Condal fue trasladado a Madrid y enterrado en el cementerio de la Almudena.


Julio Fortea (derecha) junto a sus hermanos

Idéntico drama le tocó vivir a otro niño durante los sucesos de julio de 1921. El capitán Cándido Irazábal estaba al frente de la 4ª compañía del III Batallón de Melilla 59. El 22 de julio su unidad se hallaba destinada en Terbibin. Junto al capitán pasaba aquellos días su hijo Laureano, de una edad similar a Julio Fortea, vivió el mismo dramático final y vio como su padre moría ante él. Laureano fue herido y pasó unos días preso antes de poder volver a la plaza. Posteriormente fue recibido por el Rey quien escuchó la narración de aquel niño que vivió momentos tan duros. En julio de 1924, en Palma de Mallorca, se le concedió la medalla de sufrimientos por la patria que le fue impuesta por el Marqués de Garantía.

¿Qué le ocurrió al capitán Fortea?
El estrés postraumático, la neurosis de guerra y la afasia.

Julio Fortea era el jefe de la 13ª Mia de policía indígena. Lo era desde que se hizo cargo de la misma al morir en Abarran el capitán Huelva. El 3 de junio ya se hallaba al frente de su unidad. El 22 de julio sus hombres se hallaban repartidos entre el Morabo de Sidi Mohamed y Yebel Udia. A diario realizaban descubiertas entre Tahuarda, el collado de Tizzi Azza y la posición B. Por lo tanto no es desdeñable pensar que el capitán pudiera pernoctar en una de esas dos posiciones el 21 de julio. En los listados del general Picasso se cita que en Annual había el 22 de julio 1 oficial y 40 de tropa de la 13ª Mia de Policía. En los que publicó Caballero Poveda sin embargo afirma que las fuerzas pertenecían a las 5ª, 6ª, 10º, 11ª y 15ª (804 hombres). El resto de la unidad parece que permaneció en el Morabo.
La neurosis de guerra no es en sí una entidad clínica. Se engloba en la categoría de la neurosis traumática que fue definida por Oppenheim en 1889. Durante la primera guerra mundial se abrió entre las potencias el debate sobre el posible origen. Los contendientes recurrieron a los psiquiatras para poder identificar y desenmascarar a los simuladores que fingían ser falsos enfermos y eludían el combate. Algunos de los más importantes psiquiatras de la época fueron alistados (Ferencki, Karl Abraham. Ernest Jones, Tausk, Simmel) y tuvieron la oportunidad de tratar un importante número de casos entre aquellos pobres soldados condenados al infierno de las trincheras. Freud se libró de ser reclutado debido a su avanzada edad.
Los principales síntomas del estrés postraumático aparecen tras la exposición del individuo a un acontecimiento estresante y extremadamente traumático. La persona se ve envuelta en situaciones que representan un peligro real para su vida. También aparece cuando el sujeto es testigo de un acontecimiento donde se producen muertos y heridos. En último lugar puede aparecer al conocer la persona, a través de alguien cercano, un acontecimiento que implique una violenta e imprevista muerte.
En tercer lugar la patología que afectó al capitán podría ser la afasia, que consiste en la pérdida y/o capacidad de comprender el lenguaje. Las causas que la provocan se deben a lesiones que se producen en las áreas cerebrales especializadas en esas tareas. Entre otras causas puede aparecer debido a un traumatismo craneoencefálico.

llegada de féretro del comandante Fortea a Barcelona


Sin duda alguna que lo que afectó a Fortea y a otros muchos fueron los dos primeros supuestos. Hubo muchos casos entre los combatientes, el miedo a morir a manos del rifeño les sumió en un profundo shock. Existen muchos estudios sobre los efectos del estrés y la neurosis en los soldados que participaron en la gran guerra y prácticamente ninguno de lo que les ocurrió a los pobres soldaditos españoles en Annual. Tan sólo en novelas como Imán, El Blocao o El desastre de Annual (Episodios nacionales contemporáneos) se hace mención a las profundas heridas psicológicas que sufrieron. Retiradas desordenadas y caóticas, defensa a ultranza de posiciones que quedaron aisladas, privación de agua durante días, falta de alimentos, enfermedades, largas caminatas bajo un sol abrasador, matanzas indiscriminadas. Demasiado para cualquiera, imposible no encontrar cientos de casos similares al ocurrido a Fortea. Entre ellos podríamos incluir el caso del alférez Ruiz Tapiador tras escapar de Dar Azugaj y refugiarse en el pozo 2 en Tistutin. También al alférez Balseiro que deambulaba perdido ante la atónita mirada del general Navarro. Cientos de soldados padecieron aquellas neurosis, algunos nunca pudieron superarlo, otros lo tuvieron presente en sus sueños toda su vida. Recientemente publique el testimonio de la nieta de Pedro Hernández Cabrerizo donde Teresa nos refería que 77 años después aun soñaba con aquellos días de julio. En la declaración de Fortea ante el instructor no se aclara el porqué, ni tan siquiera hace referencia a ello. No menciona ni un sólo detalle sobre lo ocurrido en Annual. En algún periódico se publicó que su estado se debió a la visión que le produjo ver el cadáver de Silvestre maltratado por los rifeños. Sin embargo en la declaración del comandante Alzugaray este afirma categóricamente que en la mañana del 22 se encontró con el en Ben Tieb y que mantuvo una conversación. Esta afirmación desmonta las teorías publicadas por la prensa acerca de que perdió el habla al ver como mataban al comandante general. Por lo tanto debió afrontar la retirada a Drius y desde allí a la plaza, en este intervalo de tiempo perdió el habla. Nunca sabremos porqué.


Un Nuevo método para curar las neurosis de guerra.
A mediados de agosto Julio Fortea seguía sin articular palabra a pesar de que habían transcurrido casi tres semanas y se hallaba descansando en su domicilio. De repente el día 18 los periódicos publican que se ha curado de su problema y que su estado es perfecto. Había superado su trauma y podía hablar y recordar. Para curar su patología no se utilizaron los métodos de los psiquiatras de la guerra mundial. Fortea no recibió descargas eléctricas ni fue sometido a la cura de Kaufman. En lugar de esas técnicas recibió otra que en principio me desconcertó, pero tras investigar más profundamente descubrí que no fue el único que fue curado gracias a la hipnosis.Años antes, los franceses Chacort y posteriormente Berheim y Liebault utilizaron la hipnosis entre sus prácticas habituales. Hasta incluso Freud fue discípulo de Charcot y llegó a utilizar la sugestión en sus tratamientos. La corriente hipnótica se extendió por toda Europa y ganó un gran número de adeptos. En nuestro país también encontramos algunos practicantes y grande fue mi sorpresa al localizar a un médico militar que no sólo la realizaba sino que además es considerado un precursor y un eminente psiquiatra.




Julio Camino Galicia nació en Tábara (Zamora) el 27 de mayo de 1882, era el primogénito de seis hermanos entre los cuales destacó su hermano Felipe. Años después sería uno de los integrantes de la generación del 27 firmando sus obras como León Felipe. El doctor Camino finalizó sus estudios de medicina en 1906 y un año después ingresó en la academia de sanidad militar de donde saldría con el empleo de teniente médico en junio de 1908. Tras su ascenso a capitán en 1911 inicia una intensa actividad en la psiquiatría y en sus diversos destinos puede compatibilizar su vida castrense con el ejercicio de su especialidad en el consultorio de la Cruz Roja en Madrid. Ya en esos años despunta su afición a utilizar la hipnosis en sus terapias, lo que le valió el rechazo de la psiquiatría “oficial”. En 1915 pasó un año en el hospital militar de Zeluán donde continúa con sus prácticas sugestivas hasta incluso entre la población indígena. En 1920 publicó “Manual de Hipnotismo e Hipnoterapia”, que fue a la postre una de sus más famosas publicaciones. Me consta que entre sus compañeros de armas se despertó un interés que en algunos casos llegó a que algunos oficiales la practicaran sin que fueran médicos. Julio Camino se retiró de comandante en 1933 (acogiéndose a la ley Azaña) y publicó un altísimo número de libros sobre enfermedades mentales. Fue además profesor de psiquiatría y medicina legal de la academia de sanidad militar. Falleció en Madrid el 21 de enero de 1956.




De cómo recuperó el habla el capitán Fortea

El 19 de agosto Julio Fortea recibió en su casa la visita de dos compañeros de armas. Se trataba del teniente coronel de ingenieros Bernardo Cabañas Chavarrías y del capitán médico Vicente Martín Crespo. El primero era en ese momento el ayudante del general Muñoz Cobos y el segundo era el galeno del batallón expedicionario del regimiento de Almansa. El general había sido comisionado para supervisar y gestionar el tratamiento de los heridos durante el desastre así como inspeccionar si los medios de que se disponía eran suficientes para contener el alud de heridos. Muñoz permaneció varios días en Melilla a principios de agosto para poder elevar su informe al ministro de la guerra. Cabañas, enterado de la afección de Fortea le convenció para practicar hipnosis asegurándole que los resultados serían efectivos. Tras sugestionar al capitán le hizo recitar el abecedario y posteriormente el nombre de su mujer. Grande fue la sorpresa al poder Fortea articular tanto el nombre de su señora como todas las letras del alfabeto. En total el proceso sugestivo duró siete minutos. Así recuperó el habla Julio Fortea. Tras la curación del oficial, Cabañas, parece ser que experimentó la hipnosis con un soldado de Alcántara que padecía la misma patología. Tras finalizar sus gestiones en Melilla Muñoz Cobos y Cabañas partieron hacia la península. Al llegar a Málaga el teniente coronel enterado de que en el hospital estaban ingresados dos soldados que presentaban idénticas sintomatologías les aplicó la misma técnica con idéntico resultado favorable. Se trataba de Leopoldo Megias del mixto y José Alba de Ceriñola.
La hipótesis más razonable fue que Cabañas y el Dr. Camino se conocieran en Madrid años atrás. El entonces Comandante Cabañas se hallaba destinado en el 2º regimiento de minadores zapadores y el psiquiatra en el regimiento de Húsares de la Princesa. Según dejó escrito Camino el hipnotismo era una práctica muy delicada de modo que el hipnotizador debía reunir las siguientes características: “ Ser médico y buen sociólogo y psicólogo; inspirar confianza y rodearse en las sesiones de testigos honorables; tener una honradez absoluta y no actuar más que ante los trastornos apropiados para la hipnosis”. Cabañas no era médico aunque para tal ocasión fue acompañado de un testigo especializado. Días después la junta directiva del Centro de Hijos de Madrid acordó elevar instancia al ministro de la Gobernación para que le fuera concedida la Cruz de Beneficencia a Cabañas por su labor humanitaria en Melilla.


Sobre Julio Fortea García

Nació el 20 de mayo de 1887. Ingresó en la academia de infantería el 31 de agosto de 1905. 2º Teniente 26-06-1908, destinado en San Fernando 11. 1er. Teniente 26-06-1910. Capitán 09-09-1913. Con anterioridad a su destino en la policía indígena había formado parte del Melilla 59. Fue Fortea un oficial africanista sin duda alguna, lo prueban los años que permaneció destinado en el protectorado siempre al mando de unidades indígenas. En febrero de 1922 al mando del Harka auxiliar de Beni Said llegó hasta el barranco del Izumar, allí donde murió el coronel Morales. En su osadía pretendió en rápido avance llegar hasta el maldito campamento de Annual. El alto mando le disuadió de llevar cabo la acción que hasta mayo de 1926 no se pudo realizar. Ese mismo año sufrió un accidente de moto en el que se fracturo la mano y sufrió contusiones en la cabeza. Meses después, en agosto, perdió de nuevo a su jefe en combate al ser asesinado en el Igan el coronel Lasquetty. Le sucedió en el cargo el coronel Manuel de las Heras (muerto en 1930 en los sucesos de Jaca). En 1923 ascendió a comandante y por su actuación en la rotura del cerco de Tifaurin se le concedió la Medalla Militar Individual. En septiembre, el general Marzo, le impuso la condecoración en Quebdani, en aquellos duros combates se ganaron la medalla varios oficiales, entre ellos el coronel Salcedo Molinuevo. En 1924 se le destina a la Mehala Jalifiana de Melilla y un año después a los servicios Jalifianos como interventor militar de Melilla. En ese destino compartió el mando con otros supervivientes de Annual, el comandante Gómez Iglesias y posteriormente Jiménez Ortoneda. Durante los tres años siguientes permanece como interventor, en 1925 sustituye provisionalmente al coronel Monasterio en la jefatura del Peñón de Alhucemas. Finalizó su carrera militar con el empleo de coronel.

Bibliografía:Hemeroteca La Vanguardia año 1921 y 1922
Hemeroteca ABC año 1921 y 1922
Anuarios militares de 1910,1920 y 1921
Biografía del Dr. Camino Galicia
http://leonfelipe.org.es/BiografiaJulioCaminoGalicia.html
Fernando Caballero Poveda. La Campaña de 1921. Revista Ejercito 522 y 523- Madrid 1984.
Juan Pando Despierto. Historia secreta de Annual. Ed. Temas de hoy. Madrid 1984.
Galería militar contemporánea. Servicio Histórico Militar. Madrid 1980
Caballeros de la Real y militar orden de San Fernando. Ministerio de defensa. Madrid 2001.
Mario Elkin Ortiz. Psicoanalistas en el frente de guerra. Edt. Universidad de Antioquia 2007.
Julio Bobes, Manuel Bousoño García, Alfredo Calcedo Barba y Mª Paz González García Portilla. Trastornos de estrés postraumático. Ed. Masson .

viernes, 25 de septiembre de 2009

Antonio y Cesar de Medina. Un grito del alma.

Antonio y César de Medina. Un Grito del Alma

¡Bendito seas, hijo idolatrado,
que en medio de un ejército espantado
tú conservaste el ánimo sereno!
Como buen español y buen soldado
no dejaste tu puesto abandonado.
Cumpliste como bueno
sabiendo tú que el honor obliga,
antes que dar la espalda al enemigo
Preferiste morir. ¡Dios te bendiga
como yo te bendigo!.


Así se expresaba, en 1923, el poeta César De Medina Bocos al recordar la muerte –dos años antes- de su hijo Antonio en Peña Tahuarda. En muchas ocasiones hemos leído y escuchado detalles de la relación entre Antonio de Medina y su novia Margarita Barceló. Conocemos todos los detalles sobre su trayectoria militar y los pormenores de su muerte y comportamiento en la posición “A”. Hoy, quiero recordar el lamento desgarrado, el sollozo, el quejido y la indignación del padre ante la pérdida del hijo.

¡Más amargo que el mar era mi llanto!
¡Más negro que la noche era mi pensamiento!.

Antonio y César de Medina


”Grito del alma” apareció publicado por la editorial Server-Cuesta (Valladolid) en 1950. Se estructuraba en dos partes. En la primera se reproduce una conferencia pronunciada por el teniente Antonio de Medina Castro en el cuartel del décimo regimiento de artillería pesada (Huesca) en 1919. Lleva por titulo “La Patria y la Bandera.”. La segunda parte es una colección de poesías que César de Medina escribió tras la muerte de Antonio en 1921 y que no publicó hasta 1950. El autor cita que no lo hizo hasta entonces... “por motivos patrióticos y porque el problema de Marruecos estaba ya resuelto del modo más favorable y más honroso para el prestigio nacional”.

A pesar de estar escritos en diferentes años, los dos textos se complementan y César de Medina utiliza la conferencia pronunciada por Antonio para construir sus poesías. El resto de poemas hacen referencia a la llegada de Antonio a Melilla, al propio desastre, a las responsabilidades tanto de políticos como de la Patria y a la numantina defensa de la posición. Sobre todos estos conceptos generales flotan el dolor, la amargura por la pérdida, el tiempo no vivido junto al hijo, el olvido y resignación en la que tanto sociedad como políticos sumieron el país. La angustiosa certidumbre de que el cadáver de su hijo quedara abandonado y calcinado por el sol del Rif. La necesidad de buscar responsables, de no olvidar la afrenta, la derrota y la humillación. El poeta necesitaba canalizar todo ese dolor, esa angustia y encontró en la pluma el único refugio donde esconderse tras la tormenta que supuso en su vida la pérdida de Antonio.

Pero quiero cantar, porque mi canto
brota del manantial do brota el llanto
en que me anega mi destino adverso

Y parece que encuentro alguna calma
cuando brota del fondo de mi alma
mojado por las lágrimas, el verso


CÉSAR DE MEDINA BOCOS, UN POETA DE CASTILLA

César de Medina nació en Pedrajas de San Esteban en 1873. Cursó estudios de derecho en las universidades de Deusto y Salamanca y ejerció su profesión de abogado, especialmente como criminalista. En 1907 fue candidato del partido liberal conservador en las elecciones generales y ocupó posteriormente otros cargos políticos. Fue gobernador de civil de Murcia en 1918, de Almería en 1921 y de Vitoria en 1931.
“Enjuto de carne, con perfil semita, rubio, con la hisurta barba florida, acicalada y noble, el don César de mi tiempo tiene estampa bíblica, que resulta entonada con el ceño de la gleba y con la tradición castellana”.
Se casó con Ulpiana Castro Rueda (1876-1961), con quien tuvo 12 hijos. Desde entonces la familia ocupa la casa solariega, que hoy en día se halla en la calle Antonio de Medina. Los restos de gran parte de la familia descansan en el cementerio de Serrada, bajo cuyo arco de entrada César escribió una cristiana décima que sirve de epitafio para los que allí reposan. Él mismo se convirtió en uno de sus moradores el 24 de marzo de 1959.


Cementerio de Serrada


Era César de Medina un poeta de vocación campechana, directa y emocionada hacia las gentes, hacia su tierra. Muchas de sus poesías están inspiradas en la cotidiana vida del campo y en sus quehaceres habituales. Quedó consagrado como poeta en el Ateneo de Madrid en marzo de 1915. En ese acto recitó poemas de su libro “Espigas y racimos”, que confesó haber escrito para deleite de sus hijas y no para ser publicado.

Yo, lector, soy un pobre campesino
Figúrate que estoy en la campiña
cultivando mi viña,
y te veo pasar por el camino.
¡Quieres probar mi vino?
De rústica botija te lo escancio;
es vino de esta tierra; vino rancio.




Serrada, casa de la familia Medina de Castro


LA PATRIA Y LA BANDERA

Antonio fue el único hijo que eligió la carrera militar, ingresó en la academia de artillería en septiembre de 1912, cuando tan sólo tenía 15 años .La mayoría de sus hermanos y hermanas demostraron inclinaciones artísticas. Elvira y Fuensanta dedicaron sus esfuerzos a la pintura. Ernesto, como su padre, fue poeta y José Luís destacó como pintor, escritor y sobre todo escultor. Un gran número de premios y una importante cantidad de obras jalonan su carrera.

El teniente Medina se dirigió al auditorio formado por artilleros de todos los empleos. A pesar de su juventud, tenia entonces 22 años, fue elegido por su general para ser el primer orador de una serie de conferencias. No tenía duda sobre el tema que debía tratar, se hallaba ante militares y todos ellos habían jurado fidelidad a una bandera. Por ella serían capaces de derramar hasta la última gota de su sangre. Esa bandera representa a la patria y todos ellos tenían la obligación de honrarla y rendirle tributo de veneración. Antonio inicia su disertación con un concepto general sobre la patria, a la que no puede definir sin que sus labios vibren de emoción, eso,... es la patria les dice a sus hombres. Les habla de los emigrantes gallegos, castellanos y de otros lugares que deben dejar sus hogares para ganarse la vida. Sentirse en tierra extranjera les acerca a su hogar, se estremecen cuando se encuentran con otro compatriota.
“ Y es que el más fuerte, el más grande , el más noble de los amores, es el amor a la patria. Es el que esta más hondo y más afianzado en nuestro ser. El único que no muere jamás. El que nada ni nadie puede arrancar de nuestras almas, en las que alienta, mientras alienta un soplo de vida en nuestros pechos.”
No quedaba duda del gran amor y respeto que el teniente Medina sentía por su patria y la enseña que la representa. La patria es la madre, la casa donde nos aguardan nuestros seres queridos, el camposanto donde reposan los antepasados. Es ella quien nos protege de agravios, injusticias y del daño que nos pudieran hacer. Estas palabras que salen del corazón de Medina, serían posteriormente las que más dolerían a su padre. Años después Antonio yacía muerto sobre el suelo rifeño y César no podía perdonar la afrenta que le causaba la patria.



Serrada, Valladolid



“De España nos protege la bandera
-dijiste cierto día a tus soldados-
y si fuésemos muertos o ultrajados
a vengarnos vendría España entera”

En lucha desigual, terrible y fiera,
Peleasteis valientes y esforzados,
¡y hoy cubren vuestros huesos dispersados
Del monte Tahuarda la ladera!

¿Y España? ¿dónde está? ¿Qué es lo que hace?
Con gemir y llorar se satisface
y haciendo enmudecer sus cañones.

Guiada por espíritus mezquinos
Halaga a vuestros viles asesinos...
¡y les paga su crimen con millones!



ANNUAL

Con la misma intensidad y emoción, Antonio, les habla a sus artilleros sobre la bandera. Amarillo y rojo... oro y sangre, dorada como el sol, roja como las amapolas, como una boca de mujer, alegre como nuestro cielo. Suenan en el auditorio ecos de viejas gestas, Covadonga, Flandes, Colón. Aquel abanderado que en Garellano perdió un brazo y se negó a ser relevado porque aun le quedaba el otro. Sin embargo nadie entre aquellos hombres, ni entre la jerarquía del ejercito, ni entre los políticos ni los españoles podían imaginar lo que ocurrió el 22 de julio de 1921. No figuraba en los anales de la historia un acontecimiento tan adverso donde se desmontaron de manera rotunda todos los buenos argumentos que Antonio deseaba para sus hombres.
“Y yo sé que todos vosotros defenderíais de este modo nuestra bandera y que, antes de dejárosla arrancar, perderíais la vida y cien vidas que tuvieseis. Honradla siempre.”.
César no fue ajeno en sus poesías a ese sentimiento y dejó bien clara su indignación sobre las conductas infames y el abandono de responsabilidades hacia esa bandera a la que hacía referencia su hijo.

Cuantos en la jornada desastrosa
En fuga vergonzosa
Lo mismo que un rebaño de corderos
Muertos o prisioneros
Cayeron del rifeño al duro encono.
Que la fama su nombre no pregone
Y que Dios les perdone
Como yo les perdono.



Calle Antonio de Medina en Serrada



UNA BANDERA EN TAHUARDA

Tiempo después Antonio substituyó aquel auditorio por las duras tierras del Rif. Llegó a Melilla a bordo del Monte Toro y se incorporó a su destino en la comandancia de artillería. Desde sus diferentes destinos dejó constancia de su gusto por la poesía, sobre todo en sus cartas a Margarita. Entre sus compañeros de armas figuraban otros que también se sentían atraídos por las letras además de las armas. Leopoldo Aguilar, Díaz Sanchís, Antonio de Medina y algunos más. Todos ellos formaron parte del club de los poetas muertos. Aquella bandera a la que hacía referencia en su parlamento ondeó hasta cuatro días después de la rota de Annual. César recordó en sus elegíacas estrofas la resistencia de los hombres de intermedia A:

EL ÚLTIMO CAÑONAZO
I
En todas las restantes posiciones
Ya no quedaba en pie ningún soldado.
huían por el campo desolado
los tristes fugitivos pelotones.

Entre llantos, gemidos, maldiciones
Y gritos de dolor desesperado
solemne resonaba acompasado
el fuego regular de tus cañones.

Sobre ellos tremolaba la bandera
que el sol poniente con su luz postrera
teñía de sangrientos arreboles.

Y su estampido, que sonaba a gloria,
Dijo a España que fieles a su historia
Allí alentaron pechos españoles.

II

Cuatro veces el sol de un nuevo día
puso en tus sienes aureola de oro,
y todavía el retumbar sonoro
del duro bronce sin cesar se oía.

Era el león de España que rugía
llenando con su voz el campo moro.
¡Era el león a quien hacía coro
De hienas y chacales la jauría!

Tu noble pecho por el plomo herido
tiñó de rojo el bronce enardecido,
y dando fin al épico combate,
lanzo el cañón el último estampido

¡Era de España el postrimer latido,
que ya su muerto corazón no late!.







LA INDIGNACIÓN

El cadáver del Teniente Medina quedó abandonado hasta que casi tres años después fue recuperado y enterrado en el Panteón de Héroes. César era gobernador civil en Almería y se trasladó a Melilla en octubre de 1921. Realizó el viaje en el Monte Toro, tal y como Antonio hizo tiempo atrás. Sus esfuerzos resultaron baldíos y la única información que pudo recabar procedía de prisioneros liberados o evadidos y era completamente pesimista sobre su final. Pasado el tiempo se conoció su historia de amor con Margarita y ella se convirtió en la novia de intermedia A. Sin embargo poco o casi nada conocemos sobre el sufrimiento de César y menos aun de las tristes y afligidas letras que escribió al morir Antonio.



Antonio y Margarita

¡Oh casta luna, Luna piadosa:
Contempla mi dolor, oye mi lamento
con que importuna, a la callada noche
un mísero español, padre y patriota
que llora de dolor... y de vergüenza!

César mostró su indignación hacía políticos y también militares. Cuando se desplazó a Melilla esperaba poder recuperar el cadáver de su hijo y no fue posible ya que aun no se había reconquistado el territorio perdido. No era capaz de entender que aquella patria no pudiera vengar la afrenta. Que a pesar del gran ejército que se desplegó en la comandancia no se pudiera vencer a los hombres del Jatabi. Mostró su repulsa hacia los métodos de pacificación y la política de acuerdos con los jefes rifeños.

Anhelando vengar el duro ultraje,
España entera traspaso el estrecho.
Yo también fui a recoger piadoso
las amadas reliquias de mi hijo,
siguiendo confiado la bandera
de esta nación que en el pasado
en triunfo recorría el mundo todo.
¡Con qué intensa emoción, con que entusiasmo
de patriótico amor mi pecho ardía
cuando flotaba desplegada al viento!
¡Qué ciega fe en la empresa me alentaba
Al contemplar el bélico aparato
con que España lanzase a la pelea!
y que inútil mi afán, mi empeño loco.
¡No pudimos llegar; no hemos llegado;



La obra de César finaliza con una epístola dirigida al entonces Ministro de la Guerra Niceto Alcalá Zamora. En ella carga duramente contra la figura de lo que denomina “E.N.D.P.” (Escuela Nacional De Prisioneros). El objetivo de su sátira recayó en el sargento Basallo, que ya había sido liberado tras el largo cautiverio en Axdir. Es sin duda alguna la crítica más dura de toda la obra. Resulta sorprendente, ya que al sargento se le rindieron muchos homenajes en diferentes ciudades y sus virtudes fueron loadas por otros compañeros. Me cuesta pensar que los testimonios de tantos compañeros de presidio sean falsos o exagerados. Además creo que hubiera sido más acorde con la realidad cargar contra el general Navarro o el coronel Araujo. Finalmente decido que no debo incluir en este reportaje los versos que le dedicó a Basallo porque me parece injusto que aparezca como el único miembro de la escuela nacional de prisioneros. Únicamente incluyo el prólogo para dar una idea del pensamiento de César:
“La prensa de entonces, mal informada, rodeó al sargento Vasallo de una aureola de heroísmo y abnegación que no correspondía a la realidad de su conducta ni convenía a lo que debe presentarse a la juventud como ejemplo modelo de las virtudes militares, de la raza.”


Sargento Manuel Basallo y Niceto Alcalá Zamora


Apéndice
Durante la etapa de César como gobernador de Almería ocurrió un hecho llamativo y poco conocido que incluiré en esta narración. El 21 de enero de 1922 se estrenaba en el teatro Cervantes la obra de Vidal Planas, “Santa Isabel de Ceres”. La protagonista era Conchita Robles. La obra había levantado cierta polémica al tratar sobre las “vendedoras del amor”. Se había advertido al público que en el transcurso de la misma sonarían disparos y moriría alguno de los personajes. Entre los asistentes se hallaba César de Medina y como todos, esperaba lleno de curiosidad el inicio de la controvertida representación. Poco después de bajar el telón suenan disparos y sobre las tablas se derrumba Conchita Robles. El público aplaude a rabiar y quedan sorprendidos por sus dotes interpretativas. La sorpresa fue mayúscula al darse cuenta la audiencia que los disparos eran reales y la actriz yacía sin vida sobre el escenario.
Entre las bambalinas se hallaba el culpable del homicidio. Se trataba del comandante de caballería Carlos Berdugo Bonet, ex marido de Conchita de quien se había separado recientemente. En su delirio el oficial asesinó también al joven tramoyista Manuel Aguilar de tan solo 16 años. Tras el doble crimen Berdugo se descerrajó un tiro en la sien y quedó malherido. César fue de los primeros en auxiliar a Conchita y nada pudieron hacer por salvar su vida.
Días después César asiste en la capital al entierro de la actriz que contaba con tan sólo 27 años. El comandante se recuperó de sus heridas, aunque perdió un ojo. Tras ser juzgado se le condena a cadena perpetua. La obra no se estrenó y quedó maldita. Meses después el autor de la misma (Vidal Planas) asesinó en Madrid al diputado y escritor almeriense Luís Antonio de Olmet. Posteriormente uno de los decoradores del escenario asesinó a un aristócrata que parece ser que intentó seducir a su pareja. No fue el último asesinato ya que uno de los actores del elenco, Alfonso Tudela, fue muerto por su suegra que le degolló con una navaja de afeitar.
La leyenda de Conchita no finalizó tras su entierro. El año pasado en Cuarto Milenio Iker Jiménez presentó al escritor almeriense Alberto Cerezuela, autor de la obra “La cara oculta de Almería”. Entre los relatos se habla del crimen del teatro Cervantes. La leyenda dice que aun habita en su interior el fantasma de la actriz.




Conchita Robles



Bibliografía:
-Fotografías de Serrada-Valladolid- realizadas por Jose Ignacio Alderete. Gracias Jose.
-Cesar de Medina Bocos. Grito del Alma. Server-Cuesta. Valladolid 1950
-Antonio de Medina Castro. La Patria y la Bandera. Conferencia pronunciada en 1919 y publicada junto a la obra de su padre en 1950.
-Hemeroteca de La Vanguardia. 1921-1922 y 1923
-www.mundomusicalmeria.com/crímenes/1923

-www.pedrajas.net/pedrajas/NOTICIAS/2002/INVIERNO/cesarmedina.htm

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Las tres posiciones Intermedias. Tres Capitanes. 2ª Parte

Las Tres posiciones Intermedias. Tres capitanes, 2ª parte.

MARCIANO GONZALÉZ VALLÉS



Nació el 31 de agosto de 1886 en Santiago de Cuba. Era hijo del entonces capitán Florentino González Valdés y de Balbina Vallés Morales. Con tan solo 14 años ingresa como soldado voluntario en el regimiento Zaragoza 12 de guarnición en Santiago de Compostela. Juró bandera en septiembre de 1900. Permanece, tras su ascenso a cabo en 1901, en el mismo destino hasta su ingreso como alumno de la academia de infantería el 31 de agosto de 1903. Tras una formación en Toledo de dos años y once meses obtiene el despacho de 2º teniente el 13 de julio de 1906.
Su primer destino como oficial vuelve a ser el Zaragoza 12, donde permanece un año y 6 meses. Con posterioridad pasa a formar parte del cuadro de oficiales del regimiento de Castilla 16, donde asciende a 1er teniente. Tras otra breve estancia en Santiago solicita y obtiene plaza como oficial del regimiento de Melilla 59. Su llegada a la ciudad se produce en plena campaña de 1909 y su bautismo de fuego se produce el 31 de agosto al proteger un convoy en la 2ª Caseta. Desde entonces participa en un gran número de misiones. Hay que tener en cuenta que el regimiento de Melilla se destacó considerablemente en la campaña del nueve. Tan alta participación propició que fuera condecorado y citado como distinguido en varias ocasiones.
Nada más finalizar la campaña de Melilla se producen en 1911 los ataques en la línea del Kert, lo que motiva el inicio de otro nuevo periodo de operaciones. Esta vez el teatro de las mismas se aleja de la plaza.
El teniente González participa en las primeras acciones en agosto, en la columna que manda el teniente coronel Adolfo Pahisa. Un año después el jefe de su columna se convertirá en su suegro al casarse González Vallés con Herminia Pahisa y López Queralt. El matrimonio tuvo lugar el 8 de mayo de 1912 y tras su permiso volvió al regimiento donde permaneció hasta su ascenso a capitán el 3 de marzo de 1913. Su primer destino fue el regimiento de San Fernando 11 en calidad de agregado. Poco duró su estancia en el mismo, ya que de nuevo fue destinado por RO al regimiento de Melilla. Su primer mando lo ejerció como jefe de la 6ª compañía del II batallón. En febrero del año siguiente según oficio de la comandancia militar de Melilla es nombrado ayudante mayor del regimiento que en ese momento mandaba el coronel Luís Riera Espejo. Durante esta estancia su comportamiento en combate fue citado en dos ocasiones como distinguido en la orden del día.
Tras una estancia de seis años en el protectorado es destacado a la caja de reclutamiento Lugo 111 y posteriormente a la zona de reclutamiento de Lugo 53, donde permaneció por espacio de dos años.

Tras su burocrático destino, solicita y obtiene plaza de nuevo en Maruecos. El 28 de agosto de 1918 desembarca en Melilla y se incorpora al regimiento de infantería África 68. Su primer servicio fue el mando de la 5ª Cia del III Bon. A la postre sería este su último destino antes de morir en combate. De nuevo es citado como distinguido en acciones en 1918 y 1919 al mando de diferentes compañías del regimiento. Participa íntegramente en la campaña que llevó a cabo el General Fernández Silvestre, y así le encontramos en enero de 1921 en la ocupación de Annual. Poco antes del derrumbamiento se hallaba al frente de la 4ª Cia del III batallón que mandaba el teniente coronel Fernández Tamarit. Tras la caída de Abarran asume el mando accidental del Bon al sustituir al comandante José Claudio y participa en la toma de Igueriben. Una semana antes de la debacle se le cambia el mando de su unidad y asume el de la compañía de ametralladoras del I batallón. Muere en combate el 9 de agosto en Monte Arruit, adonde había llegado tras replegarse de Intermedia C el 22 de julio. Su cadáver fue recuperado el 27 de octubre y fue trasladado y enterrado en el cementerio de Melilla.
Hasta su muerte permaneció en el ejército un total de 20 años, 11 meses y 11 días. El tiempo de permanencia en campaña fue de 5 años, 6 meses y 4 días. Había cursado el árabe y hablaba y traducía el francés. Su talla, como la media de la época, era de 161 cm.

ASCENSOS
31-08-1900 Soldado de Infantería
01-04-1901 Cabo por elección
01-09-1903 Alumno de la academia de infantería
13-07-1906 2º Teniente por promoción
13-07-1908 1er Teniente por propuesta extraordinaria
30-03-1913 Capitán por antigüedad

CONDECORACIONES
1903- Medalla De Alfonso XIII
1910- Cruz de primera clase del mérito militar con distintivo rojo
Medalla de Gerona
Medalla de Melilla
1911- Cruz del merito militar con distintivo rojo pensionada
Cruz del merito militar con distintivo rojo pensionada
1913- Pasador del Kert
1915- Medalla de plata de los sitios de Zaragoza
Cruz del mérito militar con distintivo rojo pensionada
1916- Cruz del mérito militar con distintivo rojo sin pensión
1918- Pasador de Melilla
1920- Cruz del mérito militar con distintivo rojo sin pensión

Teniente Coronel García Esteban,a la derecha, Capitán Gonzaléz Vallés.




POSICIÓN INTERMEDIA “C”

Jefe: Cap. A 68 González Vallés
Fuerzas: 1ª Cia/III Bon A68. Tte. Fernández Capalleja y Alféreces Díaz Sanchís y López Jiménez.
Cia. Amet. III Bon A68. Cap. González Vallés. Solo parte de la Cia, pues el resto quedó en Annual
Pérdida: Retirada 22/07. La posición había sido situada el día 20.

Oficiales Intermedia “C”

Manuel Fernández Capalleja y Fernández Capalleja. F/Nto. 11-08-1898. Ingresó en el ejército el 05-09-1914.Alférez 25-06-1917. Teniente 25-06-1919. Fue dado por desaparecido en Monte Arruit.
José Díaz Sanchís : Nació en Alicante el 30 de junio de 1895. Hijo del doctor José Díaz Rico y de Isabel Sanchís Pujalte. Antes de su estancia en Marruecos había colaborado en las paginas del Eco de Levante, donde firmaba con el seudónimo de “Fray Melones”.No era el único oficial que demostraba un interés por la literatura. En otro capitulo dedicaré un recuerdo a ese club de Poetas y tenientes muertos. Ingresó en el ejército el 11-07-1914, había servido en el regimiento de la Princesa y posteriormente en el de África 68. Parece ser, según dicen las crónicas, que fue herido el 28 de julio y quedó mermado de fuerzas, aunque siguió resistiendo con sus hombres en Monte Arruit. Finalmente fue dado por desaparecido tras la capitulación. Tras la reconquista del territorio fue recuperado su cadáver. Para poder identificarlo se trasladaron a Melilla su padre y su tío Antonio Sanchís Pujalte. La prensa de aquel tiempo decía que: “cuando trasladaron los restos del infortunado alférez se depositaron en una caja de cinc y esta, a su vez en una de madera envuelta en la bandera nacional. Desde las siete de la mañana en que llegó el cadáver del militar alicantino, a bordo del vapor «Canalejas», hasta las cinco de la tarde, el féretro estuvo en el edificio de Obras del Puerto. Desde allí sería llevado hasta el ya desaparecido cementerio de San Blas, en medio de una multitud y acompañado por la banda municipal del regimiento de la Princesa. Un acontecimiento doloroso.” El ayuntamiento de Alicante dedicó una calle en su honor, cuya placa fue descubierta por su padre el 26 de octubre de 1923.

Vicente López Jiménez. F/Nto. 15-09-1898. Ingreso 30-08-1917 Alférez 08-07-1920 y destinado en Pamplona en el regimiento Constitución 29. Desde finales de 1919 en África 68. Fue dado por desaparecido tras la capitulación de Arruit.

Veterinaria Militar

VETERINARIA MILITAR EN LA COMANDANCIA MILITAR DE MELILLA EN JULIO DE 1921

1-Subinspectores Veterinarios de 1ª (Coronel): 3 en anuario, ninguno en Melilla
2-Subinspectores veterinarios de 2ª (Teniente Coronel): 11 en anuario, ninguno en Melilla.
3-Veterinarios Mayores (Comandantes): 27 en anuario. 1 en Melilla.
Baltasar Pérez Velasco: 06-01-1874 11-01-1896 Vet. Mayor 11-03-1919. Jefe Veterinaria militar Melilla.
4-Veterinarios 1.os (Capitanes): 111 en Anuario, 8 en Melilla.
Ladislao Coderque Gómez 27-06-1869 09-04-1897 Mixto Art.
Agustín Elvira Sadava 28-06-1869 10-11-1904 Alcántara 14
Bonifacio Llevot Guillén 03-04-1887 13-08-1909 30-10-1914 Cdcia. Tropas Intendencia
Candelo Corbín Ondarza 02-02-1888 24-12.1909 12-12-1914 Cia Mixta Sanidad Militar
Gonzalo Espejo Del Pozo 10-01-1892 29-09-1911 18-08-1919 Cdcia. Gral. Melilla
Luís Plaza García 04-05-1890 29-09-1911 27-09-1919 Pol. Indígena
Teofilo dela Ossa Alcázar 22-07-1891 29-09-1911 30-04-1920 Servicios Sanitarios Plaza
Clemente Martínez Herrera 23-11-1891 31-07-1912 10-09-1920 GRI 2

5-Veterinarios 2.os (Tenientes): 83 en anuario, 7 en Melilla.
Alfredo Jiménez Jiménez 22-01-1890 29-11-1912 29-11-1914 Servicios Sanitarios
Eusebio López Maestre y Barcena 15-08-1892 29-11-1912 Cdcia. Ing.
Tomás López Sánchez 30-01-1890 30-09-1913 30-09-1915 Cdcia. Intdcia. MC
Manuel Ulierte Torres 03-04-1892 27-11-1915 27-11-1917 Cdcia. Art.
Francisco Acin Martínez 30-05-1896 12-10-1917 12-10-1919 Cdcia. Intdcia.
Luís Del Valle Cuevas 21-06-1890 12-10-1917 12-10-1919 Rgto. Mixto. MC
Enrique Ortiz De Landazuri Rodríguez 09-03-1897 12-10-1917 12-10-1919 GRI 2 MC

6-Veterinarios 3.os (Alféreces): 44 en anuario, 6 en Melilla.
Eladio Gómez Díaz 18-02-1896 29-03-1919. Cdcia. Intdcia. Nº 1 de promoción
Luís Doménech Lafuente 21-12-1897 29-03-1919 A14
Eduardo Caballero Morales 05-08-1895 29-03-1919 A14 MC
José Montero Montero 21-02-1895 15-10-1919 A14
Antonio Morado Gómez 17-01-1898 15-10-1919 Pol. Indg.
Federico López Gutiérrez 09-11-1898 28-09-1920 Rgto. Mixto
En el anuario militar de 1921 no aparece el Veterinario 3ª Vidal Platón Bueno03-11-1898. 28-09-1920. Sustituyó en Alcántara al Veterinario Doménech Lafuente.
Total Oficiales Veterinarios en Anuario 1921 279, de ellos destinados en Melilla 22
5 Muertos en combate.

Fechas: 1 Nacimiento. 2-Ingreso. 3-Antigüedad en el empleo.

CABEZAS DE GANADO EN REGIMIENTOS Y COMANDANCIAS
Regimiento de Infantería SAN FERNANDO 11. 216 Cabezas
Regimiento de Infantería CERIÑOLA 42. 225 Cabezas
Regimiento de Infantería MELILLA 59. 185 Cabezas
Regimiento de Infantería ÁFRICA 68. 220 Cabezas
BRIGADA DISCIPLINARIA. 18 Cabezas
Regimiento de Caballería ALCÁNTARA 14. 858 Cabezas
Regimiento MIXTO DE ARTILLERÍA. 807 Cabezas
Comandancia de ARTILLERÍA. 260 Cabezas
Comandancia de INGENIEROS. 264 Cabezas
Comandancia de INTENDENCIA. 762 Cabezas
Compañía MIXTA DE SANIDAD. 116 Cabezas
Grupo de REGULARES INDÍGENAS 2. 559 Cabezas
POLICÍA INDÍGENA DE MELILLA. 848 Cabezas
Total Cabezas de ganado: 5338










VETERINARIOS MUERTOS EN COMBATE:

1- Veterinario 2º: Tomás López Sánchez. F/Nto. 31-01-1890. F/Ing. 30-09-1913
El veterinario López prestaba sus servicios en la Comandancia de Intendencia. Concretamente pertenecía a la 7ª Compañía montada, que el 22 de julio estaba en Monte Arruit. El día 24 recibe la orden de llegar hasta Zeluan para realizar un servicio de aprovisionamiento de municiones. Al quedar cortadas las comunicaciones, debe quedar en la Alcazaba y participa de manera destacada en la defensa de la misma. Desapareció al realizar una descubierta fuera del recinto defensivo. Tras su muerte se le abrió juicio contradictorio para concederle la Laureada. Los esfuerzos y buenos deseos de su viuda Ana fueron baldíos ya que se rechazó la petición. Dejo huérfanos tres hijos pequeños, Anita, Juan Antonio y Carmén.

2- Veterinario 2º: Luís Del Valle Cuevas F/Nto 21-06-1890. F/Ing. 12-10-1917
El 22 de julio se hallaba en Annual formando parte de los efectivos del regimiento mixto de artillería. Desapareció en la retirada a Monte Arruit.
3- Veterinario 2º: Enrique Ortiz de Landázuri Rodríguez. F/Nto 09-03-1897. F/Ing. 12-10-1917.
Prestaba servicio en el Grupo de Regulares Indígenas y el 22 de julio estba junto a los tabores del grupo en Annual. Compartió la misma suerte que su compañero López Sánchez en la defensa de Zeluan. Fue dado por desaparecido tras la aniquilación de la posición.


4-Veterinario 3º Eduardo Caballero Morales .F/Nto. 05-08-1895 F/Ing. 29-03-1919.
Caballero era uno de los veterinarios del Alcántara 14 que se batieron de la misma forma que el resto del regimiento. Murió en combate en Monte Arruit a donde llegó con los restos de su unidad.
Nacido en Bedmar (Jaén). Hijo del veterinario del pueblo, Juan Caballero Ruiz y Ángela Morales Losa. Tuvo muchos hermanos, Juan de Dios, Juan Antonio, Dolores Ana, Teresa Carmen, Antonio, Ángela, Santiago, Teresa y Juana. Siendo en 1921 alcalde su hermano mayor-Juan de Dios- y tras la muerte de Eduardo este se traslada a Melilla para comprobar la muerte del mismo. Años después durante la dictadura se le honra con una calle en su pueblo-Teniente Caballero- y una placa en su honor en la casa paterna. Dicha placa no fue colocada hasta que no murió su madre que quedo muy afectada por la muerte del hijo menor en Melilla.
5-Veterinario 3º: Vidal Platón Bueno. F/Nto 03-11-1898 F/Ing. 28-09-1920. Corrió la misma suerte que su compañero entre los escuadrones de Alcántara.


Tiempo después, en marzo de 1924, en la antigua escuela de veterinaria de Embajadores en Madrid se descubrió una placa que recordaba su memoria. La lápida fue costeada por suscripción entre la clase veterinaria. La comisión organizativa estuvo a cargo de Felix Gordón Ordás (León 1885-Mexico 1973), veterinario y político. Tras la guerra civil llegó a ser presidente de la república en el exilio entre 1951 y 1960. Por parte del directorio tomó la palabra el general Bermudez de Castro, subsecretario de guerra



HERRADORES EN LA COMANDANCIA MILITAR DE MELILLA

1-BERENGUE FABREGAS, JOSÉ HERRADOR 2ª ÁFRICA 68 MC
2-PRADO GARCÍA, ÁNGEL HERRADOR 2ª ÁFRICA 68 MC
3-MARTÍN FERNÁNDEZ, JOAQUÍN HERRADOR 2ª ALCÁNTARA 14. 2º Escd Ileso
4-AGUIRRE JIMÉNEZ, JUAN HERRADOR 1ª ALCÁNTARA 14 2º Escd. MC
5-CARRIÓN MAESO, JUAN HERRADOR 1ª ALCÁNTARA 14 5º Escd. MC
6-GONZÁLEZ GARCÍA, MANUEL HERRADOR 3ª ALCÁNTARA 14 1er Escd. MC
7-SAN LÁZARO VERA, MIGUEL DE . HERRADOR 2ª ALCÁNTARA 14 1er Escd. MC
8-PAVÓN HERRERA, MACARIO HERRADOR 3ª ALCÁNTARA 14. 2º Escd Ileso
9-MEMBRADO ANENTO, ANTONIO. HERRADOR 3ª ALCÁNTARA 14 2º Escd. MC
10-MIRANDA ESCRIBANO, FRANCISCO. HERRADOR 2ª ALCÁNTARA 14 2º Escd. MC
11-ESPINAR GARCÍA VARELA, JOSÉ. HERRADOR 3ª ALCÁNTARA 14 3er Escd. MC
12-JIMÉNEZ CANO, LUÍS. HERRADOR 3ª ALCÁNTARA 14 4º Escd. MC
13-MUÑOZ MÁRQUEZ, CRISTÓBAL. HERRADOR 2ª ALCÁNTARA 14 4º Escd. MC
14-ROMÁN CEREZA, DOMINGO. HERRADOR 3ª ALCÁNTARA 14 5º Escd. MC
15-ROJAS VALDAJOS, JOSÉ. HERRADOR 2ª ALCÁNTARA 14 6º Escd. MC
16-MOYA COLAS, JOSÉ. HERRADOR 1ª ALCÁNTARA 14 Ileso
17-TORROBA PASCUAL, CARMELO. HERRADOR 1ª ALCÁNTARA 14 Ileso
18-GARCÍA DE LA FUENTE, MANUEL. HERRADOR 1ª ALCÁNTARA 14 MC
19-GARCÍA COMENDADOR GALLEGO, LUCIANO HERRADOR 3ª GFRI 2 MC
20-SÁNCHEZ MARCO, RAMÓN. HERRADOR 1ª GFRI 2 MC
21-SOSA ÁLVAREZ, PEDRO. HERRADOR 1ª GFRI 2 MC
22-ZAMORA SORIANO, JUAN. HERRADOR 2ª GFRI 2 MC
23-LIZCANO RUIZ, ANTONIO. HERRADOR 2ª Cdcia. Ing. MC
24-PALOMEQUE TAPETAO, JULIO. HERRADOR 2ª MELILLA 59 MC
25-RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, ADOLFO HERRADOR 2ª MELILLA 59 MC
26-ESCRIG PEDROS, JUAN. HERRADOR 1ª Policía Indígena MC
27-LOZANO GARCÍA, JOSÉ. HERRADOR 1ª Policía Indígena MC
28-SALVADOR CORTES, LEOPOLDO. HERRADOR 1ª Policía Indígena MC
29-BARQUERO CARVAJAL, FERNANDO HERRADOR 1ª Rgto. Mixto Art. MC
30-CASTELLÓ VILA, RAMÓN. HERRADOR 1ª SAN FERNANDO 11 MC
31-RAFAEL REQUEJO. HERRADOR 1ª. GFRI 2 Herido en Zeluán

Total Alcántara 14: Quince Herradores, de ellos, 11 Muertos en combate.

PROFESORES DE EQUITACIÓN

Profesor Mayor (Comandante) Salvador Calderon y García Negrete 15-08-1876 04-10-1893. 29-02-1920. Comandancia Gral Melilla
Profesor 1º(Capitán) : Joaquín Paniello González 13-11-1883 01-08-1903 11-11-1920. Cdcia Intdcia.
Pofesor 2º(Teniente) : Moisés Gómez Tabanera 25-11-1890 01-10-1910 11-11-1920 Cdcia. Ing.



















Herrador de 1ª Rafael Requejo. Grupo de Regulares, logró evadirse de Zeluan donde había sido hecho prisionero.


Bibliografía:
Anuario militar 1921
Antonio Bellido Andreu. “El Alcántara en la retirada de Annual”. Ed. Colección Adalid.
Vizconde de Eza. “Mi responsabilidad en el desastre”.
Datos colección particular de Santiago Domínguez Llosa.
Hemeroteca La Vanguardia 1921 y 1922

miércoles, 22 de julio de 2009

Soldadito Español

SOLDADITO ESPAÑOL
Annual, 1921-2009

In memoriam

viernes, 10 de julio de 2009

Un superviviente de Sammar

Un superviviente de Sammar

Hace días contactó conmigo Teresa Hernández. Solicitaba información sobre la suerte que corrió su abuelo durante el desastre. Cumplió su servicio militar en el regimiento Melilla 59. El 22 de julio se hallaba en Sammar.
En principio mi intención era editar una reseña, recordar su sacrificio, los miedos que le acompañaron durante toda la vida y honrar su memoria. Finalmente solicité a Teresa que fuera ella quien escribiera esa semblanza. Este es el resultado. Espero y deseo que os guste tanto o más que a mí.
Gracias Teresa.


In Memoriam
 
"Ver llorar a un anciano de 98 años por algo que vivió 77 años atrás es algo que impresiona. Cuando mi abuelo paseaba la vista por las hojas del libro sobre Annual que siempre tenía cerca, sus ojos se volvían acuosos y, en ocasiones, ocurría que sus lágrimas humedecían aquellas páginas ajadas y amarillentas. A veces subrayaba algo con tinta roja, otras no, se limitaba a mantenerlo cerrado entre las manos mientras permanecía adormecido. “Esta noche he vuelto a soñar con África, me han despertado los tiros”, decía al levantarse de la cama renqueando en dirección al baño.

No entendíamos aquella fijación por una guerra zanjada tanto tiempo atrás y nos ignoraba cuando le pedíamos que abandonara aquella lectura y recurriera a otras más agradables. “Vosotros no lo vivisteis”, repetía, y tenía razón. Apenas sabíamos de ella ni de los piojos que le invadieron el cuerpo, tampoco del pánico a morir atrozmente para luego ser alimento de los buitres o de la pena al oír el último jadeo de un amigo; ni siquiera caímos en la cuenta de su decepción ante las traiciones inadmisibles o de la inmensa sed que sufrió en aquella tierra árida.

Pedro Hernández se salvó durante la toma del puesto de Sammar dejándose caer rodando por una ladera mientras oía los silbidos de las balas alcanzar a sus compañeros. Llegó a la playa y de algún modo a Melilla, y más tarde soportó en Madrid los estragos de la Guerra Civil. Vivió mucho tiempo, casi llegó a centenario. Pero ni un solo día dejó de recordar el verano de 1921."




Pedro Hernández Cabrerizo (1898, Rabanera del Campo – 1996, Madrid)
Miembro de la 3ª compañía del 1er batallón en el Regimiento de Infantería “Melilla 59” durante los años 1920-1922. Tuvo dos ascensos y se licenció con el grado de Sargento.
Las fotografías fueron tomadas en 1920 y enviadas a la que fue su novia. En el centro, un amigo suyo nacido en Logroño, a su izquierda un compañero muerto durante una de las campañas.
Teresa Hernández, julio de 2009.


Fuerzas en Sammar
 
Jefe: Tte. Juan Marco Mir M59
Fuerzas: 1 Sección de la 3ªCia/I Bon de M59, Tte Marco y 30 Hombres. Policía Indígena, 44 soldados al mando del Tte. Sanz Andréu, de la Cdcia. De Art. 1 Cabo y 4 hombres que servían 4 piezas Krupp de 8 cm.
Dispensario Médico al mando del Cap. Peris Torres
Total: 3 oficiales y 80 Soldados y 17 cabezas de ganado
Pérdida: Capitulación 24-07.

Supervivientes de Sammar

Cabo Melilla 59 Mario Hidalgo Hidalgo. Natural de Quintana de la Serena, Badajoz
Cabo Melilla 59 Higinio Marion Real.
Cabo Melilla 59 José Salmerón Martín. Natural de Cieza, Murcia
Soldado Melilla 59 Pedro Hernández Cabrerizo
Soldado Melilla 59 Francisco Calatayud
Tambor Ángel Torres Pérez. Natural de La Carolina, Jaén. Tenía 15 años en 1921
Cabo Comandancia de Artillería Antonio Prados Ruiz.  (Jefe Art.). Natural de Málaga
Soldado Ceriñola 42 Blas Bañó Bañó. Asistente Policía Indígena

 
Pedro (1) y dos compañeros del regimiento en 1920


Ficha de filiación de Pedro Hernández Cabrerizo. Regimiento Melilla 59.  

Estado de fuerzas en junio y julio de 1921. Expediente Picasso
 
 
Oficiales en Sammar
Teniente Infantería Rgto. M59 Juan Marco Mir. F/Nto. 27-03-1895 F/Ing. 29-08-1913. Alférez 23-06-1916. Teniente 23-06-1918. Anteriormente había servido en el Rgto. Inf. Príncipe 3. Su cuerpo fue recuperado en mayo de 1922 y trasladado a Melilla. El juicio contradictorio para concederle Laureada le resultó desfavorable.
Teniente Infantería Policía Indígena: Ricardo Sanz Andreu. F/Nto. 11-09-1889 F/Ing. 26-11-1906. Era teniente desde el 01-07-1919. Tras la investigación del general Picasso fue encausado y condenado, pero eludió la acción judicial al escapar del fuerte María Cristina de Melilla en febrero de 1923. La prensa de la época publicó que la fuga fue organizada por un antiguo intérprete y oficial 2º de policía de apellido Mateos. Parece ser que huyó disfrazado de legionario y en coche hasta Orán. Allí se presentó al cónsul americano y le confesó su verdadera identidad. A pesar de publicarse que llegó a ser detenido, logró escapar y emigrar a Cuba donde le habían encontrado ocupación. Su abogado defensor, el Comandante Sánchez Ledesma, declaró desconocer los planes de evasión de su defendido.
Capitán Médico Manuel Perís Torres. F/Nto. 01-01-1888. F/Ing. 25-02-1914. Capitán médico desde 18-03-1919. Condenado a un año de prisión con accesoria de pérdida de empleo.

Sammar tas ser recuperado por las columnas españolas


 

A Pedro Hernandez Cabrerizo.
 
Bibliografía
 
Fotografías de Pedro Hernández y texto de Teresa Hernández
Expediente Picasso
Hemeroteca La Vanguardia





domingo, 7 de junio de 2009

UNA VIEJA POSTAL

Hace ocho años, en una pequeña tienda de antigüedades, adquirí una vieja postal que en un principio no llamó en exceso mi atención. En el anverso de la misma, tres rifeños miran asombrados un gramófono que muestran un soldado español y un civil. En la parte superior figura: contestada 18-04-1920.El reverso guardaba una gran sorpresa. Su remitente. Se trataba de un soldado del Regimiento San Fernando 11. Estaba fechada en marzo de 1920 y firmaba José Segura Servent.
La compré intentando no mostrar demasiado interés para que no repercutiera en el precio y salí de allí contento como un niño con zapatos nuevos.
Fue emocionante leerla e intentar imaginar que le ocurrió a aquel soldado, difícil tarea me dije, una aguja en un pajar. Durante años permaneció olvidada, por resultar imposible para mi saber quien fue aquel hombre y cual su destino.
Sin embargo, mucho tiempo después y gracias a Santiago Domínguez Llosa pude conocer el final de aquella historia. La respuesta a mi consulta fue:
“Cabo de San Fernando 11, natural de Barcelona JOSÉ SEGURA SERVENT. MUERTO EN COMBATE.”

El Cabo Segura estaba destinado en la 4ª Compañía del II Batallón. El 22 de julio esta unidad tenía repartidos sus efectivos entre Tuguntz (una Sección con 28 hombres) y Axdir Asus (dos secciones con 61 hombres). Ambas posiciones se hallaban en la circunscripción de Dar Drius y sucumbieron el mismo día sin que se presentaran supervivientes.

A continuación transcribo el texto original del Cabo Segura:

Melilla 13 Marzo 1920
Sr. D. Eduardo Richarte Beltrán

Muy querido amigo.

Por la presente le participo que he viajado por casi toda la mitad de España, porque saliendo de Barcelona pase por Valencia quedando encantado de la preciosa huerta de naranjos pase por Murcia hasta llegar al Alcazar de San Juan(Madrid) cojiendo el correo Madrid Sevilla, hasta Espeluy desde aquí a Malaga mucho terreno pero muy pobre en llegando a las ocho y media de la noche y a las once y media salia con el vapor JJ Sister para Melilla, llegando a las doce en esta. De los dias que estoy en esta, te puedo decir que en el cuartel estamos enseñando la instrucción a los quintos, en la ciudad hay muchos bares y casas de pronostico reservado muchos moros y muchos militares muy pocos paisanos y menos paisanas, sobre la vida te he de decir que el agua es un poco salada eso cuando hay, que uno se pasa muchos dias sin poder lavar la cara, el rancho regular, para dormir hay unos camastros de junco que es mas dura que el raso, según me he enterado es para que nos acostumbremos a dormir al suelo, creo que no tardaremos mucho tiempo en destacarnos, muchos recuerdos a su mujer hi hijos si hay o si vienen.
Su apreciado amigo que no olvida
JOSE SEGURA SERVENT (Firma)
Regimiento de Infantería San Fernando 11 2º Bon 4ª Compañía
Melilla


Una vieja postal, un triste final.

lunes, 1 de junio de 2009

viernes, 8 de mayo de 2009

Annual 1921

Las tres posiciones Intermedias. Tres Capitanes. 1ª Parte

Las Tres Posiciones Intermedias, tres Capitanes.
En el amplio despliegue de posiciones que llevó a cabo el general Silvestre, tres posiciones de nombres anodinos formaron parte del dispositivo que organizó el Estado Mayor de la Comandancia. Se les llamó posiciones intermedias A, B y C. Las dos primeras se ocuparon tras la caída de Abarran y la tercera en una de las últimas decisiones que tomó el Comandante General se instaló el 20 de julio. Todas ellas jalonaban el camino entre Annual y Ben Tieb y su situación era estratégica en la ruta que llevaba hasta Annual. “B y C” pertenecían a la circunscripción de Annual mientras que “A” dependía de Drius y las tres se hallaban en la Kabila de Beni Ulisek. Mucho se ha escrito ya sobre su defensa y sobre los hombres que participaron en ella, sin embargo me gustaría aportar algún anecdótico dato sobre los tres capitanes que se hallaban al frente de ellas y que formaron parte de la lista de muertos o desaparecidos tras la rendición de Monte Arruit. Tomo como base sus hojas de servicios y todos los datos que se han publicado con el deseo de aportar algún elemento novedoso que pueda resultar de interés.
Se llamaban José Escribano Aguado, Marciano González Valles y Miguel Pérez García. Los tres figuran entre aquellos oficiales que tuvieron un comportamiento muy digno. Incluso se llegó a solicitar la concesión de la Laureada para dos de ellos. Los tres formaron parte de la larga lista de oficiales que desaparecieron de los anuarios en 1922. Antes de entrar en detalles sobre su carrera profesional sintéticamente expongo algunos datos sobre las tres posiciones.

POSICION INTERMEDIA “A” (Peña Tahuarda)Jefe: Cap. SF 11 Escribano Aguado
Fuerzas: 2 Secciones de la 3ª Cia/III Bon SF 11. Cap. Escribano, Teniente: Fernández Reigada y 68 clases y soldados.
Cia. Amet. I Bon SF 11: Teniente Márquez Tellechea , 2 Máquinas. (No queda claro si entre los 68 soldados se incluyen los pertenecientes a esta última cía.)
Cdcia Art. Teniente Medina de Castro y 11 Artilleros que servían 2 piezas 7cm Schneider de Montaña
Destacamento de Ingenieros: 4 hombres.
Total: 4 Oficiales y 82 Soldados y Clases: 86 Hombres
Pérdida: La posición aguanto hasta el 27 o 28 de Julio, siendo aniquilada. Tan solo sobrevivió el Soldado Antonio Tavira Morales, que desertó días antes de la caída.


POSICION INTERMEDIA “B”
Jefe: Cap. C42 Pérez García
Fuerzas: 5ª Cia/I Bon C 42: Cap. Pérez, Tte Soto Conde, Alf. López Camiña, más 95 Clases y Soldados.
Destac. de Ing: 4 Hombres
Policía Indígena: Tte. Haro Melgares de Segura y 40 Soldados indígenas (no puedo precisar a qué Mia. Pertenecían).
Total 4 Oficiales y 139 Clases y soldados.
Pérdida: Aniquilada el 22 de Julio sin ser abandonada. Tan solo se salvaron 3 soldados que fueron hechos prisioneros.


POSICION INTERMEDIA “C”
Jefe: Cap. A 68 González Valles
Fuerzas: 1ª Cia/III Bon A68. Cap. González, Tte. Fernández Capalleja y Alféreces Díaz Sanchis y López Jiménez. (Estos tres oficiales están pendientes de confirmación.)
Cia. Amet. III Bon A68. Solo parte de la Cia, pues el resto quedo en Annual
Pérdida: Retirada 22/07. La posición había sido situada el día 20


En el caso de “C”, no he tenido la posibilidad de confirmar los nombres de los tres oficiales que mandaban las secciones de la 1ªCia/III Bon del regimiento de África 68. Si la información fuera fidedigna, se podría afirmar que los oficiales de las tres posiciones murieron en combate, ya sea en su defensa o tras incorporarse a la columna del general Navarro. 3 Capitanes, 6 Tenientes y 3 Alféreces. Sobre el resto de la tropa la proporción de muertos o desaparecidos fue altísima. De “A” tan solo se salvó un soldado-Antonio Tavira-. En “B” solo tres soldados y prisioneros escaparon al ejercito de muertos. Sobre “C” es más complicado porque sus efectivos corrieron la suerte de la columna Navarro y con toda seguridad que la gran mayoría de ellos cayeron antes o el mismo día de la capitulación.


Tres Capitanes de Infantería

José Escribano Aguado. Nació en Toledo el 05-03-1883, hijo del entonces capitán de infantería Antonio Escribano Unzurbe (que por entonces era profesor de geografía universal y psicología en el colegio de huérfanos de Toledo) y de Dolores Aguado Martínez. Ingresó en la academia de Infantería el 30-08-1899, medía 1,674 y traducía el francés. Compañeros de promoción-y posteriormente durante el desastre- fueron el después Comandante González Simeoni y el Capitán Mayorga Otalora. Permaneció en la Academia 2 años 10 meses y 12 días. El 14-07-1902 recibió el despacho de 2º Teniente. El resto de sus ascensos hasta el día de su muerte fueron:

1er Teniente por antigüedad: 14-07-1905

Capitán por antigüedad: 22-01-1912

Cuerpos a los que perteneció:Bon Cazadores de Madrid 2
Hasta finales de julio de 1907
Rgto. Infantería Tenerife 64
Hasta finales de enero de 1909
Rgto. Infantería Orotava 65
Hasta finales de febrero de 1909
Rgto. Infantería Wad Ras 50
Hasta finales de febrero de 1912
Rgto. Infantería Burgos 36
Hasta finales de junio de 1912
Caja Reclutamiento Huesca 77
Hasta finales de julio de 1912
Caja de Mondoñedo 112(Zona Lugo 53)
Hasta finales de agosto de 1912
Rgto. Infantería Inmemorial 1
Hasta finales de agosto de 1919
Rgto. Infantería Asturias 31
Hasta finales de agosto de 1920
Rgto. Infantería San Fernando 11
Hasta finales de julio de 1921
Desde su ingreso en la academia hasta su muerte en total: 22 años, 11 meses y 1 día. De los cuales recibió abonos por permanencia en campaña de 1 año, 11 meses y 18 días.


Servicios de Campañas y acciones:1909. Por R.O. 19-02-1909 se le destina al Rgto de Infantería Wad Ras 50. Llega a Melilla el 8 de agosto y una semana después participa en su primer combate al proteger un convoy en las estribaciones del Gurugú. Al frente del Rgto. Se halla el Coronel Gabino Aranda y entre sus compañeros figuran los entonces Tenientes Creus Moscoso y Aguilera Maurici. Durante ese año participa en numerosas acciones y combates, entre ellas el combate del 30-09, que le vale una Cruz al mérito militar.
1910. Vuelve con su regimiento a Madrid y po R.O.30-06-1910 se le concede la medalla de plata conmemorativa de la campaña de Melilla con pasadores de : Sidi Hamet, Gurugú, Nador, Zeluán, Zoco Jemis y Atlaten.
1911. Es condecorado por la operación del 26-09-1909. El día de Nochevieja llega de nuevo a Melilla con su regimiento al mando del Coronel Manuel Prieto Valero.
1912. Poco tiempo permanece en Melilla, el 21 de enero es ascendido a Capitán y destinado a Madrid al regimiento Burgos 36. A principios de marzo recibe el permiso real para casarse y el 9 de marzo se une a Loreto Igarza Jurado en Chamartín de la Rosa (partido judicial de Colmenar Viejo). El 17 de agosto es destinado al Rgto de infantería Inmemorial 1.
1914. En abril participa, por segunda vez, en lo cursos de la Escuela Central de Tiro. En septiembre permuta su destino con el Capitán Fernández De Córdoba-compañero de promoción-y vuelve al protectorado, esta vez a Tetuán, donde permanecerá hasta 1916.
1916. En agosto, con su regimiento al mando del Coronel López Pozas regresa a Madrid, y poco después se le concede el curioso título de “Caballero de la Orden de Santa Ana de Rusia”, por haber asistido al funeral del embajador de Rusia en Madrid.
1918. Asiste ya por tercera vez al curso de la Escuela de Tiro, donde creo debió coincidir con Millan Astray y Franco.
1919. Es nombrado Gentilhombre de S.M. y felicitado por su comportamiento en Leganés el año anterior. En agosto es destinado al Asturias 31.
1920. Por R.O. de 27 de noviembre es enviado al que será su último destino, el Rgto de San Fernando que mandaba el Laureado Coronel Rodríguez Casademunt. Su primera misión en la Comandancia fue formar parte de la columna volante en Drius. Ignoro si entonces mandaba la misma unidad. El día de su muerte era el jefe de la 3ªCia del III Batallón.
1921. El 4 de junio con dos secciones de su compañía llega a Peña Tahuarda, donde moriría en combate el 27 o 28 de julio.
1922. Por R.O. de 29 de julio se le da de baja en el ejército por haber transcurrido un año desde su desaparición.
Condecoraciones
1902
Medalla de plata por la jura de S. M.
1910
Cruz de primera clase con distintivo rojo
Medalla de plata de la Campaña de Melilla con tres pasadores
1911
Cruz de primera clase al mérito militar con distintivo rojo-pensionada-
1916
Dictado Caballero de la Real Orden de Santa Ana de Rusia
1918
Pasador de Tetuán
1920
Cruz de plata de 1ª Clase. 

Tras su muerte fue propuesto para recibir la Laureada y se abrió un juicio contradictorio, del que adjunto la documentación original.








El juicio contradictorio se resuelve con la siguiente sentencia:
SUBSECRETARÍA 4ª Reg.
Reg. 791-1924
Madrid, 1º de Septiembre de 1924

Al Capitán General.
Excmo. Sr. Visto el expediente de juicio contradictorio instruido en la Comandancia general de Melilla para depurar si el Capitán de Infantería fallecido D. José Escribano Aguado, se hizo acreedor a ingresar en la Real y Militar Orden de San Fernando por su comportamiento en la defensa de la posición “A”, de Tahuarda(Melilla) en los últimos días de julio de 1921. Resultando que aunque dicho oficial se condujo brillantemente en el mando de la citada posición hasta que recibió gloriosa muerte, no ha podido aclararse que realizase acto alguno comprendido en el respectivo reglamento, el Rey(q.D.g.), de acuerdo con lo informado por ese alto cuerpo, se ha servido resolver no proceder el ingreso del mencionado capitán en aquella orden.
De R.O., etc. Dios. Etc...
Trasladado, al general en jefe del ejercito de España en África.
Sello del Ministerio de Guerra
02-09-1924.


Como en otra de la muchas, entrañables y conmovedoras historias del desastre, José Escribano tenía un hermano menor, Ricardo ingreso en la academia el 30 de agosto de 1916, había nacido el 6 de abril de 1897, hasta junio de 1921 y siendo Alférez compartía destino con su hermano mayor. Pando cita que junto a su viuda confiaban en que le sería concedida la Cruz Laureada, su sueño quedo truncado, básicamente por falta de testigos, todos murieron, menos uno, al que peso sobre su testimonio el haber desertado, por lo que su declaración no fue suficiente. La posición que defendieron Escribano y los suyos se llegó a convertir en la última bandera que ondeo en aquel territorio hasta años después.


Oficiales Posición “A”


ESCRIBANO AGUADO, JOSÉ
F/Ncto 05-03-1883
F/Ing. 30-08-1899
3ª Cia/ III Bon SF11
FERNANDEZ RAIGADA, DARIO
F/Ncto. 06-10-1899
F/Ing. 04-09-1916
3ª Cia/ III Bon SF11
MARQUEZ TELLECHEA, ANTONIO
F/NCTO. 21-04-1895
F/ING. 30-08-1913
Cia. Amet. IBon. SF11
MEDINA DE CASTRO, ANTONIO
F/Ncto.05-05-1897
F/Ing. 01-09-1912
Cdcia. Artillería de Melilla


En la actualidad la plaza mayor de La Roda en Albacete, donde nació el padre del capitán, lleva el nombre del jefe de los defensores de Tahuarda. También en Toledo se le recordó con una calle que hoy en día produce confusión ya que se le denomina calle del Escribano, lo que indudablemente no se corresponde con la que en su momento se le dedicó y que espero que la corporación municipal restauré a su antigua denominación..  La  Los cuerpos del resto de oficiales no fueron recuperados, salvo el del Teniente Medina, como reproduce el Telegrama del Rif en su edición del 14 de marzo de 1924:


"El capitán Díaz Lizana, que se halla destacado en la posición de Ben Tieb, venía realizando gestiones para recuperar los restos del heroico teniente de la Comandancia de Artillería don Antonio Medina de Castro, que sucumbió valerosamente durante los sucesos de julio, en ocasión de hallarse en la posición A, cerca de Ben Tieb. Valiéndose de algunos indígenas que conocían el lugar donde se hallaban los restos del referido oficial, el capitán señor Díaz Lizana consiguió recuperarlos, siendo éstos trasladados ayer a la plaza en una soberbia urna construida en la Maestranza de Artillería, para su inhumación en el panteón de los héroes de la campaña, del cementerio de la Purísima Concepción".
Sobre el Teniente Medina, será interesante reseñar algunos aspectos que merecerán otro documento dedicado exclusivamente a él.